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019.

La noche prevalecía, el cielo nocturno estrellado y el ambiente tranquilo llevaron al príncipe Jimin a salir de su camarote para sentir en su rostro la brisa fresca y salada, sus pies se movieron sin dirección por el barco hasta llegar al límite, a la proa. Allí inhalo y exhalo mientras escuchaba el ruido de las olas golpear la punta del barco, se acercó más al borde parar mirar la rebosante agua salada, pero entonces una voz irrumpió en su tranquilidad.

—¿Es una espléndida noche, cierto alteza? —al voltearse se encontró con el general Kim caminando hacia a él con las manos en su espalda y una sonrisa dibujada en sus labios.

—Namjoon, claro que lo es, hay tranquilidad en el mar después de todo. —respondió el rubio devolviéndole la sonrisa—. ¿Qué te trae a estas horas por aquí? Pensé que estarías...

—Jimin... mi amado príncipe de belleza inigualable. —el hombre anuló la distancia entre ellos y lo tomó repentinamente de la cintura pegándolo a su intenso cuerpo, logrando que sintiera su respiración pesada y una extraña aura emanando de él.

—Namjoon ¿qué te pasa? ¿Esta todo en orden? —preocupado le preguntó frunciendo el ceño.

—Más que bien, finalmente todo es perfecto para nosotros. —el general se acercó al cuello del príncipe y depositó un húmedo beso sobre su piel logrando desconcertarlo, así que lo empujó.

—¡No hagas...! —Jimin quedó perplejo, sus ojos se abrieron de par en par y su respiración se puso irregular al ver toda la sangre que cubría las manos de Namjoon—. ¿Po-Por qué tienes sangre e-en las manos? Namjoon ¿que está sucediendo?.

—Ya te lo dije mi bello príncipe, ahora todo es perfecto para los dos. —respondió con una voz leve y maniática mientras sonreía con satisfacción.

—Me estás asustando ¿de quien es toda esa sangre? ¡Namjoon responde! ¿Qué hiciste?.

—Lo que tenía que hacer para asegúrame un lugar junto a ti.

Inmediatamente Jimin comenzó a correr asustado, yendo a averiguar de quien era toda esa sangre que corría por las manos del general Kim, mientras corría miraba hacia atrás para asegurarse de que él no viniera detrás de él persiguiéndolo, pero gracias a esto no vio las escalaras y cayó en cubierta, aunque al caer no sintió el duro suelo, sino algo había amortiguado su caída.

Al abrir los ojos para ver que era se encontró arriba del cuerpo sin vida de todos los demás en el barco, Taehyung, el maestro Seokjin, Yoongi, el capitán Hoseok y... el príncipe Jungkook. Ahora él también estaba cubierto por su sangre, miró sus manos y su cuerpo mientras que de fondo escuchaba las sonoras carcajadas del general Kim.

Aterrado soltó un fuerte grito y luego... despertó.

Miró a su alrededor alterado, era su camarote donde se encontraba, y los rayos de Sol que entraban por su ventana le indicaban que ya era el día siguiente, ahí se dio cuenta que afortunadamente todavía había sido una horrible pesadilla.

Suspiro y se sentó en el borde de la cama aún con su pecho subiendo y bajando, se colocó su bata, se puso sus alpargatas y salió del camarote sintiéndose ansioso. Al salir a cubierta la luz del día y el viento golpearon su rostro, observó desesperado a su alrededor en busca de todos sus compañeros y...

Allí estaban todos. Observó a Taehyung y al maestro Jin dando un paseo por la borda de cubierta mientras charlaban entre risillas enamoradas, arriba en la vigía se encontraba el capitán Hoseok bebiéndose una de sus botella de Ron mirando curiosamente desde allí a Yoongi que escribía algo en una libreta sentado en las escaleras, Jimin le saludo y siguió caminado hasta encontrarse con Jungkook en la proa, parado allí en la punta simplemente mirando el paisaje.

Entonces finalmente sintió un sentimiento de total alivio.

Y ya seguro de que todo estaba en orden se dio la vuelta para volver a su camarote, pero entonces la voz del príncipe Jungkook lo detuvo abruptamente.

—¿Alteza? No esperaba verlo, buen día. —le dijo extrañado, pero a la vez un tanto emocionado por verlo.

—Solo estaba dando un paseo matutino, eso es todo. —respondió mirándolo sin ninguna expresión en su rostro, aunque en su interior alegre de verlo también.

—¿Matutino? Creo que ya es vespertino, son un poco más de las doce del día. —le hizo saber acercándosele con una cálida sonrisa—. Me extraña de usted, en su palacio no acostumbraba a levantarse tan tarde ¿se siente bien?.

—Perfectamente, no tiene de qué preocuparte. Solo quise alargar mi sueño un poco más de lo usual ¿eso está mal acaso? —enarcó una ceja volviendo a la frialdad de antes.

—No, por supuesto que no, usted puede hacer lo que desee. —replicó haciendo una pequeña reverencia con su cabeza.

—Bien, ahora tengo que ir a cambiarme, si me disculpa. —hizo un ademán de darse la vuelta pero una vez más fue interrumpido por el príncipe de cabello azabache y sonrisa de conejo.

—¡Príncipe! —se devolvió hacia él—. ¿Tiene algunos minutos? Me gustaría hablarle por un momento, no lo entretendré demasiado, por favor. —pidió con ojos socorros.

Jimin se tomó un segundo para pensarlo, aunque no estuviera en condiciones para hablar en ese momento, quería escuchar que tenía para decirle. Así que simplemente aceptó y caminó junto a él por la borda.

—¿Qué es eso de lo que quiere hablarme con tanta urgencia? —le preguntó mientras miraba hacia el mar.

—Fui demasiado lejos anoche, lo acepto. —habló llamando la atención del contrario—. No tenía porqué ir a su puerta a reprocharle todas esas cosas, me avergüenzan mis actitudes tan impulsivas, me deje llevar por mis sentimientos y le pido me disculpe. —agachó la cabeza completamente avergonzado y arrepentido.

Fue completamente sorprendente para Jimin escuchar todo eso salir de la boca del rebelde e insolente príncipe Jungkook que él conocía, pero que al parecer ya no era más. Tal vez en otro tiempo a él no le hubiera importado y mucho menos se hubiera disculpado por sus errores, probablemente actuaría orgulloso y despreocupado, pero ahora... había algo nuevo... madurez.

—Yo... —Park aclaró su garganta, lleno de sorpresa—. Uhm... si quiere una repuesta ante eso, le diré que si, fue imprudente ir de la nada a reclamarme cosas sin sentido, pero, si quiere una respuesta a lo que anoche fue a preguntarme al umbral de mi camarote le responderé que... le recomiendo que no deje espacio para que otro hombre entre en mi corazón, las personas se cansan de esperar su alteza, y siempre haré lo que sea mejor para mi porque primero esto yo, después yo y al último yo también, lamento si suena egoísta pero aveces hay situaciones en la vida donde se requiere serlo. —dijo firmemente, mirándolo a los ojos.

—Comprendo, no lo cuestionaré. —respondió Jungkook tranquilamente—. ¿Sabe lo que significa la palabra Kibou? —le preguntó recargándose en la madera de la borda mirando hacia el mar.

—Si, lo sé —Jimin hizo lo mismo y se puso a mirar el mar también—. Es una palabra japonesa, se refiera a la esperanza, la creencia en que algo bueno sucederá en el futuro. —mencionó, luego volteó a verlo con el ceño fruncido—. ¿Eso qué tiene que ver?.

—Esa palabra toma para mí mucho sentido en toda esta situación ¿y sabe que significa también la palabra Natsukashii? —volvió a preguntarle mirándolo con una leve sonrisa.

—"Nostalgia feliz" Es el instante en el que la memoria de repente se transporta a un bello recuerdo que te llena de dulzura —respondió.

—Ahora una sus significados y como resultado obtendrá el como me siento en este momento con todo lo que está pasando, y no lo tome como una justificación a todos mis malos actos, tómelo más bien como la repuesta de porque me continuó aferrando. —explicó.

El rubio trago grueso y desvió la mirada repentinamente nervioso.

—Lo tendré en cuenta —replicó—. Si eso es todo lo que tenía por decirme entonces me voy, con su permiso. —Park no agregó nada más, hizo una reverencia y luego giró sobre sus talones dispuesto a irse, pero una vez más escuchó la voz de Jeon deteniéndolo.

—Hay una palabra más, Viraha, se que sabe su significado, por favor también téngalo en mente.

El príncipe Jimin sintió como su corazón se aceleró y su respiración se agitó de tan solo haberlo escuchado decirle esa palabra que por supuesto sabía su significado; Viraha, viene del Hindi y su significado es la sensación de descubrir cuanto amas a alguien tras separarte de esa persona.

Pero no le respondió nada más, simplemente se quedó con todo ello y se marchó, bajo las escaleras rápidamente para volver a su camarote. El príncipe Jungkook no abandonaba nunca sus pensamientos, siempre lo dejaban en que pensar, ahora más que nunca, y por eso no puso atención al frente y tropezó con el general Kim.

—Jimin, ten cuidado. —lo tomó de los brazos.

El príncipe lo miró con miedo y se alejó de él bruscamente debido a su reciente pesadilla, Namjoon frunció el ceño y lo miró confundido.

—¿Sucede algo? —le pregunto.

Le miró las manos, no tenían sangre, estaba limpio, solo había sido una pesadilla, el general Kim es bueno, jamás se atrevería a hacer semejante cosa.

—No, solo me sorprendí, lo siento. —le mostró una leve y temblorosa sonrisa—. Iré a cambiarme, ahora nos vemos.

—Claro, adelante. —le devolvió la sonrisa mientras se hacía un lado dándole el paso.

¿Que había sido eso? No tenía porqué temer de Namjoon, él era la persona en la que más confiaba después de Taehyung, lo apreciaba y él jamás haría algo para hacerle daño. Tenía que olvidarse de esa pesadilla sin sentido, todo venia por el estrés al que recientemente se estuvo sometiendo, los sueños solo son eso, sueños.

—Díganos capitán Hoseok ¿por qué nos ha convocado? —preguntó el maestro Jin sentando como todos los demás en la sala común de la nave.

—Debo informales que haremos una pequeña parada. —mencionó con ese tono de ebrio que lo caracterizaba.

—¿Qué? ¿Como que una parada? Eso no estaba dentro del plan capitán. —protestó el príncipe Park frunciendo las cejas.

—¿Plan? ¿De que plan estás hablando principito? Ustedes sólo dijeron que los llevará a la isla fantasma, más no dieron prohibiciones durante el viaje, así que desembarcaremos por dos noches en la Isla Coral, les guste o no. Quiero recuperar mis energías y conseguir provisiones y más Ron. —le quito el tapón a su botella de Ron y le dio un tragó, y el príncipe bufo impotente.

—He oído de esa isla, al parecer es el hogar de muchos piratas ¿estaremos bien?. —agregó Taehyung—. En los reinos hay muchas reglas que no se apegan a los ideales de los bucaneros, es por eso que tomaron esa isla para su propia satisfacción, como siempre hacen, sin ofender Hobi. —Hoseok encogió los hombros restándole importancia y en parte aceptándolo.

—Tal vez sea una buena idea —agregó Jungkook—. No podemos estar durante todo el viaje arriba del barco, podría haber efectos secundarios para nosotros que no estamos acostumbrados a estar tanto tiempo en alta mar. —y no lo dijo, pero también era una oportunidad para acercarse a Jimin lejos de los demás, más de lo que le permitía el tamaño de la nave—. Y no creo que nos suceda algo malo, siempre y cuando no hagamos nada escandaloso.

—Tienes razón, podríamos enfermar, lo mejor es hacer una parada para recuperarnos. ¿Alguno a sentido náuseas o mareos? —preguntó Yoongi, a lo que algunos asintieron con la cabeza—. Lo ve alteza, tenemos que parar por un momento —miró al príncipe del reino del Sol.

—Aquí el único que decidirá si desembarcar o continuar con el viaje será el príncipe Jimin y nadie más. —espeto Namjoon rudo hacia los demás—. Así que... tú tienes la última palabra —lo miro—. ¿Quieres continuar? Sabes que puedo mandar a callarlos para que no protesten.

Ahora por alguna extraña razón las acciones protectoras de Namjoon ya no las sentía tan bienhechoras, ahora más bien lo asustaban y lo ponían alerta. Al parecer aquel turbio sueño aún continuaba atormentándolo.

—E-Esta bien, no tenemos porqué ponernos violentos, podemos detenernos por dos noches, no importa. —respondió nervioso, aclaró su garganta repentinamente seca y jugó con sus dedos sudorosos.

Taehyung logró notar algo raro en su mejor amigo al mirarlo.

—Genial, entonces mañana estaremos llegando a Coral por la tarde. Y tengo algunas recomendaciones que darles antes de estacionarnos —Hoseok se levantó y comenzó a caminar lentamente por la sala—. Como ya dijo Tae, es una isla para piratas, así que prepárense para ver todo tipo de barbaridades, dejen los prejuicios atrás y les recomiendo dejarse llevar, porque de lo contrario se verán como idiotas. —les recomendó con una sonrisa burlesca—. Nada de reglas, tampoco buenos modales y por supuesto... nada de superioridad intelectual —se colocó detrás de Yoongi y de pronto le arrebató la libreta que llevaba en sus manos.

—¡Oye devuélveme eso! —el poeta se levantó y trato de arrebatarle su pertenecía de las manos, pero no lo logró, el pirata era mucho más alto que él y aún ebrio era bastante ágil—. ¡Dije que me lo devuelvas pirata!

—Si tanto lo quieres... ven por el. —Hoseok comenzó a correr y detrás de él Yoongi saliendo de la sala entre risas y protestas.

—Tae ¿tienes un momento? —le pregunto Jimin levantándose de su lugar.

—Por supuesto. —el castaño estaba esperando a que lo llamara, así que enseguida también se levantó—. Jin querido, tal vez podrías hacer esta vez la cena con el príncipe Jungkook, tengo asuntos de amistad que atender.

—Comprendo, no te preocupes, la cena estará lista para cuando termines. —respondió con una sonrisa y dejo su lugar—. Jungkook, andando. —se dirigió hacia la cocina.

—No puede ser —el pelinegro volteó los ojos y desganado siguió a su maestro.

—Jimin ¿quieres que te acompañe? —le preguntó el general Kim.

—Está bien, es Taehyung con el que voy, quédate aquí y... mantén tu mente ocupada mientras vuelvo ¿está bien?. —replicó para luego abandonar la sala junto a su mejor amigo, dejando un tanto desconcertado al general.

Resguardados en su camarote, Jimin le contó a Taehyung sobre el bizarro sueño que había tenido y que no lo dejaba pensar ni actuar correctamente. Todo el día se mantuvo ansioso, observando de cerca el comportamiento del general Namjoon, algo que nunca había hecho, se sentía realmente extraño, el sentimiento de terror que sintió dentro del sueño se quedó con él durante todo el día y no le estaba gustado desconfiar del hombre que en algún momento se adueñó de su corazón.

—Tal vez te lo estás tomando demasiado apecho, yo también he soñado cosas horribles y jamás se han hecho realidad. —respondió el ojiverde y lo tomó de la mano—. Deberías tratar de relajarte un poco, el viaje te está estresando más de lo que debería y eso está afectando tu salud mental y podrías enfermar por eso. —se mostró preocupado—. Tranquilo, el general Kim te adora, jamás haría nada para hacerte daño, él nos protege. —le brindó una sonrisa para tranquilizarlo.

—Lo se, tienes razón, Namjoon no es una mala persona, el viaje está afectando mis sentidos, espero que la parada en la Isla Coral me ayude a calmarme un poco. —el rubio suspiro—. Gracias, que haría sin ti.

—Probablemente morirías —replicó sacándole una risita—. Y yo sin ti. —Tae envolvió el cuerpo de su mejor amigo en sus brazos y pegó sus cabezas—. ¿Te haz sentido solo estos días? Perdóname si pongo toda mi atención en Jin, se que en este momento me necesitas más que nunca, prometo cuidarte mejor.

—No te preocupes demasiado, estoy bien, solo necesito olvidar todo por un momento y descansar adecuadamente. Tú continúa con tu luna de miel que cuando lleguemos al reino te organizaré la boda más hermosa y grande que nunca nadie haya visto. —prometió Jimin con una sonrisa llena de emoción.

—¿Harías eso por mi?. —le preguntó con ilusión en sus ojos verdosos.

—Eso y muchas otras cosas más, te quiero Tae. —lo abrazo con más fuerza.

—Te quiero Park.

[...]

Luego de que todos terminaran su cena, cada uno dispuso de su tiempo antes de ir a dormir. Al parecer la violenta marea que había entre el capitán Hoseok y el poetisa Yoongi se habían relajado, ahora Yoongi le mostraba al bucanero algunos de sus poemas y le contaba de dónde fue que salieron, Hoseok lo observaba atento y muy interesado, tanto que incluso había dejado su preciada botella de Ron a un lado. El maestro Seokjin y Taehyung estaban donde el timón, Jin le enseñaba cómo es que un barco se maneja mientras que Tae reía jugueteado, uno que otro beso se les escapaba y su aura romántica siempre los envolvía. El general Kim solo estaba sentado en la cubierta fumándose un puro, miraba de lejos al príncipe Jimin que en ese momento subía las escaleras dirigiéndose hacia la proa.

Una vez más Jimin estaba caminando en la proa bajo el cielo estrella, tuvo miedo al de pronto recibir un dejavú del tormentoso sueño, su cuerpo comenzó a temblar pero no por el frío, sino por el miedo, aunque había decidió ir allí en ese momento para enfrentar aquel miedo y dejar esos pensamientos atrás. Continuó caminado y antes de llegar a la punta se encontró con alguno curioso.

El príncipe Jungkook estaba acostado boca arriba en el suelo, sus piernas extendidas a los lados al igual que sus manos, sus dedos acariciaban la madera bajo de él y sus grandes ojos negros observaban el cielo rebosante de estrellas.

—¿Qué está haciendo allí tirado? —le pregunto. Rápidamente el pelinegro se sentó sorprendido.

—Yo... solo estaba observando el cielo, además la brisa se siente menos densa acá abajo y... me resulta muy relajante. —respondió y aclaró su garganta.

Jimin decidió también probarlo, se colocó a su lado, también se acosto sobre la madera y observo el cielo. Tenía razón, la brisa era más liviana, el paisaje era sorprendente y... de pronto, todo el miedo y las preocupaciones abandonaron su mente.

Soltó un suspiro lleno de alivio.

—Tiene razón, es bastante relajante. —confirmó dibujado una sonrisa en su rostro.

—Y se vuelve mejor estando usted aquí. —agregó Jungkook acostándose de nuevo para luego voltear a verlo—. Se que estos días he sido un completo inepto, pero yo quiero decirle que...

—Shh —ladeó su cabeza—. No lo arruine, esto es demasiado bueno ¿podría solo... disfrutar junto a mí este momento? —le pidió mirándolo directamente a los ojos, dándole una mirada tranquila y brillante.

—Será un placer —replicó.

Ambos volvieron a mirar el cielo en completo silencio mientras sentía la brisa liviana y fresca recorrer desde la punta de sus pies hasta la punta de su cabeza, observaron con detenimiento cada una de las estrellas frente a ellos buscando galaxias y formas, sus ojos se iluminaron cuando de repente una estrella fugaz pasó sobre ellos, por suerte ambos habían pedido un deseo en sus mentes que no compartieron.

Lentamente, la mano de Jungkook comenzó a deslizarse escalando hacia la de Jimin, la cual también se movió hacia la de él, ambas se acercaron con suma timidez y al primer roce casi se arrepienten, pero al intentarlo una vez más sus dedos fueron metiéndose suavemente entre sus palmas hasta que terminaron entrelazados unos con los otros. Finalmente una sonrisa surcó en los labios de ambos príncipes, había silencio, pero sus manos tomadas con fuerza decían más que mil palabras.

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