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017.

—Búscalo en el huevo de oro, allí estará, probablemente ahogado en Ron, pero aún en esas condiciones te servirá, casi perfectamente. —fueron las indicaciones de Taehyung.

Por la media mañana el príncipe Park y el príncipe Jeon se reunieron en la entrada del palacio con sus caballos y capas con gorro que ocultaran su identidad para que se pudieran mover por el pueblo sin llamar la atención. Durante el viaje hacia a aquella taberna que tanto les causaba recuerdos ninguno de los dos se dirigió la palabra, ni se dedicó una mirada, uno por la pena y el otro por resentimiento de la penosa situación de la noche anterior.

Al llegar bajaron de sus corceles y entraron al establecimiento que al parecer apenas había abierto sus puertas ya que los meseros apenas sacaban la basura, limpiaban las mesas y lavaban el suelo. Todavía no había clientes, al menos no de ese día, solo había un pirata, aparentemente de la noche de ayer, dormido sobre la barra con un botella de Ron vacía y un vaso vacío en su mano.

—¿Es él? —preguntó Jungkook quitándose su capucha dejando ver su rostro.

—Eso creo —respondió Jimin haciendo lo mismo con su capucha.

—Lo siento todavía no hay servi... ¡Príncipe Jimin, príncipe Jungkook! —el dueño salió de la cocina y se sorprendió al ver a los futuros reyes en su taberna—. Sus altezas reales —hizo una reverencia de 90 grados apenado—. ¿Qué les trae a esta sucia taberna? ¿Puedo serles útil en algo?.

—Buen día gentil hombre —Jimin le saludo con una sonrisa—. No se preocupe, lo único que buscamos el príncipe y yo es a ese hombre que está dormido en su barra. —lo señaló con la mirada, el dueño volteó a verlo con el ceño fruncido.

—¿Ese hombre? Es un sucio pirata que siempre viene a embriagarse hasta quedar noqueado, tiene una gran deuda aquí y siempre nos dice que pagará pero nunca lo hace, no deberían gastar su glorioso tiempo con un hombre así altezas. —mencionó.

—Por favor señor, solo queremos hablar un par de cosas con él, vemos que apenas están abriendo y necesitan limpiar el lugar, no le estorbaremos por mucho. —aseguró Jungkook sonriendo.

—Oh no es eso alteza, yo solo quería ahorrarles un disgusto, pero si eso desean tomen asiento en la mesa que deseen, yo despertaré al hombre y se los mandaré, u no se preocupen por el tiempo tenerlos aquí es un honor. —hizo una reverencia y rápidamente fue donde el dormilón pirata.

—¿Vamos? —Jungkook le dio el paso para ir después de él, Jimin giró los ojos y luego fueron a sentarse a una de las mesas del fondo buscando privacidad.

—¡Levántate idiota te buscan los príncipes! —el hombre sacudió al pirata—. ¡Oye! ¡Levántate son los próximos reyes de este reino! ¡Maldito ebrio! ¡Rápido despierta!.

—Cinco minutos más —masculló adormilado el pirata.

—¿Qué no escuchas? Es el mismísimo príncipe Park Jimin y Jeon Jungkook —insistió pero él no despertaba, así que desesperado acudió a un vaso de agua el cual le lanzó a la cara finalmente despertándolo.

—¡Oye viejo, que diablos! —el pirata se limpió el rostro molesto, su voz todavía se escuchaba corrida—. Joder que maneras de despertar a la gente, maldición me entró al oído —se golpeó la oreja—. ¿Qué carajo quieres? ¿Ya es de día? Mierda.

—Escucha pirata —lo jalo de su camisa bruscamente—. Hay personas muy importantes buscándote, lo mejor es que vayas a esa mesa ahora antes de que llame a los guardias por la jugosa deuda que tienes aquí —lo aventó—. Ahora lárgate.

—Por un demonio que humor, ya ya iré, mierda —el pirata con la resaca matándolo miró hacia la dichosa mesa, había dos personas discutiendo, entorno la mirada para ver mejor y logro observar a los herederos al trono del reino del Sol y el reino de la Luna—. Esos malditos príncipes ¿que carajo querrán de mi? —lo primero que vino su mente fueron todas esas cosas ilegales que había hecho, así que busco una salida de escape, pero también decidió darle el beneficio de la duda y fue hacía allí tambaleándose.

—Ya termine con esto de una vez —decía Jungkook.

—No quiero ¿va obligarme a desistir acaso? —respondía Jimin enojado.

Ninguno de los dos se dio cuenta de la presencia del pirata, así que él tuvo que aclararse la garganta ruidosamente para llamar su atención.

—¿Me llamaron principitos? —hablo con la voz de un ebrio y emanando un fuerte olor a alcohol, enarcando una ceja y poniendo los codos sobre la mesa—. El viejo Lee me dijo que me buscaban, mi nombre es el capitán Jung Hoseok ¿en que puedo ayudarles?.

—Soy el príncipe Park Jimin del reino del Sol y él es el príncipe Jeon Jungkook del reino de la Luna, el duque Kim Taehyung nos envió contigo para negociar un viaje en tu nave, nos dijo que eres de fiar —hablo Jimin mirando con detenimiento al pirata de aspecto poco gustoso.

—Oh si Taehyung, es un buen amigo mío, hemos tenido buenas parrandas juntos. —respondió Jung con una sonrisa.

—Al parecer los rumores son ciertos, los piratas carecen de modales, ya puedo verlo, pero le pido capitán Hoseok que se dirija a nosotros con respeto porque somos parte de la realeza, no somos sus amigos —advirtió Park lanzándole una mirada severa.

El pirata trago saliva con miedo.

—Al parecer alguien no está de buen humor esta mañana, ya ni yo que tengo una resaca del demonio —bromeó soltando una carcajada—. ¿Qué tal si pedimos una botella para ambientarnos un poco? —sugirió para luego llamar a una mesera y pedir una botella de Ron, que pronto llego a la mesa y enseguida la destapo y le dio un buen trago—. Umm ¿ustedes querían?.

—No puedo creerlo —el rubio puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos frustrado.

—Esta bien, es toda tuya. Como ya te dijo su alteza, queremos negociar, o más bien contratarte para un viaje hacia la isla fantasma en tu nave ¿puedes llevarnos? —le preguntó Jungkook.

—De poder, claro que puedo llevarlos —replicó el pirata dando otro trago a su botella de ron—. Pero, les costará mucho oro principitos.

—¡Agh! Que insolente. —Jimin gruñó y volvió a poner los ojos en blanco con enfado.

—Principe Jimin, debería tranquilizarse un poco, esta siendo grosero y así no lograremos nada. —le dijo Jungkook frunciendo las cejas frustrado.

—¿Yo soy grosero?. —se ofendió.

—Lo es. —replicó.

—¿Como se atreve a juzgarme enfrente de este... pirata? ¿Acaso no ve que me esta dejando en vergüenza? —discutió Park.

—¿Y es culpa mía? Lo que debería hacer es moderarse y ser un poco más amable. —contraatacó Jeon.

—Amm disculpen ¿ustedes siempre son así? ¿Siempre están teniendo este tipo de peleas ruidosas? Joder los tímpanos me van a reventar —se quejó Hoseok interrumpiéndolos.

—¿¡Puede llevarnos o no!? —gritó Jimin azotando las manos en la mesa, asustando al ebrio pirata.

—S-Si los llevaré, los llevaré —respondió asustado—. Por el Sol que jodido humor de mierda, no puedo creerlo.

—Bien, ahora me largo —el príncipe del reino del Sol solo se levantó y se marchó enojado.

—Lo lamento, él no ha tenido los mejores días, partiremos pasado mañana en el reino de la Luna ¿donde podemos verte? Pagaremos lo que nos pidas. —cuestionó Jungkook más tranquilo.

—Los veo en esta dirección, tú debes de conocer el lugar. —Hoseok anotó la dirección en una servilleta y se la entregó al príncipe—. Ahí estaré esperándolos, espero calmes al otro principito porque en mi nave y en alta mar yo soy el que da las órdenes —soltó un hipo.

—Si claro —respondió Jeon con sarcasmo, guardo la servilleta en su bolsillo y se levantó—. Nosotros pagaremos, pero espero que tú, al menos durante el viaje dejes el Ron, ahorrémonos accidentes. Hasta luego, capitán Hoseok. —se despidió para luego irse.

—¡Ustedes no me dan órdenes! ¡No son mis príncipes! —gritó el pirata—. Mierda ¿donde esta la música? ¡Pongan música! Ahora si pagaré la deuda.

—Ya lárgate Hoseok, y cuando vuelvas espero que sea con mi dinero, de lo contrarío te entregaremos a las autoridades, maldito pirata. —protesto el dueño de la taberna.

La nave ya estaba asegurada y ahora Jimin, Jungkook, Taehyung y Seokjin tenían que trasladarse hasta el reino de la Luna para poder obtener el mapa que estaba en posesión de aquel poeta colega del maestro, al día siguiente los carruajes ya estaban listos, pero antes de irse debían dar una buena explicación de tan repentino viaje.

—El príncipe Jimin desea conocer el reino de la Luna para entonces tomar la decisión de en que reino será la boda, realmente yo no le tomo mucha importancia, por eso prefiero que tome la decisión él. —explicó Jungkook tratando de ocultar lo más posible el manojo de nervios que estaba hecho frente a sus suegros y su padre.

—Cariño ¿es así? —le preguntó la reina Clary a su hijo quien solo asintió con la cabeza junto una sonrisa siendo "convincente"—. Entonces por mi está bien, solo no tarden demasiado.

—No se preocupe majestad. —replicó Jeon haciendo una leve reverencia con la cabeza.

—Vayan con cuidado y lleven con ustedes un chapero, no queremos actos indebidos antes de la boda. —agregó el rey Soar.

—Llevamos con nosotros a nuestros compinches majestad, jamás cometeríamos tal desfachatez, palabra. —juro el pelinegro.

—Llévalo a los lugares más hermosos, tal vez el reino de la Luna vaya más con lo que busca para la boda, espero le agrade mi reino príncipe Jimin. —mencionó el rey Laustus mirándolo.

—Seguramente será así majestad. —respondió Jimin con una sonrisa.

—Nos vamos ahora, los carruajes ya nos están esperando. Padre, rey Soar, reina Clary —ambos hicieron una reverencia despidiéndose y entonces salieron de la habitación dando un suspiro de alivio—. Lunas, eso fue realmente agotador.

—Apresúrese, entre más rápido lleguemos a su reino más rápido tendremos ese mapa en nuestras manos y podremos irnos pronto a la isla. —Park se apresuró.

Finalmente tomaron carruajes separados, por supuesto, cada uno acompañado de su compinche, con maletas y comida para al menos dos semanas. Y mientras se encaminaban hacia el reino de la Luna las cabezas de los príncipes estaban inundadas de vagos pensamientos, el viaje apenas estaba comenzando y ya estaba resultado agotador y... doloroso. Tal vez era fácil terminar con todo eso, Jimin solo pedía cinco letras y dos palabra, pero para Jungkook parecía ser todo un reto, en el amor todo conlleva un precio y ese precio casi siempre es tu felicidad, ninguno de los dos quería condenarse y es por eso que sin darse cuenta... los dos no solo estaban quitándose la felicidad, sino también la oportunidad de amarse.

Sus cabezas dejaron de pensar cuando cayó la noche y durmieron hasta el siguiente día cuando finalmente llegaron al reino de la Luna. Para Jimin y Taehyung todo cambio por completo, ya no habían luz brillante del Sol, ni tampoco flores coloridas y el cálido clima se había esfumado por completo, ahora hacia frío y todo su alrededor estaba oscuro, pero había grandes edificaciones, casas de construcciones nunca antes vistas, todo estaba ordenado, pulcro, todas las personas vestían elegantemente y andaban en carruajes.

—Sorprendente ¿no es así? El reino de la Luna es maravilloso, lleno de inteligencia y poder monetario, se nota a grandes leguas. —mencionó Tae observando junto a Jimin la ventana.

—Lo es, los súbditos de aquí son especiales y el mejor ejemplo está... en él. —murmuró el rubio con una tierna sonrisa dibujada en el rostro.

Por otro lado el príncipe del reino de la Luna al parecer no estaba muy feliz de estar nuevamente en su hogar.

—Hogar dulce hogar ¿no es así? Seguramente nos están esperando con un banquete. —dijo Seokjin mirando el rostro serio de Jungkook.

—Me gustaba más el reino del Sol, aquí todos son tan amargados. —respondió.

—El amargado aquí eres tú, deja ese mal humor y mejor comienza a pensar en tu hospitalidad como anfitrión, en el reino del Sol su hospitalidad fue más que espléndida, te recomiendo que sea igual o mucho mejor. —le sugirió su maestro.

—¿Para qué? Él no me habla ni siquiera para agradecerme, me odia y aún no se porqué, y ese maldito general, pero creo que eso es lo único bueno de venir acá, Jimin finalmente esta lejos de ese idiota —masculló el pelinegro molesto de tan solo pensar en ese hombre.

—Tienes razón, ese hombre no me dio buena espina, cuando lo conocí se comportó muy arisco y sarcástico, realmente no me cayó bien. —agregó Jin sacándole una sonrisa de felicidad y victoria a su alumno—. Oh es aquí ¡Pare, es aquí! —ordenó al cochero.

Los carruajes se detuvieron, salieron de sus respectivos carruajes ya con su abrigos y guantes puestos para no congelarse. Estaban frente a una enorme biblioteca, Jimin podía jurar que era mucho más grande que la de su reino, era sin dudas sorprendente. Sin más entraron, una campana sonó al abrir la puerta, miraron a su alrededor sorprendidos por los pasillos y pisos repletos con estanterías de libros y entre otras cosas curiosas.

De pronto un hombre de aspecto joven y serio, cabello gris y piel pálida que vestía una túnica, una boina y tenía las manos manchadas de tinta se presentó frente a ellos.

—¿Príncipe Jungkook, maestro Seokjin? Por la Luna, hace cuanto no pasan por aquí, es una alegría volver a verlos —dijo con una pequeña sonrisa—. Y viene acompañados de más personas, es un placer, mi nombre es Min Yoongi el dueño de esta biblioteca, bienvenidos. —se presentó haciendo una reverencia con su cabeza.

—El placer es todo mío, yo soy el príncipe Park Jimin del reino del Sol y él es mi mejor amigo el duque Kim Taehyung. —respondió el rubio con una amigable sonrisa.

—¡Alteza, su excelencia! —Yoongi volvió hacer una reverencia, esta vez con todo su cuerpo—. Perdonen mi insolencia, pero jamás había visto sus rostros, así que no logré reconocerlos, es un honor que estén aquí.

—Esta bien, por favor levántate. Es normal, después de todo aún no me he presentado formalmente con su reino —contesto Jimin.

—Díganme ¿en que puedo serles útil? ¿Quieren sentarse? Síganme por favor. —el poeta los guió hasta una sala bastante cómoda que tenía una chimenea y había más libros apilados en el suelo.

—Estamos buscando un mapa con dirección a la isla fantasma, yo sugerí qué tal vez lo tenías tú en tu poder, después de todo poses casi todos los mapas del mundo. —explicó el maestro Jin tomando asiento como los demás, a un lado de su chico.

—Han venido al lugar correcto ¿lo quieren físico o de relieve? —respondió bastante seguro, salió de la sala para entrar rápidamente a uno de los pasillos y salir de el con un mapa en sus manos—. Muy inteligente de tú parte acudir a mi Jin, aquí lo tienen —extendió el papel sobre la mesa de centro—. El mapa hacia la isla fantasma, papel casi intacto, coordenadas específicas y escalada precisa ¿algo más?.

—Nunca me decepcionas Yoon, bien hecho. —Seokjin le sonrió al hombre de piel pálida y le tendió una bolsa con monedas de oro.

—Me ofende maestro, guarde ese oro, no hace falta ¿o acaso ya me desconoció como su amigo? —le preguntó ofendido Yoongi.

—Solo quería...

—Esta bien, ya tendrá una mejor forma con que pagarme. —sonrió maliciosamente—. ¿Es lo que buscaba alteza? —le preguntó al príncipe del reino del Sol.

—Si así es, este es el mapa, muchas gracias se lo agradezco de verdad. —le dedicó una dulce sonrisa.

—Puedo atreverme a preguntar ¿para qué quieren un mapa hacia la isla fantasma? Para cualquiera esa Isla representa un gran peligro, sin mencionar que tiene la fama de ser terriblemente espeluznante. —preguntó el poeta con curiosidad.

—Iremos a ver a las brujas del oeste para que elimine su maleficio y los reinos vuelvan a ser como antes, sin necesidad de un convenio. —le respondió Taehyung.

—Siempre pensamos que eso del hechizo era solo una idea, pero ¿por qué no seguir con el convenio? Eso es lo que salvará a los reinos y... —Yoongi observó a los príncipes, estaban en lugares bastante separados, dedicándose miradas de desdén y aunque estuvieran cerca de una chimenea se sentía el mismísimo polo norte entre ellos—. Claro... ya entiendo, no preguntaré más. —carraspeo incómodo.

—Mañana zarpáremos, así que te agradecemos infinitamente tu ayuda Yoon, ahora tenemos que marcharnos y descansar para el viaje. Vámonos. —ordenó el maestro, todos se levantaron y se dirigieron a la salida.

Min Yoongi era poeta y filoso, uno de los más reconocidos en el reino, pero había perdido su inspiración para sus escrituras, normalmente está inspiración venían de sus emociones y experiencias, pero ahora que ya no había tenido ninguna se le era casi imposible escribir, así que cuando escucho de su viaje y de la aventura segura que tendrían, se interesó.

—Se que dije que no tenían que pagarme, pero, si me dejan ir con ustedes me daré por bien servido, por favor. —pidió Yoongi dándoles una mirada socorra.

Inmediatamente todos miraron a Jimin esperando una repuesta, ya que él era la cabeza de ese viaje.

—Si claro, puede venir con nosotros. —respondió sonriéndole—. Lo veremos mañana por la mañana en el puerto del reino, traiga las suficientes cosas.

—Gracias su alteza real, ahí estaré.

Salieron de la biblioteca del poeta, Jimin encargó al maestro Jin guardar el mapa debido a que creía que era la persona más dispuesta para encargarse de esa tarea. Finalmente subieron a sus carruajes nuevamente y se dirigieron al palacio. Cuando llegaron todos los sirvientes ya los esperaban en la puerta, los mayordomos les abrieron la puerta y otros sirvientes ayudaron a bajar todas sus maletas.

Subieron las escalaras recibiendo pleitesías y un cálido "Bienvenidos" por toda la servidumbre, ellos saludaron con la misma amabilidad y entraron al palacio, el castillo era sin dudas sorprende todo lleno de arte, piedras preciosas y detalles bien cuidados dignos de un palacio, los colores oscuros abundaban pero no era para nada tenebroso, era más bien elegante.

—Bienvenidos sean ustedes a mi palacio y al reino de la Luna. Desde que avisamos que vendríamos ordene que prepararán los mejores aposentos para ustedes, todo lo que deseen pueden pedirlo y se les dará de inmediato, espero la hospitalidad sea lo ideal. —hablo Jungkook, pero solo recibió contestación de Taehyung mientras que Jimin se limitó a mover la cabeza.

—Jin querido, quiero que me muestres todos esos maravillosos lugares del palacio de los que me haz contado. —Tae tomó del brazo a su hombre quien gustoso le comenzó a dar un recorrido por el castillo.

Cuando ellos se fueron hubo un silencio incómodo entre Jimin y Jungkook, se miraron pero luego desviaron la mirada apenados.

—Yo me... —hablaron al unísono y se avergonzaron más—. Voy a mis aposentos, si no necesita nada más. —dijo Jeon.

—Haré los mismo. —replicó Park.

Se dieron la vuelta en direcciones contrarias, un mayordomo esperaba al príncipe del reino del Sol listo para llevarlo a su alcoba, pero ellos se detuvieron y volvieron a hablar al mismo tiempo nerviosos y rieron una vez más.

—Lo veo en la cena, alteza —mencionó Jungkook con una pequeña sonrisa.

—Ahí nos vemos, alteza. —replicó Jimin de la misma forma.

Entonces ambos se dedicaron una última mirada sobre su hombro y finalmente se fueron cada uno por su camino.

¿Será que se nos viene una nueva pareja?🤔 eso lo descubriéremos.

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