¿?: Meg, ¿eres tú?

Meg: ¡Laura! ¿Qué haces aquí? Pensé que llegarías mañana.

Laura: ¿No viste mi mensaje? Dije que el vuelo se adelantó para hoy –sonríe–

Meg: No ví tu mensaje porque se rompió mi celular –seria–

Laura: ¡Ay prima! Es como tu quinto celular en el mes –ríe–

Meg: Es el tercero, no seas exagerada –sonríe–

Laura: Bueno, como sea –mira a Milo– ¿Tú eres?

Milo: Milo Manheim, amigo de Meg. Puedes decirme Milo –sonríe–

Laura: Un gusto Milo –sonríe–

Meg: ¿Quieres que te muestre el departamento y tu habitación? 

Laura: No gracias, creo que puedo. Te dejaré con Milo, un gusto conocerte –sonríe y entra a la casa–

Milo: Igualmente –sonríe–

Meg: Bien, ¿entramos?

Milo: Sí, después de ti –sonríe–

Meg: Gracias –ríe, sonríe y entra–

(En casa de Meg)

Laura: ¡Meg! ¿Sabes dónde están las palomitas? –buscando en la cocina–

Meg: Laura, están delante tuyo.

Laura: Ouh –sonríe–

Meg: ¿Por qué quieres palomitas?

Laura: Iré al cine con un chico que conocí en el parque –sonríe–

Meg: Recién lo conoces y ya tendrás una cita con él –ríe–

Laura: No es una cita, es sólo una salida –sonríe–

Meg: Bueno, ¿cómo se llama el chico?

Laura: Liam.

Milo: ¿Qué pasa con Liam?

Meg: Tendrá una cita con Laura.

Laura: ¡Que no es una cita!

Meg: Bueno, pero calmate.

Laura: Ustedes son imposibles. Me voy –se va–

Meg: Bueno, ¿practicas conmigo?

Milo: Sí. 

Meg: Bien, lo primero es la seriedad.

Milo: Entiendo.

Meg: Así que debes estar serio y concentrarte –seria–

Milo: Está bien –sonríe–

Meg: Nada de sonreír, seriedad –ríe–

Milo: –ríe– Como diga señorita Donnelly

Meg: Bueno señor Manheim, ¿comenzamos?

¿?: ¿Comenzar con qué?

Meglo: Eh...