Entre a la habitación donde estaba Daniela, ella seguía inconsciente, se me nublo la vista por las lágrimas que empezaron a caer por mi rostro

—Te amo mi amor perdóname te lo ruego perdón vamos a salir adelante te lo prometo— le di un beso en la frente y salí de nuevo de la habitación.

Saliendo llame a Samuel —necesito que vengas al hospital carajo—Le habla enojado

—¿Qué ocurre?, salgo para allá, después de unos minutos llego Samuel,

Le dijo—¿¡Cómo te atreviste a decirle a Daniela lo de la apuesta?! te quiero matar, maldita sea— le dije con impotencia

—Yo no fui te lo juro— dijo Samuel

—¿Y quién demonios fue entonces?, tú eras el único que sabias—Le dije

—pues yo bueno,—dijo Samuel,—es que le conté a Victoria sin querer perdón— dijo Samuel arrepentido

—que perdón un carajo, vete al diablo, —dándole un puñetazo por la cara.—Daniela está luchando para vivir y me dices perdón, maldita sea Samuel —dándole varios golpe en la cara, en eso Juan llego y nos separó,—ella es lo mejor que me pudo pasar, perdió el embarazo por tu culpa,— buscando de golpearlo nuevamente

¡¿Qué?! —Dijo Samuel—¿Estaba embarazada?—Pregunto

—Sí y lo perdió por tu culpa.—Le dijo con furia

Me fui con Juan realmente quería matar a Samuel así que fuimos con los demás todos me abrazaron y me dieron ánimo, en eso vino la enfermera y me dijo que Daniela había despertado, salí corriendo a la habitación,

—Cariño despertaste— dándole un beso en la frente.

—No me toques dijo Daniela con lágrimas en los ojos,—¿cómo pudiste engañarme así?

En eso llego el doctor y nos informó lo que había sucedido y la pérdida del bebe,

—Lo siento Dani —dijo con la cabeza baja,

—¿Qué? ¡bebe! nnnnnoooo nnnnooo —gritaba no paraba de gritar,— es tu culpa te odio Manuel no debiste aparecer en mi vida,— inmediatamente sedaron a Daniela, ya que estaba fuera de sí.

Manuel lloraba y pedía perdón, no se movía en ningún momento de su lado, solo decía "perdóname mi amor te amo con mi vida cariño", mantuvieron a Daniela sedada por 2 días, ya que no dejaba de llorar por nuestro bebe, que había perdido, yo la consolaba y continuaba pidiendo perdón, "dame otra oportunidad no puedo vivir sin ti mi amor".

En ese momento desperté, —cariño —dijo Manuel,

—Vete no quiero verte Manuel,—

—No me iré, yo te amo —dijo—perdóname no quise hacerte daño pero me enamore como un estúpido de ti, tu eres todo lo que necesito en mi vida —dijo,

yo lo mire y dije, —yo no sabía que estaba embarazada, y lo perdí, ya no hay nada que nos una, realmente no puedo con tanto dolor —dije con una profunda tristeza, —en lo que salga del hospital me voy de tu casa, no tiene sentido seguir ahí— dije con decepción

—No cariño por favor no me dejes yo te amo dame una nueva oportunidad por favor—siguió diciéndole

—no puedo Manuel realmente no puedo estoy destrozada por dentro necesito sanar primero para poder seguir con mi vida.—Dijo con tristeza ella

—No te vayas de la casa yo me iré a donde mis padres pero no te vayas por favor, te prometo que no te molestare, me voy a ganar tu perdón te lo prometo cariño— y salí de la habitación.

Pasaron algunos días y me dieron de alta, Manuel vino a recogerme para llevarme a casa.

—Manuel no—dije —me voy en taxi,

—no cariño yo te llevo a casa, te prometo que todo va a estar bien, te voy a dar tu espacio pero nunca voy a dejar de amarte como te amo seré paciente.—Dijo el

Al siguiente día de estar en casa fueron los padres de Manuel que se habían enterado de lo sucedido, pero él no permitía hablar conmigo ya que sentía pena por el error que había cometido.

—Buenos días—dijeron los padres de Manuel

—Hola papá, hola mamá ¿Que hacen aquí?—pegunte

—vinimos a ver a Daniela ¿Cómo sigue ella?—preguntaron entregando una canasta de fruta,

—Está mejor, pasen— dijo —pero todavía no me perdona— dijo el con lágrimas en sus ojos,

mis padres dijeron, —dale tiempo hijo es mejor para sanar las heridas, pero igual nos gustaría saludarla —dijeron con una sonrisa

—Está bien—dije

—Ya le digo que están aquí,—les dije—Daniela cariño mis padres están aquí vinieron a visitarte te trajeron frutas —dijo con una sonrisa,

—Gracias Manuel realmente no estoy de ánimo pero ya salgo en un momento —dijo.

5 minutos después ella salió de la habitación todavía tenía algunos moretones en su rostro y brazos.

—Buenos días es un gusto conocerlos —me incline a saludar con las manos en mi vientre.

—El gusto es todo nuestro querida— dijo la mamá de Manuel,

—Siéntense por favor— dijo Daniela

—Cariño déjame ayudarte—dijo Manuel yo acepte por respeto a sus padres que estaba allí en su casa.

Los padres lamentaron lo sucedido y me daban ánimo para que siguiera adelante ya faltaba poco para graduarme de Medica así que debía enfocarse en eso,

—Sé que estas muy triste por la pérdida del bebe, no es culpa tuya lo que sucedió Daniela —dijo la mamá de Manuel abrazándola, Daniela no dejaba de llorar su suegra la consolaba como una madre consuela a un hijo.

"Sin tan solo mi madre fuera así pensé" en voz alta pero respire y agradecí por las palabras de consuelo.

—Mi hijo te ama Daniela—dijo su madre, —él la está pasando mal muy mal, dale otra oportunidad te prometo que tendrás todo nuestro apoyo y las cosas van a mejorar ya veraz.—dijo con una sonrisa

—Gracias señora—dije,

—Dime Luisa querida soy tu suegra y te quiero porque has querido a mi hijo y eso yo lo atesoro— dijo con una sonrisa.

—Prometo que lo voy a pensar Luisa—dije—yo también lo amo demasiado pero sigo dolida por lo que paso

—Date tiempo todo va a estar bien,—me abrazo y me dijo—quiero nietos y quiero que se casen pronto—dijo con una sonrisa.

—Es hora de irnos cariño—dijo Luisa a su esposo

Está bien, me dio gusto conocerte Daniela —dijo el papá de Manuel con una sonrisa

—Gracias señor, a mí también me dio gusto conocerlo—dije,

—dime Carlos soy tu suegro—dándome un abrazo con mucho cariño y me dijo—todo va a estar bien ¿ok?, pronto quiero nietos sonrió saliendo del apartamento adiós hijos —dijeron y se marcharon del lugar.

Manuel me llevo a la habitación necesitaba descansar así que en silencio me cuido, él rogaba a Dios que lo pudiera perdonar y pudiera sanar sus heridas. Paso un mes y me incorpore al trabajo aún no perdonaba a Manuel, pero él no perdía la fe en que pronto volvería a estar en mis brazos.