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Día cinco: Discusiones y alcohol.

一Me tienes harto. ¡Harto!

一¡Felicitaciones! Es la idea por si no te das cuenta.

一¡Pues terminemos entonces para que detengas tu mierda!

Y luego de esa exclamación teñida en ácido y cólera, todo el lugar se sucumbió en un profundo y tenso silencio en donde la pareja se mantuvo mirándose fijo, ignorando a las pocas personas que vagaban a su alrededor, observándolos con curiosidad, miedo o simplemente pena mientras que ellos en su propio lenguaje permanecían diciéndose demasiado y nada a la vez, solo en ese insignificante contacto, en esos segundos que parecieron largos y tortuosos minutos.

Kai nunca había escuchado a Taehyun tan molesto como en ese momento.

Taehyun nunca le había alzado tanto la voz a Kai.

Y ninguno de los dos nunca quiso armar una "escena" frente a un bar.





[...]





Para entender mejor está travesía tenemos que volver atrás, seis horas atrás, específicamente.

¿A un bar dices? 一Preguntó la mayor al otro lado de la línea, buscando reafirmar la información otorgada.

A la vez que un sonido gutural hacía una afirmación, Kai escogía la ropa que iba a utilizar ese día mientras hablaba con su hermana mayor a quien tenía en altavoz para escucharla desde su lugar frente a su medianamente amplio clóset de madera oscura. La mayoría de las prendas que tamaba ersn ajustadas o llamativas, justo lo que necesitaba si llamar la atención era su objetivo.

A pesar de que literalmente no había ocurrido nada el día anterior debido a que Kang nunca lo contactó luego de que él ignorara sus primeras llamadas, el menor de todas formas iba a continuar con su plan, necesitaba terminar cuanto antes.

Ese día tenía planeado ir a un bar.

Y aunque se sabía que a Kai Kamal Huening no le gustaba el alcohol en lo más mínimo por la sensación "agria" que le dejaba en la garganta, igual tomaría ese riesgo de beber hasta caer muy cerca del límite de un coma etílico. Dicen que nadie nunca quiere cargar con una persona ebria y Kang es muy probable que no fuera la excepción a dicha regla.

¿Irás a un bar cuando ni siquiera te gusta el alcohol?

Ante la interrogante de su hermana dejó que un sonido de afirmación brotara desde su garganta.

¿Hasta donde piensas llegar con esto, Kai? Es simplemente ridículo 一afirmó Lea con clara desaprobación, su tono le indicaba a Kai el inicio de un reproche.

一Noona-...

"Noona" nada, muchachito 一reprendió la mayor de inmediato, interumpiéndolo一. Nunca he querido entrometerme en tu vida ni en tus decisiones, pero esto es... 一Kai escuchó como su hermana suspiró, cosa que le hizo agachar la cabeza一. Es egoísta Kai.

一Noona, escuche, yo no quiero terminar con Tae, ¿Está bien? Es solo que no creo poder con todo lo que implica...

¿Salir del closet? 一Completó la fémina, ganándose una afirmación de parte del menor.

一No quiero terminar con él, pero si él termina conmigo es... Diferente.

Nuevamente la mayor suspiró, esta vez sonaba más decepcionada que molesta.

Está bien, haz lo que creas mejor 一contestó Lea, la recepción palpable hizo que el menor sintiera un desagradable nudo de ácido en su estómago一. No regreses muy tarde, recuerda que me puedes llamar siempre, si necesitas algo Bahiyyih-...

-Noona 一interrumpió Kai en un timbre que lo hacía sobar perdido, haciendo una pausa antes de hablar一, ¿Cree que si le digo a papá... Me acepte?

El silencio se hizo en medio de la llamada, por un momento el castaño creyó que la comunicación se había cortado, pero la mayor hizo una gran afirmación antes de que pudiera retirar su teléfono de su oreja.

No necesitas de la aprobación de papá para amar a alguien.

Y dicho eso la mayor cortó la llamada, dejando a su hermano menor con la cabeza hecha un lío y su garganta un nudo. Luego de haberse quedado mirando su teléfono como un idiota bufó, dejando que sus brazos cayeran a sus costados, respirando hondo y finalmente poniéndose en marcha para terminar de arreglarse luego de secar aquel par de lágrimas rebeldes que se habían escapado de su lugar.

A pesar de que las palabras de su hermana permanecieron dando vueltas en su mente, eso no impidió que el chico consiguiera sus mejores ropas para ir a aquel bar en compañía de un viejo amigo. Camisa roja de ceda junto con unos pantalones ajustados negros, botines del mismo color y el par de aretes que estaba acostumbrado a utilizar, sin nada más que destacar que su cabello castaño intencionalmente desordenado, pero llamativo por si solo, ese sería el conjunto que lo ayudaría a robar la atención de las personas en el lugar en cuanto entrara por las grandes puertas oscuras de la entrada principal.

Su teléfono comenzó a sonar en medio de su partida de uno de esos tantos jueguitos online que usaba para matar el tiempo, sabiendo quien era contestó a la vez se levantaba de su sofá para tomar su identificación y tarjetas, además de llaves por si acaso llegaba a un estado de ebriedad en el que no recordaba el código.

Estoy abajo.

一Voy saliendo.

Dicho eso colgó, guardó el teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón ajustado, tomó un abrigo oscuro del perchero junto a la puerta y 一luego de echarse una última mirada de reojo por el espejo junto a la entrada一 salió de su departamento.

Al llegar a la entrada de su edificio una gran oleada de brisa fría impactó contra su rostro, era mucho más helado de lo que esperaba, cerró sus ojos con fuerza, intentando acostumbrarse a la repentina temperatura a la que se había sometido. Al abrirlos de nuevo pudo ver una cabellera azul que resaltó para él, incluso bajo la oscuridad de la noche que era amortiguada por la luz de los faroles de los autos que pasaban a gusto.

Ante el reencuentro, el castaño sonrió antes de llamarlo en una gran exclamación:

一¡Yeonjun Hyung!

El peliazul que estaba recostado de aquel auto deportivo color rojo de su pertenencia alzó su vista de su teléfono para encontrarse con el alto castaño que se acercaba deprisa, instantáneamente sonrió.

一¡NingNing~!

El castaño amplió su sonrisa al llegar junto al peliazul, mismo el cuál abrió gustoso la puerta del asiento del copiloto para que el menor entrara.

Definitivamente estaba a punto de cometer una locura.

(...)

La música a un volumen poco agradable, gente ebria tambaleándose entre risas animantes o lamentos deprimentes, algo de ellos desconociendo la existencia del espacio personal o su mísera definición, los más fuertes moviendo su cuerpo en la pista y los que tenían una tolerancia mucho menor vomitando en algunos lugares alejados de los mismos, el intenso olor a sudor y alcohol que perforaba sus fosas nasales resultaba ser molesto, aún así podría soportarlo, más con esos tragos encima que le nublaban el sentido nítido de la razón. Esos y otros detalles fueron ignorados completamente por el chico que bebía impaciente su quinto shot de vodka pagado por él mismo.

A Kai no le gustaba el alcohol, pero aparentemente mientras estaba en su estado de ebriedad le gustaba hacer cosas que regularmente no haría.

Como beber hasta tener ganas de vomitar, cosa que estaba haciendo en ese preciso momento.

Realmente él no podría decir con exactitud cuánto tiempo llevaba allí, había perdido la noción del tiempo desde que apagó su teléfono al llegar. Su acompañante se había perdido de su vista luego del tercer trago, o al menos eso recordaba, dejándolo solo para hacer lo que quisiera, una de esas cosas siendo bailar con quién fuera que se le atravesara y tuviera un buen tiempo, fuera hombre o mujer, recibir tragos de todos los que les invitaron y coquetear con los mismos también fue parte de esas cosas.

Su cabeza daba vueltas y su estado emocional era como una montaña rusa que no tenía un punto de calma. Reír a carcajadas por tonterías sin gracia, llorar como si atravesara un cuadro depresivo cuando veía algo que no le agradaba, reír, llorar, sufrir, enojarse, reír y seguir llorando, era todo lo que el chico quería hacer y su cuerpo no se negaba a los estímulos del alcohol, realmente los recibía con un cartel de bienvenida.

A ese punto vomitaría pronto.

Era la segunda vez que Kai bebía en su vida y estaba completamente seguro de que la resaca que le daría gracias a esa sobrecarga tóxica sería su propio infierno personal.

Sin embargo lo más destacable de todo esto fue como todo síntoma de ebriedad pareció desaparecer en cuanto 一mientras bailaba animadamente una canción subida de tono con un chico cualquiera que accedió a tener un momento con él一 sintió un duro agarre en su muñeca y al voltearse se encontró con el rostro enojado de Kang Taehyun.

Y así fue como llegamos hasta aquí.

Taehyun había sacado a Kai del bar 一prácticamente一 a la fuerza, tal vez por el cólera que recorría toda su sangre o el hecho de que el castaño se tambaleaba y parecía ser casi incapaz de mantenerse de pie. El aire frío de la noche golpeó el rostro y una parte del pecho de Kai, haciéndolo temblar al instante ¿En qué momento había desabrochado el segundo botón de su camisa? Una pregunta tonta que abordó su cabeza a la vez que con su mano cubría dicha parte, como si se sintiera indefenso.

Taehyun no dijo ni una palabra hasta que ambos estuvieron fuera de la muchedumbre, el olor a alcohol, el baile desastroso y los colores del bar que para un ebrio como Kai luciría como un caleidoscopio. Estando afuera el mayor soltó de forma brusca a Huening y este como pudo intentó mantenerse en pie.

一¿Qué mierda te ocurre? 一Preguntó Taehyun, el enojo burbujeando en cada palabra dicha.

Kai no respondió, en su lugar fijó la vista en el suelo e intentó que las líneas del suelo dejaran de moverse, aunque tal vez era él el que se movía, no estaba seguro.

一¿No me vas a decir nada?

Más silencio.

一Kai, he estado buscándote todo el día para poder hablar ¿Y dónde estabas tú? ¡En un maldito bar! 一Bramó el más bajo, moviendo sus brazos y abriendo sus ojos de forma involuntaria para hacer énfasis en su humor一. Ni siquiera me molesta que hayas venido sino las intenciones con las que pudiste haber venido.

El menor continuó en silencio, logrando que Kang tuviera que inhalar y exhalar profundo en busca de paciencia, mirando al cielo nocturno y dando media vuelta en su lugar.

一¿C-cómo me encontraste? 一Inquirió el más alto, arrastrando las palabras en un balbuceo debido a su estado.

一Yeonjun me llamó.

El menor cerró los ojos con fuerza, agachando aún más su cabeza mientras maldecía a Yeonjun en su cabeza.

一Kai, ¿Qué te ocurre? Actúas raro y haces cosas que no harías normalmente, ¡Incluso estás ebrio cuando ni siquiera te gusta el alcohol!

一Ese no es tu problema.

Y esa quizás fue la frase que colmó a Taehyun.

一Me tienes harto. ¡Harto! 一Exclamó el mayor tomando sus manos entre ellas y moviéndose de forma brusca en su lugar, aguantándose el darle un golpe al propio aire.

一¡Pues que bueno! 一Exclamó el menor, alzando su cabeza de forma repentina y maldiciendo internamente el dolor de cabeza que le causó一, es la idea por si no te das cuenta.

一¡Pues terminemos entonces para que detengas tu mierda!

El tono de voz de Taehyun fue alto y venenoso, tanto que hizo que el menor le mirara con sus ojos bien abiertos, transmitiendo miedo, encogiéndose en su lugar por instinto, deseando ser pequeño para desaparecer de la vista del contrario.

Algunas personas que iban saliendo del bar y otras que iban caminando se detuvieron ante la exclamación del joven pelinegro. Yeonjun 一quién iba saliendo del bar también en busca de sus amigos一 se detuvo de inmediato al ver a sus dos menores mirándose fijamente, uno colérico y el otro asustado. Uno más arrepentido que el otro.

Taehyun respiró hondo antes de pasar su mano por su cabello, halándolo de forma inconsciente y mordiendo su labio inferior mientras buscaba paciencia.

一¿Sabes qué? Creo que... Creo que ya no puedo 一Confesó Taehyun, bajando gradualmente su tono de voz.

Kai ante las palabras del mayor no pudo evitar dar un paso hacia adelante para intentar tomar la mano del mismo.

Recalco, intentar, debido a que se detuvo en seco antes de siquiera terminar de dar el paso.

Taehyun debe terminar contigo.

El aludido miró a los alrededores, su expresión se volvió avergonzada cuando notó que estaban siendo observados.

一Taehyun-...

一Yeonjun hyung... 一Llamó el más bajo, ignorando el llamado del castaño cuandl el aludido le dio toda su atención一 ¿Puede llevarlo a casa?

El mayor asintió, disculpándose con los que habían presenciado la discusión a la vez que se acercaba al más alto. Tomó a Kai por los hombros para guiarlo de camino a su auto mientras que el castaño 一perdido en su mundo一 veía como Taehyun se iba a paso firme por la calle que apenas era bien iluminada por los faroles, en sentido completamente contrario a él.

一Taehyun... 一Susurró Kai de forma casi inaudible, deseando con todas fuerzas que de alguna manera su pareja lo escuchara一, Taehyun, lo siento.

Pero el mayor estaba demasiado lejos para escucharlo.



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