¿?: Vine a hablar contigo, ¿puedo?

Meg: Obvio que sí Milo, pasa –sonríe–

Milo: –entra a la casa–

Chandler: Bien, creo que nos vamos. ¿Verdad chicas? –sonríe–

Carla: Sí, nos vamos –sonríe y se va junto a Chandler–

Kylee: Adiós amiga –sonríe, se acerca a ella y le susurra– Buena suerte –se va–

Meg: Bueno, ¿qué me querías decir? –sonríe–

Milo: Yo... acabo de cortar con Holiday –sonríe–

Meg: ¿De verdad? –sonríe–

Milo: Sí, es verdad. Meg, desde que te vi estoy jodidamente enamorado de ti. Me gustas, y no creo que eso cambie –sonríe– Eres amable, divertida, simpática, graciosa. No me alcanzan las palabras para describir que contigo me siento el hombre más afortunado del mundo.

Meg: Milo, yo...

Milo: Meg –le sonríe– Tú... ¿quisieras ser mi novia?

Meg: Milo, sí, me encantaría –le sonríe–

Milo: ¿De verdad? –sonríe–

Meg: Sí. Creo que ese beso que nos dimos, lo estaba esperando desde hace bastante. Mi cabeza no quería aceptarlo, pero mi corazón sí. Y sí, también estoy jodidamente enamorada de ti –sonríe–

Milo: Eso es genial, porque ahora puedo decirle al mundo que tengo a la mejor novia del mundo... Tú –sonríe–

Meg: Y yo puedo decirles que tengo al novio más lindo y comprensible de todos –sonríe–

Milo: Te quiero Meg, como nunca quise a nadie –sonríe–

Meg: También te quiero Milo –sonríe–

Milo: –se acerca y la besa–

Narra Meg: Esta vez le seguí el beso sin culpa alguna, Milo ya no estaba con Holiday y me quería. Me sentí la mujer más afortunada del mundo, eso cambiaría en un par de meses, pero a mi yo del pasado no le importó. Este momento parecía un sueño, y eso era todo lo que le importaba...