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Capitulo 13


La mañana después del baile de noche de brujas tanto Draco como Hermione habían sido llamados al despacho del director con carácter de urgente. Apenas habían tenido tiempo para vestirse y desayunar algo rápido antes de correr hasta el despacho de Snape quien ya se encontraba sentado tras su escritorio esperándolos.

-Señorita Granger, Draco.

-Señor

Hermione trago saliva al ver el rostro serio del director al saludarlos y supuso lo peor, sintió un escalofrió recorrerla al imaginarse las malas noticias, tal vez sus padres habían desaparecido por completo, quizá su memoria nunca más podría ser restaurada o aun peor… palideció cuando la idea de que sus padres podrían estar muertos se coló en su mente.

Draco permaneció en silencio aun cuando noto la palidez del rostro de la chica y el miedo brillando en lo más profundo des ojos chocolate, suspirando para liberar la tención y la tomo de la mano acariciándola suavemente con el pulgar intentando calmarla o al menos hacerle ver que no estaba sola. Ya no estaba sola.

-Tengo que informarle que sus padres aparecieron, fueron localizados en Estados Unidos hace un par de días, aun cuando están en perfecto estado de salud no se están comportando especialmente cooperativos luego de regresarles sus memorias.

Un alivio inmenso la inundo al saber que estaban vivos. Incluso si no deseaban verla, si la odiaban por lo que les hizo el saber que están a salvo era suficiente para llenarla de alegría.

-Director Snape… ¿Podre verlos?

Apretó con fuerza la mano de Draco, completamente agradecida de que estuviera a su lado en esos momentos, quizá si él no estuviera allí hacia mucho que se hubiera derrumbado. Sin él para discutir con ella y distraerla, la culpa, el miedo y la desesperación por no encontrar a sus padres la habrían llevado a un colapso nervioso.

-Si, en cuanto lleguen a Londres un traslador la llevara hasta el lugar donde están sus padres, pero insisto en que Draco vaya con usted, a menos que quiera que alguno de sus amigos Gryffindor la acompañe.

Pensó en Harry y el Ronald, del pelirrojo no quería saber nada, al menos no aun. Ella sabía que con el tiempo lo perdonaría pero aun no estaba lista para hacerlo. En cuanto a Harry… lo quería pero no deseaba que la acompañara.

-Si Draco no tiene inconveniente preferiría que sea él quien me acompañe.

-Por mi esta bien.

Draco respondió al sentir como ella temblaba, una vez que el miedo había abandonado su cuerpo había sido reducida a una masa temblorosa, incluso dudaba que fuera capaz de caminar por sí misma.

-Les enviare una lechuza cuando este todo listo. Váyanse.

Con una sonrisa diminuta el Director Snape vio a su ahijado marcharse sosteniendo a Granger por la cintura, el destino era cíclico y ver a Draco y Granger se lo confirmaba. Toda historia tiende a repetirse, la suya con Lily no había funcionado. El la había amado con toda su alma pero jamás se lo dijo y ese fue su peor error pero estaba seguro de que su ahijado no cometería esa equivocación.

Su historia de amor con Lily había acabado sin siquiera comenzar suspendida eternamente en el tiempo con un siempre lleno de melancolía y amargura en lugar de final, pero deseaba que la historia de Draco terminaría diferente… deseaba que él fuera feliz.

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Hermione despertó temblando aterrada cuando un potente trueno resonó por el castillo esa noche tormentosa. El sonido estridente resonando en el silencioso castillo junto a la violenta pesadilla que había tenido la habían dejado incapaz de contener el llanto y completamente aterrada.

Vio su oscura habitación y de pronto se sintió completamente vulnerable y asustada, cerró los ojos al escuchar un nuevo trueno pero al hacerlo recordó su sueño, la pesadilla en la que llegaba a la casa donde estaban sus padres para encontrarlos tendidos en el suelo rodeados de un enorme charco de sangre, incluso sentía en su nariz ese horrible aroma metálico.

Las maniacas carcajadas de Bellatrix resonaban en sus oídos con fuerza, su sonrisa llena de maldad al ver los cuerpos inertes de sus padres y la varita con la que aun lanzaba hechizos brutales provocando heridas nuevas a pesar de saber que sus presas habían muerto.

Temblando aparto las mantas con violencia y corrió hasta cruzar el pasillo que dividía el área de dormitorios hasta llegar a la puerta de Draco, sollozo un poco al verla cerrada orando a Merlín por que no estuviera hechizada o bloqueada… empujo un poco y afortunadamente la puerta cedió abriéndose silenciosa.

-Draco…

Se acerco a la enorme cama que dominaba la habitación, era incluso mas grande que la suya y estaba cubierta por mantas negras, en el centro exacto de la cama se encontraba el rubio durmiendo tranquilamente completamente ajeno a la leona asustada y a la violenta tormenta que azotaba el castillo.

-Draco…

Lo llamo de nuevo lo mejor que pudo sacudiéndolo levemente, no quería asustarlo pero necesitaba despertarlo.

-Draco… despierta por favor

El rubio abrió los ojos somnoliento y confundido al ver a la chica arrodillada en su cama, parpadeo unas cuantas veces y vio con claridad el rostro cubierto de lagrimas y la manera en la que ella temblaba de miedo.

-¿Hermione? ¿Qué haces aquí?

Asustado se sentó de golpe y la tomo de las manos examinándola con la mirada en busca de heridas aparentemente, y gracias a Marlín, inexistentes.

-Yo… la tormenta… pesadillas… mis padres… bellatrix…

Hermione rompió en llanto de nuevo al recordar el sonido del trueno, la sangre, el aroma metálico, la risa de Bellatrix, la mirada vacía en los ojos de sus padres, la mueca de dolor en sus rostros…

-Ven aquí, ¿tenias una pesadilla sobre Bella y tus padres cuando la tormenta te despertó?

Hermione se dejo abrazar por el chico agradecida por no estar sola. Por no tener que llorar hasta dormir como muchas veces había ocurrido y por tener a alguien que no decía que la quería sino que se lo demostraba sin palabras innecesarias con acciones justas en el momento adecuado.

-Si… ¿Puedo quedarme aquí esta noche?

El chico no respondió con palabras, la abrazo con fuerza mientras la ayudaba a recostarse a su lado y la cubría con las mantas. No era necesario responder, obviamente la dejaría dormir con él y no la abandonaría en esos momentos cuando más lo necesitaba.

-Gracias Draco…

Aun temblando pero más tranquila se acomodo mejor contra el cuerpo cálido del su serpiente favorita dispuesta a dormir de nuevo con la esperanza de que las pesadillas no volvieran a atacarla pero si lo hacían al menos ya no estaría sola.

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-Hermione hace semanas que no te vemos… ¿Dónde estabas?

Hermione se detuvo en el centro del pasillo con un montón de pesados libros levitando tras ella, había despertado esa mañana en la cama del rubio pero el ya no estaba. En la almohada junto a ella había una pequeña nota donde le decía que había habido una emergencia con unos Slytherin de primer año que habían inundado los baños de su casa con una bomba y tenía que ir a imponerles un castigo junto a Snape.

-Hola Ginny, preparar el baile me tenia muy ocupada.

Le sonrió un poco a la pelirroja y se detuvo frente a ella, en realidad ellos no habían estado tan ocupados gracias a Luna, Theo y Blaise pero no le diría a la chica frente a ella que no le apetecía pasar las tardes en la sala común con ellos porque estaba segura de que Ronald estaría allí y no se sentía lista para verlo como amigo aun.

-¿Vamos a Hongsmade mañana?

Tenía que ser sincera, extrañaba muchísimo las tardes que pasaban todos juntos en la sala común, en el lago o incluso en algún pasillo vacio simplemente charlando y riendo juntos pero a pesar de que no amaba a Ronald le dolía su traición.

-Lo siento Ginny pero ya tengo planes…

Con una sonrisa sincera declino la oferta de la pelirroja, ella tenía planes que por nada del mundo cancelaria. Quizá aun no se sentía lista para decirle a Draco sobre sus sentimientos por el pero una parte de ella le decía que de alguna manera conocer a Narcissa Malfoy era importante.

-¿Planes? ¿Con quien?

-Draco nos invito a ver la nueva casa de su madre y vamos a ir a comer allí.

Re irrito un poco el tono incrédulo de Ginny, es decir si bien durante mucho tiempo ella solo fue amiga de Harry y Ronald no era una completa antisocial. Era amiga de Neville, de Padma, de Hanna e incluso recientemente era amiga de Pansy, Theo y Blaise pero sobre todo tenia a Luna siempre soñadora pero comprensiva y a Draco que aun en medio de comentarios mordaces lograba animarla cuando lo necesitaba.

-¿Solo Malfoy y tu?

-No, Luna, Theo, Blaise y Pansy irán también.

Con una sonrisa se recordó a si misma que ahora tenía una vida fuera de Harry, Ron y Ginny y que no les debía absolutamente ninguna explicación porque al final era su vida y no la de ellos.

-¿Desde cuando eres amiga de esas malditas serpientes?

Gracias a Merlín ya no estaba encerrada en su burbuja Gryffindor, había cruzado era línea imaginaria pero firme del ellos nosotros y había descubierto que la rivalidad entre casas era absolutamente absurda. Los Slytherin no eran tan diferentes a ellos, quizá de entre todas las casas los más parecidos eran Gryffindor y Slytherin.

-Desde hace tiempo

Vio a Ginny mirarla como si estuviera demente, con un encogimiento de hombros le respondió a la par que pensaba en que a decir verdad jamás se había sentido agradecida de haberse equivocado al pensar en que todas las serpientes son malvadas por el simple hecho de estar en la casa de Salazar.

-¿Acaso ya olvidaste los años de insultos?

-No, no lo olvidé pero no vale la pena vivir enfrascada en una rivalidad infantil, la guerra se acabo y sin toda esa basura de la pureza de la sangre ellos son agradables.

Jamás podría olvidar las palabras crueles, los insultos recibidos pero eso no implicaba que no pudiera perdonarlos. Una guerra era más que suficiente, ya habían muerto demasiados por una absurda lucha basada en el odio y los prejuicios.

-Pero Mione, no puedes perdonarlos a ellos y negarte a escuchar a Ron…

-Ginny siete años de insultos no se comparan a lo que me hizo tu hermano.

No, siete largos años de insultos no le habían dolido tanto como ver a Ronald sobre Lavender, la imagen aun se colaba en su mente de vez en cuando al pensar en el chico pelirrojo. Incluso cuando Draco la había llamado sangre sucia con sus ojos grises llenos de asco no sintió esa punzada desgarradora en el pecho, en el fondo cuando el rubio la insultaba ella se repetía que no era importante, que sangre sucia era solo una manera de llamara por ser sangre muggle por lo tanto no debía sentirse mal por ser llamada así.

-Señorita Granger el Director Snape la espera en su despacho junto al joven Malfoy

-Gracias profesora voy de inmediato.

La profesora McGonagall las interrumpió con discreción y se marcho inmediatamente algo apresurada, seguramente su próxima clase estaba a punto de comenzar o quizá algunos Gryffindor se habían metido en un buen lio… de nuevo.

-Mione por favor vamos mañana a las tres escobas, como antes…

-No puedo… lo siento Ginny pero ya nada será como antes.

Hermione trago saliva intentando romper el nudo que sentía en la garganta, sabía que la vieja Hermione habría caído con ese tono herido y suplicante que usaba Ginny pero a pesar de la nostalgia que sentía por sus viejos amigos necesitaba algo de tiempo antes de estar cerca de ellos de nuevo…

Mientras se alejaba de la pelirroja con rumbo al despacho del director sonrió un poco, a pesar de que la frase pudiera sonar de lo más deprimente para ella no era un final, era más bien un nuevo principio.

Ya nada será como antes… no, ya nada sería como antes pero estaba bien con eso, feliz incluso con la manera en que las cosas estaban cambiando.


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