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Ser el nuevo rey del mundo demoniaco no era nada fácil, desde que el antiguo rey dejó su cargo y escapó con su reflejo, el mundo cayó en un caos tan grande que pareciera que The Void volvería al tiempo que los demonios intentaron revelarse al antiguo rey y su reflejo, unos británicos que, en palabras de Luo Binghe, estaban demasiado enamorados de la vida como para pelear a muerte.
La pareja escapó y nadie volvió a verles en ninguna parte del universo.
Así que Binghe vio la oportunidad y la tomó.
Y ahora como el amo y señor de todo un mundo, él mismo debería saber cómo lucía su reflejo. ¿Verdad? Se supone que los brujos reflejo compartían razón de ser, motivaciones o apariencia. Aunque eso era para brujos que nacían al mismo tiempo que sus reflejos, el rey Luo Binghe llevaba veinte centenas existiendo y jamás le había intentado contactar su reflejo, así que asumió que el mismo murió o jamás nacería.
Hasta que lo llamaron.
Se sabe que cuando un humano, brujo o ser que intentase contactar, tenía una orden obligatoria, el demonio estaría amarrado a hacerle caso a la misma y seguir a su nuevo dueño hasta que su petición fuera cumplida.
Por lo general la gente no sabía de esa regla, era demasiado conveniente para cualquier que quisiera esclavizar demonios el saber aquello, habían tres reglar irrompibles que nadie fuera de ellos debían saber por su propia seguridad.
Luo Binghe había pasado mucho tiempo siendo llamado por brujos expertos, quienes deseaban su poder o su cuerpo, por lo general sus primeras peticiones siempre eran saber su nombre y con ello podía deshacerse de los mismos, algunos otros al verlo exigían una noche de pasión con el demonio, por lo general cuando estaba de humor, le ofrecería la posibilidad al brujo o brujo que hubiera sido capaz de invocarle para unirse a su harén, después de todo eran los únicos capaces de lograr algo así, por lo que les ofrecía sexo, comida y aprendizaje infinito dentro de su palacio en The Void.
Entonces cuando el humano le solicitó que le enseñase, no pudo resistirse a aceptar, algo dentro de él se removió y le obligó a arrodillarse, no entendía que clase de fuerza sobrenatural se apoderó de él pero de algún modo se sentía... Correcto.
Se sentía bien.
—Ugh, levántate... —Le gruñó suavemente el humano, por lo que se levanta. —No sé que planeas, pero me pones muy incómodo. ¿Y cual es tu nombre siquiera? No me has dicho absolutamente nada importante y estoy empezando a desesperarme.— Ninguno sabía de donde salió tanta valentía, era algo asombroso para el demonio que alguien intentase de verdad ordenarle hacer cosas, ya sea hablarle o simplemente pedirle su nombre de manera exigente.
—El nombre de éste es Luo Binghe.— Al lord demonio realmente no le importaba decir o no su nombre, pero esa necesidad de responderle y hacer caso a absolutamente todo lo que el otro pedía o exigía era ciertamente abrumadora. —Éste se retirará en el momento que usted desee que lo haga y vendrá de inmediato a su llamado.—
—¡Entonces vete!— Y sin decir más, pero no sin antes hacer una reverencia, el demonio hizo aparecer un arma bastante hermosa, que guardaba un aura para nada agradable, hizo una raja en la realidad y se deslizó por ahí, dejando al humano completamente solo en sus pensamientos.
¿Qué acaba de suceder?
Luo Binghe, lord demonio del gran vacío infernal, sucesor del gran demonio de la Infelicidad, hijo del abismo, criado de Tianlang Jun, esposo de mil brujas y brujos...
Había actuado cual discípulo malcriado que volvía a casa con la cola entre las piernas y ese niño ni siquiera le había dicho su nombre.
Uno de sus esposos llegó a su lado, besando sus mejillas y levantando su rostro con las manos, era el único valiente en acercarse así mientras él estaba tan... Disperso.
—Lord Luo, deje que este Jin Su lo acompañe a darse un baño.— Y como si solo fuera un hombre, su esposo número... ¿Veinticuatro? Le llevó a dar un baño. Se sintió agradable, su mente vagaba en un extraño sentimiento de vacío por lo que ser tan atendido era bastante... Tranquilo.
Tenía que entender que sucedía con su cuerpo a la hora de ser ordenado por el otro brujo, el que dejó atrás, no al que estaba follando contra su cama. Jaló suavemente los cabellos del mismo mientras pensaba.
¿Por qué deseaba tanto obedecer a ese humano? ¿Por qué su cuerpo no dejaba de pensar en el olor de sus sábanas? Deseaba que el cabello largo de Jin Su fuera un cabello corto, que las caderas amplias de su amante fueran estrechas las estrechas que había visto envueltas en jean.
Maldita sea.
Todo se sentía tan poco claro.
Y con esa misma sensación llegó al orgasmo, el cual tampoco le ayudó a aclarar su mente, ni la sensación brumosa en su cuerpo. Mientras le daba el afecto pos coital a su amante, éste le ofreció su oído pudiendo ver los ojos confusos del Lord. El mismo no tenía nada que perder por lo que habló.
—Lord Luo, si pudiera opinar...— Éste recibió una mirada resignada de Luo Binghe. —Gracias a su infinita benevolencia éste ignorante decidió ampliar sus conocimientos en aspectos que pocos hechiceros suelen aceptar, ignorando su propio orgullo y respetando los límites que Lord Luo nos ha dado.— Éste se detuvo cuando Luo Binghe pidió que fuera claro, por lo que de inmediato dejó las embellecedoras palabras. —Éste humilde cree que podría ser, que el brujo que le llamó ésta vez... Su reflejo.—
El agarre de Luo Binghe en el cuerpo ajeno se ajustó al punto que podía ser doloroso, pero incluso si no lo fuera, ambos sabían que igualmente las marcas quedarían en su piel, estaba molesto, muy molesto. ¿Cómo no se le pudo haber ocurrido a él?
—Ve a buscar tus notas de inmediato.— El hombre más bajo se levantó de inmediato, sin hacer mueca o gesto por las marcas que ya formaban moretones en sus amplias caderas y el líquido que empezaba a manchar sus muslos. Le vio ponerse ropa con rapidez y salir sin decir nada. Luo Binghe sí se tomó su tiempo para limpiarse, como el Lord que es y preparó unos bocadillos, el brujo se lo merecía al despertar su curiosidad y clarificar ligeramente su mente.
Xin Mo susurraba que debía asesinarle si estaba equivocado.
Cuando su amante llegó con manos llenas, el aura amorosa del mismo pasó a ser uno autoritario, le sorprendía la capacidad de los brujos para cambiar, no por nada se enamoró de sus primeras tres esposas.
Su charla duró horas, donde Luo Binghe entendió completamente el problema en el que se había metido al hablar con el humano, le perdonó la vida sin que éste siquiera supiera que estaba en juego.
Ah, quizás debió llamar a Ning Yingying, sabía que ella y Jin Su se llevarían bien, por lo general todos los brujos y brujas de su harén vivían sus vidas a solas, aprendiendo e investigando cosas por su cuenta ya que ese era el trato, Luo Binghe jamás les negó verse entre ellos, por lo que habían algunos grupos de estudio, pero en su mayoría preferían la soledad.
Curioso era que recién en aquellos momentos, en los que dejaba que un humano le enseñara cosas de su propia biblioteca, se diera cuenta de la clase de extraña escuela de magia que se convirtió su palacio. Mucho harén y todo, pero Luo Binghe parecía más un director que mantenía relaciones sexuales con absolutamente todas las personas ahí, que un Lord o un marido. Ese pensamiento jamás había estado presente antes y ahora lo odiaba.
—¿Es normal sentir que tus pensamientos ya no son tuyos?— Preguntó sin pensar, a lo que Jin Su solo pudo abrir sus ojos de manera cómica.
—Es... Es parte de la mezcla, ha estado tanto tiempo separado de su reflejo que ahora que le conoció en persona su vínculo es demasiado intenso, eso podría explicar los mareos, pensamientos intrusivos y las ganas de obedecer... Lord Luo lleva muchos años viviendo en éste mundo así que la separación con su reflejo le debe estar pasando factura.— Luego de un momento de pausa, el brujo continuó. —¿Qué tal si pasa más tiempo con su reflejo? Quizás haga que eventualmente usted vuelva a ser usted.—
—¿Y todo eso sale en los libros?
—Sí y no.— Respondió, captando el tono en la voz de Luo Binghe, por algún motivo ambos se sentían en mejor sintonía y confianza que antes de empezar a estudiar las notas de Jin Su. —Soy un brujo que practica la clarividencia, si no fuera por mis visiones no habría podido irle a buscar cuando apareció. ¿Recuerda?— Él lo hace. — Sé que es solo una suposición de muchas el que funcione el plan, pero es mejor que no tener ninguno...— Binghe tarareó en respuesta, estando de acuerdo con el chico. —¿Cuanto ha pasado desde que Lord Luo vivió de manera activa en el mundo humano?— Él mismo tuvo que pensarlo seriamente por unos instantes, es verdad, habían pasado miles de lunas desde que Luo Binghe viviera en ese lugar.
—Lamentablemente éste Lord no ha tenido la oportunidad.— Ve como Jin Su asiente.
—Entonces tendré que ponerlo al día con la tecnología también, eso será más sencillo que hablar del futuro.— La sonrisa que le acompaña es suave, curiosamente maternal y eso era exactamente lo que Luo Binghe necesitaba.
Toda la situación había logrado aclarar muchos pensamientos y aquella sensación de bruma había bajado un poco, se sentía tan extraña la novedad en aquella situación y más que quién le ayude no fuera ninguna de sus esposas principales.
Esposo veinticuatro, quizás podrías ser de utilidad con mi reflejo.
Sonaba peligrosamente bien, por lo que esperaba no acostumbrarse.
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