Paso 12º.
"Paso 12º: Un acosador no toma alcohol, a veces".
~N.
Either.
Al abrir mi mochila para vaciarla, distinguí de inmediato una presencia desconocida: libreta ajena. Pensé que la robé, bueno, no, ¿qué es robar si yo no la tomé y llegó allí de la nada? Prestado, no, ni la pedí. La verdad no lo sé, pero el nombre de Hiray Near se extendía en la portada y supe que era su libreta de lengua.
Inevitablemente la abrí, supongo que era como hurtar.
Me mantuve en la sala mientras releía el escrito que había realizado para una tarea opcional del profesor. Near fue el único en realizarla, pareció tomar interés cuando le hablaron de ello a pesar de que confesó tener nula experiencia en la escritura. Aunque pasó desapercibido.
—El árbol se cae. El sueño acaba sobre la tristeza —su voz era lo único que hacía eco en el salón. El maestro escuchaba atento mientras las leves risillas del resto lo interrumpían—. El árbol, muere, tronco podrido y hojas crujientes. ¿Fue un buen árbol? ¿Qué ha conseguido? ¿Qué le hizo feliz? Vuelve a la nada, la inexistencia lo tiñe. El árbol no es mas, ni tú lo eres ya. Te he de extrañar, así que no duermas...
No duermas mas.
—Brutal. —Se carcajearon algunos, avergonzando a Hiray.
—¡Cállense, putos simios indignos! ¡Yo soy arte! —El profesor le castigó por la palabra putos.
No supe cómo decirle que me había gustado la lectura y quería una copia para analizarla pues no había comprendido ciertas cosas. Pensaba consultar internet al respecto, sobre lo horrible que es bello y lo bello que es horrible.
Como el pollo asado.
Con fresa.
—¡Ei, tu amigos están aquí! —El grito repentino de Mike me hizo cerrar la libreta de golpe.
Sus gritos eran como trompetas que anunciaban el fin del mundo, aunque no es como si se fuera acabar por salir con otras personas. ¿Pero por qué sería el fin del mundo? ¿Literal? ¿Usé bien el sarcasmo o puede ser una premonición? El fin del mundo estaba previsto para el 2012, pero no fue así. ¿Los mayas lo descubrieron? ¿Cómo se les ocurrió? ¿Mintieron para que les entrara la fecha en su rueda? No entiendo. Quizás todo es falso, como en la Matrix.
Tampoco entiendo Matrix. Nada es real, es una simulación.
—Son mis compañeros. —Respondí con molestia. Mis ojos se posaron sobre la puerta que se abría para mostrar a los chicos.
Hoy era mi cumpleaños; yo quería estar solo con mis hermanos y pasar un día común, aunque no pude negarme ante la petición de los dos pues se veían felices. Me irritaron, me irrité conmigo también por no poder rechazarlos.
Para poder salir pasé una serie de pruebas de cosplay. En secreto, Mike amaba coser, en el pasado tuvo una tienda de disfraces pero desde que se vio como un fuerte activo en el grupo Cold fue obligado a dejar sus pasatiempos. Ahora solo le gustaba verme disfrazado, igual convencía a Dante en ocasiones de vestirse.
Me vestí de pirata y príncipe... ¿Azul?
—Nos vamos en media hora. —Informé al levantarme del sofá, lentamente me aproximaba al umbral junto a ellos.
—¡¿Vino Near?!
El enfermo, demente, loco, ¿qué otra palabra? Dante, bajó corriendo las escaleras con gran emoción, pasando a un costado mío sin importarle que cause tropezara por su veloz paso. Hiray Near se asustó por la bienvenida repentina, pero no hubo roce entre ellos debido a que Mike lo detuvo. No supe si era porque vivíamos en una dimensión literaria, o si Mike tenía súper fuerza, pero encerró a su hermano en el baño de la planta baja sin esfuerzo alguno.
Dante pedía a gritos su liberación, humillado ante la escena. Todos acordamos en ignorarlo y entre suspiros los recibí.
—Chico, ya te ayudé —Mike golpeó su índice contra el pecho de Near, junto a una mirada peligrosa que también se desviaba para observar a Vibes—. Cuiden a mi hermano. No le pongan un dedo encima porque seguro se los muerde.
—Vale... —Near asintió confundido por la insinuación a mi canibalismo.
Rind Vibes me dio un apretón de manos. Por otra parte, Hiray se encaminó con pasos largos hasta saludarme y darme felicitaciones. Su resplandor y su beso en mi mejilla me cegaron, creyó engañarme. Dios, no entendía porqué la gente rara se acumulaba a mi lado. No, espera, ¿Dios existe? Si lo hiciera entonces no me ama. ¿Pero no ama a todos? Qué.
Con una pequeña risa quise preguntar—: ¿Por qué estás brillando? —aunque aquello escapó de mí con un tono de molestia y una mirada de irritación.
Brilla como una bola de disco.
—Oh, un segundo —se detuvo, abriendo su chaqueta en un intento de desnudarse. Rind se cubrió los ojos e invocó a su Dios—. Cargo lámparas que me hagan brillar y resaltar. ¡Nada es más brillante que Hiray Near, o sea!
—¡El sol lo es! —Rind casi se ahoga con su leche de chocolate al querer contradecirle. La leche le hacía mal, ¿por eso tenía tanto energía? Si quiero ser animado, ¿debería beber su leche? ¿Te puedes suicidar con leche de chocolate?
—Cállate, simp —pidió Near con molestia—. Ya, gente, vámonos a Narnia antes de que mi tinte se caiga del estrés. ¿El vehículo ya está afuera? Ese que parece monstruoso.
—¿Te tiñes el pelo? —Fue lo único que despertó mi interés al ver su raíz café contrarrestar el negro de sus puntas. El tinte podía ser peligroso, le quemó las neuronas quizás.
—Desde hace años, bebé. En negro me veo bien perra.
~•~•~•~
Revisé mi reloj con el deseo de que todo fuera menos lento. El tiempo era relativo, quizás por eso cuando estaba con gente fastidiosa el mundo parecía congelarse como tortura, yo ya no era, mi mente se había ido. No sé a dónde pero ah, qué cansado vivir.
La idea de la muerte me aterró un segundo, cuando Rind tratando de salir del garage golpeó a Dante, quien se atravesó en un intento de acompañarnos. Salté, apenas pude pronunciar una palabra, se sintió anestésico y al mismo tiempo irreal. Era un pollo con piel de... oh, gallina.
—¡Mierda! Vándalo... ¡¿Sabes manejar acaso?! —gimió Near del dolor en su muñeca al estrellarse contra el salpicadero color café moca—. ¡ESTAMOS EN UN MONSTRUO!
—¡Sí sé, CÁLLATE! —Rind también gritaba de dolor por su rodilla. Trató de contrarrestar los quejidos de los tres y los gritos de Mike por su hermano Dante, colorando una sonrisa que definitivamente decía que no podía manejar y aún así nuestras vidas dependieron de él—. Tal vez... No es tan difícil, ¿cierto?
Sí me muriera ahora. ¿Iría al cielo, al infierno? No creo que existan, solo un vacío. ¿Por qué menciono a Él si no creo en su existencia? ¿Soy ateo? ¿Agnóstico? ¿Una persona? ¿Un animal? Un simio. Si muero ahora... me gustaría patear a Rind Vibes. También vomitar, personas atropelladas me hacen vomitar. También viajar en auto.
Quiero vomitar.
—Yo puedo... —balbucí—, yo puedo manejar. Sé lo que, ah, debo hacer.
"Un minuto más tarde", me dijo que dijera el narrador para ser una copia rara de Bob Esponja.
Eh, era un sentimiento extraño en ese entonces. Como una película de terror. ¿Era aquello a lo que el ser vivo llamaba "humillación"? Hería. Hería más que estirar ambos pies y dejar mi trasero casi en el aire, mi espalda se curveaba, pensé que quedaría deforme. Traté de ignorarlo, continuar mi vida sin arrepentimientos.
No, ya no tenía sentido la vida misma.
—Súbanse. —Pronuncié con poco aire, forzando mi cuerpo en la pose irregular.
—Either... —Susurró Near, se aferraba a su camisa llamativa de flores tropicales con sangre como si formara un pacto.
No lo digas, adefesio, no lo digas.
—Oye, Ei... —Rind me miró desde el otro extremo; el sudor de sus nervios se deslizaba por su cuello bronceado.
Por favor, no lo digan.
Mi crecimiento era algo que no podía controlar. ¿Era porque soy humano? ¿Normal? Alguien me dijo que si le hablas a tus células puedes cambiar. Como un trance, poder de la naturaleza o el espacio tiempo. La mente es un núcleo, energía, materia con la posibilidad de ser moldeada a través de palabras. Cómo Moisés al abrir el mar. ¿Me tengo que hablar también? Pero no soy religioso. A parte, eso de abrir el mar suena más como satánico.
Entendí la humillación.
No alcanzo los pedales.
—ERES CHIQUITO, JAJAJA. —Near estalló en carcajadas mientras señalaba mi compleja postura para poder pisarlos, mi espalda habría muerto a los pocos minutos de esa forma. Fue como hacerle coro de igual forma a Rind, quien reía como foca retrasada que se ahogaba cada segundo. ¿Las focas sufrían retraso? Sarcasmo, no sé.
¿Por qué no se callaron? Los minutos pasan lento.
–Dos minutos después—.
—No tenías que pegarnos tan fuerte. —Near talló su rostro con la mano izquierda mientras mantenía la otra en el volante. Dijo que era muy bueno manejando pero le disgustaba y por eso no fue el primero en ofrecerse. Lo único que pude responder ante su quejido fue un gruñido como hacen los perros, supongo que yo tampoco había evolucionado, como los monos—. Qué salvaje. Al menos Rind es mi copiloto, pero vándalo, no te ofendas. No te necesito, en mis años dorados manejaba como bestia, podía montarme en cual sea.
—Eres un puerco. No te estoy escuchando. —Rind desvío la mirada hacia la salida de la carretera, hablando fuerte para ignorar las extrañas palabras de Hiray.
—¡¿Le viste doble sentido a eso?! —Near se ofendió falsamente—. ¡Ni siquiera Either es tan puerco como para entenderlo, ¿verdad?!
—No me interesa. —Continúe fijo en mi reloj, era de un adulto por completo, ni siquiera a los 18 años lo sentía como mío.
La música en los audífonos de Hiray fue fuerte por un largo rato, distintos géneros con letras sin sentido que seguro no tenían la suficiente atención de él. Parecía más inmerso en manejar, dudé si le gustaba escuchar música o le disgustaba más el silencio.
Rind por su parte le tomaba como loco fotos a todo lo que se movía, y sino, le pegaba para que lo hiciera. Como si fuera capaz de tirarle una piedra a una anciana solo para tomarle una foto...
Me sentí algo nervioso, ni siquiera fui al pendiente del camino, solo fijo en el interior donde el carro parecía ser una gran cueva. Mis dedos se tronaban por inercia en el deseo de bajar pronto.
Ellos murieron así.
—Either, ¿por qué tan taciturno? —Near se quitó un audífono y me miró por el retrovisor, se sintió como ser reprendido—. Habla un poco o mira por la ventana. El cielo está bonito, hace buen clima y es tu cumpleaños. No truenes tus dedos, es molesto.
—No, cállate. —Paré de tronarlos, ocultado las puntas debajo del gris de la camiseta.
—Te digo que mires afuera. Ver que el mundo es gigantesco y tú eres una pulga a veces se siente bien.
Sonrió ladeado, volviendo a poner el audífono en su oreja. Era ilógico que él tampoco siguiera su consejo. Pensé que igual era un acto hipócrita. Querer ver la grandeza del mundo no resolvía a veces los problemas, bueno, no sé. Quién sabe, quizás sí, todo es relativo.
Como quitarle peso a la existencia. O tal vez a la muerte. Pensé cosas así mientras observaba el cielo, las nubes que subían como remolinos y el claro cielo de color irreal que desviaban mi vista del resto de vehículos o los gritos de Rind que contenían su emoción. Me pregunté cómo se veía el azul realmente, o si mis padres estaban por allí. Eventualmente, dormí, bastante, aunque no me sentí aterrado de cerrar los ojos y volver a verlos en aquello que llaman sueños.
Pasé por dolor un tiempo, nunca pude sonreír si trato e hacer memoria. Poco recordaba mi risa o el porqué no le agradaba a nadie en el orfanato. Supuse que mi personalidad no era agradable, dudaba que a alguien le interesara si veía por le ventana, me tronaba los dedos, o decía que quería morirme o comerme un pollo.
Aunque quería creer, que quizás había alguien a quien la vida le había jugado mal y aún así se riera como si las cosas se olvidaran. Mi hermano Mike rió cuando le hablé de mi deseo de cumpleaños:
Quiero sentido común, y alguien que sonría.
Y mucho, mucho pollo asado con mermelada de fresa.
Fue como un agradable sueño, hablando sin parar, solo para mí. Me gustaba mucho dialogar, creo.
Pero no sentir toqueteos. Qué rayos. Either Cold, despierta, el pollo se rebeló.
Aventé una patada directo a las partes bajas de Near. Pensé que lo había hecho estéril o le había deformado algo, me pregunté si sería arrestado por eso, pero era defensa propia. Aunque también había matado a sus futuros hijos, a, no sé.
—¿Qué hacías? —Cuestioné confundido.
Me hallaba extendido en los asientos traseros, él se retorcía frente a la puerta del dolor, dándole la espalda al sol que se ocultaba para mostrar la noche ya entrante en el estacionamiento al aire libre. El frío del sitio me despertó de inmediato.
—¡Rind te estaba tomando fotos mientras dormías, vine a sacarte! —Agonizó, señalando al culpable detrás de mí que igual se hallaba fuera de la camioneta para no estar a mi alcance.
—¿Y por qué tocabas mi cierre? —Le miré amenazante. Rind se disculpó.
—¡Lo tenías abierto, CARAJO! ABIERTO.
—Ok. Lamento haberte pateado. —Me arrepentí por el malentendido.
—¡¿Ok?! ¡¿Y mi berenjena?!
Todo va mal.
Salimos con rapidez del estacionamiento para alcanzar a las personas que marchaban directo al origen de la música. Algunos iban vestidos de negro repartían papas fritas y refrescos; supuse que eran los patrocinadores de alguna marca famosa. En realidad, creo que eran del grupo Cold, pero lo ignoré. Mi mirada estaba más perdida en los puestos de comida donde Rind Vibes gastaba sus ahorros.
—Ay, qué bueno que traje mi guardadito. Quiero unas papitas. —Pidió al viejito vestido con una bandana en la cabeza. La música crecía junto a colores que no sabía cómo llamar, escapando del centro lodoso.
—Qué patético decirle "guardadito". —Near se burló.
—En serio que ni tu abuela te ha de querer. —Bufó Rind, rodando sus ojos. Se mantenía más ocupado contando sus monedas.
—Está muerta.
—La mía también. —Secundé a Hiray.
—Dios los bendiga.
Tras un par de compras, donde yo cargué con un bote grande de palomitas, me arrepentí de venir al percatarme del ambiente. La gente chocaba contra mí, me pisaban, me sacudían y tiraban cada vez mas grandes cantidades de lo que compré. La música era agresiva, intensa y ruidosa como quienes la escuchaban: la aclamada música del diablo. ¿Pero el diablo existía? No lo sé, incluso si así fuera yo no respeto nada.
No respeto.
—¡¿Estás gritando o cantando?! —Rind entre saltos hizo que ambos miráramos a Hiray con temor: parecía estar poseído con tantos gritos violentos.
—¡ES POR UNA BUENA RAZÓN! —Le respondió.
—¡Que tu helado no fuera lo suficientemente grande no es una buena razón! —Gritó Rind con molestia y un par de risas como burla hacia el helado en el suelo que era pisoteado.
—¡Hay que pelear por las injusticias! —Sus saltos seguían el ritmo.
—¿Qué es esta banda? —Pregunté mientras hacía mis pasos más grandes para retroceder. Ellos me seguían inconscientemente, saliendo del punto donde todos convergían y en los alrededores solo había pasto y algunas mantas donde la gente se recostaba. Parecían enlatados como una sardina desde afuera, pero de alguna forma yo también me sacudía como pez fuera del agua.
—Metal, —Near no paraba de sacudirse como demente, seguro se partiría en cualquier momento.
—¡¿Metal?! —Rind escupió, parando repentinamente,
¿No lo había notado por el sonido? ¿Estará sordo? ¿No tiene oído musical? ¿Es leño?
Discutieron un rato al respecto, no sé cómo eso terminó en atreverse a beber alcohol. Rind bebía a veces un alcohol dulce de hierbas con su abuela así que no era raro, Near dijo que le gustaba beber clandestinamente en su cuarto, yo no quería meterme.
Vibes fue el primero en llamar al hombre de las bebidas y comprar unas botellas que lo pusieron a ver cosas endemoniadas.
—Bebe... Se ve el diosito. —Le ofreció una botella a Hiray, apenas la voz se escuchaba.
—Yo no bebo fuera de casa.
—¿Por? —Inquirí, sosteniendo por la espalda a Rind para que éste no tropezara.
—Un acosador no debe beber cuando trabaja. Como acosador, debemos fortalecer nuestro carácter. Nah, digo, o sea, como humanos. No quiero ser adicto a algo ya, pasado pisado —me confundió el hecho de que mencionó su trabajo—. Ah, si te lo preguntas, mi deber es detener este concierto para arruinarle la noche a alguien. Pero, feliz cumpleaños Either.
¿Está borracho ya? Creo que dijo algo que no debía escuchar.
—Agh, dame otra. —Near, claramente ebrio, le arrebató otra botella a Rind para empinársela de golpe. Ahora comprendí que lo que bebía en su bote de fresco era alcohol, tirando así fuera de mi cabeza su gran discurso—. Te odiooooo, maldita Jane. Jodida culpaaaaaable, puagh.
Revisé el reloj de mi padre fallecido que cargaba. Supe que el tiempo en verdad podía congelarse, pues este día era eterno. Mientras me replanteaba los sucesos de hoy, Near y Rind discutían a golpes con un grupo de chicos que parecían ser estudiantes. No quise saber si la intención era molestarlos a ellos, pero yo también estaba pasando un mal cumpleaños.
Near solo quiso... A, ¿qué está haciendo?
No sé porqué este concierto no tenía las rejas de seguridad, bueno, creo que sí habían pero eran muy bajitas. Near se montó al escenario, donde algunos guardias querían detenerlo pero no pudieran evitar que la botella en sus manos cayera sobre la cabeza del cantante como si fuera pelota.
—¡¿Eso es todo lo que tienen?! —Sus gritos resonaban al frente. Me sorprendió más lo rápido que era para ir de un lugar a otro como el viento—. ¡Soy yo de nuevo, PERRAS! ¡Esto aún no se ha acabado! ¡Suéltame, pelón!
~•~•~•~
—¡Largo de aquí, animal! —El guardia pelón estrujó su propio rostro del dolor ante la mordida que le había clavado Near en su cabeza; le dejó un rastro de sangre.
—¡Suéltame ya! —Fue arrojado junto a Rind al césped. Yo me paré a un costado en silencio sin oponerme al hecho de que nos habían botado en el estacionamiento.
—¡Váyanse! —El hombre se volvía salvaje.
Quizás si le rujo me entienda.
—¡Váyanse mis huevos, yo entraré! —Near quiso levantarse pero sus piernas no se lo permitieron. Volvió a caer con su propio peso, lo que me tranquilizó pues no terminaríamos en prisión.
Se abrazó con Rind mientras lloraban por "la crueldad de los guardias". Me senté a un costado de ambos, seres infantiles que ni siquiera podían beber sin causar un desastre. Me recordó que éramos estudiantes, y aunque nos portáramos como adultos en tomar decisiones como la de venir aquí, seguíamos siendo nosotros. Unos monos.
—¡Mi abuela me va a odiar! —Rind empujó a Hiray, recostándose en el follaje mientras pataleaba. El otro por su parte solo se hallaba de cuclillas en mi misma posición, chillando como estúpido.
—¿Estás bien? —Pregunté. Soné molesto.
—¿Me quieres? —Gritó de sorpresa, dándome otro susto repentino. Borracho parecía hablarle a otras personas en lugar de los presentes.
—Estás aceptable. —Respondí, inseguro de su mirada por la oscuridad de la noche.
—¿Se siente bien tener amigoooooos hoy? —Me interrogó sin dejar que la sonrisa faltara en su rostro; supe que sí estaba consiente de los presentes, aunque sea un poco.
Qué terrible y agradable cumpleaños.
• • •
Tardando siempre pero con la ficha que había en la anterior versión:
NEAR.
Edad: 17.
Cumpleaños: Julio 23.
Signo del zodiaco: Leo.
Estatura: 1.75
Color de cabello: Castaño. (Lo tiñe de negro)
Color de ojos: Café oscuro.
Nombre completo: Near Hiray Athens.
Comida favorita: Tacos.
Color favorito: Azul y rojo.
Familia: Hermana, madre, y padre.
Mascotas: Pez dorado.
Puntos fuertes: Carisma.
Puntos débiles: Que las personas no lo amen.
Cosa que más odia: El calor.
Infancia: El niño por el que no pasaba su papá, ª
RIND.
Edad: 17.
Cumpleaños: 10 de marzo.
Signo del zodiaco: Piscis.
Estatura: 1.80
Color de cabello: Rubio.
Color de ojos: Azul claro.
Nombre completo: Rind Vibes Vandálo.
Comida favorita: Todo lo que se coma.
Color favorito: Morado y verde.
Familia: Madre, padre, hermana menor, hermano mayor, y abuela.
Mascotas: Cero.
Estudios: Cocina.
Puntos fuertes: Sinceridad.
Puntos débiles: Ingenuidad.
Cosas que más odia: Frío.
Infancia: El niño que vendía fruta con la abuela.
EITHER.
Edad: 18. (Recién cumplidos).
Cumpleaños: 8 de enero.
Signo del zodiaco: Capricornio.
Estatura: 1.65
Color de cabello: Castaño claro.
Color de ojos: Café.
Nombre completo: Either Cold Aller.
Nombre real: Todd Leblanc Vólkov.
Comida favorita: Pollo asado, canario asado, alce asado, conejo asado, lobo asado.
Color favorito: Gris.
Familia: Padres (Fallecidos), hermano menor (fallecido), hermanos mayores adoptivos, madre adoptiva.
Mascotas: Perro, gato, cotorro, iguana, peces.
Estudios: No sabe qué quiere.
Puntos fuertes: Seriedad y sinceridad.
Puntos débiles: Personas felices. Falta de sentido común.
Cosas que más odia: Casi todo.
Infancia: El niño sin papás ª.
LOS QUIERO MUCHO. TENGAN UNA LINDA SEMANA, BYE BYE. <3
~MMIvens.
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