003.
—¡Agh, está bien! pero con una condición. —finalmente se decidió el príncipe, nervioso y con un eje de arrepentimiento en su decisión.
—Siendo sincero alteza, no me agradan, ni llevo una buena relación con las condiciones, pero, solo por ser usted la aceptaré. —respondió Jungkook, sonriente.
—Tenemos que estar de vuelta en el palacio antes de la media noche, y no nos embriagaremos. —demandó el rubio.
—Dijo que solo sería una condición, y usted me ha dado dos, así que decido aceptar solo la primera ¿nos vamos? Mi brazo está comenzando a dolerme. —el pelinegro ún no bajaba su brazo estirado hacia Jimin, esperando que aún tomará su mano.
—Aceptará ambas, y ya puede bajar el brazo, no hace falta que tome su mano. —replicó el rubio príncipe obstinado.
—Estoy casi seguro, que después de esta noche, usted y yo podríamos llevarnos muy bien. —aseguró Jungkook con grandes esperanzas.
—¿Así, no me diga? Acepte ir porqué mi amigo lleva nueve horas conmigo en una habitación y quiero recompensarlo, y no porqué quiera agradarle. —aclaró Jimin con el ceño fruncido y sus labios haciendo una línea.
—Tal vez durante la noche cambie de opinión sobre eso alteza.
—¡Por supuesto que no lo haré! —afirmó—. Solo quiero que Taehyung se divierta un poco después de lo que hizo por mi, eso es todo. —insistió Jimin.
—¿Y usted? ¿Cuando va a divertirse? Creo que al parecer no sabe el significado de esa palabra ¿cierto alteza?.
El rubio le miro juntando sus cejas con molestia.
—Tal vez a ti te hace falta tener más disciplina. Me parece sorprendente que seas parte de la servidumbre del príncipe de la Luna, si fueras parte de la mía ya hubieras sido echado del palacio. —objeto.
—Pero ahora tomará una cerveza conmigo. Vamos, no puedo ser el único emocionado por compartir una noche y un trago con usted, después de todo esto es ajeno a sus "principios" —hizo comillas con los dedos soltando una risita—. Así que creo que debería sentirse emocionado.
Jimin desvió la mirada y encogió los hombros.
—Si, creo que lo es, no voy a mentirme a mi mismo. —masculló—. ¡Pero eso no quita que...!
—¡Hey Jungkook date prisa, se hace tarde! —gritó el profesor Seokjin.
—Alteza con todo gusto continuaré escuchándolo, pero sentados, con música y una cerveza, con su permiso andando. —finalmente Jungkook un poco harto, sujeto la mano del príncipe y lo jalo llevándoselo con él.
—¡Oiga, suéltame! ¿Qué le pasa? ¡Puedo caminar por mi mismo! ¡Escúcheme cuando le hablo!. —protestó Jimin mientras era arrastrado entre los árboles.
—Después de usted excelencia. —Seokjin alargó su mano dándole el paso amablemente a Taehyung.
Ante esto, el hijo del duque sonrió con las mejillas sonrojadas y comenzó a caminar detrás de Jungkook y su mejor amigo con el profesor siguiendo sus pasos.
Luego de meterse entre los árboles, caminaron por un extraño camino que los llevo directo hacia el pueblo. El festival aún no terminaba, todavía había mucha gente en las calles bailando y bebiendo y esto los puso alerta ya que, aunque todavía no conocieran el rostro del príncipe Jungkook, si reconocerían a su príncipe Jimin, al que nunca había visto fuera de su palacio o de un carruaje, a diferencia de Taehyung quien siempre estaba conviviendo con los habitantes, debido a su deberes como el futuro duque y porque le gustaba divertirse, así que respecto ellos y al maestro Seokjin no había mayor problema.
—Que podemos hacer para ocultarle, veamos... —Jungkook inspeccionó las vestimentas del príncipe, y por suerte llevaba una capa, así que le colocó la capucha logrando cubrir un poco su rostro, lo suficiente para pasar desapercibido—. Listo, ya está seguro, así nadie lo notará. —le brindó una dulce sonrisa.
—Gra-Gracias. —respondió el rubio en un tono tímido.
—Conozco el mejor lugar de cerveza dulce de este pueblo, puedo llevarlos y conseguir una buena mesa para los cuatro. —mencionó Taehyung—. Y no se preocupen por pagar, conozco al dueño y nos dará la primera ronda gratis —les guiño un ojo.
—Tú amigo me agrada. —dijo Jungkook, a lo que Jimin puso los ojos en blanco.
—Vengan, es por aquí. —su excelencia los guió.
El lugar se hacía llamar "El huevo de oro", una taberna que como aseguraba Taehyung vendía la mejor cerveza dulce del pueblo. Todas las noches un banda tocaba música para bailar y cantar, era recurrido por todo tipo de personas, el ambiente del lugar era bastante alegre y fraternal, eran pocos los problemas que se habían creado, y además para su suerte, había una especial preferencia por el hijo del duque, quien al término de la semana ya se encontraba allí bailando al son de las flautas, el laúd, el violín y las gaitas.
—¡Bienvenidos, al huevo del oro! —Taehyung abrió las puertas dejando ver el lugar repleto de hombres y mujeres ebrios riendo, cantando y bailando. Todo tenía un color dorado y rústico, el ambiente realmente era muy agradable y la música sonaba estupenda.
—Wow, esto de verdad es... —habló el maestro Seokjin sorprendido, acomodando sus anteojos.
—Perfecto, este es el lugar perfecto. —agregó Jungkook emocionado. Sonrió de oreja a oreja y sus ojos parecieron brillar al ver ese alegre y divertido lugar. Había estado en otras tabernas antes, pero jamás en una como esa, todo era tal cual y siempre deseo, buena música, gente alegre y amable, sin vándalos, peleas o gritos como en su reino—. ¿Qué tal le parece alteza? ¿Está empezando a cambiar de opinión?.
Jimin resopló con una pequeña sonrisa.
—Deberíamos apresurarnos a buscar una mesa, hay muchas personas. —contestó mirando a su alrededor.
—Denme un momento, iré a conseguir nuestra mesa. —aviso Taehyung, para entonces dirigirse hacia la barra donde se encontraba el dueño de la taberna sirviendo cerveza dulce con una alegre sonrisa—. ¡Señor Lee! ¿Como va el día de festejo?.
—¡Su excelencia! Siempre es un placer tenerlo aquí, me alegra que nos honre con su presencia. —respondió el hombre de no más de treinta años—. ¿Vino a beber sólo o...?.
—Hoy traje unos amigos, así que necesito que me de su mejor mesa por favor. —pidió el castaño mostrando su cuadrada y brillante sonrisa.
Sin dudarlo el hombre asintió y llamó a una de sus meseras.
—Lleva a su excelencia y a sus amigos a la mesa siete, atiéndalos apropiadamente y cumplan todos sus deseos mientras estén aquí ¿entendido?. —le ordenó.
—Si señor Lee, por aquí su excelencia. —la joven lo guió, Taehyung hizo un chiflido llamado la atención de su mejor amigo y de los otros dos. Entonces se reunieron en la mesa que les habían asignado—. ¿Qué desean ordenar? ¿Serán cervezas o prefieren otro tipo de trago?.
—Cervezas por favor, cuatro. —respondió Tae, la joven asintió haciendo una reverencia y luego se fue a buscar aquellas cervezas—. ¿Y? ¿Qué piensan? Es genial ¿no?.
—Tú dímelo Taehyung, al parecer la mayoría de personas de aquí conocen muy bien al siguiente duque de mi reino. —hablo Jimin con impotencia, su mejor amigo solo soltó una risita culpable—. ¿Qué sucede contigo? Deberías dar una mejor imagen.
—Créeme, la estoy dando. —respondió.
Las cervezas llegaron, cada uno tomo un tarro y después de entrechocarlos gritando ¡salud! Todos le dieron un buen trago, todos menos el príncipe Jimin, quien se quedó mirando el líquido amarillento y burbujeante con miedo, trago saliva y se puso nervioso de solo pensar cómo se bebería toda esa cerveza.
—¿Qué pasa alteza? ¿Por qué no bebe? Esta muy buena. —Jungkook le dio otro trago gustoso.
—Yo no...
—¿Nunca había bebido antes? —le pregunto, el rubio negó algo apenado por ello. A sus veintidós años no había probado ni una sola gota de alcohol, ni siquiera del refinado vino que sus padres bebían—. Ya veo. No se preocupe, tome con tranquilidad, el alcohol no es para todos.
En vez de escucharse alentador. Esto a Jimin le sonó como un reto.
El príncipe se distinguía por ser una persona sagaz, le gustaba probarse así mismo en distintas destrezas, por eso era el mejor es su clase de esgrima, equitación e incluso en natación. Un tarro de cerveza no podía derrotarlo, después de todo él iba a ser el futuro rey, no podía rendirse ante ese insignificante reto.
Así que decidido a demostrar una vez más su valerosidad, tomo al gran tarro con sus dos manos y se bebió la mitad de la cerveza de un solo trago, el líquido se sintió agrio pero a la vez dulce, su garganta quemó y su estómago ardió. Se limpió la espuma de la boca con su manga y miro con una sonrisa desafiante a Jungkook.
—Vaya... —el pelinegro sonrió sorprendido y un poco feliz por ver al príncipe tomar un riesgo más esa noche, al parecer si podía dejar, al menos por un instante, sus prejuicios—. Bueno alteza, creo que nos estamos comenzando a entender.
[...]
¿Se sentía bien?.
Si, sentía bien, muy bien en realidad, como nunca antes en su vida. Libre como un ave, feliz como una lombriz.
¿Estaba bien?.
No, no lo estaba, en lo absoluto.
Luego de dos tarros de cerveza, el príncipe Jimin, ahora se encontraba totalmente ebrio. La cantidad ingerida para cualquier otra persona hubiera sido poca, pero para aquel príncipe que en su vida había probado una sola gota de alcohol, fue suficiente para soltarse y dejar aquella moral y principios de lado. Ahora reía y conversaba, incluso movía su cuerpo al ritmo de la música. Al parecer lo único que necesitaba el obstinado príncipe Jimin para relajarse era un poco de alcohol.
—Y entonces él le contestó ¿a que te refieres croquetamente? —terminó de contar otro de sus chistes Taehyung, haciendo explotar en risas a sus amigos.
—¡Basta por favor! ¡Mi estómago! —Jimin se carcajeaba fuerte, sostenía su estómago el cual ya dolía al estar riendo tanto sin parar.
—Que joven tan carismático, jamás había conocido a una persona tan alegre y ocurrente como usted excelencia. —mencionó Seokjin mirando con devoción al castaño vestido de color esmeralda.
—No me llames así, puedes decirme Taehyung, o solo Tae, como tú más prefieras hombre guapo. —respondió con una sonrisa embelesada recargándose en sus codos sobre la mesa quedando más cerca del rostros del maestro.
—¡Oh! No excelencia yo...
—Por favor —insistió.
Jin soltó un suspiro y simplemente asintió, rendido ante aquel hermoso joven de piel canela y ojos verdosos, que mentiría si dijera que no lo tenía cautivado.
—Esta bien, Taehyung. —le sonrió.
En un momento, mientras miraba feliz a las personas bailando, Jimin se sintió observado, esta mirada venia de alado suyo, inmediatamente volteó encontrándose con los grandes ojos negros de Jungkook clavados en él.
—Se que soy hermoso, pero eso no te da derecho a mirarme con tanto fervor, lunático. —bromeó el rubio con una sonrisa embobada.
Jungkook río ante esta declaración.
—Lo siento si te he molestado, solo no puedo obligar a mi ojos a ver en otra dirección, eres demasiado lindo que robas mi atención. —soltó sin pudor, levemente sonrojado.
—Si claro, prueba con otra cosa, eso es demasiado cliché. —el príncipe rodó los ojos y soltó un suspiro al tiempo que regresaba su mirada hacia los bailarines.
Creo que la acabo de cagar. Pensó Jungkook. Se mordió el labio inferior nervioso y un poco avergonzando luego de darse cuenta de su ridiculo intentó de coqueteo con el príncipe Park.
—Dígame alteza ¿como se siente? ¿Todo esta en orden? —preguntó Jungkook. Pero era demasiado notorio, el príncipe estaba ebrio, solo quería escuchar esa voz arrastrada responderle con alguna incoherencia que tomaría para continuar con su conversación que había malogrado.
—Lo está, creo —el rubio se rió bajito—. Deberíamos pedir más, esto se siente y sabe muy bien. —miró su tarro vacío.
—¿Le gusta sentirse ebrio alteza?.
—Es bueno, creo —se volvió a reír—. ¿Tú estás bien? ¿También te sientes ebrio?.
—Lamentó decepcionarlo alteza, pero dos cervezas no son suficientes para tirarme al suelo. —respondió Jungkook dibujando una sonrisa en su rostro, mostrando aquella singular sonrisa de conejo que lo caracteriza.
—Wow, oye —Jimin abrió sus ojos un poco demás, sorprendió—. Tú sonrisa, es decir tus dientes, son como los de un conejo ¿alguna vez te lo han dicho? Se ve bastante lindo.
—¿Lindo?. —el rubio asintió—. A decir verdad solo Jin me lo había dicho, pero era solo para molestarme, aunque gracias por el raro alago alteza.
—Es un placer ¿sabes? Mi animal favorito son los conejos. —el príncipe le sonrió haciendo desaparecer sus ojos bajo sus mejillas, haciéndose una línea. La imagen fue sumamente adorable para Jungkook. Jimin era hermoso, demasiado para ser verdad, con ese cabello dorado, esos rosados labios gruesos, sus ojos color miel y esas mejillas abultadas. Además ahora estaba muy sonrojado por los efectos del alcohol, así que la ternura aumentó.
El pelinegro simplemente lo miro con devoción y se imagino el futuro que tendría con él, ese hermoso joven seria a quien desposaría dentro de un par de días y estaba feliz con la idea, no le importaba que fuera tan obstinado y tal vez también muy ortodoxo para su gusto, sabía que con el tiempo Jimin se desharía de ese duro caparazón donde se escudaba. Dicen que el alcohol saca la verdad de las personas, y tal vez Jimin en realidad era ese fuera del caparazón, amable, risueño, lindo y un poco sexy también. Ahora más que nunca Jungkook quería que fuera su esposo y llegarlo conocer más a fondo.
—Oiga alteza ¿quiere ver algo? —el pelinegro se levantó de su asiento y se acercó a la banda de la taberna.
—Oye Jimin ¿que está haciendo tu chico? —le pregunto Taehyung.
—¿Mi chico? —enarcó una ceja pensativo ¿él era su chico?, en ese momento de embriaguez le daba igual, solo encogió los hombros—. No lo sé, solo dijo si quería ver algo.
—Ay no —soltó Seokjin. Ninguna otra persona conocía tanto a Jungkook como él como para saber que estaba apunto de hacer una de sus ocurrencias—. Ahora que es lo que va a hacer este mocoso. —se golpeó la frente.
De pronto la banda dejó de tocar, todas las personas hicieron silencio desconcertadas, luego Jungkook llamó su atención y comenzó a hablar.
—La música esta muy buena ¿verdad? ¿Entonces por qué no los veo bailar? Se supone que estamos celebrando ¿no?, la noche es larga y espero que el alcohol de esta grandiosa taberna también sea eterno. Los invito a levantarse y bailar al son de esta pieza, que supongo y todos deben conocer. —dijo Jungkook, todos le miraban algo confundidos pero también persuadidos por esas palabras y el tono tan entusiasta.
—¡Si! ¡Hay que bailar! —gritó un hombre levantándose de su lugar con su cerveza en la mano, logrando animar a los demás.
—¡Si bailemos! —decían—. ¡Vamos a bailar! ¡Hagámoslo! ¡Divirtámonos hasta el amanecer!.
—¡Una cosa más! —agregó el pelinegro recibiendo un nuevo tarro de cerveza que le entrego la mesera—. Yo pago la siguiente ronda ¡tragos para todos! ¡Por el reino del Sol y el príncipe Park Jimin!.
—¡Por el reino del Sol y el príncipe Park Jimin! —brindaron todos en la taberna con una sonrisa y sus tragos en alto, incluso Seokjin y Taehyung los siguieron.
Jungkook miro desde lejos a Jimin, levanto su tarro en su honor y luego le dio un trago mientras sonreía.
—¡Música por favor! —pidió.
La banda nuevamente comenzó a tocar, esta vez la canción que anteriormente el joven pelinegro se había cercado a pedirles. Una popular entre las tabernas, festivales y toda clase de festividades donde hubiera alcohol, gente alegre y una banda dispuesta a tocarla.
¡Ta ra ta ta!
El laúd fue el primero en escucharse luego de las voces de las coristas.
¡Ta ra ta ta!
Se escuchó el flautín.
¡Ta ra ta ta!
La gaita fue la siguiente en integrarse. Todos comenzaron a levantarse de sus lugares.
¡Ta ra ta ta!
Finalmente se unieron los tambores, la sintonía de la música y la alegría de la pieza llevó a todos a bailar enérgicamente. Incluso Taehyung invito al maestro Seokjin a bailar y este gustoso acepto. Mientras tanto Jimin dejó como pudo su lugar y se acercó para mirar más de cerca.
—Was a time when my life was mine.
¿Era Jungkook cantando? Jimin abrió sus ojos sorpresivamente, si era Jungkook, cantaba en el escenario acompañado con las voces de las coristas.
—Seemed to follow along the line, now i'm here in different time, long from when your love was mine.
La voz de Jungkook era verdaderamente estupenda, además de como la interpretaba moviéndose por el escenario y haciendo ademanes como si estuviera contando una historia hacían más divertida e interesante la canción.
—Follow what, there is to find, looking out for all those hidden sings, never wanted a lonely time, too band i cant read your mind.
—iTa ra ta ta! —vociferaron los demás al unísono mientras bailaban, y después volvieron a cantar el coro junto Jungkook—. Was a time when my life was mine, seemed to be going great and fine. Now i'm here in pool of tears, i long from when i held you near.
—¡Ta ra ta ta! —todos bailaban en parejas dando pequeños saltos y vueltas intercalando sucesivamente un brazo con el otro al ritmo de la canción. Jungkook hizo lo mismo con Jimin, cuando fue por él y lo obligó a bailar con él de la misma forma mientras tarareaban—. ¡Ta ra ta ta!
El príncipe simplemente se dejó llevar sin dejar de reírse ni bailar ni cantar, completamente divertido y ebrio. La canción continuó y se encontró asimismo cantando eufórico el coro junto con Jungkook, su mejor amigo Taehyung, el maestro Seokjin y todas demás personas de la taberna.
Follow what, there is to find, looking out for all those hidden sings, never wanted a lonely time, too band i cant read your mind.
Jungkook logro que todos hicieran un círculo dejando el medio vacío, vacío para él y para Jimin. Lo tomo de las manos y lo atrajo hacia él, se miraron a los ojos con emoción y una sonrisa, en ese instante, parecía que solo eran ellos dos y la música en la taberna, ahora estaban dentro de su propia burbuja.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Jimin entrelazando sus dedos con los del contrario.
—¿Listo alteza? Hay que girar un poco. —le respondió Jungkook ajustando su agarre.
Too band i cant read your mind.
Tomados de las manos comenzaron a dar muchas vueltas, entre risas, gritos eufóricos y un sentimiento placido de alegría, era como si volvieran a ser niños, jugando a darse vueltas hasta que se marearan.
O en este caso, hasta que a Jimin se le cayó la capucha de la cabeza, que hasta ese momento había traído puesta para lograr pasar desaparecido. Su rostro fue descubierto y todos se quedaron atónitos al ver el rostro del futuro rey del reino del Sol, el príncipe Park Jimin.
Y ninguno de los dos se había dado cuenta de que la capucha se había caído, pues tenían los ojos cerrados y estaban simplemente metidos en su burbuja.
—¡Es el príncipe! ¡El príncipe Jimin! ¡Es él! —hasta que un hombre gritó y llamó la atención de Jungkook, quien inmediatamente abrió sus ojos y miró a Jimin quien ahora estaba descubierto ante todas esas miradas expectantes y emocionadas.
El peor escenario no es que estuviera en esa taberna bailando, sino que se encontraba totalmente ebrio.
—¡Mierda, alteza! —se detuvo abruptamente. Por esto el rubio cayó al suelo accidentalmente soltando un quejido de dolor—. ¿Esta bien? Tenemos que irnos —le puso de nuevo la capucha.
—¿Ahora? Me estaba divirtiendo mucho —el príncipe hizo un puchero triste.
—Si, ahora ¡Jin, su excelencia, andando! —les grito.
—Con permiso, con permiso —el hijo del duque y él maestro se hicieron pasó entre toda la gente conmocionada caminando rápidamente hacia la salida.
—Arriba alteza, tenemos que irnos en este momento. —Jungkook nervioso sujeto la mano del príncipe y lo intentó levantar, pero en el peor momento, Jimin empezó a ser un berrinche de ebrio.
—¡Yo no quiero irme! ¡Me estoy divirtiendo mucho! ¡Quiero quedarme un poco más! —chillo.
—Lo siento alteza, será en otra ocasión, ahora andando —volvió a jalarlo, pero el rubio simplemente se negaba a dejar la taberna—. Alteza por favor, la gente esta empezando a emocionarse. —masculló.
Si, todos estaban muy sorprendidos, todos querían ver de cerca al príncipe, querían tener la oportunidad de presentarse y conocerlo ya que jamás lo habían visto tan de cerca, se empezaron a amontonar y gritar, de un momento a otro se hizo todo un alboroto.
—¡No! ¡No me iré de este lugar! —volvió a renegar el príncipe.
—Bien, si no me deja otra alternativa. —la única opción que Jungkook vio factible fue subirlo a su hombro, cargándolo como un costal de papas. Jimin pataelo, le golpeó la espalda y gritó pero aún así dejaron el lugar lo más rápido que pudieron—. Volvamos al palacio antes de que nos alcance la estampida.
Empezaron a correr en dirección al palacio.
—Ay Jimin querido, jamás soltare este momento. —Taehyung se rio de su mejor amigo costal de papás.
—Te juro que de esta no te vas a librar Jungkook, espero estes preparado para tus tres horas de equilibro sobre rocas. —le amenazo Seokjin.
—¡Oye! En vez de castigarme deberías agradecerme, al parecer el maestro Jin finalmente encontró a alguien de quien enamorase —respondió Jungkook con una sonrisa ladina.
—¡Cierra la boca niño! —increpó el maestro sonrojado.
—¡Ta ra ta ta! —Jimin masculló antes de quedarse profundo dormido.
El pelinegro río.
—Que gran noche.
Time, time was a time.
Time, time read your mind.
Hola corazones!!! 💗
En esta historia particularmente siento o imagino a Jungkook joven, literalmente de diecinueve años, pero no en forma de físico sino en como se desenvuelve idk. Obviamente el personaje tendrá sus momentos de madurez y claro de un crecimiento de personaje. Por el momento me concentro en la comedia como se los prometí, así que esperen por más.
Y les pregunto a ustedes ¿que les gustaría ver en los personajes más adelante?.
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