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23 de diciembre, 2017

La chica que se encuentra dentro de la película realmente me da mucha cólera. ¿Acaso no se da cuenta lo que tiene enfrente suyo? Es Zac Efron. Ese hombre es hermoso lo que le sigue.

—Deja de babear o me pondré celoso. —me dice el doctorcito a mi lado.

—Es Zac Efron —dice mi prima no dejándome hablar—, ¿quién no babearía por él?

Zack se queda observando a mi prima con el ceño fruncido. Observo como él no despega sus ojos de ella, no importa que la conversación ya culminara o que ella esté sumamente interesada en la película. El chico no despega sus ojos de ella.

Sin darle importancia, mi mirada se desvía hacia el televisor para continuar con la película tan aburrida que elegimos. ¿Sabían que detesto el romance? Bueno, lo hago y mucho. No entiendo como llegué a estar sentada para ver un film sobre un romanticismo que es empalagoso, lo bueno de todo esto es que sale Zac Efron.

Luego de varios minutos, en los que sufrí y a la vez disfruté, la película acaba. Melissa se pone de pie de donde estaba sentada con el celular entre sus dedos.

—Ahora vengo, tengo que contestar una llamada. —nos dice para caminar hacia su habitación.

Como si no hubiese tenido suficiente, Zack voltea a mirar todo el recorrido de mi prima. No entiendo por qué la mira tanto.

No son celos.

— ¿Estás bien? —le pregunto para interrumpir su observación a un pasillo vacío donde mi prima acaba caminar.

— ¿Por qué preguntas? —por fin voltea a mirarme, aunque algo confundido.

—Estabas viendo mucho a Melissa —apunto hacia el pasillo.

—Ah —pasa sus dedos por su cabello, una actitud que demuestra cuando está nervioso, ansioso o frustrado—, la otra vez me encontré con ella en mi universidad. No sabía que ambos íbamos a la misma.

— ¿En serio? —pregunto sorprendida. No me acuerdo cual es la universidad de mi prima así que no sabría decir con seguridad que ambos estudian en el mismo lugar.

—Sí. Me resultó un poco confuso cuando me la encontré. Fue muy raro que todo este tiempo en que estuvimos hablando nunca saliera el tema de la universidad o lo que estudiamos.

—Okay —digo extrañada—. ¿Y qué hacías en la universidad si estas de vacaciones, sobre todo en semana navideña?

—Tengo que ver algunas cosas del internado.

Asiento con la cabeza despreocupada.

— ¿Sabes? Puedes presentarle a Melissa a tus amigos, se pueden llevar muy bien y tal vez puede pasar algo más en un futuro.

El doctorcito frunce el ceño ante mi sugerencia. Veo como su mirada se pierde y se queda nublada en sus pensamientos.

Algo en la amistad de mi prima con Zack me resulta raro o me da mala espina.

—Creo que ella y Jean se llevarían muy bien.

—Sí —digo con entusiasmo—, él me cae muy bien.

Zachary ríe y volteo a observarlo con la duda evidente en mi rostro.

—Si solo conociste a mi mejor amigo una vez.

—Lo suficiente para afirmar que me agrada —sacudo la cabeza en forma de afirmación varias veces para demostrar un punto inexistente.

—Bueno, los presentaré. Melissa me agrada muchísimo y creo que se llevaría bien con Jean.

—Me alegra que te agrade mi prima.

—Y a ella también le agrado —sonríe de manera coqueta, me quedo observando ese gesto en su rostro con confusión—. Es muy divertida y muy diferente a ti.

— ¿Eso qué quiere decir?

—Ella no es fría —ríe—, es más, ella es muy cálida.

***


Observo como el doctorcito se marcha de mi casa con una cajita que mi prima acaba de entregarle. Con bastante curiosidad volteo hacia donde está ella. Se encuentra con una gran sonrisa en el rostro y con la mirada fija en la puerta por donde Zack se acaba de retirar.

— ¿Le diste un regalo de navidad? —le pregunto, confundida.

—Claro —se encoge de hombros con indiferencia—. Me gusta dar regalos, además Zack y yo somos grandes amigos, ¿por qué no?

— ¿Y él te regaló algo?

— ¡Sí! —Chilla emocionada—, me regaló una bonita cartera que amo con locura. Realmente te ganaste con este hombre, ¿viste lo que le regaló a mi tía?

Frunzo el ceño continuando con mi confusión. Todavía no puedo creer que ellos se lleven tan bien como para intercambiar regalos de Navidad. Me resulta un poco extraño.

Nada de celos.

—Ni lo menciones —digo exasperada al pensar lo que le regaló a mi mamá el doctorcito—. Ese perfume debió haber costado una fortuna.

—Se nota que te quiere. —me dice y su gesto sonriente se convierte a uno triste.

Me siento a su costado en el sofá.

— ¿Por qué estás triste? —le pregunto con preocupación.

—Quiero una historia de amor, Leslie —murmura en voz baja como si estuviera avergonzada del asunto—. Creo que todas hemos querido una alguna vez y tú la tienes sin buscarla, ¿por qué yo no?

—Cuando menos te lo esperes, aparecerá —le digo con ánimo.

La verdad es que en estas cosas no soy buena. Odio todo lo que tenga que ver con el romance, así que no sé qué decir para animarla o aunque sea darle apoyo.

—Ese es el problema, no quiero esperar a que aparezca —dice interrumpiendo mis pensamientos—. Lo quiero ahora —me mira sin borrar aquel gesto de tristeza en su rostro—. ¿Sabes? Cuando Zack apareció en la casa con un ramo de rosas rojas pensé que era el destino para que por fin viva aquella historia de amor, pero no. El chico preguntaba por ti. Cuando lo rechazaste me dije a mí misma que era mi oportunidad para conquistar al chico que acababas de dejar ir; pero no, el chico estaba loco por ti. Después me di cuenta que tú también sentías lo mismo y ya no pude hacer nada.

— ¿Querías tener algo con Zack? —pregunto, mis ojos se abren con sorpresa. No me esperaba esta declaración.

—Si —me confiesa algo avergonzada—, pero él solo tiene ojos para ti, no se puede hacer nada.

Ay, pobre mi prima. Si tan solo ella hubiera aparecido desde el inicio de esta historia cuando no quería nada con aquel chico que estudia medicina. En ese momento ella podría haber tenido una oportunidad con un chico como lo es Zack.

—Me hubieras dicho. —le digo apenada por toda esta situación.

—No iba a cambiar nada —niega con la cabeza bajando la mirada hacia su regazo.

— ¡Claro que iba a cambiar! —Exclamo— Siempre he dicho que prefiero la felicidad de otros antes que la mía.

Vuelve a levantar la mirada dándome cuenta que se encuentra confundida ante mis palabras.

— ¿E ibas anteponer esa felicidad por mí? —Se señala con el dedo índice hacia su pecho—. Igualmente, Zack no se iba a fijar en mí, era obvio.

—Bueno, yo sé que vivirás tu historia de amor. —le doy palmaditas en el hombro para darle apoyo.

Necesito que vuelva la Leslie de antes que no piensa que existen las historias románticas.

De inmediato.

***

Vía Whatsapp


Eduardo: ¿Qué haces cuando una chica se enoja contigo de la nada?

Leslie: Depende de quién sea.

Eduardo: Es un tanto complicada.

América: ¿Reemplazandome, mejor amigo?

Renato: ¿Me estás cambiando, solecito?

Eduardo: No, solo conocí a una chica.

Leslie: ¿La chica de las sonrisas?



La otra vez que fue el partido de mi amigo no llegué a saber quién podía ser la protagonista de las sonrisas que Dinchi muestra hacia una parte determinada del público. Fue un tanto frustrando terminar mi plan en fracaso.



Eduardo: ¿Chica de las sonrisas?

América: ¿De quién hablas?

Eduardo: Una chica que conocí en un campeonato internacional.

Renato: ¿Bonita?

Eduardo: Guapisima.

Renato: Arrasa, campeón.

Eduardo: Prometo no olvidarte en el proceso.

Renato: No esperaba lo contrario.

América: Sigo amándolos.

Leslie: Yo también opino lo mismo.



El pequeño suspiro de alivio en mi vida es la amistad que tengo con ese trío de locos. Sé que ellos también me han presionado un poco por lo de Zack, sin embargo, han dejado ir el tema. Años de amistad se ven resumidos en nuestras conversaciones constantes en ese chat que tenemos juntos. 

Siempre lo serán todo para mí, como dice ese dicho... Los amores van y vienen, los amigos son para siempre. 



América: Tengo una mala noticia.

Leslie: ¿Qué te pasó?

América: Me caí de las escaleras.

Renato: Pff... qué novedad

América: Pero... me caí feo.

Eduardo: ¿Estás en el hospital?

América: No

Eduardo: Entonces, no te has caído feo. Sigues viva y escribiendo, todo normal.

América: Te odio.

Eduardo: Me amas, Mare.

América: No, te odio.

Eduardo: Claro, hazte la difícil. Me amas, América y me acuerdo que también quisiste tener una relación conmigo hace unos años.

América: Y por recordar eso... te odio aun más.

Eduardo: Pero yo te amo, mejor amiga de mi corazón.

Renato: Vayan a ser cusi a otro lado, me dan nauseas.

Leslie: Por eso eres mi fusión, las cosas cursi no son lo nuestro.

Renato: Es de hecho que mi corazoncito de hielo diría algo así. Déjame ir por mi abrigo que ya estoy sintiendo el frío que emana tu corazón y llega hasta mi casa.

Leslie: Estúpido. 

***



Melissa quería con Zack ¿Whaaaaaaaat? pero, por lo menos no es de esas primas que te quitan el novio. 

¿Se dan cuenta que falta poco para que termine esta historia? Estamos en la semana 18 y faltan tres para la 21... ¿Qué pasará?

No se olviden de votar, comentar y recomendar esta historia a todo el mundo. 

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