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03 de diciembre, 2017

América puede decir oficialmente que es una egresada de la universidad con el título de Licenciada en Comunicaciones en la especialidad de publicidad y marketing. Además de ello, ser el primer puesto en la lista de notas y poseer el mejor promedio de la facultad. ¿Cómo lo hizo? Esa mujer hace brujería, de hecho.

La graduación de su novio, Joaquín, vendría a ser en una semana y egresará de la facultad de Ingeniería; no me acuerdo cuál ingeniería pero de que es ingeniero, es ingeniero. Renato también será egresado en la misma ceremonia. No obstante, a Erika, Eduardo y a mí nos falta un año.

Cuando la ceremonia de graduación terminó, entre gritos y aplausos recibimos a Mare con un enorme cartel y globos. Ella no podía dejar de sonreír por nuestro increíble recibimiento, a parte del hecho que la universidad le hizo una mención honorífica por su promedio. 

Afortunadamente, Eduardo llegó a convencer a la hermana de Mare a ayudarnos para infiltrarnos en su casa con la intención de preparar un almuerzo post-ceremonia a nuestro continente favorito. Así que después de todo el suceso sorprendimos a nuestra amiga con un banquete lleno de sus comidas preferidas y torta de chocolate como postre. 

Y como no teníamos planes para el día, nos quedamos en su casa. Su hermana se fue hace un buen rato a no sé dónde y su mamá de igual manera. Yo sigo jurando que entre África y Eduardo hay algo, en serio, estoy segura que entre ellos dos no solo existe una amistad; existe algo más pues las miradas que se dan entre ellos dicen demasiadas cosas. Aunque tal vez puedan ser inventos míos y yo ya esté creando un shippeo entre ellos.

Sin embargo, creo que Eduardo merece a alguien mejor que África. Pero... eso no viene al caso porque no creo que sea verdad.

Y volviendo a la reunión.

— ¡Veamos una película! —grita Melissa con bastante emoción. La mencionada se pone de pie para acercarse a donde estamos nosotros.

Sí, terminé invitando a mi prima. Para suerte mía, Renato no tuvo problema con ella y Erika tampoco. 

—Claro —dice Zack como si estuviéramos en su casa—, ¿qué les gustaría ver?

— ¡Una romántica! —le responde Mare llegando hacia donde estamos reunidos en la sala de su casa.

Todas las alarmas se prenden en mi cabeza. Está prohibido ver una película romántica junto con mi amiga porque el sentimentalismo y las cosas cursi unido al romanticismo de Mare crean una escena es sumamente empalagosa y desagradable.

— ¡No! —gritamos Eduardo, Renato y yo al unísono. Erika ríe ante nuestro dramatismo.

—Echan a perder todo —se queja América cruzándose de brazos y haciendo un puchero con sus labios.

Eduardo se le acerca para darle unas palmaditas en el hombro con delicadeza.

—Lo siento, Mare —murmura como si fuera un padre—. No importa que sea tu reunión, pero no estamos dispuestos a ver una película romántica con Joaquín y contigo presente, será para que coman delante de los pobres.

— ¡No! —Exclama Renato y se acerca a donde está su novia para rodearle los hombros con su brazo— Yo la tengo a ella, el problema es que no soporto los romances que elige Mare. —dice después de unos segundos con una gran sonrisa.

América levanta la mirada hacia mí.

— ¿Tu excusa, Leslie?

—No me gusta el romanticismo —respondo. Me acomodo en el sillón agarrando algunos cojines en el proceso para recostarme en ellos.

Zack se acerca a donde estoy para situarse a mi costado. Con disimulo, mientras todos discuten qué película ver, él rodea mi cintura con su brazo para atraerme más hacia sí. En los primeros segundos de esa posición de su brazo me intenté alejar, pero me dije a mi misma que tengo que empezar a aceptar cosas así si es que planeo dejarlo entrar a mi vida de una forma más allá de una amistad. Debo calmarme.

Luego de unos cuantos minutos discutiendo sobre la película, se decidió por hacer un sorteo con una opción que cada uno nomine. Tenemos que escribir en un papelito la película de nuestra elección, ponemos todos los papeles en una bolsa y América va a tener que elegir cualquier papel al azar.

Pongo la película que quiero: En búsqueda de la felicidad, mi favorita.

Doblamos los papelitos, los ponemos en la bolsa y al instante, América saca uno de ellos saliendo como respuesta Donde están las rubias. Los siete asentimos y le damos las gracias a Joaquín por haber puesto aquella película entre las opciones. Me agrada el novio de mi amiga cuando no está haciendo gestos empalagosos con ella.

Eduardo y Renato sirven varios tazones llenos de palomitas de maíz y los reparten entre los reunidos en la sala, América se marcha a la cocina para traer las bebidas y me dispongo a ayudarle pero alguien me mantiene sujetada por la cintura.

Cálmate.

— ¿Me sueltas? —susurro.

—Estoy cómodo —se encoge de hombros.

—Zack...

—Leslie...

—Quiero ayudar a América.

—De acuerdo —dice con derrota. Relaja su agarre y me levanto—, por favor no te cambies de sitio cuando vuelvas.

Hago un asentimiento con mi cabeza y comienzo a ayudar a mi amiga a traer los vasos llenos de gaseosa. Acomodamos todo, América pone Netflix y presiona play en la película para poder disfrutar todos juntos. Renato apaga las luces para simular un cine de verdad. Como prometí antes, me acomodé en mi posición anterior. Zack con una sonrisa me recibe para volver a acomodar su brazo rodeando mi cintura en una actitud de cariño. Tengo mucha fe de que nadie se dé cuenta de la posición en la que estamos.

Veo como América se sienta junto con Joaquín, entrelaza sus dedos con los de él y tomados de la mano se quedan para observar la película. Renato con su Erika es muy diferente, ella se encuentra sentada en su regazo con su cabeza apoyada en el hombro de mi amigo. En cambio, Eduardo está sentado en uno de los sillones para una persona bien acomodado para disfrutar de la película y con el celular entre sus dedos. Finalmente, Melissa también está en la misma posición pero en una silla en la cual ella prefirió antes que usar un sillón.

Disfrutamos de la película entre risas y ocurrencias de mis amigos. Después de mucho tiempo, siendo honesta, no me doy cuenta cómo termino de esta forma: Mi cabeza queda apoyada en el hombro de Zack y la cabeza de él se encuentra recostada encima de la mía como si fuéramos una pareja.

Por favor, que no se den cuenta. Está todo a oscuras no creo que lo hagan.

— ¡Esa parte es insuperable! —grita Eduardo mientras estalla en carcajadas por lo que está pasando en la película. Es escena del baile es demasiado divertida.

Es así como disfrutamos de esta velada. Cuando la película llega a sus créditos Renato prende la luz alertándome para alejarme de Zack, pero soy atrapada antes de moverme.

— ¡Bien, Leslie! —grita Eduardo y todos voltean a mirarnos.

Veo como América con una sonrisa petulante y un movimiento raro de sus cejas me indica el lugar donde el brazo de Zack se encuentra. Rayos.

— ¿Tú crees que no nos íbamos a dar cuenta? —pregunta la novia de Renato— Hace rato te vimos pero no queríamos interrumpir la película.

—Esto es un complot contra mí —me quejo.

— ¿Y? —Pregunta Mare— ¿Están juntos?

—No —responde Zack dejándome con las palabras en la boca—, tampoco somos amigos. Somos algo.

Asiento con la cabeza y con bastante tranquilidad me pongo de pie para poder llevar los vasos vacíos a la cocina.

—Yo digo que juguemos —sugiere Erika. En estos momentos le agradezco por el cambio de tema. — ¿Qué les parece el juego de la botella?

— ¡Claro! —Afirma América— Me encanta ese tipo de juegos.

—Lo odias —dice Eduardo—. Tanto que la última vez que lo jugamos me tiraste la botella en la cabeza.

—Mejor no juguemos nada —digo con calma.

— ¡Yo quiero jugar! —exclama mi amiga.

—Está bien —interrumpe Melissa nuestras quejas—, levanten la mano los que quieren jugar —solo Renato, Eduardo y yo no levantamos la mano—. Listo, solo quedan cuatro personas, mayoría gana. Juguemos.

***


¿Por qué tuvimos que jugar esto? Ahora es mi turno y elegí reto porque estoy segura que mis amigos querían aprovechar la oportunidad para que confiese algo que todavía no estoy segura.

—Te reto a que.... —dice Renato sintiéndose orgulloso de la oportunidad que la vida le ha dado— Beses a Zack delante de todos nosotros.

Sabía que iba a retarme algo así, pero como soy una persona muy inteligente puedo hacerlo a mi favor; no especificó donde tiene que ser ese beso.

Punto para Leslie.

Con un encogimiento de hombros murmuro un: "Sí, claro". No muestro ningún gesto que señale que voy a ganar esto, solo me acerco a Zack quien me observa muy feliz por el reto de mi amigo. Lo siento, doctorcito, pero esta no la ganas. Lo tomo de la barbilla para acercar sus labios a los míos, él cierra los ojos y siento como las miradas de mis amigos están puestas en solo nosotros; y antes de besarlo en los labios, giro mi cara para terminar dándole un beso en la mejilla que dura tres segundos exactos. Me alejo de él con una sonrisa triunfante hacia nuestros espectadores.

— ¡Eso no vale! —Chilla América señalándome— Eso no es considerado un beso.

—Sí, lo es —señalo con calma sin borrar mi sonrisa de ganadora—. Renato no especificó donde debería ser el beso. Así que sí vale un beso en la mejilla.

Mi mejor amiga me observa con odio durante los segundos en que nuestras miradas se enfrentan. Esta batalla es interrumpida por el sonido de aplausos que vienen por parte de Renato.

—Bravo, Leslie —dice un poco frustrado pero intenta disimularlo con los aplausos—. Siempre poniendo las cosas a tu favor.

Hago otro encogida de hombros y les digo que sigamos con el juego. Erika, América y Melissa se quejan que deberían darme otro reto porque no cumplí con el mío; que esta vez debería ser más específico y no sé qué más pero los chicos no aceptan, y la verdad es que les agradezco un montón, para así continuar con la persona que sigue.

Melissa entre quejas hace girar la botella para que esta señale a Eduardo. Este elige verdad y mi prima con una sonrisa de oreja a oreja está lista para preguntar.

— ¿Quién es tu persona ideal? —le pregunta.

Él mira a todos lados y con un gesto sugerente responde.

— Renato, obvio.

Todos explotamos en carcajadas. Renato le manda un beso volado a Eduardo y ambos se hacen un gesto algo insinuante. La verdad es que creo estar llorando de la risa.

— ¿Y tenías celos de él? —le pregunto a Zack con disimulo.

Él solo me sonríe mientras niega con la cabeza. En estos momentos me da risa recordar cómo se puso celoso de mi amigo, voy a empezar a tomarlo como algo divertido más que vergonzoso y dramático.

— ¡Tu turno, Mare! —grita Erika entre risas interrumpiendo la respuesta del doctorcito.

La botella gira y cae en Melissa que al instante elige verdad.

—Entre todos los de aquí con quién te besas, te casas o lo matas —sonríe América.

—Me beso con Eduardo, así deja de verse tan gay —soltamos una carcajada demasiado larga que evita que mi prima siga con su respuesta—. Mato a Renato —la novia del mencionado sonríe con tranquilidad— y me caso con Zack —enarca una ceja para después guiñarle un ojo al doctorcito.

Zack solo se ríe pero mis amigos no van a dejar pasar esto. Los conozco demasiado, años de amistad.

—Uy, Leslie —dice Renato como típico cizañero—. Te acabas de dar cuenta que tu prima quiere con tu "algo" —hace un gesto de comillas con sus dedos en la última palabra.

Me encojo de hombros con indiferencia para solo reírme del asunto.

—Yo que tú, tengo cuidado.

—No se preocupen, solo tengo ojos para ella.

— ¿Qué hemos dicho ...

—Sobre decir cosas cursis como esas? —interrumpe Zack para terminar mi oración. Me sonríe y me toma de la mano, un gesto que todos mis amigos observan con detenimiento— Me gusta decirte esas cosas, no creo cambiarlo.

***




Ningún capítulo es de relleno, tienen que saber eso. 

Juro que la PRIMA es buena *no estoy cruzando los dedos*

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