—amor ya llegue.— dijo el mayor al entrar a la casa quitándose su saco quedando en una camisa blanca de manga larga por la cual se podía notar su fornido pecho y fuertes brazos.

—¡jaehyunnie!— el pequeño rubio camino rápido hasta su novio abrazándolo con fuerza restregando su mejillita en el pecho del mayor.

—¿como esta mi príncipe? —pregunto cargando al menor  haciendo que este envolviera sus blanquecinas piernas en su cintura abrazándose a el como un pequeño koala, cuidando no aplastar su pancita de cuatro meses cumplidos.

—un poco triste.— sonrió con ternura al ver a su pequeño hacer un puchero.— te extrañaba amor.

—ahora iremos a la cama y te daré muchos mimitos, ¿te parece? —los ojitos del pequeño se iluminaron y asintió frenéticamente con la cabeza.

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