EXTRA #1
27 de diciembre, 2017
Entro al comedor de la universidad dispuesto a pedir un café e irme de mi centro de estudios con la intención de ir a recoger a mi novia para pasar el rato. Espero de todo corazón que ella no esté ocupada y me mandé a pasar tiempo con su prima. Sin embargo, antes de llegar al mostrador y pedir lo que quiero, un rostro encorvado que observa con mucho detenimiento un pastel a medio comer, llama mi atención.
Hablando de la princesa de España.
¿Voy o no voy? Bueno, es parte de la familia de mi novia y no puedo quedarme sin haber visto eso.
Los pensamientos de ir por el café se esfuman cuando cambio el rumbo de mis pasos hacia la mesa donde aquella persona está.
— ¿Melissa? —llamo su atención.
— ¡Zack! —chilla y de inmediato sus dedos se dirigen a sus mejillas para borrar el rastro de las lágrimas.
— ¿Estás bien?
Obvio, está perfectamente. Por eso está llorando.
—S-si —tartamudea, nerviosa.
Sin preguntar y sin meditarlo, cojo el asiento a su costado. No pienso irme de aquí hasta que ella esté bien, es una buena persona y no me gustaría dejarla de esta manera.
—Se nota que no estás bien, cuéntame qué ha pasado.
Ella me observa con los ojos hinchados y llenos de lágrimas no derramadas. Sus mejillas se encuentran rojas y un puchero se forma en sus labios. Se le ve tan frágil y asustada. Melissa me agrada muchísima, pasar tiempo con ella no ha sido malo y no me he quejado de ello.
— ¿Qué haces aquí? —esquiva mi pregunta anterior.
Hago lo imposible para evitar rodar los ojos y solo le sonrío para reconfortarla. Ella necesita mi apoyo en estos momentos.
—Dejando algunos papeles.
—Es vacaciones —se encoge de hombros, gesto que no entiendo por qué hizo—, deberías estar en tu casa o pasando el tiempo con Leslie. —dice el nombre de su prima con desprecio. Es la primera vez que noto cómo ha hablado de ella.
— ¿Por qué dijiste de esa manera su nombre?
— ¿Cómo? —pregunta y pestañea sus ojos varias veces de manera inocente. Frunzo el ceño ante su pésima actuación.
— ¿Tienes algo contra tu prima?
—No —responde de manera cortante y cínica. Había pensado que ambas chicas se llevaban de maravilla.
—Pero...
— ¿Sabes, Zack? —Interrumpe mi intento de sacarle una respuesta— Estoy harta de que las personas no me crean. Acabo de tener una pelea con mi mejor amiga porque piensa que le estoy robando el novio. Yo no soy así, ni siquiera me gusta el chico.
Pobrecita.
— ¿Y por qué piensa eso?
Sorbe su nariz antes de dejar que las lágrimas desborden por sus mejillas. Demonios, no sé qué hacer para ayudarla. Observo el comedor con pánico para ver si hay alguien que pueda ayudarme pero apenas somos tres o cuatro personas presentes, incluyendo los que atienden.
—Melissa...
—Soy una persona muy sociable, m-me gusta hablar mucho y a veces no me doy cuenta de la impresión que doy a las personas. Sobre todo a los hombres. Y-yo no...
Se queda callada mientras los sollozos y espasmos atraviesan su cuerpo. Parece que fuera ahogarse con sus propias lágrimas. Sin pensarlo mucho mi mano se apoya en su hombro y le doy unas palmaditas, ¿eso le logrará reconfortar?
—Ella piensa que le coqueteo —termina confesando al cabo de unos segundos, en los cuales estaba a punto de volverme loco. Supongo que debo de aprender a mantenerme más frío cuando alguien llora, derrumbarme y entrar en pánico no me ayudará cuando sea médico.
—Supongo que no lo haces con intención.
— ¡No! —Grita, llamando la atención de los cuatro gatos aquí presentes— Yo no hago nada, soy solo yo. Pero ella no entiende y se enojó conmigo. No entiendo por qué, ella sabe que me gusta otro chico.
Espero que el chico al que ella se refiere se haya dado cuenta de la buena chica que tiene enfrente. Sin duda alguna, debería de abrir los ojos y notarla.
—Entonces, ella no estará enojada mucho tiempo, déjala para que medite y esté un rato sola. Se dará cuenta luego de lo que hizo y vendrá a pedirte perdón.
— ¿Tú crees? —levanta la mirada para observarme con tristeza.
—Claro, Melissa. Por algo es tu mejor amiga.
Ella voltea a mirar el postre a medio comer en la mesa. Lo observa con nostalgia, como si el postre le hubiese hecho daño, pero ella necesite eso. En serio, tengo que dejar de ver telenovelas con mis amigos, algo tienen ellas que me hacen ver todo como un drama constante, culpo completamente a Jean.
—Todavía no puedo creer que ella piense que le estuve coqueteando a su chico. Nunca haría eso.
Me encojo de hombros. A veces las mujeres son muy territoriales y complicadas.
¿Ejemplo de complicadas? Leslie.
—Bueno, si ya todo está bien, mejor me voy. Tengo que ir por tu prima.
Ella no dice palabra alguna, sigue observando su postre mientas yo la observo a ella. ¿No va a despedirse? ¿O decir gracias? No sé, estuve para ella en un momento donde necesitaba apoyo, aunque sea que me diga adiós.
— ¿Melissa?
—Me gustas, Zack.
Me atraganto con mi propia saliva.
— ¿Qué?
Está bien, no fue la mejor reacción de la vida. Siento que las manos me tiemblan y un nudo del tamaño de Texas se ha formado en mi garganta. ¿Qué puedo decirle? Estoy muy loco por su prima, no se supone que deba decirme cosas así. ¿Y si mejor me voy? Puedo marcharme lentamente del comedor.
—Y yo sé que estás con Leslie —interrumpe mis pensamientos de huida— y yo no haría nada para separarlos. Pero me doy cuenta de las cosas, Zack.
— ¿Qué cosas?
—Que tú estás dando más que ella. Se te nota más enamorado, se nota que tú estás haciendo de todo para que esa relación funcione y ella no hace nada. En algún momento te cansarás de estar esperando recibir algo a cambio.
—No sé por qué me dices estas cosas.
— ¡Porque no es justo! —se levanta de su asiento, casi tirando el plato con su torta al suelo. Se le nota herida y molesta— Leslie aleja a todo el género masculino de su radar. Apenas si acepta a Eduardo y Renato. ¿Cómo llegaste a sentir tanto por ella? Eres un chico increíble que merece mucho más de lo que mi prima te da.
—Cállate, Melissa —digo de una manera fría y siento como aprieto mis dientes causando un dolor leve en mi mandíbula.
—Hay otras chicas que son capaces de brindarte lo que ella no.
— ¿O sea tú? —no sé quién es esta persona que acaba de invadir mi cuerpo y está siendo frío y cortante con Melissa. Estoy seguro que sus palabras tienen un sentido y que son verdad pero estoy viviendo un momento de negatividad, no quiero aceptar que sea cierto.
—No hablo solo de mí —se acerca a donde estoy sentado, las puntas de sus zapatos chocan con los míos y arrastro los pies para alejarme de ella—, me refiero a que puedes enamorarte de una chica que dé todo por ti y tú des todo por ella. No quiero verte sufrir más adelante, Zack.
— ¿Por qué me dices todo esto?
— ¡No sé! —chilla, su voz suena dolida y no quiere continuar hablando pero lo sigue haciendo— Te conozco hace poco, pero me he dado cuenta cuando hablamos, cuando no ignoraste que yo estaba aquí y cuando te veo con mi prima, que eres alguien increíble y Leslie no se está dando cuenta del privilegio que tiene.
Comienzo a negar con la cabeza. Eso no es cierto, Leslie me quiere solo que no lo demuestra porque no le gusta. Ella me quiere como yo a ella. Cada uno lo demuestra como puede. Ella es insegura pero me quiere.
Ella me quiere, ¿no?
—Abre los ojos —murmura—. Mereces una chica con la que puedas hablar y pasarla bien sin que tengas que pensar dos veces lo que vas a decir.
— ¿Cómo sabes ...
—Una se da cuenta de las cosas.
No, eso no es cierto. Bueno, tal vez un poco. Cuido mucho mis palabras cuando estoy con ella porque tengo miedo de que en algún momento salga huyendo; pero es porque quiero tener las palabras indicadas para no hacerle daño, no ando en puntillas con ella. No es así.
—Amo a mi prima, puedo considerarla la mejor prima del universo. Siempre poniendo la felicidad del otro por encima de la suya, sin embargo, siento que te usa. Que más bien está tan presionada por sus amigos y por ti que por eso aceptó estar en una relación contigo. No te quiere
—Sí me quiere.
— ¿Estas muy seguro de ello? —pregunta y siento el odio en sus palabras. Siento como si estuviese buscando lo necesario para herirme.
—Sí —respondo llenando mi voz de seguridad. No sé si acabo de fingirlo o solo estoy negando algo que está frente a mis ojos. Creo que estoy ocultándolo porque no quiero creer que sea así.
—Zack...
—Mejor me voy —me pongo de pie.
No observo a Melissa, no observo el comedor, soy guiado por mis propios pies sin que mi cerebro registre lo que está pasando y solo salgo del lugar. Como instinto propio solo camino hacia el estacionamiento donde está mi carro. No me despedí, no le dije palabra alguna para que se retracte de lo que dijo.
Quiero a Leslie, quiero a Leslie. Demonios, en serio la quiero. No debo cometer alguna tontería. Pero ¿Si lo que Melissa dijo es cierto? No se le puede llamar relación a lo que tendríamos, porque sería hacernos daño. Nosotros no nos hacemos daño, ¿cierto?
Mierda, no. Yo la quiero.
En algún momento ella mostrará sus sentimientos, yo lo sé. Ella me quiere, yo lo sé. ¿Estoy seguro de ello?
Mierda, Melissa, no debiste decirme eso. La cabeza me está dando vueltas.
Mejor hago algo para distraerme. ¿Y si me voy al internado? Sí, es una buena idea. Dedicar mi tiempo para hacer lo que amo es una buena distracción del lio en mi cabeza.
Leslie me quiere y yo la quiero a ella.
¿Cierto?
Con la intención de quitar esa inseguridad de mi cabeza saco mi celular para marcar el número de mi mejor amigo, prácticamente mi hermano.
Suena cuatro veces hasta que mi amigo por fin se digna a atender la llamada.
— ¿Aló? ¿Jean? —sueno preocupado.
— ¡Zachary! —dice, emocionado.
— ¿Leslie me quiere? —pregunto lo primero que se me viene a la cabeza. Tenía planeado explicarle muchas cosas y hacer todo un discurso previo antes de arrojarle esa pregunta
Llego hasta mi carro y me apoyo en el capo de este. La universidad se encuentra casi desolada por las vacaciones así que nadie me verá si entro en pánico.
— ¿A qué viene esa pregunta? —cambió su tono de despreocupado a uno completamente serio.
—Acabo de tener una conversación muy acalorada con su prima.
— ¿Su prima es caliente? —pregunta con un tono sugerente.
—Tengo novia —hablé. Se notó clarísimo mi enojo ante su sugerencia anterior.
No quería pensar en Melissa de esa forma, suficiente con saber que ella siente atracción por mí y después me dijo todo eso sobre mi relación con Leslie.
—Joder, no te aguantas una.
—Jean...
Estoy desesperado por su respuesta. Quiero saber si Melissa tiene razón, a pesar de que una voz en mi cabeza me grita de que sí.
—Zachary, esa chica te quiere. No te llenes de inseguridades.
— ¿Estás seguro?
—Mira, si ella no te quisiera no estaría contigo. Si ella no te quisiera te hubiese rechazado anteriormente. Sé que ella no te lo demuestra pero de alguna forma se le nota.
—Gracias —suspiro.
A pesar de que me ha dicho algo que me debería de hacer feliz, no lo hace. Estoy loco, completamente loco por encontrar esa seguridad de que estoy con una chica que siente lo mismo que yo. No creo que si le pregunto ella me lo responda, me evadirá la pregunta y la responderá de la forma más fácil posible.
¿Cómo diablos obtengo esa seguridad?
¡Maldición! Melissa, me has vuelto un hombre envuelto en las inseguridades.
De inmediato corto la llamada con mi mejor amigo sin ni siquiera despedirme, ya que el sonido de un mensaje de texto llamó mi atención.
«Lo siento, lo siento, lo siento. En serio no debí decir eso, tú y mi prima deben estar juntos para toda la eternidad. Olvida nuestra conversación. Zaclie por siempre »
***
Aquí vengo yo a abrir la herida :)
La pregunta es: ¿Cómo rayos Zack comienza a sentir cosas por Melissa después de una conversación así? Pues, es la magia de la televisión. Okno.
Quería poner esta escena porque es algo que yo quería saber, porque juro, en serio juro que Melissa es buena pero a veces la presión social y las cosas que una se imagina juegan un mal papel y termina haciendo cosas que todos reprochamos.
A la que tenemos que odiar es a África, en serio. La odio, quiero que la odien conmigo. (Okno) Yo tengo un amor - odio por ella.
El próximo extra será de un momento de Leslie durante esas dos semanas antes del epílogo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro