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1. ¿Quién es ella?

¡Despierta Goku!.

Seis de la mañana.

Cierta chica peli negra, dormía pacíficamente sobre su cama. Era feliz, alegre y en su sueño estaba rodeada de una gigantesca mesa; con postres y diversos platillos caseros, que arrasaba sin pensarlo.

Su alegría fue frustrada, por ciertas amigas. Que no eran muy amables en la mañana.

Tres chicas la hicieron despertar de golpe en la cama. A gritos y almohadasos.

—¡Hoy es el primer día del plan! —comentó Milk para animar a que se levante— tienes que despertar.

La Son, permanecía en la cama con la baba escurriendo de su boca y ronquidos profundos, que se igualaban con un tractor en marcha.

No todas podemos ser las princesas de Disney, ellas incluso duermen siendo perfectas.

—¿Qué plan? —cuestionó aun adormilada.

—El de enamorar a Vegeta, boba —le recordó con obviedad.

El amor podía esperar un poco mas. Levantarse temprano, no era algo que le causara mucha fascinación.

Siempre perezosa a la hora de madrugar.

—Todavía es muy temprano —se quejó en un contagioso bostezo— la escuela empieza a las siete. Mejor duermo un poco más.

—Lo sabemos —insistió Caulifla— pero, antes hay que hacerte un cambio de imagen.

—¡Levántate floja! —fue esta vez Kale quien la llamó— Al que madruga, Kamisama lo ayuda.

O al menos es lo que se decía ella misma para estar bien optimista.

—El que madruga —corrigió— tiene sueño todo el día.

Volvió a reposar tranquilamente sobre su cama.

¿Quién en su sano juicio tendría ganas de levantarse un lunes a las seis de la mañana?.

Sus amigas no eran muy pacientes que digamos.

Cansadas de la actitud floja de su amiga, idearon un plan.

—Bien Milk —acató una de ellas— tu prepara la bañera y luego Kale y yo llevamos a Goku por la fuerza.

—De acuerdo —aceptó caminando directo al baño— pero tengan cuidado —les advirtió— va a lanzar patadas, puñetazos y para que no la levanten de la cama es capaz de cualquier cosa.

—Más le vale —reprochó una hastiada Caulifla— o sino, va a empezar el día con un ojo morado.

—No hagas eso —su hermana esbozo una cálida sonrisa— hoy tiene que lucir lo mas linda posible.

—Solo espero que sea Vegeta quien lo note —pensó en voz alta la mayor.

Las dos la observaron con sospecha, algo sonrientes por los celos desmedidos de su amiga. A Milk le gustaba Black desde hace mucho.

—Tranquila, Milk —la reconfortó en un abrazo— sabes que Black y Gokú solo son amigos.

—Así es —aseguró sonriente— Gokú solo tiene ojos para ese enano gruñón.

Las tres pusieron en marcha el plan. Caulifla y Kale sujetaron a Goku de piernas y manos.

Esta no se rindió tan fácilmente.

Comenzó a protestar lanzando golpes y patadas en el aire.

Luego de mucho esfuerzo y dedicación, la lanzaron dentro del agua obligándola a que tome un baño.

— No se si son mis amigas, o mis enemigas —les reclamó.

Las tres emitieron una carcajada sonora.

—Eres como gato para el agua.

—No recuerdo la última vez que se dió un baño.

—Con razón el olor —alegó tapando su nariz.

Goku se cruzó de brazos, pataleando en la ducha. Intentó mojarlas, pero evitaron todos sus ataques y siguieron hablando de su falta de higiene.

Con mucha libertad.

Como si no estuviera ahí presente.

—¡Oigan! ¡Qué malas que son conmigo! —recriminó fastidiada— mi último baño fue... hace 4 días —se quedó pensativa— ¿O fueron seis?.

—En ese caso, iremos a preparar tu uniforme.

—Te dejaremos sola —opinó Milk con un semblante severo— para que tu y la higiene hagan las pases.

Se quedó en el baño.

Kale le daba unos retoques a su uniforme.

Milk hacia el desayuno.

Caulifla buscaba maquillaje y accesorios para arreglar a la peli-palmera.

Ella, sumergida como pato en un estanque. Jugaba con la espuma del champú, formando bigotes, barbas o cualquier tontería que se venia a su imaginación.

Narra Gokú

Narra Gokú.

Milk, Caulifla y Kale me habían convencido de ir a bañarme.

Hoy es el primer día de clases y tenía que estar presentable para ir a la escuela.

Eso decían las chicas.

Estaba muy emocionada, porque ellas se encargarían de arreglarme y talvez así, Vegeta por fin se fijaría en mi.

Todo este tiempo, estuve entrenando a su lado junto al señor Wiss y Bills.

Por tanto, me aseguraba de verlo todos los días. El ni siquiera se percataba de lo enamorada que yo estaba.

Era solo "su mejor amiga" y estaba en la lucha de poder cambiarlo.

Con la ayuda de mis amigas, estoy segura de que lo lograré.

Salí del baño.

Envuelta en una toalla.

Me esperaban Caulifla y Kale.

Con mi uniforme y sosteniendo un enorme maletín.

—Aquí tienes —dijo mi amiga. Entregando el mismo uniforme que solía llevar a la escuela, solo que ahora se podría decir que era más "femenino".

La falda estaba un poco más corta de lo usual y el cuello tenía unos bordados muy bonitos.

Cuando me vestí con él, ambas me miraron de pies a cabeza.

—Amiga —Kale dió un silbido intentando halagarme— juro, que por ti me haría lesbiana.

—No exageres Kale —respondí avergonzada.

—No exagera —animó Cauli— tiene toda la razón. Estas hermosa.

—Gracias chicas —les demostré mi gratitud con una gran sonrisa— ahora, solo falta que Caulifla me haga esas brujerías raras de mujer.

Sospecho que para eso era la que cargaba entre sus manos. Además, siempre que hacia esas cosas veías una emoción sobrenatural en ella.

—Se llama maquillaje —enmendó, dando palmaditas en la silla para que yo la ocupara— con esto estoy segura de que Vegeta no podrá resistirse.

—Voy a confiar en ti —acepté— pero ¿Acaso vas a pintar un cuadro con tantas brochas Cauli?. Se nos hará tarde.

—Son para aplicar sombras y rubor —me explicó al borde de su paciencia— no para pintar un cuadro.

—¿Qué es rubor?

—Olvídalo, otro día te explicamos.

—Mejor no —denegó Kale quién nos observaba en la cama— ya lo intentamos una vez y no resultó bien. Gokú se maquillo como el payaso de IT.

Caulifla me dice que me quede quieta.

Después de eso comienza a maquillarme. Al cabo de un rato largo —en el que casi me quedo dormida— termina y bajamos a desayunar.

—¿Por qué tardaron tanto?.

—¿No crees que valió la pena?.

—Mira como quedó de linda Goku —Caulifla me empujó adelante para que Milk pudiese verme mejor.

— Date la vuelta —me indican en un susurro.

Obedezco lo que me dicen y Milk se queda con la boca abierta.

—¡Madre mía! —exclamó con emoción— Goku si que escondía un buen cuerpo debajo de esa ropa holgada... y el maquillaje le queda súper bién.

—Estoy ansiosa de mostrarle mi cambio de imagen a los demás —me contagié de su entusiasmo— sobre todo a Vegetto y Gohan que decían que jamás sería femenina.

—Debes seguir practicando —recomendó amable— tienes un pedazo de comida en el diente.

—Ups —comenté antes de limpiarlo— bueno ¡A comer!.

Una vez que terminamos de desayunar. Todas salimos volando de la montaña Paos.

Directo al Instituto.

Jugamos una carrera antes de llegar, en la que Caulifla nos ganó.

Si que era rápida.

Cuando llegamos, Milk se detiene y saca algo de su mochila.

—Casi lo olvido —recordó antes de entregarme una caja— quiero que los uses para que te veas genial.

¿Zapatillas nuevas?.

Que bien.

Abro la caja y me encuentro con un par de tacones rosados que hacían juego con mi ropa. Mi sonrisa se desdibuja.

Eh de admitir que me emocionaba usar esto, por lo lindos que eran; pero tenía miedo de caerme ¿Podría yo caminar con esto?.

—No estoy segura, ella no acostumbra a usarlos.

—No seas aguafiesta Cauli. No son tan altos y se le verán genial.

Me pongo con mucha dificultad los zapatos.

Veo a Vegeta, Vegetto, Black y Gohan charlando en una banca del colegio.

Sin pensarlo dos veces, salgo corriendo para saludarlos.

—¡Hey vegeta! —intento llamar su atención pero ellos realmente parecen distraídos— ¡Chicos!.

— ¡Goku! ¡No corras! —me gritan las chicas al unisono.

Su advertencia llega demaciado tarde. Caigo arriba de un arbusto y termino con un par de ramas en la cabeza.

Y adiós al glamur.

—¡Te lo advertimos torpe!.

Mientras tanto con los chicos

Mientras tanto con los chicos.

—¿Serán ciertos los rumores?.

—¿De qué hablas?.

—Vegeta, tu si que no te enteras de nada —entonó. El mencionado puso sus ojos en blanco— se dice que transfirieron tres chicas nuevas del extranjero.

Aclaró su duda.

—Bueno ¿Y a mí que me importa? —los ignoró. Reproduciendo música en sus auriculares nuevamente.

—No seas así —regañó dando un golpe en el hombro del peli-flama— tal vez y son lindas.

—Más que Goku, no creo.

Luego de decir eso todos miraron a Black sorprendidos. El se sonrojó y trató de evadir el tema, había pensado en voz alta respecto a la Son.

—¿Te gusta Kakaroto? —cuestionó con sorpresa.

—Ya tenía yo mis sospechas.

—Amigo, yo no quisiera ser tu —alegó el mejor amigo de la peli-palmera— Gokú es muy linda, pero será difícil que te haga caso.

—¿Por qué lo dices?.

Vegeta respondió la pregunta aunque no fuera dirigida a él.

—Porque la insecto no tiene tiempo para otras cosas, más que entrenar.

No era eso lo que Vegetto iba a responder, pero prefirió dejar las cosas como estaban.

—A Goku ya le gusta alguién —aseguró, con la intención de que su amigo no genere falsas esperanzas.

—¿Mi hermana te dijo algo?.

La voz de Gohan detonaba molestia.

Vegetto miró disimuladamente a Vegeta. Él no se dió cuenta porque estaba revisando su teléfono.

Los cuatro chicos miraron en dirección a un ruido que escucharon; pero ninguno vió nada, a excepción de Black.

Salió corriendo a ayudar a la damisela en apuros.

—¿Y a ese insecto que mosca le pico?.

—No estoy seguro —negó acomodando sus gafas— talvez fue a investigar ese sonido.

—Como sea ¿Vamos por algo de beber?.

Antes de que Vegeta pudiera seguirles el paso a sus amigos, una peli-azul tiraba de su chaqueta. Intentando llamar su atención.

—¿Que quieres? —dijo Vegeta de mala gana.

Se topó con un par de ojos azules que lo miraban con curiosidad.

—Quería saber en donde estaba mi salón —habló la bella joven— descuida. Se lo pediré a alguien que sea menos gruñón.

Segado por la belleza de la joven.

Vegeta se sonrojo.

Le tomó la mano y se ofreció a ayudarla.

Camino a su salón de clases ninguno de los dos habló.

—Soy Bulma —se presentó en una sonrisa coqueta.

— Vegeta —dijo a secas.

Sus ojos divagaron en sus largas piernas y ese pronunciado escote que seguro fue acomodado por ella para provocar.

Vuelve a narrar Goku
Vuelve a narrar Goku.

Después de esa caída, me quedé muy adolorida en el suelo. Sobando mi tobillo que se había doblado.

—¿Estás bien Goku? —preguntó mi amigo, disponiéndose a ayudarme— cielos...

Black, me veía de pies a cabeza.

No pude evitar sonrojarme.

Él me ayudó a levantarme sacudió mi cabello con delicadeza.

—Gracias —me puse de pie y le sonreí— debí escuchar a Caulifla y no ponerme estas cosas.

—Estas hermosa.

Se me quedo viendo de forma extraña. La verdad, todo este asunto me daba mucha vergüenza.

Se acercó más a mí para darme un beso en la mejilla. Podía oler su aliento a menta tan refrescante, debo estar roja como un tomate.

Black no dejaba de mirarme los labios.

—¡Black al rescate! —llegó Caulifla repentinamente— que afortunada eres Gokú.

—¿Estas bien? —preguntó Kale.

Ambos nos separamos avergonzados.

—¿Estamos interrumpiendo algo? —su mirada se cruzó con la mía en sorpresa.

—Claro que no —interfirió Milk— ¿Qué vamos a interrumpir?. Black ¿Me enseñarías mi nuevo salón? es que tu estuviste ahí el año pasado.

Y mis amigas habían llegado a mi rescate. No se en que momento.

—¿Y si vamos todos juntos? —propuso con incomodidad.

—No, nosotras iremos antes a comprar algo.

—pero...

Caulifla le dio un pisotón disimulado a su hermana, para poder dejar a esos tórtolos a solas.

—Ven Gokú, te compraré gomitas.

Milk se fue con Black.

Prácticamente llevándolo a rastras al salón de clases.

No puedo dejar de pensar en lo que sucedió antes.

¿Black iba a besarme?.

No.

Es imposible, el es mi amigo.

Además.

Milk está enamorada de él y yo de Vegeta.

—¿Quiénes son esas de allá? —pregunta Kale, señalando a los chicos. Conversaban animadamente con una peli negra y dos peli-azul que parecen prácticamente gemelas.

Estoy enfadada.

¿Por qué una de ellas está sujetando a Vegeta del brazo?

—Deberíamos ir a ver.

—No Cauli —se negó con vergüenza— mejor vamos al salón —se apresuró a decir mirándome— Goku tiene cara de querer asesinar a la chica.

—¿Por qué de golpe siento tanta rabia? —les pregunté confundida.

Que extraño.

Siento mi pecho arder intensamente.

—¿No es obvio? estas celosa.

—Por lo menos cambia un poco la cara —me pidió con incomodidad— vamos al salón de clases.

Pero yo no quería perderme detalle de lo que estaba pasando.

—No, quiero saber quién es ella.

Voy caminando en dirección a los demás. Justo en ese momento, suena la campaña de la escuela.

Las chicas me llevan al salón de clases y una vez que entramos nos sentamos al lado de Black y Milk.

Luego de eso, Gohan y Vegetto se nos unen sentándose a nuestro lado.

Solo falta Vegeta, para completar el grupo. El llega y levanto la mano, invitándolo a que se siente a mi lado; pero la chica nueva le sonríe y le habla de forma coqueta, invitándolo a que se siente con ella.

Vegeta termina aceptando su invitación.

La nueva 1.

Son Goku 0.

Suspiro en mis interiores, afligida y abriendo de mala gana mi libro.

— Antes de empezar con la clase —dijo el profesor en forma de anuncio— voy a pedirle a las tres nuevas alumnas que se presenten.

Cuando el profesor dice eso:

Tres chicas se ponen de pie.

Una de ellas es la que está al lado de Vegeta.

—Mi nombre es Son Pan —se presenta una pelinegra de baja estatura— tengo 16,vengo de California y espero que nos llevemos bien.

La chica a su lado, (aparentemente de la misma edad) hizo lo mismo.

—Mi nombre es Bra Bief, tengo 16 años. Soy hermana de Bulma y mejor amiga de pan, espero que nos llevemos bien.

No le doy mucha importancia al asunto y continuó haciendo trucos con mi bolígrafo. Hasta que la coqueta hermana ¿Bulma se llamaba? se presenta como si fuera una reina captando la atención de todos.

— Mi nombre es Bulma, tengo 17 y me alegra ser su nueva compañera —decía esto inclinándose para que todos (incluyendo el profesor) vean su escote.

Varios de mis compañeros de clase comenzaron a silbar y decir cosas de la oji-azul.

—¡Si quieres te paso los apuntes bombón! —se agregó a la lista de fan's mi mejor amigo.

Le di un codazo de forma disimulada, pidiendo que se comporte.

—Golpeas muy fuerte.

—Pues no seas así de baboso —me apoyó Caulifla.

—Te lo mereces, Vegetto.

El profesor nos pide silencio.

El resto de clases solo me la pasé prestando atención a lo que hacían Bulma y Vegeta.

De verdad, debería aprender de esta chica. Su forma de coquetearle, como lo mira, esas pequeñas insinuaciones.

¡Me estoy volviendo loca!.

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