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009.


—¿Se me permite preguntar dónde es que me lleva su excelencia?. —preguntó Jin subiendo unas escaleras, siendo guiado por un joven de ojos verdes y cabello castaño de sonrisa cuadrada.

—Lo sabrá cuando lleguemos, no me gusta arruinar las sorpresas. No se preocupe, conozco este palacio como la palma de mi mano. —respondió Taehyung con una sonrisa emocionada, con un eje de nerviosismo.

Las escaleras los llevaron a un lugar solitario, grande y sumamente hermoso, era un balcón con grandes pilares de mármol blanco, en una zona algo alejada y alta del palacio. La vista era simplemente espectacular, podía verse el reino entero e incluso el mar desde allí.

—Wow, esta vista es maravillosa. —dijo mirando el panorama con los ojos bien abiertos y una sonrisa.

—Lo sé, quise tráele aquí por la vista y también porqué es el lugar más privado del palacio, los jardines y las demás zonas están cubiertas de guardias. —mencionó Tae colocándose junto a él en el balcón.

—¿Y está permitido ingresar a esta zona? ¿Podemos estar aquí? —le preguntó preocupado.

—Creo que si. —encogió los hombros—. Jimin y yo venimos a menudo, cuando necesitamos un respiro y hablar sobre temas que requieran más intimidad, después de todo Jimin es un príncipe y yo pronto seré un duque, hay cosas que no podemos hablar con naturalidad frente a las personas. —suspiro, se recargó sobre sus antebrazos en el balcón.

—Ya veo... me alegra que haya un lugar donde se pueda tener tal intimidad, gracias por tráeme. —Jin le dio una sonrisa, el castaño le respondió de la misma forma.

—Claro que iba a traerle, eso es lo que necesitamos... intimidad —se miraron directamente a los ojos—. Maestro Seokjin yo...

—Le ruego que me trate de tu y me llame Jin, insisto.

—Está bien, Jin yo quisiera pedirte una sincera disculpa. —le dijo Taehyung nervioso, a lo que él ya mencionado frunció el ceño confundido—. No pongas esa cara, sabes que mereces una disculpa.

—¿De que exactamente excelencia?. —cuestionó.

—Taehyung, llámame Taehyung, por favor. —pidió—. Y quiero disculparme por eso mismo, por haberme comportado cruel y distante contigo. Tú no merecías sufrir las consecuencias del príncipe Jungkook, tú no tienes culpa alguna de sus decoros. Y lamento tanto haberte alejado cuando en realidad quería todo lo contrario.

—Por favor Taehyung, no continúes disculpándote o me harás sentir mal. —le respondió angustiado, tomando delicadamente la mano del joven mirando sus hermosos ojos verdes—. Tú tenías tus razones, después de todo te mentí, contribuí a la rebeldía de mi príncipe y preferí ocultarle la verdad, a ti y al príncipe Jimin. Yo soy el que debería disculparse contigo. —sostuvo su mano con más fuerza.

—Le debes lealtad a tu príncipe, comprendo porqué me mentiste.

—Y yo comprendo tú comportamiento hacia mi.

—Entonces... ¿en teoría nos estamos perdonando mutuamente? —le pregunto Tae dibujando una sonrisa en su rostro.

—Si, lo estamos haciendo. —Jin también sonrió—. Ambos cometimos errores, y me alegra que los estemos resolviendo de esta forma, tan madura e... íntimamente, así puedo permitirme hacer... esto.

El maestro levantó la mano del castaño que sujetaba y con su otra mano le fue quitando lentamente el guante blanco que llevaba puesto, primero aflojó los dedos y luego jalo la tela de uno de ellos para deslizar el guante y dejar completamente desnuda su hermosa mano, una mano de dedos largos y delgados. Se inclinó y acercó sus carnosos labios a la muñeca y la beso con suavidad, Taehyung perdió el aliento soltando una exclamación ahogada, enseguida sus mejillas se sonrojaron y su corazón latió con fuerza también.

Seokjin levantó su mirada volviendo a mirar esos hermosos ojos verdes.

—Seré claro Taehyung. —se aclaró la garganta y erigió su espalda sin dejar de mirarse a los ojos—. Estoy perdidamente enamorado de ti...

—Jin...

—Soy un hombre adulto, tengo que ser así de directo, lamento si es demasiado para ti, me detendré si me lo pides.

—No no, por favor no me mal entiendas me gusta que seas así de directo, solo me sorprendí un poco porque... es la primera vez que alguien es así de directo conmigo. Y lo mínimo que te mereces es que lo sea yo también. —respondió Taehyung. Tomo un suspiro llenándose de valor—. Tú... también me gustas, me gustas mucho de verdad Jin.

La sonrisa de Seokjin resplandeció al escucharlo, la felicidad no le cabía en el pecho, hasta ese momento estuvo muy preocupado y nervioso, pero quería llevar la situación como un adulto y dejarse de más rodeos. Y ahora que sabía que Taehyung siente lo mismo que él, iba a luchar por ese amor que acababa de nacer.

—Tae... —el maestro lo tomó de mejilla y lo acarició mientras se miraban con una sonrisa embelesada—. No voy a presionarte, dejemos que estoy fluya, vivamos un día a la vez no tenemos prisa, déjame cortejarte, déjame conocerte y conóceme a mi también.

—¿Te molesta que sea tan joven? Tengo la misma edad que Jimin, tal vez podría hacerte sentir como mi niñero o algo por el estilo, y creo que ya tienes suficiente con su alteza Jungkook. —dijo Taehyung apenado.

Jin río en voz baja.

—¿Estás diciendo que soy demasiado viejo para estar contigo? —preguntó entornando la mirada.

—Oh no no, claro que no. —negó rápidamente el ojiverde con las mejillas sonrojadas—. Solo, bueno yo... ¿sabes que? Olvida lo que dije, estoy nervioso y solo balbuceó.

—Qué encantador. —Seokjin miró los labios del joven y relamió los suyos—. ¿Entonces? ¿Me dejarás cortejarte Taehyung? Prometo ser bueno.

—Debes enviar flores, de las más costosas, y también bailar mucho ¿ocho bailes por lo menos? Espero que tu cuadrilla sea impecable. —respondió burlón.

—Por ti... haría cualquier cosa mi duque encantador. —Jin se acercó a los labios del castaño.

—¿Cualquier cosa dices? —Tae continuó hablando completamente nervioso, sabía lo que el maestro quería hacer, y él también anhelaba hacerlo, pero de verdad estaba demasiado nervioso.

—Tae...

—Si, lo siento, ya. —cerró sus ojos, hinchó sus labios y pronto sintió la boca del maestro sobre la suya.

Sus labios se unieron en un casto beso, era un beso dulce, sus labios se movieron lentamente, disfrutaban de cada movimiento y cada caricia. Seokjin rodeó la cintura de Taehyung con sus manos y Taehyung puso sus brazos sobre los anchos hombros del maestro. Al parecer ninguno era inexperto en el ámbito de besar, llevaron el beso con tranquilidad, con amor, todavía no había razón para apresurar las cosas, era su primer beso después de todo.

Luego de unos minutos finalmente se separaron. Se miraron a los ojos completamente embobados sonriendo.

—¿Que dice excelencia, soy un buen besador? —Jin le preguntó bufón.

—Mmm déjame pensar. —miró hacia un lado y torció la boca fingiendo pensarlo—. Digamos que... sus bonitos y carnosos labios le suman puntos, pero déjeme rectificar. —Tae lo volvió a besar—. Mmm, creo que, no, déjame repetirlo. —lo beso—. Si... solo una vez más, quiero comprobar algo. —junto una vez más sus labios, esta vez pasó su lengua por los del contrario y se separo—. Si, yo diría que si, es un buen besador maestro.

Jin se rio y abrazó con más fuerza al castaño.

—Vas a volverme loco. —murmuró.

—Pues espero y sea de amor. —replicó Taehyung recostado su cabeza entre el hombro y el cuello del maestro—. ¿De verdad vas a cortejarme?.

—Por supuesto, mereces tener un cortejo digno de un duque, lo haré excepcionalmente, te lo prometo. —acarició su castaño cabello y sonrió.

No, no había razón. Solo era la misma obstinación y limitaciones de Jimin actuando. Una vez más no se permitió ir más allá.

—¡Y-Ya deberíamos regresar! —velozmente el rubio se levantó y se alejó. Podía sentir su corazón latir con fuerza y su pecho subir y bajar por su respiración agitada, trago saliva sintiendo su garganta seca.

—¿Tan pronto? —Jungkook frunció el ceño desconcertado. Miró su mano y luego miró a Jimin, percatándose de que sus hombros subían y bajaban—. Alteza... —se acercó a él y alargó su mano hacia su hombro—. ¿Se encuentra bi...?

—¡Perfectamente! —Park rápidamente se volteó y dio un paso hacia atrás evadiéndolo un vez más—. Se hace tarde, ya estuvimos demasiado tiempo fuera, podrían preocuparse. —dijo tratando de no mirarlo a los ojos.

—¿Quien se preocuparía? Estamos rodeados de guardias y sus padres seguramente ya disfrutan de un placido sueño, además no creo que aún sea necesario un chaperon cuando ya estamos comprometidos. —carraspeó—. Alteza yo...

—¡¿No te sientes cansado?! —se apresuró a decir—. Porque yo si, ahora me gustaría ir a mis aposentos, así que si ya hemos terminado me iré primero, gracias. —hizo una reverencia y luego se giró sobre sus talones dispuestos a irse.

—Espere —Jungkook lo detuvo—. ¿Acaso yo... dije algo que lo incomodara? Lamento si fui imprudente, pero ya lo sabe, aveces soy un poco, o como dijo usted, demasiado bruto.

Jimin sonrió y miró sobre su hombro al pelinegro.

—Si, eso ya lo sé. Pero no me estoy yendo por eso.

—¿Entonces por qué? Estábamos teniendo una conversación muy agradable, creí que le había incomodado la manera en que yo me tome ciertas libertades. —agregó poniéndose frente al príncipe de cabello rubio, rascándose la nuca apenado.

—Si, precisamente por eso, porque tenemos conversaciones muy agradables, y por eso esas las libertades que su alteza se toma, tienen un mayor impacto y efecto. —respondió.

—¿Y eso es malo?. —Jeon frunció el ceño con una sonrisa ladina.

—Lo es, porque al parecer se a olvidado en los términos en los que aún estamos ¿no lo recuerda? Yo lo desprecio y no confío en usted. —le recordó Jimin, cruzándose de brazos.

—¿Aún continúa en esa posición alteza? ¿Después de todo el tiempo de calidad que hemos pasado juntos? ¿Después de que me he disculpado incontables veces y e intentado recuperar su confianza a pulso? —cuestionó el pelinegro.

—Si, así es. ¿Usted realmente cree que es así de fácil? ¿Cree que soy tan fácil de persuadir? No es para nada alargador que piense así de mi príncipe Jungkook. —inquirió el príncipe Park frunciendo el ceño con indignación.

El pelinegro soltó una risita baja poniendo las manos en su cadera.

—¿Dije algo gracioso?.

—No, es solo que... —Jeon subió su mirada, chocándola con la hermosa y dorada del príncipe Jimin—. Acabo de darme cuenta que esto será más difícil de lo que pensé, y contrario a lo que usted afirma, no creo que sea para nada fácil, es todo lo contrario, obstinado, frívolo e insensible. Pero, aún así no me rendiré.

—¿Qué quiere decir con eso?. —enarcó una ceja el rubio.

—Que me pegaré como un chicle a su zapato, haré de todo hasta que logre ablandar su trato hacia mi y me tenga cierto aprecio, se que puedo lograrlo. —afirmó.

—¿Tanta confianza tiene en usted?. —sonrió de lado cruzando sus brazos.

—La tengo por supuesto. Y es porque usted príncipe Jimin, me a dado en bandeja de plata todas las armas que necesito y no dudaré en utilizarlas hasta lograr mi cometido. —soltó, casi como una advertencia, o tal vez una amenaza.

—Usted es de lo más vil ¿lo sabía?. —si, en ese momento Jimin tuvo miedo, él se veía de verdad seguro y esa seguridad lo alarmó. ¿Y de que armas hablaba? No se iba a dejar intimidar, cualquier truco que utilizara no iba a funcionar, si quería pelea, pelea le iba a dar.

—Y usted será el reto más difícil al que me he enfrentado.

—Pues le deseo suerte, se que la necesitará sin dudas.

—Pues se lo agradezco. —sonrió.

[...]

Al día siguiente, a primera hora del día el hijo del duque, Taehyung se encontraba en la habitación del príncipe Jimin, se lanzó a su cama encima suyo y dio brincos con emoción. Era un día libre, lo que significaba que el príncipe Park estaría dándose el lujo de dormir un par de horas más y se tomaría el día para simplemente descasar o hacer las actividades que a él más le gustaran.

Así que cuando su mejor amigo irrumpió salvajemente en su habitación despertándolo más temprano de lo que deseaba, estuvo apunto de patear su trasero, no solo fue de su habitación, sino del palacio.

—¡Jimin, Jimin, Jimin! —exclamó Kim emocionado sin dejar de brincar.

—¡¿Qué es lo que quieres?! ¿¡Que no sabes qué día es hoy!? ¡Eres un bestia! —gritó Jimin levantándose notablemente, y con razón, enojado.

—Tengo algo que contarte, era urgente que viniera ahora, incluso no pude dormir de la emoción. —chillo Tae agitando sus manos con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pues espero que lo que tengas que contarme sea más que importante como para que tuvieras el atrevimiento de venir e interrumpir mi sueño en mi día libre. —increpó el rubio.

—¡Lo bese! —confesó—. Es decir, nos besamos.

—Habla claro ¿a quien besaste? ¿Quienes se besaron?. —frunció el ceño confundido.

—El maestro Seokjin y yo, ayer, cuando salimos a hablar nos besamos Jimin.

—¡¿Qué?! —exclamó sorprendido el príncipe sentándose—. ¿Hablas en serio? ¿Como sucedió? Cuéntame todo, oh por el Sol, realmente ustedes lo hicieron.

—Si lo hicimos. Te contaré... —Tae se acomodó en la cama, soltó un suspiro y comenzó mientras su mejor amigo lo miraba con atención—. Anoche, cuando salimos, lo lleve arriba a la terraza del monte, primero nos disculpamos, hablamos sinceramente y para mi sorpresa de una manera muy madura.

—Bueno ¿qué esperabas? El maestro Seokjin ya es un hombre hecho y derecho, es normal que hablara con tal madurez, además no es cualquier hombre, recuerda que es el institutor del príncipe Jeon. —mencionó Jimin.

—Si, lo se, por eso me sentía tan pequeño, él hablaba con confianza e inteligencia, supo que decir en el momento indicado y... me sorprendí más cuando... —se aclaró la garganta antes de continuar—... cuando se me declaro.

—¡¿Qué?! —exclamó Park abriendo los ojos un poco de mas sorpresivamente.

—¡Si lo hizo! Me dijo que estaba locamente enamorado de mi —una brillante y gran sonrisa surcó en los labios de Taehyung—. Yo en ese momento me quedé impactado, no supe que responder. Tú más que nadie sabe cuántas veces lo he intentado en el amor, y no logro formalizar nada porque nadie fue tan directo ni sincero con sus sentimientos como Jin.

—Si, lo sé. Tae, es maravilloso. —Jimin lo tomó de las manos y lo miró con una sonrisa emocionada—. Finalmente ha llegado el hombre con el que haz soñado desde pequeño, tu verdadero príncipe azul. —ambos rieron.

—Y eso no es todo. Él prometió cortejarme, dijo que enviaría flores de las más costosas y bailaría conmigo yo cuanto quisiera ¿no es asombroso?. Jimin, él es todo lo que siempre desee en una pareja. —le dijo enamorado.

—Me alegro mucho por ti, te lo mereces, disfrútalo mucho. —lo abrazó, Tae le correspondió apretando más su abrazo.

—Gracias. Pero hey —se separaron—. ¿Qué sucede con el príncipe Jungkook? Anoche pregunté por ti cuando me estaba yendo y me dijeron que estuviste en los jardines con el príncipe Jungkook conversando.

—Si así fue. —replicó—. ¿Qué hay con eso?,

—¿Qué hay con eso? Tú dímelo, creí que lo despreciabas profundamente. —inquirió el ojiverde.

—Y lo hago, más que eso. Solo... bueno él me pidió un paseo y una conversación luego de la cena, y yo no tenía nada que hacer así que solo acepté. —encogió los hombros para luego levantarse. Se puso su bata y se sentó frente al tocador para comenzar a cepillar su cabello.

—¿Y ya? —preguntó confundido Taehyung. Se levantó también y camino hacia donde el príncipe—. ¿Y que fue lo que conversaron? Yo quiero saber todo y con detalles.

—Hablamos sobre nuestros reinos, y también me pregunto sobre el bosque Mabeob. Es todo. —respondió nervioso, delatándose así mismo ante la mirada que más lo conocía.

Taehyung entorno los ojos y lo miró como suspicacia.

—Estas mintiéndome, hay algo más, lo sé. Anda desembucha.

—No hay nada más, en realidad nuestra conversación fue muy corta. —replicó volviendo a irse, evadiendo. Entro al cuarto de baño y encendió el agua para comenzar a llenar su tina.

El castaño lo siguió con el interrogatorio.

—¿Olvidas que te conozco mejor que cualquier persona en este reino? Me estás mintiendo Park Jimin ¿por qué no quieres decirme lo que sucedió ayer con el príncipe?.

—Porque no pasó nada.

—Si paso, lo se, se nota en tu cara, en como evades y te mueves de forma nerviosa.

—No hago eso, solo estoy apresurándome porque quiero ir a entrenar un poco, eso es todo. —el príncipe se despojó de su ropa y se metió a la tina con agua caliente.

—Oye... sabes que puedes confiar en mi, somos mejores amigos, más que eso, somos hermanos. —Tae se sentó en el borde de la tina—. Dime qué pasa.

—¡Agh está bien! —Jimin suspiro y jugó con sus dedos debajo del agua ansioso—. Anoche el príncipe Jungkook me dijo cosas muy... digamos, profundas, o mejor dicho, expresó un gusto hacia mi persona. —le contó—. Me acarició la mano y me miró a los ojos de una forma muy...

—¿Apasionada?.

—Si, eso. —el rubio desvió la mirada apenado.

—No está mal, quiero decir ¿quien en este reino no se sentiría atraído por ti? Eres muy bonito Jimin y por supuesto que le gustas al príncipe, incluso podrías llegarme a gustar a mi si no fuéramos amigos. ¿Entonces por qué te sientes así de raro?. —le pregunto mirándolo con el ceño fruncido.

—Porque... yo no quiero que se sienta atraído por mi, porque yo... —Jimin se quedó sin palabras. No supo que objetar, hubiera deseado decir que es porque él no se siente de la misma forma, pero en realidad eso era incierto—... yo lo desprecio... simplemente no lo quiero a mi lado.

—¿Estás seguro? Esto podría ser bueno, para ambos, después de todo van a casarse y enamorarse sería lo mejor, de esa forma su matrimonio no sería un completo infierno.

—¿Tú piensas que quiero enamorarme de alguien como él? Taehyung es un joven rebelde, sin vergüenza e inmaduro, yo no podría llegar a amar a alguien así. —respondió.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que te asusta? ¿Solo eso te impide amarlo?. Se que puede ser torpe al charlar, también que tiene una risa peculiar y esa forma tan extraña de sus dientes, pero, al parecer es educado y aunque es un poco rebelde, no hay joven con más carisma y caballerosidad como él.

—Pero Tae...

—Si, comprendo, requiere ciertas moderaciones, pero todos tenemos fallas que reparar también, incluso tú. —le justificó.

—No es solo eso, también es rara su manera de pensar y su único amigo es su propio institutor. ¡Esa no es una conducta natural de un príncipe!. —objeto Jimin, obstinado.

—Comprendo, comprendo. —Tae se sentó en un banquillo detrás de él y comenzó a enjabonarle el cabello—. El príncipe sin dudas necesita algunas reparaciones, y estoy casi seguro que un poco de amor de su alteza puede repararlo. —le aseguró masajeando su cabeza.

—No lo creo Tae, el amor no lo es todo, deberías dejar de leer tanto libros de cuentos. —giró los ojos.

—No digo que lo cambies por completo, no es fácil hacerlo así, ambos tienen personalidades muy distintas y no puedes forzarlo a ser como tú, pero, con seguridad puedo decirte que el amor es algo muy fuerte que puede trasformar muchas cosas y, no decides nada sintiendo angustia o temor, tienes que abrirte. ¿Entiendes?.

—Ahhg. —Jimin soltó resbalado hasta sumergirse en el agua.

—¿Jimin?.


Jin y Tae en su escena según la IA

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