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Momentos que sucedieron hace muchos años atrás.

Advertencia: Fíjense las fechas.


17 de enero, 2009

—Hola —un chico que reconozco es del equipo de fútbol de Eduardo aparece frente a mí.

—Hola —respondo, entusiasmada. Siempre es bueno conocer nuevas personas.

—Soy Ignacio Córdova y... —esto es Disney Channel— es un gusto conocerte.

Es un lindo morocho que posee una tímida sonrisa y puedo notar la inseguridad en su mirada, pero eso no evita que se vea guapo de una manera dulce, claro.

—Soy Leslie —extiendo mi mano para estrechar la suya. Su sonrisa se agranda.

—Me puedes decir solo Córdova o como desees, la verdad.

— ¿Eso le dices a todas? —enarco una ceja. Me muestro seria a pesar de que por dentro estoy riéndome.

—No, y-yo solo estoy nervioso por conocerte.

—Entonces no te la hago difícil —dejo de ser seria y muestro una sonrisa reconfortante para aminorar sus nervios, cosa que me parece dulce—. Hola, Córdova. Soy Leslie y debes reconocerme por ser una de las mejores amigas de Eduardo y Renato.

—Soy Córdova y debes reconocerme por ser parte del equipo de Eduardo y Renato, y por ser el delantero.

¿Él juega de delantero? Debería de poner más atención en los demás jugadores.

—Lo siento, pero cuando veo los partidos solo veo a Renato y Eduardo. No reconozco a los demás, solo les grito por el número de su camiseta —él ríe por mis palabras.

—Eso duele —finge una mueca de dolor sobreexagerada—. Pensé que al menos conocías los nombres, digo, estamos en el mismo grado; al menos deberías conocer nuestras caras.

Niego con la cabeza mientras suelto una carcajada. Qué vergüenza conmigo.

—Tengo mala memoria. Lo siento.

— ¿Realmente lamentas herir mis sentimientos?

—Algo así —sonrío. El morocho frente a mí intenta mostrarse afligido y ocasiona que yo suelte otra carcajada.

—Sé que no lo lamentas. No te preocupes, haré que no te olvides de mí.




28 de abril, 2009

—Te gusta el chico —preguntó de manera sugerente. Hasta usó una voz ronca muy diferente a la suya comúnmente

—No —sacudo la cabeza en negación—, me agrada bastante, es un chico lindo y me agrada...

—Te gusta el chico —me interrumpe antes de que empiece a decir tonterías porque literalmente estaba a punto de empezar a divagar para defender mi punto.

Contrólate, Leslie.

—No —empiezo a reír para no parecer nerviosa aunque creo que eso me delata aún más—, te he dicho que me agrada.

—Leslie está enamorada —empieza a canturrear provocando que yo ría más fuerte.

— ¡Dejam... —cualquier cosa que iba a decir fue interrumpida por los gritos que se escucharon en el segundo piso. Observé a mi amigo llena de dudas pero él solo se limitó a alcanzarme el tazón de palomitas de maíz.

Él empieza a removerse en su asiento.

— ¿Pasa algo? —pregunto señalando hacia las escaleras de la casa.

Eduardo negó y prendió la televisión eligiendo una de las tantas películas. Me acomodé a su costado e ignoré lo que sucedía en el segundo piso de la casa y fijé la mirada en la película.

— ¿Así que Córdova? —preguntó al cabo de unos segundos. Empecé a reírme.

— ¡Ay, Dios!

—Si el chico te pide ser su novia, ¿qué le dices?

Han pasado tantas cosas con Córdova estos meses que sinceramente creo que sí valdría la pena darle una oportunidad. La oportunidad de ser mi primer novio.

Bajo la mirada a mi regazo sin borrar la sonrisa que se había formado en mi rostro anteriormente, mi amigo empezó a reírse ante mi gesto.

—Creo que le diría que sí.




16 de mayo, 2009

Córdova me dijo que nos veríamos después de clases, me parece extraño que todavía no salga. Me considero una persona paciente, pero lo he estado esperando por un largo rato y la verdad es que ya estoy cansada.

Entro al colegio para buscarlo, me imagino que debe estar en el patio o en su salón de clases. Decido ir primero al patio y no hay rastro de él ni de ningún alumno y eso que busque por todos lados o algo así; la flojera gana en varias ocasiones.

Me dispongo a subir al segundo piso para buscar en su salón de clases cuando escucho unos cuantos murmullos. No soy una persona curiosa pero justo, por obra y gracia de Dios, tengo que pasar por allí.

Creo que la idea de vivir en ignorancia era la peor así que agradezco a Dios por ser su hija favorita y al Espíritu Santo por ver una escena que me hace abrir los ojos.

Córdova está intercambio flujos de ADN a través de su boca con una chica de las porristas del equipo.




19 de mayo, 2009

—Déjame explicarte —me ruega.

—Claro, pero... ¿qué quieres explicar? Estabas besándote con una chica, tienes todo el derecho. Total, no estábamos juntos.

—Pero, es que...

— ¿Qué? —Sonreí con inocencia— No te preocupes, en serio. Me hiciste dar cuenta que no debíamos de estar juntos. Suerte en todo, Córdova. No soy una chica resentida, solo mis amigos lo son.

Doy media vuelta y camino en busca de mis tres resentidos y vengativos mejores amigos.




21 de junio, 2009

— ¡Te cortaste el cabello!

Mis dedos tiran de mis hebras cortas de cabello, me llega a la barbilla. Aunque es extraña la sensación de tenerlo tan corto, me gusta.

Un cambio para que se note más mi rostro y no me vean la cara de tonta.




26 de agosto, 2009

Muchos dicen que por lo sucedido con Córdova yo me cerraría al tema de los noviazgos y toda esa cosa. Sinceramente, no pasó nada para mí.

¿Estuve dispuesta a un romance? Claro que sí solo que no se dio la oportunidad porque Renato y Eduardo se pusieron en plan: Te acercas a nuestra amiga y te mato.

A veces son demasiado sobreprotectores.



06 de octubre, 2010

Entro a la clase que me registré de francés. No me gusta el ingles así que me decidí por otro idioma para hacer más feliz a mi padre.

Entro, repaso con la mirada el salón y cuando escojo un asiento libre me siento.

Dos chicas me rodean y de inmediato me pongo a hablar con ellas.




16 de octubre, 2010

—Eres muy habladora — un chico se sienta a mi costado antes de que dé inicio la clase. Llegué muy temprano el día de hoy.

Le doy un breve repaso antes de seguirle la conversación. Se nota a leguas que es mayor que yo, su mirada es tierna pero oculta bajo unas gafas negras de montura, su piel morena llama mi atención porque contrasta enormemente con la mía.

—Algo propio de mí, no me gustan los silencios.

—Te llamas Leslie, ¿no? —por un momento me asusto al pensar que el chico pudo haber estado acosándome para saber mi nombre, sin embargo, recuerdo que nos llaman a través de una lista en frente de todo el salón así que fácilmente se pudo aprender mi nombre de esa forma.

Asiento.

— ¿Y tú eres? —debería de estar más atenta a los nombres de los demás.

—Francisco. Me parece raro que no conozcas mi nombre. A cada rato estoy participando, pensé que mi nombre y mi rostro iban a ser recordados por siempre.

—Ah, bueno. Un gusto.

—Tal parece que seremos pareja el día de hoy —me muestra una tímida sonrisa.

—¡Qué privilegio! —me burlo.



18 de noviembre, 2010

Vía MSN Facebook


«Y entonces todo cayó sobre mí»


«JAJAJA ¡Pobre! Eso debió de doler»


«Y mucho.

¿Y te gustaría conocerlo? Podemos salir después de clases»


«Claro, Francisco. Me gustaría conocerlo»




25 de noviembre, 2010

— ¿Cómo va todo con Francisco? —América me pregunta sonando muy curiosa pero intenta fingir que no lo está.

—Lento pero seguro —sonrío—. No quiero cometer los mismos erros que con Córdova.

—Francisco se ve un buen chico.

—Eso decían de Córdova —empiezo a reírme.

—Y ya vimos lo que pasó —se ríe. América me entiende tanto, ambas estamos deseosas de saber qué pasará con Francisco en un futuro.

Estoy muy nerviosa e impaciente porque se ve que es buen chico.

Comienza a jugar con su cabello y yo observo mientras enrolla y desenrolla su rulo.

—Estabas pensando que puedes conocerlo.

— ¡Ay, qué privilegio! Le gané a Eduardo y Renato.

—Por ahora empezaremos contigo. Solo no le digas a los chicos que los pones celosos.




26 de diciembre, 2010


«Hola, Leslie. Solo te envío este mensaje para decirte que espero hayas pasado una hermosa Navidad. Tan hermosa como tu sonrisa y tan increíble como lo soy yo.

Ya estaremos viéndonos o tal vez te llame a las tres de la mañana como hace unos días. Sé que te encantó hablar conmigo tanto como a mí me encantó.

Adiós»




13 de enero, 2011

— ¿De nuevo llamándome a las dos de la mañana? —me burlo. Mi voz suena somnolienta porque estaba dormida y él interrumpió mi hermoso sueño.

—Hola —canturrea— ¿Qué te parece si mañana salimos? Asi como una cita.

— ¿Una cita? —todavía estoy bajo la nubla del sueño. No me hago responsable de cualquier tontería que vaya a decir.

—Exacto —susurra al otro lado de la línea—. Yo... bueno... me gustaría salir contigo.

—Pues, claro. ¿A dónde iremos?

—Tú déjamelo a mí.

Francisco tiene tres años más que yo, eso quiere decir que está en su primer año de la universidad. Prácticamente estoy saliendo con un universitario.

América me molesta con la idea de que me gusten mayores.




14 de enero, 2011

—Hey —atraigo su atención al llegar al lugar donde acordamos encontrarnos.

—Hola —sonríe dulcemente—. ¿Estás lista?

—Claro, solo espero que no sea la gran cosa —le doy una seña a mi vestimenta pues estoy lo más sport posible. Quería estar cómoda y me arrepiento un poco de ello porque él está muy arreglado.

—Cine y comida después. ¿Crees que es la gran cosa?

—Me parece perfecto. Vamos.




24 de enero, 2011

Intenta tomarme de la mano pero huyo de aquella acción porque no me gustan los gestos románticos como ese. Realmente no me gustan los gestos románticos en general, en especial si es que son públicos.

Él sonríe ante mi intento de huida y se encoge de hombros indiferente a lo sucedido; solo seguimos caminando como si nada.

—Cuando te conocí no pensé que llegaríamos a tanto —me confiesa después de un rato.

—La verdad es que no me quejo —intento no sonreír como estúpida. Mis amigos me han estado molestando diciendo que he tenido una sonrisa de tonta durante todos estos días.

Me toma de la muñeca haciendo que me detenga y con su mano libre me toma de la barbilla para lograr que lo mire directamente a los ojos.

—Me gustas, Leslie —se muerde el labio antes de proseguir—. Quiero que seamos novios pero... todo lento.

—Estoy de acuerdo que todo sea lento.

—Lento pero seguro, siempre.

Intento seguir avanzando pero él tiene otros planes. Sonríe y poco a poco va acercándose hasta invadir mi zona de espacio personal, hasta sentir que su aliento roza con el mío y nuestras narices se tocan. Veo su sonrisa más de cerca, esta desaparece en el momento en que junta sus labios con los míos.

No lo alejo, no me alejo, lo disfruto.

Estoy dándole una oportunidad al romance, esto no fallará.



13 de marzo, 2011

—Francisco me pidió ser su novia —es lo primero que digo al llegar a la casa de Eduardo y encontrarme con todos mis amigos reunidos, hasta se encontraba la hermana menor de América.

— ¿Y qué le dijiste? —pregunta Renato con bastante curiosidad. Mis demás amigos esperan ansiosos mi respuesta.

—Pues déjenme decirles que ya no estoy soltera —camino hacia el sofá y me acomodo en él.

Mis amigos aplauden como si hubiese ganado un premio, África para no quedar excluida empieza a aplaudir y yo solo rio por las estupideces que pueden hacer.

—Han estado casi un año de amigos y todo lento, ya eres hora que sean novios —se burla Eduardo.

—No quería que las cosas corrieran como lo fue con Córdova.

—Aj, Córdova —Renato hace una mueca de disgusto a la sola mención del apellido de ese chico.

— ¡Olvídalo! —Sonrío— Él ya es historia antigua.




12 de abril, 2011

—Me gustas, me gustas, me gustas, me gustas —por cada «me gustas» pronunciado él me daba un beso en el cuello o en la mejilla.

—Deja de ser tan cursi —me quejo y a la vez me burlo. Lo bueno es que estamos solos y nadie nos está viendo.

—Es que en serio me gustas —sonríe como estúpido provocándome grandes carcajadas. ¿Quién es la chica que se apoderó de mi cuerpo y está siendo tan tonta y cursi con el chico que le gusta?




17 de abril, 2011


«Hola, no me conoces y yo tampoco te conozco pero no quiero que vivas en la mentira. Así que te mando estas imágenes para no sigas viviendo así

Lo siento»


Francisco está besándose con una chica, él le está tocando el trasero y ella tiene sus manos ocultas en los bolsillos traseros de él.

Esta foto es tomada el veinticinco de marzo de este año.

Puede ser Photoshop, puede ser un vago intento de edición. No creas todo lo que lees, es necesario verlo con tus propios ojos.




22 de abril, 2011

— ¿Cómo te fue en el examen final? —una de las chicas del salón que encuentro fuera me pregunta.

—Espero que bien —digo con entusiasmo intentando no demostrar que estoy nerviosa.

— ¿Tu eres la chica de Francisco, no?

—No soy chica de nadie. Si te refieres a que soy su novia, pues lo soy —me siento a su costado porque tengo que esperar a mi novio.

—Claro, claro —va sacudiendo su cabeza en afirmación aunque su mirada demuestra vergüenza—. Espero que su relación sea buena.

— ¿Gracias?




27 de abril, 2011

Llego a la casa de Francisco lo más rápido que puedo. En estos momentos amo que mi mamá sea como mi mejor amiga y me haya alentado a hacer esto aunque esté llena de rencor y dolor.

Toco el timbre con fuerza hasta que él sale. No estoy llorando pero mis mejillas se encuentran sonrojadas y apuesto que mis ojos están cristalizados porque estoy aguantando con bastantes ganas las lágrimas.

— ¿Me puedes explicar esto? —le muestro mi celular. Su rostro se vuelve pálido al reconocer la imagen.

—Y-yo...

— ¿Me estás engañando?

***


—Tienes que perdonarme, en serio me gustas pero...

— ¿Pero qué? —no llores, no llores, no llores.

—Yo no pensé que me gustarías hasta este punto.

— ¿En serio? ¿Qué me creías?

—Siempre te veía tan linda y coqueta con todos que dije <<Ah, ella es de esas chicas coquetas y para nada fáciles>> y bueno... te fui conociendo y realmente me fuiste gustando.

— ¿Pero nunca cancelaste la apuesta, cierto? —enarco una ceja, incrédula por todo lo que está sucediendo.

Francisco niega y yo me encojo en mi asiento aunque al instante me reprendo por mostrar que estoy siendo débil ante él.

— ¡Él seguía con la apuesta! —intenta acercarse a mí y yo huyo— Me gustas, en serio. Sé que al principio me acerqué por esa apuesta pero después me terminaste gustando.

Empiezo a sacudir mi cabeza no creyendo todo. Francisco me acaba de confesar que junto a un chico de la clase de francés hizo una apuesta para conquistarme, Francisco tenía que conquistarme a mí y el otro chico debía de conquista a una chica de la clase que ni me acuerdo su rostro. El máximo de la apuesta era de dos años y hasta el momento mi exnovio resultaba el ganador porque había llegado a conquistarme.

Conquistarme hasta el punto que yo sonreía como tonta enamorada. Conquistarme hasta tal punto que lo dejé ser mi primer novio. Conquistarme hasta tal punto que muchos de mis pensamientos eran sobre él.

Me enteré por una foto que él tenía con una chica que era reciente, hasta me pasaron un video que no pude ignorar y decir que era editado. La chica y Francisco eran pareja ¿Cómo rayos no me di cuenta de ello? Pensé que lo conocía.

— ¿Y la chica? —cuestioné.

—La dejaré si prometes que me darás una oportunidad.

Parpadeé varias veces para evitar que las lágrimas corrieran por mis mejillas.

Fui un objeto de una apuesta, él jugó con mis sentimientos como si de nada tratara. Me hizo ilusionar hasta el punto de pensar en un enamoramiento juvenil porque de ello se trata, de una ilusión.

—Terminamos —pronuncio—. Aunque no estoy segura si en algún momento iniciamos.




01 de mayo, 2011

Veo a Renato ser curado los nudillos por una enfermera del hospital. Me siento culpable de esa pelea y del porqué mi amigo esté aquí siendo atendido.

De igual manera, Eduardo tiene heridas en la comisura de su boca y su nariz estuvo sangrando por varios minutos. América observa como nuestros amigos están heridos y un puchero se forma en sus labios recordando lo vivido hace tan solo treinta minutos.

Eduardo y Renato se enteraron de lo sucedido con Francisco, fue como si prendiera un interruptor a su ira interna y ambos salieron corriendo, América y yo fuimos tras ellos.

Mis amigos conocían la casa de mi exnovio, cuando él abrió la puerta Renato dio el primer golpe. No puedo describir más porque la puerta fue cerrada antes de que yo llegara, sin embargo, escuché los gritos y algunos objetos romperse durante la discusión. Felizmente, se encontraba presente el hermano de Francisco que logró detener la pelea antes de que se empeorara.

Francisco tiene un ojo morado, una magulladura enorme en el abdomen y una fractura de muñeca. Sorprendentemente, la fractura se la ocasionó Eduardo... y yo pensé que el culpable de ello fue Renato.

Cuando la enfermera se retira los cuatros nos quedamos solos observándonos los rostros.

—No importa qué digas —Renato se cruza de brazos dándome una mala mirada—. El idiota ese se lo merecía.

América sorbió su nariz antes de soltar un jadeo como si fuera a llorar. Los tres volteamos a verla mientras ella solo observaba las heridas de Eduardo.

—Estás tan lastimado —se quejó—. No debiste hacer eso.

—Ya lo hice —contestó a la defensiva—, y lo volvería a hacer cuantas veces pueda si es que ustedes resultan dañadas. Son mis mejores amigas, como mis hermanas y después de lo sucedido con África prometí que ninguna chica que me importe volvería a sufrir por un hombre que le haga daño y la hiciera sentir menos de lo que es.

—Eso sonó lindo —dijo América antes de empezar a llorar y luego abalanzarse a Dinchi envolviendo sus brazos en su cintura para abrazarlo.




12 de mayo, 2011

—Hola, Leslie —un susurro llamó mi atención. Levanté la mirada para saber quién me está hablando.

—África —sonrío. Cierro el libro no sin antes revisar en qué página me quedé—, ¿qué haces aquí?

—Quería preguntarte una cosa.

La hermana menor de mi mejor amiga se acomoda en el asiento frente a mí. Me sonríe inocentemente cuando empieza a jugar con su cabello.

—Pregunta.

— ¿Eduardo realmente golpeó al chico con el que estabas? —enarca una ceja cuando pronuncia la última palabra. Yo la observo un tanto confundida y sorprendida por su pregunta.

—Sí.

Ella asintió por mi respuesta y después sonrió de manera maliciosa lista para hacerme unas cuantas preguntas que no me esperaba.

— ¿Por qué crees que sucedió todo eso?

—Tal vez porque no me di cuenta del chico con el que estaba.

— ¿Piensas que fuiste tonta?

Empiezo a negar con la cabeza hasta que asimilo correctamente su pregunta. Me quedo en silencio unos segundos pensando en cómo responderle sin sonar mal.

—Ingenua, quizás. Me enoja muchísimo y tengo mucho resentimiento dentro de mí que debería de ser liberado porque es dañino para mi salud. ¿Quiero golpear a Francisco? Claro, pero eso no resolvería el dolor que siento porque es como una traición y un engaño.

— ¿Y crees perdonar al chico alguna vez?

—Claro —fuerzo una sonrisa en mi rostro—, no soy resentida. Ahora estoy dolida y no quiero verlo ni en figuritas pero más adelante estoy segura que lo perdonaré y seguiré adelante. Sin embargo, ahora sé que no me gusta sentirme de esta manera y no quiero volver a sentirlo. Me he dado cuenta que era muy cariñosa con las personas y eso fácilmente se puede entender de otra manera, Francisco dijo que yo era coqueta y lo único que yo hacía era conversar y ser amigable; intentaré cambiar eso porque como puedes ver las cosas se confunden.

— ¿Y qué harás?

—Ser más precavida con quien dejo entrar a mi vida, África.

—Es un gran consejo, Leslie.




13 de julio, 2013

—Estoy harta, Mare. Harta.

— ¿Por qué?

—Me molesta que los chicos vengan y con solo palabras dulces piensa que vas a caer a sus pies. Me molesta que piensen que las mujeres solo somos un objeto para jugar por un día y luego se olviden de ellas.

— ¿Y qué vas a hacer? —pregunta de manera sugerente.

—Me molesta que ellos sean tan... tan fríos. ¿Sabes? Después de lo sucedido con Francisco no quería saber nada de relaciones pero ahora, declaro completamente, que estoy aburrida del romance. Mi destino es ser soltera y ser la tía cool que trae regalos y tiene plata.

Ella empieza a reírse ante mis palabras, sin embargo, estoy hablando muy en serio. El romance me tiene cansada y sobre todo, esos chicos mujeriegos que piensan que una sonrisa coqueta y palabras bonitas y halagadoras hará que una chica se le tire encima. ¡Pues que se jodan! No seré una más de su lista, no seré una más de la lista de alguien.

Yo, Leslie Camila Espinoza, digo claramente que el romance no es lo mío y que alejaré todo lo que tenga que ver con ello porque no sirvo para eso.

Concéntrate en tus estudios, en tu familia y en tus mejores amigos. Tres cosas que te servirán en la vida y hasta el fin de los tiempos.




12 de noviembre, 2013

—Eso fue cruel, Leslie —dijo Renato viendo como el chico se marchaba de nuestra mesa.

Me encojo de hombros mostrándome indiferente y prosigo con mi comida.

—Solo quería tu numero —habla Eduardo.

—Ya no importa.

—Qué fría —mi fusión empieza a reírse sin dejar de ver al chico despechado—. Tienes un corazón de hielo, Leslie.

—Con razón mi bebida aún sigue helada —Dinchi se burla y yo sonrío.

A partir de ese día fui considerada el corazón de hielo del grupo, no tenía pelos en la lengua para decir lo que pensaba y a cualquier persona perteneciente al género masculino lo mandaba bien lejos ni bien se acercaba a mí.

Yo solo le veía el lado divertido al apodo hasta que me di cuenta que estaba siendo demasiado fría con las personas que me rodeaban, no obstante, era demasiado tarde para cambiarlo.

***





Ay, mi cubito de hielo como que exageraste un poco. Aunque me imagino lo que debe doler ser víctima de una apuesta como esa, creo que cualquiera queda con ese temor de que vuelva a suceder. Así que en algún punto te entiendo.

Bueno, ahora ya saben qué sucedió con Leslie hace muchos años. Obvio que estas escenas sucederán en la historia de la administradora, tengan paciencia, sin embargo, las primeras escenas ya pasaron.

Espero que les haya gustado y que de alguna forma entiendan por qué mi cubito de hielo es de esa forma.

-Mil besos.

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