Capítulo II: Shisui Uchiha.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Boruto y yo fuimos a cenar a un restaurante de la ciudad, mis trabajadores habían escogido el lugar donde les daría su pagó de la quincena. Todos parecían querer al pequeño Boruto, uno de los trabajadores más grandes que tenía a mi disposición le compró un postre, yo insistí en pagar pero no me lo permitió, dijo que era suficiente con que fuera amable con todos ellos.
Me retiré cuando mi hijo y yo terminamos de comer, Boruto comenzaba a dormirse en mis brazos así que no fue necesario usará un pretexto para irme temprano. No es que no quisiera convivir con mis trabajadores, solo se trataba de mi padre y mi padrino, ellos se molestaban si no regresaba a casa con Boruto pronto.
Al salir del restaurante me encontré con alguien que no esperaba. Sasuke, mi mejor amigo de la infancia, me saludó para impedir que escapara.
—Que gusto verte Naruto— Sasuke dió los últimos pasos que lo alejaban de mi, yo solo baje la mirada, sentía vergüenza de ver a Sasuke. Él habría impedido que le hiciera daño a Hinata presentándole a su primo, pero yo había sido egoísta. Sasuke tenía razón, como todo el tiempo.
—También me da gusto, ¿Has regresado a la ciudad para quedarte?
Sasuke rió un poco de mi pregunta —No regrese para quedarme. Vine con uno de mis primos a realizar unos negocios con el padre de Hinata, uno de nosotros tenía que quedarse para supervisar las oficinas que se instalarán aquí, pensaba ser yo pero mi primo se encontró a una novia.
También reí para aliviar la tensión que solo yo parecía sentir —¿Cuál de tus primos se queda?
—Shisui.
—Shisui siempre fue bueno con las mujeres.
Sasuke rodó los ojos fingiendo molestia —Dímelo a mi. Llegó un momento en que comenzó a ser molesto.
—Shisui nunca fue molesto, él me trataba muy bien.
—Eso es porque no lo mirabas cuando llevaba chicas a la casa, en una ocasión mi madre corrió a su cita por ser demasiado "provocativa"— Sasuke seguía pareciendo divertido al hablar de las malas experiencias de Shisui, yo no encontraba como huir. Era solo cuestión de tiempo para que Sasuke notara al niño en mis brazos.
—No puedo imaginar a Mikoto-san corriendo a una chica de su casa— respondí con una sonrisa nerviosa.
—¿Y ese niño?
Pasé saliva, ya se había tardado en ver a Boruto —Es mi hijo.
—¿Hinata y tú tienen un hijo?— asentí —Felicidades. Después de todo la hiciste feliz.
Aparté la vista de nuevo, tenía tanta pena —N-no, Hinata y yo nos separamos.
—Oh— Sasuke apartó el cabello que cubría la cara de Boruto, no preguntó el motivo de nuestra separación, pareció notar mi incomodidad —Lo siento.
Sasuke se despidió de mi con un pretexto, la alegría de ver a un viejo amigo después de varios años se esfumó.
—Espero ver a Shisui también— le dije antes de que se fuera. Sasuke ya no respondió.
Era otro fin de semana que me tocaba con Boruto. Ese día el trabajo terminó temprano, le llamé a Hinata para pedirle permiso de ir por Boruto más temprano de lo habitual, ella no tenía inconveniente.
Estacioné enfrente del edificio de departamentos y subí por el ascensor. Estaba ansioso por ver a Boruto, y también por ver a Hinata. Hacía mi pequeña lucha para recuperar su amor, aunque no estaba progresando demasiado. Por ahora, Hinata ya aceptaba las flores que le regalaba.
Toqué el timbre cuando llegué a la puerta que me separaba de mi hijo, Boruto salió corriendo a recibirme con varios besos en mis mejillas.
—¡Otôsan te extrañaba!
—Yo también te extrañaba Boruto.
Hinata apareció detrás de Boruto, tenía puesto un vestido azul que llegaba a la mitad de sus muslos y unas zapatillas negras. Su cabello iba en una coleta alta, llevaba unos aretes a juego con su vestuario y un maquillaje discreto. Mis ojos no se despegaban de su figura, hace tiempo que no miraba a Hinata tan arreglada.
—¿Esperas visitas?— pregunté con temor de la respuesta —N-no quería ser impertinente.
—Okasan tiene una cita de trabajo— respondió Boruto por su madre, Hinata asintió con una sonrisa para nuestro hijo.
—Te miras muy linda— ella se sonrojo ligeramente por el cumplido, yo comencé a tropezar con mis palabras —No quiero decir que nunca te mires linda, e-en realidad, siempre te mi-miras muy bien. Pero hoy te miras increíble, aunque no es porque te hayas arreglado demasiado, de verdad siempre te miras linda— Boruto me miró con el ceño fruncido, ninguno de los dos me comprendía por completo lo que decía —Debe ser el vestido— murmuré.
—Gracias Uzumaki-san.
Me sonroje fuertemente, desde hace años que los papeles habían cambiado. Yo era el enamorado que se sonrojaba por todo y en ocasiones tartamudeaba.
—Pensé que ya tenías trabajo.
—Si, pero mi padre quiere que me haga cargo de la negociación con unos clientes nuevos. Me hará una entrevista para verificar que esté preparada.
Hinata no me miraba a los ojos, parecía estar mintiendo, pero ella nunca hacía eso. Asentí con una sonrisa.
—Te deseo mucha suerte.
—Adiós Okasan— Boruto besó las mejillas de su madre y luego tomó mi mano para salir juntos del edificio.
Boruto conversaba sobre los amigos que había hecho en la semana, yo prestaba total atención. Mi hijo cumpliría cuatro años en unos meses, le estaba comentando sobre la fiesta que mi padre le quería realizar en casa cuando Boruto salió corriendo y abrazó a un hombre que no reconocí a la primera.
—¡Shisui-san, Shisui-san!— corrí para alcanzarlos, Shisui sonrió y despeinó el cabello de Boruto.
—¿Qué tal pequeño?
—Iré a la casa de mi papá.
—Shisui— no entendía de dónde se conocían mi hijo y Shisui, pero me daba gusto ver al primo de Sasuke —¿Cómo has estado?, Me enteré de que planeas quedarte en la ciudad.
Boruto se despegó de las piernas de Shisui y regreso a mi lado.
—Estoy bien— él rascó su cuello un poco incómodo —Estas bien informado, tengo planeado regresar a la ciudad por tiempo definitivo.
—¿Quién es la afortunada?— pregunté con una sonrisa de complicidad. Shisui siempre había sido bueno conmigo, merecía ser feliz.
—Prefiero no hablar de eso.
—¿Y qué haces por aquí?
—Vine por mi cita.
—Vaya— Boruto extendió sus brazos, lo cargué y lo sostuve bien —Tu novia debe ser alguna vecina de Hinata.
—Si, algo así.
—Shisui-san es amigo de Okasan— me dijo Boruto con mucha felicidad —Él me regaló un nuevo videojuego.
—Gracias por eso Shisui— le agradecí. Shisui asintió, viendo a cualquier lugar menos a nosotros.
—No es nada, me encontré a Hinata hace unas semanas. Me contó del pequeño Boruto y no pude resistirme a conocerlo.
—Okasan dice que soy irresistible— dijo Boruto causando una risa sincera en Shisui y en mi.
—Lo siento Shisui, sé que Hinata es como una hermana para ti y yo no quería...
—No te disculpes Naruto, Hinata y tú son grandes y sabían lo que hacían.
—Gracias por entender.
—Tengo que irme, llego un poco tarde.
Boruto y yo nos subimos a mi auto, nos fuimos cuando perdimos de vista al primo de Sasuke. Mi hijo me contaba como fue que su madre le presentó a su amigo, siempre había sabido que Shisui y Hinata eran muy cercanos, podía imaginar la alegría que debía tener al verlo de regreso.
—Shisui-san me regaló un videojuego. Antes no me gustaban porque pensaba que encerraban gente pequeña dentro de las pantallas, pero Shisui-san dijo que no eran gente real, solo dibujos.
—¿No eres muy pequeño para videojuegos?
—Okasan solo deja que lo use cierto tiempo a la semana, y le pidió a Shisui-san que solo me regale juegos educativos.
—Eso suena bien Boruto.
Unas semanas antes.
Hinata.
Si era sincera conmigo misma, no odiaba a Naruto. Mi madre me había enseñado que el odio era un sentimiento demasiado fuerte, tan fuerte como el amor, aunque fueran contrarios. Era más fácil para mi mantener cierta distancia, tal vez lo había perdonado por el bien de mi hijo, pero eso no quería decir que las cosas volverían a ser como antes.
Boruto era idéntico a Naruto, incluso tenían la misma hiperactividad. Solo se diferenciaban en que mi hijo demostraba un poco más de inteligencia que su padre a tan temprana edad. Boruto siempre besaba mis mejillas, y cuando miraba que estaba triste por algún motivo, él me abrazaba y decía que me protegía. Tener a Boruto no interrumpió mis estudios, algunos solían señalarme, pero mi compañera Temari siempre salía en mi defensa. Con el nacimiento de mi hijo, mi relación con mi padre mejoró notablemente, era como si jamás hubiera escapado de casa. Mi padre solía restregar su mejilla con la de Boruto cada vez que lo miraba. Mi mamá no tuvo la misma suerte, ella murió antes de conocer a Boruto. Solo había alcanzado a darle mi perdón por dejar que mi padre no me permitiera acercarme a casa de nuevo.
Los fines de semana que Boruto no estaba en el departamento todo se sentía más vacío. Mi hijo sin duda alegraba el lugar. Boruto había entrado a preescolar hace unos meses, yo me había hecho a la idea de que no estaríamos juntos todo el tiempo. Debía darle su espacio a Boruto para jugar y estudiar los libros de aviación que le gustaban.
Decidí utilizar unas zapatillas deportivas de color negro para combinar con el pantalón de mezclilla que tenía puesto. Tomé mi cartera, las llaves y el celular y salí del departamento. Los fines de semana en que Boruto no estaba, solía salir a comprar algunas cosas que faltaban en casa para entretenerme un poco.
El mercado se encontraba a tres cuadras, preferí caminar para hacer un poco de ejercicio. A mitad de camino, una silueta llamo mi atención. Me acerqué por su espalda y toqué su hombro para ver si se trataba de quién pensaba. Me alegré al saber que no era un error.
—Shisui-kun— el parpadeo varias veces, yo no espere a que me reconociera, lo abracé con todas mis fuerzas —Te extrañé mucho Shisui-kun.
—¿Hinata?— asentí sin despegarme de él. Shisui se había ido junto a su familia antes de mi boda con Naruto, estuve triste por su partida sin despedida, pero según mi madre la familia Uchiha había tenido que irse de improviso debido al trabajo del padre de Itachi y Sasuke.
—Te fuiste sin despedirte de mi— contener mis lágrimas fue una misión fallida, en ocasiones solía ser muy sensible —Te extrañe tanto Shisui-kun.
—Pues tendrás que demostrar que me extrañaste Hinata-chan— la voz de Shisui había cambiado un poco, antes era grave, ahora era más.
—¿Una serie de abrazos y besos vergonzosos serán suficientes?— separé mi rostro para poder verlo a los ojos, Shisui todavía no me soltaba de sus brazos y eso me dió un vuelco al corazón.
Shisui había cambiado con los años, al menos físicamente. Era como una cabeza más alto que yo, sus hombros eran anchos y las facciones de su rostro habían mejorado, claro si eso era posible. Shisui siempre había sido atractivo, era el sueño de cualquier chica.
—Una serie de abrazos y besos vergonzosos me vendría muy bien.
—Una serie de abrazos y besos vergonzosos será.
Comencé a besar las mejillas de Shisui, le siguieron su frente y la punta de su nariz. Él sonreía y acariciaba mi espalda, centímetro a centímetro. Había una sensación agradable en mi interior, era diferente a la que sentía cuando tenía muestras de cariño con mi hijo o algún familiar cercano, también era diferente a lo que alguna vez sentí por Naruto o por un amigo.
Volver a ver a Shisui fue lo mejor del fin de semana, hablamos sobre su vida fuera de la ciudad y mi vida a lado de Naruto. Shisui me dijo que no era mi culpa que las cosas no funcionaran, y que era una buena decisión de mi parte permitir que Naruto viera a nuestro hijo. Le presente a Boruto un lunes, después de las clases de mi hijo, Boruto y Shisui se llevaron bien de inmediato. Para la primera semana parecían ser buenos amigos, Boruto incluso me pedía que Shisui lo llevara a comprar videojuegos o cosas que le pedían en la escuela, (mi hijo no me incluía en esas salidas, le agradaba la idea de salir solo con Shisui).
Los fines de semana sin Boruto ya no eran solitarios, Shisui me invitaba a citas que terminaban con algunos besos inocentes. Al principio me sentía como una adolescente enamorada, saliendo a escondidas de su padre, (en mi caso mi hijo). Desde que había terminado mi matrimonio con Naruto no había salido con ningún hombre, primero era porque me había concentrado en cuidar mi embarazo, después solo se trataba de que mis pretendientes huían cuando se enteraban que tenía un hijo. Shisui no se había ido, él sabía que tenía un hijo y aún así demostraba abiertamente su interés por mi. Dijo que se quedaría en la ciudad para estar con nosotros, la noticia nos alegro a Boruto y a mi, aunque claramente era por motivos diferentes.
Ese fin de semana fue diferente, me había arreglado de una manera especial, con el vestido azul que había comprado para la ocasión. Shisui me invitó a una comida en uno de los restaurantes que nos encantaba visitar cuando yo tenía catorce, los planes no salieron como esperaba, Shisui y yo no salimos de mi departamento en los días que Boruto estuvo con su padre. Mi habitación se había vuelto mi lugar favorito, con el cuerpo de Shisui debajo de mi mientras yo movía mis caderas, perfectamente motivada por sus palabras bonitas.
En la mañana del sábado fui la primera en despertar, estaba sirviendo un vaso de agua en la barra que había en mi cocina, Shisui llegó y me abrazó desde atrás cuando dejé el vaso. Me sentía un poco avergonzada, solo tenía puesta la camiseta de Shisui y mis bragas.
—¿Por qué te has levantado?, Mi plan era no permitir que te levantes de esa cómoda cama que tienes— Shisui deslizó sus dedos por mis muslos y pasó su lengua por mi cuello. Me estremecí de placer, ahora lo único que quería era volver a la cama, tenía tiempo sin sentirme amada de esa forma y me sorprendía saber que no era tarde para mí —No me quiero ver obligado a esposar tus muñecas a la cabecera de la cama.
—No te atreverías— sus besos me causaban cosquillas. Sentía su sonrisa sin tener que verla, por mí bien, sería mejor que no lo retara de esa forma. Con tal de afirmar sus palabras, Shisui era capaz de cumplir su broma.
—Sabes que lo único que nos separa por completo es una cosa.
—¿De qué se trata?
—Solo me falta tener una pequeña caja con un anillo dentro para estar de rodillas frente a ti.
—A mi no me hace falta un anillo para estar de rodillas frente a ti.
Sonreí al ver la expresión de Shisui. A él le gustaba jugar con sus comentarios que me hacían sonrojar, para mí era vergonzoso decir esas palabras, pero valía la pena al ver su estado.
—Me has causado un problema matutino— Shisui apartó las cosas que había en la barra de la cocina y me subió en ella —Afortunadamente tengo la solución al problema.
—Shisui-kun.
Shisui apartó mis bragas y entró en mi interior después de jugar un poco conmigo. Era extraño hacerlo en la cocina, me daba pena porque era el lugar donde miraba a mi pequeño Boruto desayunar. Me prometí que después iba a limpiar muy bien.
—Más rápido Shisui-kun.
—Quiero que hagas eso de lo que hablaste hace poco Hinata-chan.
—Pe-pero Shisui-kun.
—Si emites algún gemido, tendrás que cumplir. Si logras permanecer en silencio, haré lo que tú quieras.
Asentí, me parecía un trato justo. Shisui salía por completo de mi y volvía a entrar con fuerza, mantuvo el ejercicio por unos minutos. Yo cubría mi boca para evitar gemir.
Los movimientos de Shisui comenzaron a ser más rápidos, dejó de sostener mi cadera para jugar con mi clítoris con su mano derecha y pellizcar mi pezón con su mano izquierda. Mordí mis labios, pero fue un intento en vano.
—¡Ah!— su sonrisa de victoria se hizo presente —Shisui-kun, m-me gus-gustas mucho.
—También me gustas Hinata-chan.
—Mmm— mis ojos se fueron cerrando, estaba entrando a un punto del que tardaría en regresar.
—Será mejor que no estés cansada, he ganado el juego y después de esto quiero mi recompensa.
Sonreí con las mejillas rojas. Si Boruto lo aceptaba, podría salir con Shisui con completa libertad. Quería a Shisui, pero tenía miedo de que mi hijo no lo aceptara como algo más que el amigo de su madre.
—Solo si prometes preparar el desayuno.
—¿Lista para probar mis delicias culinarias, Hinata-chan?
—Contigo estoy preparada para todo.
En la actualidad.
Naruto.
Boruto y yo regresamos al departamento de Hinata el domingo por la noche, a la hora que siempre traía a mi hijo de vuelta. Tenía mucho entusiasmo por ver a Hinata, últimamente la notaba muy feliz, incluso me sonreía un poco, algo que no había sucedido desde que nos separamos.
Boruto tocó el timbre, no fué Hinata quien abrió la puerta. Shisui estaba ahí, con una playera sin mangas blanca y unos pantalones deportivos.
—Buenas noches Shisui-san.
Yo no pude reaccionar, había escuchado a mi hijo saludar pero seguía tratando de procesar lo que sucedía.
—¿Quién es Shisui-kun?
—Okasan— Boruto salió corriendo, mis ojos lo siguieron hasta ver como abrazaba a su madre. Hinata llevaba una playera más grande que las que usaba, probablemente de Shisui. El short que tenía puesto me permitía ver más de sus largas piernas.
Shisui carraspeó, se notaba un poco incómodo.
—Tengo que irme— murmuré, no sabía de dónde había obtenido el valor para hablar después de lo que había visto —Te llamo luego Boruto.
—¡Adiós Otôsan!
Corrí por el pasillo al ascensor. Apreté el botón varias veces hasta que las puertas se abrieron y entré. Ahora entendía el cambio de actitud de Hinata. Ya sabía quién era la persona por la que Shisui se quedaba en la ciudad. Contuve mis lágrimas hasta que llegue a mi auto.
Ya no tenía una oportunidad con Hinata.
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~••~
Créditos de los separadores a yuui7u7 ^^
Perdón por tardar en actualizar, no he tenido mucho tiempo :'v
Dejen sus votos y comentarios ❤️
Nos vemos en la próxima actualización 💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro