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010.


Llevaban ahí un poco más de media hora, el príncipe Jungkook y el maestro Seokjin esperaban ansioso y temerosos la conversación, o mejor dicho, el regaño pendiente que tenían con el rey Laustus, luego de que los sentenciara anoche en la cena, aunque, les parecía muy extraño que no hubiera llegado ya, normalmente el rey no pierde tiempo para ir a sermonear a su hijo.

—¿Crees que esté preparando algo maquiavélico para esta vez? Esta tardando demasiado, es inusual en él. —formuló Jungkook jugando con sus dedos nervioso.

—Aagh, no tengo idea. —resoplo Jin completamente atemorizado. Con la cabeza gacha y la pierna inquieta.

—¿Deberíamos esperarlo? Quería ir a entrenar un poco. —miró el reloj junto al tocador—. Realmente está tardando mucho, y mi padre no pierde ni un segundo para venir y castigarme, me siento tan ansioso ¿que le sucede esta vez?.

—¿Por qué tenías que lanzarme esos guisantes con mocos a la cara? —protestó el maestro y luego se lamentó—. ¡El rey va a cortarme la cabeza! ¡Soy un pésimo institutor! Ohh por la Luna. —exageró.

—Cuando dices ese tipo de cosas con ese tono, te vez y escuchas como un cobarde. —le dijo Jeon con una mueca.

Jin le lanzó una mirada mortífera.

—¿Y de quien es la culpa? ¿Ah?.

—Pues... la reina hablo de ciertos temas incómodos repentinamente ¿como querías que reaccionara?. —justificó el pelinegro encogiendo los hombros con inocencia.

—¡No lanzándome tus mocos, bestia! —disputó—. Tus clases de modales se multiplicarán ¿lo haz entendido? No puedes comportarte con tal insolencia ¿acaso no haz aprendido nada?.

—Fue un error ¿si?... ya, sabes que salí un poco defectuoso, pero me esfuerzo. —hizo un puchero.

—Claro —Jin puso los ojos en blanco y se levantó de la orilla de la cama donde había permanecido sentado junto al príncipe hechos un manojo de nervios—. ¡Esto me está matando! ¿Qué le está pasando a su majestad?. —ahora empezó a caminar de un lado hacia el otro como un león enjaulado.

—Por favor cálmate ¿quieres? Me estás poniendo más nervioso y me mareas si caminas por la habitación de esa forma. —se quejó Jeon.

—¡No quiero y no puedo! —exclamó—. Si me quedo un segundo más aquí me volveré loco, iré a preguntar donde esta. —se dirigió apresurado a la puerta la cual se abrió antes de que él pudiera abrirla.

—Su alteza, maestro, buen día. —era el mayordomo, saludo con una reverencia—. El desayuno ya listo ¿desean ir al comedor o prefieren que lo traigan a su habitación? Hoy es día libre en el palacio, lo que significa que pueden relajarse y detener su agenda. —les hizo saber.

—El rey Laustus ¿donde está? ¿Qué es lo que está haciendo? Teníamos una cita con él. —se apresuro a preguntar Seokjin.

—Su majestad el rey Laustus también fue informando del día libre en el palacio, decidió primero tomar su desayuno en su habitación y luego ordenó traer a algunas concubinas, así que en este momento su majestad se encuentra recibiendo ciertas atenciones privadas, me apena informales que no podrá asistir a su cita. —les informó el mayordomo.

—¿Estas diciendo que mi padre esta fornicando mientras yo me muero de los nervios aquí esperándolo? —exclamó Jungkook indignado, levantándose.

—¡Por la Luna Jungkook cállate! —le regaño su maestro.

El hombre carraspeó con cierta incomodidad.

—Lo siento su alteza real, pero a mi no me corresponde y no se me es propio discutir las intimidades de su majestad el rey. —bajo la cabeza apenado—. De verdad lamento que no pueda atenderlos hoy, si usted quiere puedo solicitar mañana una audiencia con su...

—Que se pudra, yo me largo. —el príncipe camino hacia la puerta—. Maestro ¿viene?.

—Uhm, yo... iré con el príncipe, me encargo de él así que... —Jin dijo avergonzado.

—Desde luego maestro, adelante.

—Pero gracias por sugerir la audiencia, lo mejor es dejar que el rey disfrute de sus... diversiones, seguramente él nos buscará después, solo no le digas nada ¿bien?.

—Como usted ordene maestro. —el mayordomo hizo una reverencia, a lo que Seokjin le respondió de la misma forma con una sonrisa y luego salió de la habitación junto al príncipe—. ¿Te has vuelto loco? —increpó una vez más—. No puedes hablar de las intimidades de tu padre así por qué si con la gente de servicio.

—Como si fuera un secreto, todos saben lo que significa llevar concubinas a la habitación del rey. —respondió Jungkook con cierta molestia.

—Si pero...

—Basta, no quiero seguir indagando en los eventos sexuales de mi padre. —lo interrumpió—. Deseo ir a entrenar un rato, todo esto me puso de mal humor, así que prepare su espada maestro.

—Jungkook te he dicho en repetidas ocasiones que detesto pelear con espadas, no soy bueno y lo sabes, a mi dame ejercicios matemáticos, cuestióname de cualquier tema o hazme leer un libro de mil páginas y lo haré, pero espadas no por favor —casi le rogó.

—No hay discusión, es mi institutor, enséñeme sobre espadas, dígame su origen, como las hacen y todo eso mientras lo ataco. —sonrió de lado.

—¡Siempre utilizas la misma excusa!.

—¿Y~?

—¿Y, qué?.

—¿Haz pensando en lo que hablamos hace... unos minutos? —pregunto Taehyung, mirando al príncipe Park con una sonrisa de incites.

—Agh ¿seguirás con lo mismo? Si es así ya puedes irte, ya tengo con quien practicar, no te necesito si seguirás hablando de temas que no son de mi interés. —respondió Jimin. Se dirigían por los pasillos hacia el salón de entrenamiento, junto a un soldado.

—Tan común de ti, siempre evadiendo temas sentimentales. ¿Por qué eres así? Ya tienes que calmarte hombre. —lo sacudió por lo hombros y los masajeo.

—No evado nada, solo... ya te dije, no es de mi interés. —replicó el rubio nervioso.

—Ya te dije, te conozco, más de lo que me gustaría y se cuando estás incómodo o algo te pone nervioso, y ese algo ahora es el príncipe Jungkook. —insistió—. Soy tu mejor amigo, me lastima que no confíes en mi, sabes que puedes expresarte con naturalidad.

Jimin suspiro al tiempo que giraba los ojos.

—¿Y que deseas escuchar?.

—No empieces con tu condescendencia, sabes que la aborrezco. Solo quiero que sigas tus propios consejos, oye mírame. —lo tomó del brazo y se detuvieron—. Yo seguí tu consejo y ahora soy el hombre más feliz, podrías serlo tú también si dejarás ese temor y obstinación.

—No es...

—Lo es ¿crees que no me doy cuenta? —lo miró directamente a los ojos, descifrándolo, el rubio desvió la mirada tímido—. Inténtalo, conoce al príncipe ¿que es lo peor que puede pasar? Deja de cerrarte tanto con las personas, un rey así no es conveniente. El príncipe Jungkook está haciendo su mayor esfuerzo, lo menos que se merece es un mejor trato de tú parte.

—Me siento inseguro ¿okay?, para ti fue fácil porque estás con un hombre maduro, pero yo tengo que lidiar con un joven recién salido del cascarón, rebelde e insolente. —agregó.

—No creo que el príncipe sea tan "inocente" —hizo comillas con los dedos—. Es atrevido y también descarado, dudo que aún no te haya hecho una insinuación a aquellos actos carnales.

Las mejillas de Jimin de pronto se ruborizaron levemente.

—A-Aún así, es demasiado inmaduro y eso le quita todo el encanto que posee.

—Se que en este momento no te sientes atraído por las cualidades rebeldes del príncipe, pero, se que tiene más y mejores, todos las tenemos ¿tú no crees que el príncipe solo piensa que eres un arrogante, frío y obstinado?.

—De hecho es lo que piensa.

—¿Lo ves? Tranquilo, nada malo sucederá si te dejas llevar un poco, déjalo entrar y tú también dale la oportunidad, tal vez logre sorprenderte solo... inténtalo. —se miraron a los ojos, Tae le sonrió.

—Si... creo que podría intentarlo. —Jimin también sonrió y encogió un hombro.

—Bien, calma si algo malo pasa estaré aquí, te apoyaré y sabremos qué hacer ¿bien?.

—Si, gracias Tae.

—Andando, ve y desestrésate una rato con la espada, te llevaré hasta ahí y luego me iré porque mi padre llegará esta noche y tengo cosas de duque que hacer. —mencionó.

—Está bien, salúdame a tu padre. —continuaron con su camino hasta que llegaron a un gran salón con paredes y suelos de madera donde había todo tipo de armas y artefactos para entrenar. Pero al parecer alguien ya había llegado primero y se encontraba entrenando también. Jimin se sorprendió y se detuvo en seco—. ¿Qué hace él aquí?.

—¡Yah! ¡iiiih... Yah! —Jungkook tiro contra el suelo a Seokjin desarmado, alzó su espada y la bajo hacia su pecho dejando la afilada punta unos centímetros arriba, no quería matarlo—. Perdió maestro, otra vez. —sonrió con aires de grandeza.

—¡Jin querido! —se escuchó la voz de Taehyung llamado la atención del príncipe Jeon y de su amado maestro. El ojiverde no dudó en ir y auxiliar a su hombre—. ¿Estás bien? ¿Te haz hecho daño? —se sentó en el suelo y lo miró preocupado.

—¿Tae? ¿Qué haces aquí? Estoy bien, no te preocupes. —Seokjin se levantó y ayudó a Tae también—. Solo estaba entrenando con Jungkook, pero no soy muy bueno como pudiste ver, lunas estoy avergonzado. —bajo la cabeza apenado.

—Oh querido, no te preocupes, yo si me considero alguien bueno con la espada, así que cuidare de ti. —le sonrió, a lo que él maestro le respondió de la misma forma—. Yo solo acompaño a...

—Príncipe Jimin, que sorpresa. —exclamó Jungkook dibujando una sonrisa en sus labios y enseguida camino hacia él ya mencionado guardando su espada.

—Príncipe Jungkook. —Park hizo una reverencia, de pronto poniéndose nervioso.

—Por su atuendo, que por cierto, cabe mencionar que se ve totalmente esplendido en el, deduzco que viene a entrenar. —inquirió, mirando su traje color hueso, ceñido a su figura con cinturones en ciertas partes, luego miró al solado detrás suyo confundido—. ¿Para que necesita un soldado alteza? ¿Lo utiliza a menudo?

—Siempre he requerido de uno para entrenar, me ayuda a practicar mis técnicas y es mejor hacerlo con alguien de carne y hueso. —respondió sin mirarlo—. ¿Usted también entrenaba?.

—Lo hacía, con mi maestro, pero se estaba volviendo aburrido porque como vio siempre termina en el suelo desarmado y bajo mi espada. —presumió con una sonrisa satisfactoria.

Jimin soltó una risita baja ante esto, lo cual sorprendió al príncipe Jeon.

—¿Esta de buen humor hoy? Lo noto más... tranquilo, por primera vez después de un tiempo, y me resulta sorprendente. —le preguntó mirándolo sonriente.

—Entonces lo mejor es que lo aproveche ¿no lo cree? —finalmente lo miró a los ojos y sonrió levemente. A Jungkook le brillaron los ojos con ilusión al verlo por fin pasivo—. Si ya se canso de ganarle una y otra vez a su maestro, podríamos... entrenar juntos, si quiere claro.

—¡Claro que quiero! Me encantaría. —respondió de inmediato con emoción.

—Pero con una condición. —agregó.

—Dígame, cualquiera.

—No tenga consideración, porque yo no la voy a tener con usted. Estamos entrenando, así que deberíamos ayudarnos a mejorar, no sea considerado por favor. —pidió Jimin.

—Yo... —Jungkook lo pensó por unos segundos, no quería herirlo, eso sería lo último que hiciera—. Solo le advierto que mi destreza con la espada, y no es por presumir, es demasiado buena, podría ser el mejor guerrero si fuera parte de un ejército. ¿Esta bien con eso? —preguntó enarcando una ceja.

El rubio sonrió sarcásticamente.

—De nuevo me esta subestimando alteza. Le recomiendo que ya no lo haga. —advirtió—. ¡Tráeme una espada! —le ordenó al soldado y  rápidamente le trajo una y se la entregó en las manos. Jimin la sacó de su funda y la empuñó con firmeza—. ¿Esta listo?.

—¿Practicaremos con espaldas reales? Temo que su alteza pueda cortarme la cabeza —bromeó Jeon colocándose junto al príncipe rubio al medio del salón, sacando también su espada de su funda.

Park soltó una risita.

—¿En tan baja estima me tiene alteza? Ciertamente me siento un poco ofendido por su falta de confianza.

—Después de todo me desprecia, tengo motivos para desconfiar.

Ambos se colocaron en posición de duelo, se miraban fijamente a los ojos con determinación, poniendo sus espadas al frente.

—Entonces si aún no se siente preparado para mi, pruebe con mi soldado primero. ¡Atacalo!. —el príncipe Jimin lo llamó, enseguida el soldado sacó su espada y atacó al príncipe Jeon con fuerza.

Jungkook se defendió, sus espadas chocaban y sus cuerpos se movían de una manera asombrosa. Jimin miraba sorprendido a Jungkook quien manejaba el arma como si fuera parte de su cuerpo, realmente tenía gran destreza como él había afirmado, en ese momento pasó de ser un joven rebelde a un fuerte guerrero, lo vio como un hombre, e incluso le pareció sexy, tenía el cabello mojado de sudor, su cuerpo se veía más grande, el rostro serio y esa mirada llena de fiereza hacia que la adrenalina corriera por sus venas, era más que excitante, podía estar horas simplemente viéndolo manejar esa espada.

De pronto Jungkook le quitó rápidamente la espada al soldado con movimientos sorprendentes y luego con ambas lo atrapó en una equis amenazado su cuello, el soldado finalmente alzó las manos rindiéndose. El príncipe de cabellera azabache sonrió satisfecho y bajo las armas para luego mirar a Jimin.

—Eso fue un calentamiento, ya puede venir alteza, estoy listo para usted. —le dijo lanzando lejos una de las espadas para quedarse solamente con una—. ¿Puede manejarlo?

El rubio sonrió amplio. Volvió a empuñar su espada y se colocó frente al príncipe de ojos grandes y oscuros, retándolo.

—Debo admitir que estuvo impecable, fue sorprendente. —confesó.

—Lo se, quería impresionarlo, por eso termine rápido con él. —presumió con una sonrisa ladina—. Tenga cuidado alteza, de verdad no busco lastimarlo. Así que tenga en cuenta su posición, es más bajo que yo así que encuentre una buena técnica.

—¿Se acaba de burlar de mi estatura? —indignado exclamó Jimin. De pronto lo atacó con un furtivo ataque, Jungkook se defendido con una risita—. Le borrare esa sonrisita del rostro, ya le dije que no me subestime.

—Nunca lo he hecho.

Comenzaron la lucha.

Cada uno llevaba una técnica diferente, pero ambas eran impecables y feroces, sus espadas chocaba y sus cuerpos no dejaban de moverse por todo el salón e incluso se deslizaban por el suelo, esquivaban todos los ataques, algunos otros los enfrentaban con fuerza. Estaban luchando mano a mano, sin dudas Jungkook era más grande y fuerte, pero Jimin era ágil y muy estratégico, incluso Jeon se sorprendió por tal destreza, era sin dudas un buen contrincante, el mejor que ha tenido ciertamente.

De pronto sus espadas chocaron, ambos defendiéndose de un ataque mutuo, se quedaron allí, Jungkook lo empujó pero Jimin se mantuvo firme. Se miraron directamente a los ojos, tenía la respiración agitada y sudor corriendo por su cien.

El príncipe Jeon estaba muy sorprendido con la gran ferocidad y habilidad del príncipe Park con la espada, era alguien bastante fuerte y le estaba dando buena batalla, estaba sorprendido, frunció la cejas cuando el rubio lo miró con una sonrisa burlesca llena de egocentrismo.

—¿Como puede reírse en medio de una batalla? —masculló Jungkook.

—Su alteza luce algo... confundido. Le dije que no me subestimara, comencé a practicar esgrima desde una corta edad, no me considero tan bueno como usted, pero lo estoy haciendo jadear, lo cual es una señal de algo estoy haciendo bien ¿no lo cree?. —inquirió.

—Muy bien diría yo. —Jeon acercó más sus cuerpos, sus espadas en medio de ambos. Él sabía que tenía más armas que esa, y era el momento de sacar una de ellas, así que le dio una mirada descarada al príncipe rubio y le miró los labios mientras se lamía los suyos lentamente.

Jimin no pudo evitar ponerse nervioso, tenia el corazón acelerado, pero en ese momento todo su cuerpo vibró y se aceleró aún más por esa repentina acción del príncipe pelinegro, miraba sus labios como una persona hambrienta, además estaban muy cerca, podían sentir la respiración pesada del otro chocar en su rostro.

Así que entonces cuando la idea de que fuera besarlo se metió en su cabeza, sus mejillas se ruborizaron y debilitó su defensa sintiéndose débil de pronto, lo cual lo llevo a recibir un ataque sorpresa, Jungkook lo empujó, hizo un movimiento circular con su espada desarmándolo, para luego barrer sus pies haciéndolo caer al suelo, terminado con las dos puntas de las espadas apuntando su pecho.

—Usted es... un embustero. —Jimin se rio en el suelo—. ¿Hace eso a menudo con sus contrincantes?.

Jungkook guardó las espadas y se puso de cuclillas mirando al príncipe Park.

—En realidad no, esto solo lo he hecho con usted. —le tendió su mano ayudándolo a sentarse—. Pero me alegra de que haya funcionado, de lo contrario esto nunca hubiera terminado, es usted muy feroz príncipe Jimin. —le sonrió, quedaron frente a frente sus rostros bastante cerca.

—Y usted muy fuerte, príncipe Jungkook. —murmuró mirando embelesado esos bonitos ojos negros de un raro fulgor—. Deberíamos ir a lavarnos, estamos empapados de sudor.

—Quiero quedarme un poco más así. —le dijo Jeon observando con detenimiento sus preciosos y brillantes ojos dorados completamente hechizado. Su cuerpo se movió por si solo, y como si tuviera un imán en el pecho se fue acercando hacia los labios del rubio listo para probarlos.

Pero Jimin le puso su mano en el pecho deteniéndolo.

—Espero verlo en otro entrenamiento, gracias por... este buen momento, príncipe Jungkook. —murmuró suavemente, le dio una sonrisa para luego levantarse y marcharse del salón.

El corazón de Jungkook estaba apunto de explotar.

[...]

—¡Excelencia por favor, con más cuidado! —Jin fue arrastrado fuera del salón, los acelerados pasó de Taehyung hacían que perdiera el equilibro, estaba un poco cansado y su cuerpo se sentía un algo adolorido.

—Te dije que me llamaras por mi nombre. —se detuvieron abruptamente en la entrada del salón, frente a las escaleras. El castaño lo volvió a jalar, esta vez lo atrajo a su cuerpo y rápidamente atrapo sus labios de forma necesitada y algo salvaje.

El maestro abrió sus ojos un poco de más tomado por sorpresa, por lo cual enseguida rompió el beso tomando por los hombros al más joven, el cual le miró con un puchero protestante.

—¿Qué es lo que hace? N-No podemos hacer esto.

—¿Por qué? Ahora somos amantes ¿no? Entonces bésame —Taehyung se colgó de él  enredando sus brazos en su cuello y volvió acercase a sus labios, pero Seokjin se alejó completamente apenado—. ¿Qué pasa? ¿Por qué no quieres besarme?. —subió las cejas juntas con angustia.

—No es que no quiera besarte, créeme que es lo que más anhelo, pero no es prudente. —tomó las mano del ojiverde, las desenredó de su cuello y las entrelazó con las suyas—. Te estoy cortejando, soy un caballero, así que no es digno estar aquí sin un chaperon presente.

—¡Pero clase de disparate estás diciendo ahora mismo! —Tae jalo sus manos bruscamente y se giró dándole la espalda al contrario notablemente enojado, o más bien, emberrinchado.

—¿Por qué te enfadas? Estoy haciendo lo correcto, hable muy enserio cuando te dije que iba a cortejarte, así que base a las reglas y limitaciones de un cortejo esto es lo se debería hacer, y además nos encontramos en el palacio, podría ser una falta de respeto.

—¡Pues no me gusta! —se cruzó los brazos y saco sus labios haciendo un puchero.

Jin reconocía un berrinche cuando lo tenía en frente. Después de pasar tantos años con el rebelde, desobediente y sobre todo berrinchudo príncipe Jungkook, se había vuelto un experto en esas rabietas. Así que sonrió, sujeto de los hombros a su chico y lo volteó para que lo mirara.

—¿Acaso mi encantador duque se convirtió en un chiquillo caprichoso?.

—¿Podrías intentar entenderme? ¡Eres tan guapo que lo único que quiero hacer todo el tiempo es besar esos bonitos labios abultados! —exclamo jalando el cuello de la camisa del maestro atrayéndolo a su rostro, dándole una mirada socorra—. Bésame por favor.

—Lo haré cuando finalmente tenga la bendición de tu padre y haya puesto un anillo en tu dedo, mientras tanto apeguémonos a las reglas del cortejo. —respondió mirando fijamente esos increíbles ojos verdosos.

—¿Be-Bendición, anillo? —masculló Taehyung totalmente sorprendido—. ¿De que hablas tan de pronto? ¿Vas a pedirme matrimonio? ¿Es verdad eso?.

—Soy un hombre adulto de treita y siete años, no puedo seguir jugando a los novios casuales, además... ¿qué me impediría casarme con este precioso joven de encantadores ojos verdes? —Seokjin formo una sonrisa en su rostro, mirándolo con completa sinceridad y devoción.

—¡Oh por el Sol Jin! —Tae se lanzó a abrazarlo completamente emocionado—. Eres tan genial ¿donde estuviste todo este tiempo?. —lo miró con una brillante sonrisa cuadrada dibujada en su rostros también.

—¿Ahora ves? Así que deja de tentarme, porque no sabes lo mucho que deseo devorarte en este mismo instante. —miró los labios del castaño hambriento.

—Pues... no hay nadie aquí ahora. —miró alrededor, no había nadie, entonces sonrió ladinamente y también miró los carnosos labios del maestro mientras relamía los suyos—. Un beso no le hace daño a nadie, podemos hacerlo, sería nuestro secreto.

—¿Secreto?.

—Si, hagámoslo ahora que nadie nos ve, rápido.

Si, Jin era un caballero, pero hay veces donde el ser humano no ayuda, los humanos naturalmente tienen necesidad y deseos, y lo que más anhelaba en ese momento Jin era besar a esa hermoso joven castaño, así que dejándose llevar por "última vez" por sus deseos atrapo su boca y se empezaron a besar con suma necesidad y vehemencia. Seokjin lo abrazó fuerte por la cintura y Taehyung llevó sus manos a su cabello y lo alborotó.

Estaban disfrutando demasiado de ese salvaje y oculto beso, hasta que escucharon una voz al fondo y rápidamente se separaron.

—¿Jin? —era Jungkook, con las cejas fruncidas mirando a su maestro todo despeinado y nervioso.

—¿Ya terminaste de entrenar con el príncipe Jimin, tan rápido?. —le pregunto con la mirada gacha completamente avergonzado igual que Taehyung, limpiándose los labios cubiertos de saliva ajena.

—Si, se acaba de ir. Uhmm ¿quieren que los deje terminar lo que sea que estaban haciendo? —cuestionó con cierta incomodidad.

—No, yo ya me iba, mi padre llegara pronto de su viaje así que debería volver a mi hogar. —sacó su reloj de su bolsillo y miró la hora—. Ay mira qué hora es, ya me voy. —comenzó a bajar las escaleras pero se detuvo—. Uhm, príncipe Jungkook.

—Dígame. —respondió él.

—¿Como estuvo su entrenamiento con el príncipe Jimin? —preguntó enarcando una ceja con una sonrisa curiosa.

—Estuvo bastante bien. El príncipe me dejó asombrado con su destreza con la espada, es sin dudas alguien bastante talentoso. —le respondió con una sonrisa.

—Y eso que no lo haz visto con el arco. Oh, de hecho creo que mañana irá a cazar temprano, le sugiero que le haga compañía, así podrían conversar un poco y no lo se... tal vez enamorase en el camino. —le sugirió.

—¿Qué? —exclamó sorprendido el príncipe.

—¡Nada! Me voy ahora, nos vemos. —se despidió con una sonrisa y luego se marcho corriendo.

—Es estupendo ¿no? —murmuró embobado Seokjin mirando al joven ojiverde irse.

Jungkook lo miró con una mueca de asco.

—Arréglate el cabello ¿quieres?.


¿Como estaann? Espero se encuentren estupendamente, la historia está avanzando naturalmente y me gusta mucho el proceso que estoy llevando.

También les agradezco sus comentarios que son los que me motivan a continuar escribiendo, realmente amo cuando comentan y se interesan, Gracias infinitamente!💗

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