Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

012.


—¿Toca el piano forte, su alteza? —preguntó Jungkook mirando como Jimin se sentaban con confianza frente al piano de cuerda, y entonces se retractó—. No me responda, es obvio que lo hace, una persona con sus tantas habilidades físicas no me sorprendería que también tuviera un don artístico.

—No suelo alardear sobre mis dones en diferentes ámbitos, pero también es difícil ocultarlos. —respondió el príncipe Park acariciando con las yemas de sus dedos las teclas del piano.

—Por supuesto, se que puede llegar a ser arrogante pero no al nivel de hacer menos a otras personas ¿cierto? —Jeon tomó asiento junto a él y lo miró.

—Que de eso no le quede duda. —afirmó—. Como usted dice, puedo llegar a ser ciertamente arrogante, si —aceptó mirando a Jungkook a los ojos—. Pero jamás me verá minimizar a alguien por sus habilidades, en cambio, siempre me ha gustado encontrar las cosas en donde son buenos y reconocerlo.

—¿De verdad? Usted no me dio ese privilegio príncipe Jimin. —el pelinegro frunció levemente el ceño.

—Usted es diferente, mis tratos obstinados y distantes se los gano a pulso, príncipe Jungkook. —desvió la mirada nuevamente hacia las teclas del piano—. ¿O acaso ha olvidado su vil mentira?.

—Tiene razón, no debí haber increpado luego de mis desfachateces, lo siento.

—Está bien, poco a poco... eso va quedando en el pasado. —murmuro volviendo a subir la mirada hacia los oscuros y brillantes ojos del príncipe Jeon.

—Al fin veo mis cosechas dando frutos, seguiré esforzándome, gracias. —sonrió con emoción, Jimin le respondió de la misma forma.

—No hay nada que agradecer, tal vez le estoy dando el beneficio de la duda, o solo soy el príncipe de un reino cálido y bondadoso. —le dijo con su voz increíblemente suave.

—Entonces le agradezco por darme la oportunidad de tener sus bondades y tratos cálidos, eso realmente... me hace muy feliz. —contestó Jungkook colocando con delicadeza su mano sobre la Jimin, haciendo sonar de pronto una nota algo aguada.

—Sigue agradeciendo, me hará enojar, alteza. —sentenció con una sonrisa.

—Le agradecería si no se enojara conmigo, por favor. —bufoneo, y le sacó una risita al contrarío—. Me gusta mucho cuando sonríe y ríe, de pronto... siento otra clase de vibra en usted, me gusta.

—Es usted una persona muy carismática, y admito que sus chistes me hacen reír, paso de ser un conejo a un bufón, pose cierta dualidad alteza. —enarcó una ceja.

—¿Un conejo? ¿Lo dice por mis dientes? Oh príncipe Jimin, me ha herido. —se fingió dolido llevándose un mano al pecho, sacándole otra risa al príncipe de dorado cabello.

—Está bien, basta. —suspiro—. ¿Usted sabe tocar el piano forte?. —le preguntó a lo que Jungkook asintió.

—Pero no es por don natural, en realidad me considero más un potencial cantante, en mi reino hay muchos músicos y maestros orquestales, pero muy pocos cantantes. —le explicó—. El maestro Seokjin se encargó de enseñarme lo básico en piano forte, así que se puede decir que puedo hacerlo.

—Entonces... ¿tocaría conmigo? —le preguntó mirándolo con un leve brillo saliendo de sus orbes amarillos—. No en forma de medir nuevamente nuestras habilidades, solo... toquemos, y ya.

—Desde luego, me encantaría. —respondió—. ¿Podría ser yo quien escoja la melodía? Preferían hacerlo para no quedar en ridiculo y hacerlo mínimamente bien.

—Está bien, escoja la melodía, de cualquier forma la sabré.

—Podría ser... uhm —pensó por un momento, miró la ventana frente a ellos, el cielo ya estaba estrellando y eso le dio la repuesta—. ¿Conoce City of Stars?.

—Claro ¿esa quiere?.

—Así es.

—Entonces hagámoslo, por favor cántela, déjeme tener el privilegio de escuchar su voz ¿si? —pidió Park a lo que Jeon asintió con un poco de pena—. ¿Listo? —se acomodaron correctamente, colocaron sus dedos sobre las teclas y comenzaron.

Las primeras notas se escucharon, una melodía tranquila y fácil donde la mejor parte era la letra, la cual luego de un par de tonos Jungkook comenzó a cantar.

City of stars, are you shining just for me? City of stars, there's so much that I can't see, who knows? I felt it from the firts embrace i shared with you. —su voz era dulce y melodiosa, sin dudas, el príncipe del reino de la Luna poseía una voz encantadora.

That now our dreams, they've finally come true. —Jimin se le unió. A Jungkook le sorprendió, no el hecho de que también tuviera un linda voz, sino que se le uniera cuando pensaba que solo se iba a dedicar a tocar el piano junto a él, pero estaba más que feliz que se convirtiera en un dúo, eso volvía el momento más... romántico—. City of stars, just one thing everybody wants —continuó—. There in the bars and through the smokescreen of the crowded restaurants —ambos soltaron una risitas, recodando su noche en la taberna—. It's love, yes all we're looking for is love from someone else.

Se voltearon a ver, sus dedos moviéndose por el piano y sus voces entrando en los momentos indicados.

A rush...

—A glance...

A touch...

A dance...

»To look in somebody's eyes, to light up the skies, to open the world and send me reeling, a voice that says I'll be here, and you'll be alright. I don't care if I know, just where I will go 'cause all that I need, this crazy feeling ra-ta-tat of my heart.

Ambos cantaron al unísono, con una sonrisa, embelesado, metidos en una burbuja de pasión y emoción, escuchando sus voces en conjunto con la melodía del piano, encontrando en la letra su propia historia.

Think I want it to stay —Jungkook canto, mientras ambos se iban acercando lentamente a sus labios, listos para finalmente besarse por primera vez—. City of stars, are you shining just for me? City of stars...

Never shined so brightly... —Jimin finalizó, cantando casi sobre los labios del pelinegro. Ese no era el plan, todavía no iba a besarlo, pero se sentía tan bien que... solo se dejó llevar, cerró sus ojos ansiando sentir los de príncipe Jeon sobre los suyos.

Pero en el mejor y tan esperado momento para ambos, un sirviente irrumpió reventando su burbuja sacándolos de ese apasionado trance.

—Sus altezas reales, perdonen las molestias. —hizo una reverencia completamente avergonzando—. Me han enviando a comunicarles. Príncipe Jungkook su maestro requiere su presencia en su habitación, y Príncipe Jimin sus padres requieren una audiencia con usted.

—Agh, por la Luna ¿ahora que es lo que quiere? —notablemente molesto, Jungkook refunfuñó. Cuando finalmente estaba apunto de besar al hermoso príncipe que tanto anhela su maestro lo interrumpe ¡No podía estar pasándole eso!.

—¿Mis padres? —Jimin enseguida se levantó nervioso. Cada audiencia que tenía con sus padres siempre lo ponía ansioso, no sabía si querían reprenderlo o si querían felicitarlo, y aunque no hubiera hecho nada malo siempre pensaba en ello, por el mismo miedo—. Ahora voy. —trago en seco, miró al pelinegro—. Príncipe Jungkook, tendrá que disculparme, pero como ve ambos tenemos asuntos que atender. ¿Podemos vernos en otro momento?

—Desde luego, no se preocupe. —le sonrió, se levantó quedando frente a él, tomó su mano y besó cortésmente su muñeca, finalmente sin un guante que la cubriera, al menos probando la piel de su mano—. Nos vemos en otra ocasión, vaya con cuidado y desde ahora le deseo buenas noches.

Jimin no pudo evitar sonrojarse ante esa acción y esas palabras.

—Claro, también le deseo buenas noches, duerma cómodamente y espero que... sueñe conmigo. —dijo con una sonrisa juguetona.

—Siempre lo hago, invade mis sueños, pero no me importa, visíteme cuantas veces quiera... al menos en mis sueños. —respondió devolviéndole la sonrisa.

Park hizo una reverencia y luego finalmente se marchó. Jeon lo miró hasta que lo perdió de vista con su corazón queriendo salirse de su pecho para ir detrás de él.

—¡Espero que de verdad sea algo de vida o muerte por lo que más haz llamado, porque de lo contrario arremeteré contra ti con toda mi furia! —exclamó la sentencia Jungkook entrando a su habitación con pasos fuertes—. ¿Sabes con quien estaba? ¡¿Sabes que estaba apunto de hacer?!.

Seokjin lo miró con los brazos cruzados y un rostro aburrido.

—No, no lo sé. Haciendo una de tus rebeldías seguro. —respondió.

—¡Estaba con el príncipe Jimin! ¡Lunas! Nosotros íbamos a besarnos antes de que mandaras a ese sirviente a interrumpirnos. —se quejó desesperadamente.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? ¿Besarte, tú, con el príncipe Jimin? —cuestionó incrédulo, tomado completamente por sorpresa.

—Así es, maestro. ¡Así que gracias, le agradezco por haberme arruinado el momento!. —bufo—. Aggh, estuve tan cerca.

—¿No me estarás mintiendo? —Jin entorno la mirada observando al príncipe como detective—. Me parece muy increíble que hayas logrado un acercamiento así, se suponía que el príncipe te desprecia.

—Me despreciaba. —corrigió—. Él ahora dice que todo está empezando a quedar en el pasado, y es todo gracias a mis esfuerzos, al fin todo estaba funcionado ¡y tú! —lo señaló con su dedo índice—. ¡Lo arruinaste!.

—Cálmate, no tienes porque ponerte así —se quitó el dedo del menor del rostro—. Ya habrá otra ocasión, si es que el príncipe Jimin te está dando la oportunidad, entonces supongo que igualmente se quedó con las mismas ganas que tú, no dudo que la próxima vez finalmente puedas cumplir tu objetivo sin ninguna interrupción.

—No lo creo, realmente puse todo mi empeño esta vez. —hizo un puchero con tristeza.

—Si tendrás oportunidad, te lo aseguro.

—¿Por qué lo aseguras? —Jungkook frunció el ceño confundido.

—Por esto. —el maestro sacó de un cajón del escritorio la caja de terciopelo negro que le había dado el rey antes. La puso sobre la mesa.

—¿Qué es eso? —el pelinegro tomó la caja con curiosidad, inmediatamente la abrió descubriendo en su interior aquel preciado anillo que le había pertenecido a su difunta madre, y quedó completamente sorprendido—. Este es... el anillo de compromiso de mi madre. —de pronto se le formó un nudo en la garganta—. ¿P-Por qué me lo estás dando?.

—Ya es tiempo de que le encuentres un dueño a ese anillo Jungkook. —le dijo mirándolo con seriedad—. Tienes que pedirle matrimonio al príncipe Jimin lo antes posible, solo tienes hasta mañana y el día siguiente de mañana para proponértele.

—¿Qué? —Jungkook palideció.

[...]

Las puertas se abrieron, el rey se encontraba parado frente a la chimenea con las manos en su espalda, y la reina estaba sentada en el sofá trabajando en uno de sus bordados. El príncipe Jimin entró rápidamente, hecho un manojo de nervioso.

—Padres —hizo una reverencia—. ¿Me llamaron?.

—Hijo, pasa, toma asiento. —su padre le señaló uno de los sofás. Las puertas volvieron a cerrarse mientras tomaban asiento.

—¿Estabas ocupado cariño? Sentimos haberte llamado tan de repente. —habló Clary dejando sus telas e hilos a un lado.

—En realidad... estuve con el príncipe Jungkook en la biblioteca y luego fuimos al estudio y tocamos juntos el piano forte antes de que me llamaran. —mencionó con una sonrisita mientras jugaba con sus dedos.

—¿En serio? Vaya... mi amor, creo que no fue buena idea llamarlo en este momento, al parecer hemos interrumpido algo. —dijo la reina a su rey apenada.

—No lo creo, nuestro hijo entenderá qué hay asuntos más importantes que atender que su relación con... su prometido ¿cierto Jimin?. —respondió Soar mirando fijamente, serio, a su primogénito.

El rubio tragó en seco completamente nervioso, y rápidamente asintió.

—Por supuesto, no te preocupes madre, ya habrá más ocasiones donde pueda estar con él. —dijo con una sonrisa temblorosa.

—Perfecto, ahora, por lo que te hemos llamado es para hablar sobre tus herederos. —fue al grano el rey.

Jimin abrió los ojos un poco de más sorprendido.

—¿D-Disculpa padre?.

—Cariño, hay formas con más... tacto para decir las cosas, tal vez para la próxima vez puedas intentar hacerlo así. —sugirió la reina incomoda.

—¿Por qué? Jimin ya es un adulto y próximamente el rey, hablar sobre estos temas debe ser completamente normal, hay cosas más fuertes que escuchara que esto. —objetó su padre—. Entonces, como te decía —carraspeo—. Tenemos que hablar sobre la procreación de los próximos herederos, ya que al ser ambos hombres no pueden llevar un bebé en su vientre, entonces... hemos llegado a la conclusión de que encontraremos a una señorita, ya sea del reino de la Luna o del reino del Sol, de orígenes nobles que pueda dar a luz a sus herederos, al menos al primero.

El príncipe Jimin simplemente quedó en shock, completamente anonadado sin saber que decir exactamente.

—Creo que estás siendo un poco, demasiado duro y franco ¿podrías tener más delicadeza al hablar? Estamos hablando de temas... íntimos. —volvió a reprender Clary al ver lo asustado y sorprendido que se veía su hijo.

—He dicho que no, él ya es un hombre de veintiún años, puede sobrellevar la situación ¿no es así?. —miró al rubio con una ceja enarcada.

Jimin miró a sus padres, trago saliva y relamió sus labios repentinamente secos y asintió, sin embargo no estaba preparado para hablar sobre eso aún, pero como siempre, quería que sus padres lo viera con orgullo.

—Y-Yo... tengo una duda padre. —habló con su pecho subiendo y bajando.

—Dime.

—¿Quien va a...?

—¿A preñar a la señorita?.

—¡Soar! —exclamó la reina una vez más, regañando su insensibilidad—. Jimin cariño, si no quieres hablar de esto ahora podemos hacerlo en otro momento, se que puede ser un tema incómodo para ti, así que si...

—Está bien madre, no te preocupes. —su hijo le sonrió para tranquilizarla—. Así es padre ¿quien será el encargado de hacer tal... tarea? —preguntó con seriedad.

—Lo ideal es que fuera él, ya que al ser del reino de la Luna debería poseer habilidades cognitivas y físicas mejores que las tuyas, pero parecer ser que es lo contrario. —le explicó Soar levantándose, se puso de nuevo frente a la chimenea—. Me he enterando que el príncipe Jungkook es un joven rebelde y que le gusta desafiar las normas e incluso a su propio padre, lo cual no me causa mucha confianza, podría ser... hiperactivo tal vez.

—¿Insinúas que podría tener alguna enfermedad metal, padre? —inquirió Jimin frunciendo el ceño.

—Tal vez... no podemos descartar nada, siempre te he dicho qué hay que ser precavidos, y es por eso que tú pondrás en cinta a esa señorita. —volteó a verlo—. Tienes habilidades y dones únicos, eres muy inteligente y bueno en todo lo que haces, sin mencionar que poses una gran belleza etérea.

—Un momento padre —el rubio se levantó de su lugar objetando—. Lamento decir que te equivocas, el príncipe Jungkook no padece de ninguna enfermedad mental, sus rebeldías son debido a su edad ¿olvidas que tan solo tiene diecinueve años? Es normal que un joven como él desee aventurar y tal vez cometer algunas imprudencias. —le justificó.

—Tú nunca nos diste eso problemas.

—Yo soy diferente, pude haber cometido las mismas rebeldías pero... me contuve —«como siempre» pensó—. En realidad, el príncipe Jungkook sí tiene muchas habilidades, sin tan solo lo vieras usando una espada, o cazando y sobre todo cantando, cambiarias de opinión.

—¿Cantando? ¿Es cantante? ¿Y eso en que va a favorecer a sus herederos? Yo necesito reyes y reinas inteligentes, sagaces, brillantes vaya. No dejare el imperio que he construido con sangre, sudor y lágrimas en manos de... un cantante. —espeto, frío y sin pudor.

—Padre...

—Está decidido, serán tus genes los que lleven esos bebés, no hay discusión. Después se lo haremos saber al rey Laustus, él sabrá cómo lidiar con su hijo.

—Pero padre yo...

—¡No hay discusión dije! —vociferó Soar mandando a callar a su primogénito—. No te llamamos para preguntarte, sino para hacértelo saber, así que... —se acercó a él y lo señaló con sus dedo—. Si quieres ser un rey excelente, entonces toma las decisiones correctas que favorezcan a tu reino. ¿O acaso quieres decepcionarnos, Jimin?.

Esa palabra, de pronto le ponía el cuerpo frío, le dejaba sin aliento y ponía a su corazón a palpitar vertiginosamente, los dedos le comenzaban a temblar y todo le daba vueltas.

Era pánico, pánico a decepcionar.

—N-No, no quiero hacerlo, quiero hacerlo sentir orgullosos, padre. —dijo.

—Entonces haz lo que se te indica. Y lo mejor es que mantengas esto es secreto hasta que Laustus hable con el príncipe Jungkook, no puedes decirle por ningún motivo ¿haz entendido? —le ordenó, su hijo asintió—. Excelente, ya puedes marcharte entonces, no hay nada más que hablar.

Jimin no agregó nada más, solamente se despidió de sus padres con una reverencia y se retiró a su habitación. Mientras recorría el pasillo hacia su alcoba, repentinamente se le formó un nudo en la garganta y comenzaron a brotar lágrimas de impotencia de sus ojos. Todo esto le parecía tan cruel, Jungkook también merecía saberlo y decidir sobre ello, además no estaba de acuerdo en la manera en que pensaba su padre de él, fue tan despectivo e insensible que lo llenaba de coraje. Ni siquiera se había tomado el tiempo de conocerlo, no conocía nada de Jungkook como lo conocía él, solo concluyó que no era bueno ni para engendrar buenos herederos y eso era... cruel.

Pero al final, Jimin siempre se iba a quedar callado sin oportunidad de objetar. ¿Por qué?... porque le tenía pavor a esa palabra llamada: decepción.

[...]

—Como escuchaste, tienes que proponerle matrimonio ya. ¿O cuanto más vas piensas tardar en hacerlo? No hay tiempo Jungkook, llevamos casi un mes en el reino del Sol y tenemos que volver al reino de la Luna con un compromiso oficial y una boda para planear. —le dijo Seokjin con firmeza.

—Wow, wow, wow espera un momento. ¿De que estás hablando tan de repente? —Jungkook completamente desubicado y sorprendido respondió—. Todavía no están las cosas claras entre el príncipe Jimin y yo, todavía no sé si tengo por completo su confianza, y no puedo proponerme así sin más, sin antes estar seguro de que no me mandará al carajo.

—No lo hará. —afirmó.

—¿Como estas tan seguro? ¡Tú que sabes! Las cosas no son tan fáciles como entre tú y tú duque, el príncipe Jimin es más complejo. —espeto frunciendo el ceño.

—No metas a Taehyung en esto. Estamos hablando de tu relación, no de la mía, así que cuida tus palabras Jungkook. —increpó Seokjin con molestia.

—¡¿Como esperas que lo haga?! Es mucha la presión que estás poniendo en mi, sabía que iba a proponerle matrimonio por mi propia cuenta en algún momento pero, todavía no estoy preparado, y supongo que él tampoco ¡no puedes obligarme a hacerlo! —vociferó el príncipe enojado.

—Escucha Jeon Jungkook —Seokjin lo miró directamente a los ojos, lanzándole una mirada severa—. Si es real lo que me dices sobre lo que está pasando entre el príncipe Jimin y tú entonces no hay forma de que te rechace.

—¿Según tú, qué está pasando? ¿Ah? ¡No está pasando absolutamente nada, solo está siendo benévolo, él mismo me lo dijo! —exclamó.

—Si está pasando, pero tus ojos jovenes no pueden verlo porque eso te ha hecho creer el príncipe. Claro qué hay algo entre ustedes dos, es notorio, incluso se que tú y él pueden sentirlo cuando están juntos... de lo contrario, hubiera dudado un poco más de tu afirmación de un posible beso. —declaró el maestro.

—Pero Jin... me siento tan inseguro. —le dio una mirada socorra y llena de miedo.

—¿Acaso Jimin no es el indicado para portar ese anillo?. —le preguntó—. Si ese es el problema entonces podemos conseguir otra argolla yo...

—No, ese no es el problema —respondió Jungkook—. Jimin es sin duda la persona indicada, es tan esplendido, hermoso, brillante... no hay otra persona que pueda llevar este anillo en su dedo, es él y solamente él.

—Entonces solo hazlo.

—¡No puedo, no ahora! ¿Por qué me estás presionándome así? Nunca lo habías hecho, te pareces a mi... —calló por un momento y lo entendió todo, su maestro Jin al que conocía jamás lo obligaría a hacer algo en lo que no esté preparado, pero había una persona que si—. Mi padre te envío a decirme todo esto ¿verdad? ¿Él es el que quiere obligarme a proponerme?.

—Jungkook escúchame...

—¡No! Jin, pensé que estabas de mi lado ¿que te sucede?.

—Lo estoy, hey, si conversé con tú padre y él me pidió personalmente que te persuadiera, pero lo estoy haciendo por algo, de lo contrario hubiera declinado porque... te quiero mocoso, y siempre he querido lo mejor para ti. —confesó sincerándose, Jungkook lo miró expectante—. Tu padre aunque no lo creas te ama y quiere que hagas las cosas bien, así que... si por primera vez quieres hacer sentir orgulloso a tu padre, solo ponle ese anillo en el dedo al príncipe Jimin, lo antes posible.

—Jin... ¿pero si falló y lo terminó decepcionado una vez más? —su respiración se agitó y le dio ansiedad de solo pensarlo—. Es demasiado incluso para mi.

—Escúchame, mírame —lo tomó de los hombros y lo miró a los ojos—. No hay nada que tú no puedes lograr hacer, eres un príncipe valiente, inteligente y decidido, yo confío en ti y no importa que resultado tengas, yo siempre estaré orgulloso de ti. —le mostró una sonrisa.

Jungkook suspiro, miró el anillo y se tomó un momento para pensar. Tal vez ese era el momento indicado, Jimin ya no parece tan frívolo ni distante como antes, incluso estuvieron varias veces apunto de besarse y también finalmente se relaja a su lado. Le estaba dando una oportunidad y no era prudente que la desaprovechara, de esa forma lograría obtener dos cosas que anhela: el amor del príncipe Jimin y el orgullo de su padre.

—Está bien, encontrare el momento ideal entre mañana y el día siguiente. Pero prométeme que me apoyarás. —volvió a mirar a los ojos a su maestro.

—Te lo prometo.


Bonito dia bbs, espero lo están disfrutando mucho!!💗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro