002.
La vista del príncipe fue bloqueada abruptamente, la mucama cerro rápidamente las cortitas de la ventana al percatarse de que la estricta orden que les habían dado ese día a todos los subordinados, iba a ser violada.
—Lo siento su alteza, y su excelencia, pero sus majestades nos ordenaron a cada uno de los sirvientes del palacio impedir que viera a su prometido antes el baile de presentación. —mencionó la mujer con la cabeza gacha.
—Oh, si por supuesto... lo siento. —Park aclaró la garganta regresando su cuerpo a un estado normal, aunque se mantuvo inquieto al saber que ahora su prometido se encontraba dentro de su palacio.
—Eso estuvo cerca. —murmuró Taehyung pasando las manos por su cabello—. Por poco y ves a su futuro esposo, lo cual tienes prohibido, ves como si puedes romper las reglas.
—Fue un error, me deje llevar un segundo por mi curiosidad, pero no va a volver a suceder. —aseguró Jimin alejándose de la ventana.
Taehyung resopló incrédulo.
—Claro, si tú lo dices. No puedo imaginarme como es el príncipe del reino de la Luna, realmente tengo curiosidad, ni siquiera sabemos su nombre aún ¿como será él? —se preguntó.
—Joven —le respondió Jimin tomando asiento en la orilla de su cama—. Mis padres me informaron con anterioridad que el príncipe de la Luna recién a cumplido sus apenas diecinueve años.
—Pero mira —Taehyung camino hacia él y se sentó a su lado—. Quien lo diría alteza, usted todo un asalta cunas —se rio mientras lo molestaba con su codo.
—¡Agh qué cosas tan indecentes estás diciendo! Tae has silencio si no vas a decir nada prudente. —protestó el rubio con una sonrisa y lo alejó dándole un leve empujón con sus manos—. Son solo son dos años de diferencia, y además, esto no es por deseo mío, es por un deber.
—Eso ya lo sé. —el castaño se dejó caer sobre la cama junto un prologando suspiro, miro el techo con sus pies colgando—. ¿Entonces serás un tipo de niñera o algo así?.
—No lo sé, pero no pienso serlo si es así. —Jimin también se echó reposando sus manos sobre su estómago—. Aunque no lo creo, su padre se veía un hombre muy recto, y si el príncipe es igual entonces no habrá problemas y gobernare con un hombre joven pero maduro. —suspiro.
—Espero que así sea.
—Si, yo también.
Luego de que el mayordomo abriera la puerta del elegante carruaje, salieron además de múltiples carcajadas sonoras, la figura hiperactiva del joven príncipe de densa cabellera y grandes ojos negros, los cuales en ese momento se encontraban entre abiertos al estarse riendo escandalosamente junto a su institutor quien también salió detrás de él, pero luego de ver a su rey frente suyo calló inmediatamente.
—¡JAJAJA! ¡De verdad ese día fue...! —Jungkook desvaneció su sonrisa con confusión al ver que Seokjin había parado de reír y ahora se encontraba serio—. ¿Qué? ¿Qué pasa?.
Jin señaló discretamente con sus ojos. El príncipe volteo en esa dirección y se encontró con el frío rostro de su padre mirándolo severamente, entonces enseguida borró por completo su sonrisa, aclaró su garganta, puso la espalda recta y colocó sus manos juntas sobre esta.
—Sean ustedes bienvenidos al reino del Sol, por favor ¿entramos? —el mayordomo hizo una reverencia y al mismo tiempo extendió su mano mostrándoles la entrada.
El rey en silencio se adentró, y el príncipe Jungkook y el maestro Seokjin caminaron detrás suyo luego de dedicarse una mirada cómplice.
Escoltados por el mayordomo se dirigieron hasta la sala de tronos donde se encontraban los reyes del reino del Sol sentados en su trono. Cuando presenciaron la llegada del rey y el príncipe del reino de la Luna se levantaron cortésmente.
En ese momento, dos sonrisas fingidas y tres sinceras se dibujaron en distintos rostros.
—Laustus. —le saludó el rey del Sol, con una mueca que quería parecer sonrisa.
—Soar. —replicó el rey de la Luna, limitándose a un rostro inexpresivo.
La larga rivalidad que se había mantenido durante años aún podía notarse a grandes leguas. Los reyes simplemente no podían olvidarse de que, antes de aquel convenio, tuvieron grandes batallas silenciosas para demostrar quien de ellos era el mejor, pero por supuesto, ya era momento de olvidarse de aquellos tiempos y tratar de brindarse un mejor trato, dentro de lo que cabe.
—A mi reina y a mi nos complace darles la bienvenida a nuestro reino, espero que su estadía sea verdaderamente satisfactoria. —les dijo Soar amablemente.
—Agradecemos esta cálida bienvenida. —respondió Laustus—. Para mi hijo, su institutor el maestro Kim Seokjin y desde luego para mi, es un placer estar en un lugar tan, brillante, mórbido y agudamente alegre. —con sarcasmo y una sonrisa forzada.
—Ni lo menciones. Seguramente les debió resultar tan ajeno, ya que están tan acostumbrados a la penumbra, frialdad y bueno, simplemente a la hermosa oscuridad del reino de la Luna. —contraatacó Soar.
—¡Oh! —soltó la reina interrumpiendo la situación tan tensa e incómoda en la que de pronto se encontraban—. Por el Sol ¿acaso mis ojos ven al príncipe Jeon Jungkook? Pero que joven tan apuesto. —soltó una risita elegante, la hermosa reina del Sol. Fascinando a los contrarios con su largo y dorado cabello ondulado, sus mejillas rosadas, sus labios grandes y un rostro simplemente bello.
—Reina Clary, me apena muchísimo. —inmediatamente las mejillas de Jungkook se colorearon de un intenso color rosado, ante el halago de aquella hermosa mujer—. Es usted muy muy gentil, se lo agradezco. —hizo una reverencia.
—Deja la modestia de lado querido. Qué alegría me da conocerte al fin, siendo sincera, estaba muy impaciente esta mañana, me entusiasmaba ver cómo era el futuro esposo de mi bello hijo. Es un placer Jungkook. —la reina le sonrió dulcemente, a lo que el más joven respondió de la misma forma.
—Mi reina, lo mejor es que dejemos que nuestro invitados se pongan cómodos y descansen de su largo viaje, de esa forma recargarán las suficientes energías para el baile de mañana. —sugirió el rey Soar.
—Por supuesto. Sean bienvenidos una vez más al reino del Sol, les preparamos los mejores y más cómodos aposentos para que puedan descansar apropiadamente, sin dudas van a sentirse como en casa. —agregó la reina.
—Les agradecemos sus majestades. —respondió el príncipe Jungkook—. Entonces con su permiso, nos retiramos ahora.
—Adelante. Guía a cada uno a su alcoba por favor. —ordenó el rey.
—Como ordene su majestad. —acató el mayordomo—. Por favor, acompáñenme, su majestad, su alteza, maestro, después de ustedes. —les mostró el camino.
Fueron guiados por varios pasillos dando al mismo tiempo un pequeño recorrido por el gran y precioso palacio del Sol, pasaron por varios lugares interesantes que despertaron su curiosidad. De forma obligatoria tuvieron que pasar por el ala este, había un par de salones y pasillos con más habitaciones, pero una de esas alcobas le pareció particular al siempre curioso príncipe Jungkook, ya que en la puerta, había varios guardias y mucamas custodiándola.
Se detuvo en el pasillo que guiaba a aquella habitación tan protegida. Miro la puerta y su cuerpo vibro, sintió, incluso desde allí, una presencia que le resultó magnética, una aura cálida pero a la vez fuerte. Realmente le causaba mucha curiosidad y deseaba saber que, o quien estaba allí adentro.
Y siendo Jungkook, desde luego que no se iba a quedar con la duda, así que se dispuso a descubrir que era, pero antes de que pudiera dar el primer paso fue detenido por el mayordomo.
—Alteza, lo siento tanto, usted no puede ir por allí, son ordenes estrictas del rey Soar. —le explicó.
—¿Por qué? —preguntó el joven confundido, ya que le pareció extraño que solo a él se le restringiera el paso.
—Esa es la puerta de los aposentos del príncipe Jimin. —respondió—. Todos en el palacio tenemos estrictas órdenes de prohibirle ver al príncipe, y viceversa, hasta el baile donde serán presentados oficialmente, como usted ya debe saber.
—¿Por qué? —insistió el príncipe aún más confundido. ¿Por que tanto misterio?.
—Alteza, debería dejar las preguntas para otro momento, su majestad se encuentra exhausto y yo también, lo más apropiado es permitirnos descasar un poco. —interrumpió el maestro Seokjin haciéndolo entrar en razón.
—Claro, yo lo siento, sigamos entonces. —resignado volvió al camino.
Sin más continuaron su recorrido, pero Jungkook aún mantuvo esa pecaminosa curiosidad, volteo un par de veces más antes de irse por completo de allí. Finalmente llegaron a sus distintivas alcobas y se pusieron al fin cómodos luego de un viaje largo y bastante estresante.
[...]
Tiempo después, cuando el cielo se tornó oscuro y estrellado finalmente los aposentos del príncipe Jimin fueron abandonados. Y fue solo por la insistencia del hijo del duque, Taehyung protestó y protestó hasta lograr que el príncipe Park accedieran a un rápido paseo por los jardines, los cuales de noche sin duda eran hermosos por todas esas bellas luces, el delicioso aroma de algunas flores nocturnas y el brillo de las hermosas luciérnagas que andaban por allí y cerca del estanque.
—Woaah~ yo de verdad pensé que moriría allá dentro, fue todo un reto, nueve horas en una habitación no sabía que tenía esa fuerza de voluntad, ni esa capacidad mental para aguantar tanto. —habló el ojiverde con una pequeña sonrisa luego de un largo suspiro.
—Yo podría haberme quedado hasta el día siguiente, pero ya no toleraba tus molestas protestas. ¿Desde cuando te volviste tan ruidosos? —preguntó el príncipe con el ceño fruncido y una mueca.
—¡Hey! ¿Y tú desde cuando eres tan lunático? ¿Pasar todo un día en una habitación? Creo que su alteza necesita ver a un doctor urgentemente. —contraatacó el castaño.
—Tú siempre diciendo incoherencias, ahh tal vez por eso te quiero tanto. —el rubio volteó a verlo y le brindó una sonrisa cálida—. Aún no te he agradecido por haberte quedado conmigo todo el día, debió ser un tormento pero te quedaste, así que gracias duque.
—Oh su alteza no me agradezca, solo soy un simple hombre conmovido, es que, oh —comenzó hacer de nuevo su pésima obra de teatro—. Es que usted, me cautiva por completo, es tan bello que mis pupilas se derriten con tan solo verlo por unos segundos, quiero estar siempre cerca de usted su alteza, hágame su rey.
Taehyung hincho sus labios y los acerco a los del príncipe jugando a darle un beso, pero enseguida Jimin lo apartó entre risas.
—Basta ¿qué haces? Jajaja, quítate loco.
—Un besó su alteza, solo eso pido, y luego podré morir en paz. —se volvió acercar.
—Basta, insolente ¿estás loco? ¡Jajaja! —las carcajadas del príncipe fueron sonoras lo que hizo enseguida también reír a su amigo.
—¡Excelencia! —una voz se introdujo en su jugueteó, era el mayordomo de Taehyung con un recado—. Lamentó haber interrumpido su paseo, pero tengo que informarle su excelencia.
—No te preocupes, te escucho. —Taehyung colocó sus manos en su espalda y se dispuso a escuchar al hombre y atender sus responsabilidades como el próximo duque del reino del Sol.
Mientras tanto, el príncipe Jimin no le tomó mucha atención a esa conversación, así que intentó distraerse, dejando también a su mejor amigo atender sus asuntos en privado. Siguió caminando, miro los hermosos rosales con rosas rojas y rosas de pulcros pétalos blancos, la delicadeza, la belleza pero a la vez rudeza por sus afiladas espinas de esta flor lo dejaron cautivado. Continúo caminando mientras seguía el camino de las flores, enamorado de cada uno de los tipos, deleitándose con sus colores, olores y formas, hasta que terminó alejándose demás hasta llegar casi al final del jardín, subió la mirada y vio que más allá solo había árboles.
Se giró sobre sus talones para regresar hacia donde se encontraba Taehyung con el mayordomo, pero de pronto, un ruido lo hizo detenerse en seco. Los arbustos se sacudieron de la nada y esto lo atemorizó, miró de reojo, su pecho comenzó a subir y bajar, pero no se consideraba cobarde así que volvió a girarse para investigar qué había sido.
Se fue acercando a pasos lentos. Pensó que podría ser algún animal, como un conejo o algo por parecido, era normal que ese tipo de animales se escabulleran por allí.
Pero entonces cuando se acercó al arbusto y alargó la mano para descubrirlo, salió repentinamente un joven alto de cabello negro, labios delgados y ojos grandes y oscuros.
A Jimin casi se le sale el corazón por la impresión, dio un salto al tiempo que soltaba un fuerte grito.
—¡Por el Sol! —exclamó—. ¡Casi me mata de un susto! —llevó su mano a su pecho agitado, frunció el ceño y miró a aquel joven severamente, analizándolo de arriba hacia abajo—. ¿Quién es usted? ¿Y como osa sorprender de esa forma al príncipe Park Jimin?.
El joven de cabellera negra abrió sus ojos de más sorpresivamente al escucharlo pronunciar ese nombre. Le miró con apreciación, un hermoso y pulcro rostro de facciones finas, unos ojazos dorados, labios carnosos de un color carmín natural y un cabello rubio sedoso, poseía una fina silueta con un porte impecable, era sin dudas la criatura más sublime que sus ojos nunca había visto, se quedó hechizado ante tal majestuosidad, pero luego, rápidamente cambió su expresión y dibujo una sonrisa juguetona en sus delgados labios.
—¿Lo asuste alteza? Le pido me disculpe. —le hizo una reverencia.
El príncipe Park se limitó hacer una mueca de indiferencia.
—¿Quien es usted? Nunca lo había visto en el palacio ¿acaso vino como parte de la servidumbre del príncipe del reino de la Luna? —preguntó Park enarcando una ceja. Las ropas despreocupadas que utilizaba el joven desconocido lo hicieron creer esto, un simple pantalón con botas y un camisón blanco con abertura en el pecho.
—¿Pero si yo soy...? —se detuvo. La traviesa y rebelde mentecilla de Jungkook ideo algo mejor al instante—. Aaah si, el príncipe del reino de la Luna, si soy parte de su servidumbre. —respondió.
—¿Qué es lo que hace aquí? No tiene permitido ingresar a esta zona del palacio a menos de que venga en compañía del príncipe o de algún miembro real. —objeto el rubio.
—Respóndame algo usted a mi primero alteza, ¿usted que hace paseando sin chaperona a estas altas horas de la noche?. —lo cuestión entornando la mirada.
—¿Disculpe? —ofendido exclamó—. Agh que insolente, no contestare a su pregunta y le pido que por favor se retire hacer sus labores. —se giró y comenzó a caminar ignorándolo.
Pero enseguida Jungkook lo sujetó de la mano y lo atrajo nuevamente hacia él chocando el cuerpo del príncipe con el suyo. Jimin se quedó congelado, levantó la mirada encontrándose con la de Jungkook, sus rostros quedaron muy cerca y sus pupilas conectaron por unos cuantos segundos, hasta que se dio cuenta que tenía sus dos manos sobre el pecho de aquel pelinegro y este sujetaba su cintura, así que de forma inmediata se alejó dándole un leve empujón.
—¡Oiga! ¿E-Está loco? ¿Qué es lo que le sucede? N-No puede tocarme de esta forma, si vuelve hacerlo le pediré a mis guardias que lo lleven al calabozo —lo apunto con su dedo índice—. No tiene permitido tocar de esa forma a un miembro de la familia real, y mucho menos si es un invitado. —increpó nervioso y con las mejillas levemente rosadas.
—No sea tan apretado alteza ¿a que vino a este lugar? ¿Quiere hacer más interesante su noche? —Jungkook sonrió coqueto, alzando sus cejas insinuante.
—¿Pero que...?
—¡Jungkook! —otra persona se integró, esta vez se trataba del maestro Seokjin quien al ver y reconocer la figura del príncipe Jimin palideció—. Pri-Príncipe Jimin. —bajo la cabeza en modo de respeto y una reverencia.
También maldijo en su cabeza ya que ahora Jungkook y Jimin se había logrado ver antes del baile de presentación, lo cual, estaba altamente prohibido, y eso quería decir que nuevamente había fallado como niñera y que tal vez ahora si perdería su cabeza.
Jungkook 1, Seokjin 0.
—¿Así qué hay más personas? —el ceño del rubio monarca se frunció con enojo—. ¡Esto es contra las reglas! ¡La servidumbre ajena no tiene permitido ingresar tan despreocupadamente a esta zona del palacio sin ser acompañante de un miembro real! —exclamó.
—¿Servidumbre? ¿Jungkook, que le dijiste? —Seokjin miró a su alumno confundido, este encogió los hombros culpable de una más de sus travesuras—. Alteza, se equivoca nosotros...
Jungkook rápidamente le tapó la boca con su mano y en su lugar habló.
—Nosotros vamos a tomar una cerveza ¿quiere acompañarnos alteza? Será divertido —le invito, su institutor balbuceo sobre su mano lo que parecía ser un regaño.
—¿Qué? ¡Pero por supuesto que...!.
—¡Jimin! —una persona más se integró, esta vez era Taehyung—. Oh pensé que te habías perdido o te había sucedido algo, escuche tú grito y me asusté así que te busqué de inmediato ¿qué estás...?.
Taehyung volteó a ver a los dos extraños individuos que se encontraba con el príncipe, pero al momento de chocar miradas con el apuesto hombre de hombros anchos y anteojos redondos quedó atrapado bajo un hechizo, un profundo y fuerte hechizo de amor. Todo a su alrededor se esfumó y ahora se encontraba entre las nubes frente a ese alto y apuesto hombre ajeno de cabello castaño y rosados labios gruesos.
—Wow —soltó embelesado—. ¿Quién es ese?. —sonrió embobado.
—¡Hey despierta! —Jimin chasqueó los dedos frente al rostro de su amigo sacándolo de sus vagos pensamientos—. Tenemos que volver a dentro y acusar a estos vándalos por romper las reglas de este palacio.
—¿Vándalos? Yo diría, un ángel —volvió a mirar al hombre, quien luego de librarse de la mano que cubría su boca sonrió con amabilidad y cierta timidez.
—¿Qué? ¿Qué te sucede? Vámonos ahora, andando. —el príncipe del Sol se dispuso a retirase.
—¿A dónde se dirigen? Por lo que veo están tomando una salida discreta, lo cual me dice que irán hacer cosas malas. —preguntó Taehyung sonriendo ladinamente.
Jimin se detuvo y miró sobre su hombro a su mejor amigo el cual al parecer lo estaba traicionando.
—No claro que no, solo vamos a ir a tomar una cerveza, solo eso. —se apresuró a responder el profesor Seokjin agitando sus manos avergonzando.
—Y también hacer cosas muy malas. —agregó Jungkook abrazándolo por los hombros.
—Entonces yo me uniré ustedes, si no les molesta —Taehyung se acercó a ellos, en especial al maestro Seokjin, quien de pronto se puso nervioso ante fija y apasionada mirada verdosa del castaño hacia él—. Buenas noches, mi nombre es Kim Taehyung, soy el hijo del duque de este reino ¿y tú eres...? —preguntó alargando su mano hacia Jin.
—Oh, soy Kim Seokjin, soy el institutor del príncipe del reino de la Luna, me encargo de educarlo adecuadamente, o eso intento, es un gusto su excelencia. —estrechó su mano con el joven castaño sosteniendo con la otra su ante brazo, haciendo al mismo tiempo una pequeña reverencia.
—El gusto es todo mío. Así que un sabio, yo pensé que ese tipo de hombres eran viejos y feos, pero tú eres todo lo contrario, eres muy guapo, eres muy de mi tipo. —sin ningún tipo de pena se insinuó, acercándose más al hombre sin soltarle la mano.
—¿Qué?. —Seokjin se sorprendió ante tal declaración, abrió sus ojos un poco de más y sus mejillas se tornaron color carmín.
—¡Kim Taehyung! ¿Qué crees que estás haciendo? Tenemos que acusarlos, no ser parte de su vandalismo. ¡Se hace tarde! —insistió el príncipe de cabello rubio acercándose a ellos de nuevo.
—En realidad la noche es larga alteza. —le respondió Jungkook—. Venga con nosotros, se la va a pasar muy bien, le aseguro que somos personas muy divertidas.
—No estoy interesado. —respondió serio, desviando la mirada y cruzando los brazos obstinado.
—Al parecer, a su alteza real le hace mucha falta relajarse. —inquirió.
—Usted no sabe nada. —objeto.
—Entonces déjeme saber, vayamos por una cerveza, apuesto que nunca la a probado, y escuche que la cerveza dulce de su reino es la mejor, hágame el honor ¿quiere? —el azabache extendió su mano hacia el rubio príncipe con la palma hacia arriba y lo miró con una sonrisa de incites.
—Pero... esto no está bien, no puedo aceptar, va en contra de las reglas y de mis principios.
—Deje los principios y las reglas de un lado por un momento alteza. Su amigo está muy seguro de ir y no imagino porqué. —resopló sabiendo muy bien que era por su apuesto maestro—. ¿Vendrá?.
—No, yo no puedo...
—Si puede, solo debe querer. —insistió—. Vamos, no volveré a ofrecérselo, esta será la última oportunidad. ¿Viene o no?.
Jimin tuvo un tremendo conflicto interno. Confundido y nervioso miro la mano del extraño pelinegro, luego miro a su mejor amigo hablando muy cariñoso con ese otro hombre extraño, y después miro su palacio y finalmente comenzó a analizarlo ¿ir o no ir? ¿lo permitido o lo prohibido?. Sentía que su cabeza explotaría, sentía como si las manecillas del reloj retumbaran en sus oídos y tuviera el tiempo contado, y este estaba apunto de culminar.
Maldición no sabia que hacer. Nunca había hecho algo igual y tenía mucho miedo, pero también debía aceptar que tenía mucha curiosidad.
¿Por qué ese joven extraño lo hacia olvidar sus principios y las reglas? ¿Por qué lo hacia dudar cuando él sabía muy bien cuál era la respuesta más prudente?. Decir no, eso es lo que debía decir, pero tal vez no podía ¿pero por qué? Nunca había puesto en duda declinar algo que estaba en contra de las reglas que le habían enseñado desde pequeño... hasta que llegó ese tipo.
—Alteza, es fácil, solo diga que sí y déjese llevar, al menos por una noche. —volvió a decir Jeon mirándolo fijamente, con una ladina sonrisa.
La respiración de Jimin se agitó, en un momento se perdió en las oscuras pupilas que penetraban sus ojos y en los delgados labios rosados que le sonreían tan despreocupadamente, a cada segundo se sentía flaquear más.
—¿Quien eres tú? —le pregunto.
—¿Yo? —el azabache soltó una risita profunda, algo sexy—. Yo seré la persona encargada de darle la noche más divertida de su vida si viene. Así que ¿cuál es su respuesta, alteza?.
—¡Vamos Jimin acepta! ¡Nos divertiremos mucho! —escuchó a su mejor amigo alegre, incitándolo aún más.
—Y-Yo...
Holaa! Espero que estén disfrutando mucho de la historia, apenas vamos comenzando se harán las cosas más interesantes al pasar de los capítulos, me estoy esforzando mucho.
Nos vemos el lunes! Luv fuera 💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro