024.
La angustia que Taehyung sentía era menos expresiva y notoria que la de Jungkook, no obstante, cada minuto que pasaba sin saber del paradero de su hermano de otra madre, era terriblemente frustrante y preocupante para él. Al igual que el príncipe Jeon, anhelaba vorazmente llegar donde Jimin, y le rogaba al Sol que se encontrara con bien.
—Cariño, te traje una taz de té, pensé que lo necesitarías. —Jin lo sacó de sus vagos pensamientos y le tendió una cálida taza de té, para luego sentarse a su lado en la sala común del barco—. ¿Como te sientes? Haz estado muy pensativo ¿quieres hablar sobre algo?.
—Gracias querido. —Tae le mostró por unos segundos una pequeña sonrisa, y después miró la taza caliente entre sus manos con una mueca afligida—. ¿Como podría sentirme sabiendo que mi mejor amigo se encuentra cautivo y posiblemente corriendo peligro? —murmuró—. Todo lo que está sucediendo es tan desafortunado, absolutamente todo, desde que Jimin y Jungkook se distanciaron hasta ahora, nunca había experimentado tanta angustia.
—Comprendo, sé que nada de esto está siendo fácil, sin dudas es deshonroso. —Jin soltó un pesado suspiro—. No había estado en situaciones tan tristes desde que la reina Bitna pasó a una mejor vida. —mencionó, alargó su mano hacia la de su chico y la sostuvo con cariño—. Pero estoy aquí, justo a tú lado. —Tae lo miró con sus orbes verdosos acuosos—. Me quedaré aquí para siempre, siempre tendrás un hombro en que llorar y unos brazos para apoyarte. Te amo Tae y me duele verte sufrir —ahora, acaricio la mejilla del castaño donde había escurrido una lágrima que limpió con su pulgar.
—Tenerte a mi lado es lo único que me mantiene a flote. Te amo también Jin, no imaginas cuánto, eres un hombre maravilloso. —sonrió entre lágrimas recostándose en la palma de su amado—. Gracias por apoyarme y mantenerte a mi lado en todo este desastre.
—Ya te lo dije, nunca me iré. —Jin deposito un dulce beso en la frente de Tae, y luego unió sus frentes—. Haré todo lo que tenga a mi alcance para hacerte feliz, comenzado por encontrar a Jimin.
—¡Un barco! ¡Hay un barco a la vista! —de forma abrupta Hoseok apareció en la sala informando con exasperación.
Inmediatamente Taehyung y Seokjin se levantaron y corrieron hacia cubierta con esperanzas de que fuera el barco donde se encontraba Jimin, subieron hasta la popa donde estaban los demás y al observar se dio cuenta de que no se trataba de una nave desconocida, sino de un barco propiedad de la marina del reino del Sol. Entonces enseguida supo que los reyes ya se encontraban al tanto de la situación y que probablemente sería un problema que no necesitaban en ese momento.
—¿Quienes son? —preguntó el príncipe Jungkook mirando el barco desde un telescopio.
—Son de la marina del reino del Sol, al parecer de alguna forma los reyes ya se enteraron de todo lo que planeamos. —respondió Taehyung preocupado.
—¿¡La marina!? ¿Como que la marina? No no, esto está muy mal, me arrestaran y me confiscaran el barco, maldición estoy en graves problemas ¿ahora qué voy a hacer? —entró en pánico Hoseok.
—Mantén la calma pirata, hablaremos con ellos y luego de decirles que el príncipe Jimin ha sido secuestrado lo último que querrán hacer es arrestarte y quitarte tú nave. —le dijo el maestro tratando de calmarlo.
—Podrían ser de gran ayuda en esta situación. Piénsenlo por un momento, aquel barco que buscamos es de piratas y por lo que nos ha dicho el capitán Hoseok tienen una gran y fuerte tripulación. —agregó Yoongi—. Necesitamos de su ayuda a la hora de la batalla. Así que mantén la calma Hoseok, nada malo te sucederá mientras nos enfoquemos en el rescate del príncipe Park.
—¿Y luego? ¡Van a mandarme a la guillotina por piratería y por ser el cómplice de todo esto! —exclamó asustado—. No puedo dejar que pase eso, abriré fuego contra ellos, encenderé los cañones, no voy a permitir que se acerquen a mi barco. —el pirata se dirigió hacia los cañones traseros dispuesto a encenderlos, pero gracias a una botella de Ron estrellándose en su cabeza terminó tomando una siesta más rápido de lo que esperaba.
—Tenía que hacerlo —justificó Jungkook encogiendo los hombros y todos le miraron sorprendidos—. ¿Qué? No iba a dejar que arruinara todo.
—Por la Luna su alteza, pudo haber hablando con él para hacerlo entrar en razón, no romperle una botella en la cabeza. —protestó Yoongi hincándose para mirar el cuerpo inconsciente del pirata en el suelo—. ¿Capitán Hoseok, se encuentra bien? —no observó ninguna herida, ni sangre, solo un chichón creciendo en su cabeza.
—Llévalo a los camarotes, lo mejor es no lo vean o de lo contrario si querrán arrestarlo. —le dijo Taehyung y el pálido trato de subir a su hombro al cuerpo del pirata y se lo llevó como pudo.
—Hablaremos con ellos, solo espero que todo sea favorable para la situación. —rogó el príncipe.
—Lo será, después de todo vienen a buscarlos a ustedes. —replicó Jin.
—¡Jimin, Jimin! —una voz acelerada y unas manos ajenas que agitaban su cuerpo lo hicieron despertar alerta y asustado—. Tenemos que irnos, es cuestión de tiempo para que nos descubran, rápido.
—¿Qué? No puede... —Jimin abrió sus ojos como platos y estos pronto se llenaron de lágrimas al divisar la figura de su amado frente a él—. ¿Jungkook? ¿E-Eres tú...? —esos grandes ojos oscuros, el cabello azabache y esa inigualable sonrisa de conejo, si por supuesto que era él, Jungkook estaba vivo—. Yo creí... no puedo creerlo.
—Necesitamos irnos ahora, Jimin vine a rescatarte —le mostró aquella tierna sonrisa que tanto anhelaba volver a ver y su corazón se llenó nuevamente de felicidad—. Levántate, ya no tenemos tiempo.
Reacciono y rápidamente se levantó de la cama y salió de la mano junto a Jungkook del camarote, corrieron por el pasillo hasta llegar a la escalera que llevaba hacia la cubierta, subieron pero entonces se encontraron abruptamente con Namjoon quien tenía una arma en la mano que apuntaba a ambos.
—¿A dónde creen que van? Nadie va a salir de aquí, al menos no vivo. —exclamó el moreno.
Jungkook colocó a Jimin detrás de él protegiéndolo.
—Suelta el arma ¿quieres? Si continúas con esto nada va a salir bien para ti, solo déjanos ir. —dijo Jeon con la respiración agitada.
—Por supuesto que no, Jimin y el reino del Sol me pertenecen, y un crío inmaduro y rebelde no me los van a arrebatar. —colocó su dedo en el gatillo y apuntó directamente al príncipe de cabello oscuro.
—¡Por favor Namjoon no lo hagas! Si lo matas te odiaré por el resto de mis días, pero si nos dejas ir prometo que dejaremos que te vayas, no haremos nada en contra de ti. —dijo Jimin con la voz y el cuerpo temblorosos.
—¡No, no quiero! Así que lo siento Jimin... tú eres mío, y aunque me odies te mantendré aun así mi lado. —finalmente soltó el disparo, y la bala entró justo en el corazón del príncipe.
—¡¡No!! —gritó Park desgarradoramente mientras sus amado se desplomaba en sus brazos sin vida, sus manos se llenaron de sangre y sus mejillas de lágrimas—. ¡Jungkook, por favor aguanta! ¡No me dejes! ¡Te necesito! ¡Jungkook! ¡Jungkook!
Y entonces... despertó.
Una vez más había tenido otra pesadilla, tal vez no peor que la anterior, pero si igual de dolorosa. Ver a Jungkook en sus sueños al principio fue hermoso, pero luego se convirtió en algo completamente horrible, y aunque fue solo un sueño no podía describir el dolor que sentía al verlo morir en sus brazos. Y fue por eso que se levantó con lágrimas en los ojos y preguntándose si así fue como murió, y de tan solo pensarlo las lágrimas se intensificaban, no quería pensar en eso, pero también gracias a eso su odio y sed de venganza creció más.
—Ese maldito, tiene que pagar, va a pagar por la muerte de Jungkook. —decretó Jimin para luego levantarse listo para continuar con su plan.
[...]
—Su alteza real. —el capitán de la marina hizo una reverencia ante el príncipe al ingresar con sus soldados a la nave ajena—. Nos alegra encontrarlo con buena salud, hemos venido por usted y el príncipe Jimin, son órdenes de su padre el rey Laustus y el rey Soar. Así que cuanto antes estemos de regreso...
—El príncipe Jimin ha sido secuestrado —confesó Jungkook sin más, sorprendiendo al capitán y a sus soldados.
—¿Disculpe? Creo que escuché decirme que el príncipe Park Jimin fue secuestrado. —replicó nervioso, a lo que el contrario asintió—. No comprendo ¿cómo qué fue secuestrado? Eso no puede suceder, tengo que llevarlos a ambos al reino del Sol cuando antes.
—Como ya le dijo su alteza, el príncipe Jimin fue secuestrado en la Isla Coral por el general Kim Namjoon, seguramente usted lo conoce capitán. —agregó Taehyung.
—Excelencia —el hombre hizo otra reverencia para el ojiverde—. También es un placer verle. Pero, creo que me encuentro muy confundido ¿el príncipe fue secuestrado por el general Kim? ¿Como pudo suceder algo así? El general Kim es un hombre honorable y estimado por la familia real, usted lo sabe más que nadie, jamás sería capaz de hacer algo así.
—Pues sucedió —afirmó el maestro Seokjin—. Ese hombre ha secuestrado al príncipe y tenemos que hacer algo para encontrarlo, y eso requiere movilizar la nave cuanto antes, perdemos tiempo parados aquí sin hacer nada.
—Se dirigen a la Isla Fantasma, seguramente el general tiene entre manos algo malévolo que no le conviene al reino del Sol. Se encuentra junto al príncipe en un barco pirata con los llamados Halcones, y por lo que nos dijo el capitán de esta nave son una tripulación fuerte, así que necesitamos de su ayuda para el rescate y unir fuerzas por si de pronto se arma un combate. —explicó Jungkook.
El capitán los miró aún incrédulo, pero al ver seriedad en sus rostros finalmente hizo una reverencia hacia el príncipe poniéndose a su disposición.
—Será un placer ayudarle su alteza real.
—Entonces andando. Estamos a una noche, así que hay que apresurarnos.
[...]
—Traigan al príncipe Jimin a mi habitación, esta noche la pasaré junto a él. —ordeno Namjoon con una sonrisa saliendo de la officina y enseguida un par de piratas acataron yendo donde el príncipe.
Namjoon fue hacia su camarote. Se despojó del saco de su uniforme y aflojó su corbata, se quitó las botas y dejó el cinturón con todas sus armas sobre la mesa de madera que había allí. Esa noche solo una idea había en su cabeza, estaba decidido a poseer a Jimin esa misma noche, no había tiempo que perder, estaban comprometidos y estaba tan desesperado y locamente enamorado por él que no podía esperar hasta la noche de bodas, quería hacerlo suyo ya.
Después de unos minutos finalmente el príncipe Park se encontraba en su camarote completamente confundido por el tan repentino llamado.
—¿Por qué me llamas a estas altas horas de la noche? ¿Quieres hablarme de algo importante? —preguntó Jimin con una sonrisa fingida dibujada en su rostro.
—Hablar no, esta noche lo último que quiero hacer es hablar, pero ven, siéntate conmigo. —tomó la mano del rubio y lo atrajo hacia él que estaba sentado sobre la cama—. Quisiera hacerte una pregunta.
—Siempre tendré una respuesta para ti. —replicó.
—¿Ya haz perdido tu virginidad? —preguntó sin más dejando completamente sorprendido al príncipe.
—¿Qué? Uhm, es una pregunta algo... es algo muy repentino ¿por qué la pregunta?. —de pronto sintió una vibra diferente y se puso nervioso.
—Solo responde.
—Yo... bueno, no, aún no lo he hecho. —respondió apenado. La mirada que el contrario le dedicó le dio un mal presentimiento.
—Eso me alegra, me alegra que nadie te haya tocado aún. —Namjoon acarició la mano del príncipe con suavidad mientras sonreía y lo miraba apasionadamente.
—¿Eso es todo lo que querías preguntarme? —entonces Jimin se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Ese hombre tramaba tomar su cuerpo, pero por supuesto que no iba a permitirlo, besarlo era una cosa, pero entregase a él, eso sería lo último que hiciera, así que trató de huir—. Si es así entonces me voy, estoy comenzado a tener sueño y me duele un poco la cabeza, con permiso.
—Oye ven regresa ¿a dónde vas? —sujetó su mano y lo jaló con tal fuerza que lo lanzó al medio de la cama. Se subió encima de él y de pronto comenzó a besarle el cuello—. Estamos comprometidos, pronto vamos a casarnos Jimin. —murmuró sobre su piel y el rubio se quedó estático—. Voy a hacerte el amor, ahora.
—¿Qué? No detente, Namjoon por favor no lo hagas, no ahora. —lo empujó alejándolo de su cuerpo deteniéndolo, lleno de temor—. Para, no es momento, no quiero hacerlo en este momento.
—¿Por qué? Ahora eres mío, dijiste que me amabas ¿no es así? Si me amas entonces harás el amor conmigo en este instante.
—¿Y la noche de bodas? Me gustaría esperar hasta entonces. —pidió, su pulso se aceleró y sus dedos comenzaron a temblar—. Si te amo, pero también tienes que comprenderme. —aclaró su garganta repentinamente seca.
—No me importa, nos amamos ¿no? Entonces qué importa la noche de bodas, tú serás mío en este preciso instante, déjate de cursilerías y bésame, ahora estoy excitado. —Namjoon atacó los labios del rubio al mismo tiempo que metía sus manos debajo de su camisón de seda y apretaba la piel de su cintura.
Lo odiaba, no quería que lo tocara, apenas era soportable tener sus labios contra los suyos, pero era tan repugnante sentir sus sucias manos sobre su piel, estaba asustado no quería hacerlo, no con él, si dejaba que continuara entonces nada de lo que sucedería después sería agradable, entonces encontró rápidamente una manera de detenerlo.
—Na-Namjoon está bien, hagamos el amor, pero primero dile a tus guardias de la puerta que se vayan, no quiero que nos escuchen, eso sería muy vergonzoso y tú no quieres que tu futuro esposo sea objeto de burlas ¿verdad?. —dijo con la respiración agitada.
—Está bien, les diré que se larguen, pero mientras ve quitándote la ropa, estoy ansioso por verte desnudo. —sonrió, dejó un beso rápido en sus labios y luego se levantó y caminó hacia la puerta.
Era muy precipitado, pero no podía hacer nada más. Jimin tenía que matar a Namjoon allí mismo, de lo contrario iba a hacer algo que lo marcaría de por vida, así que rápidamente buscó algo en la habitación, algo con que atacarlo, y entonces encontró la lotería, en una mesa ya hacían todas las armas de Namjoon, así que tomó lo primero que vio, una daga puntiaguda y afilada. Corrió de nuevo a la cama y la guardo bajo las sábanas, para entonces Namjoon ya había terminado de correr a los guardias.
—Se han ido, ahora ya podemos... ¡Wow! —Jimin lo jaló hacia la cama, lo acostó y se subió encima de él a horcajadas. Eso iba a ser lo último que haría en contra de su voluntad, así que lo hizo a la perfección. Comenzó a besar sus labios y luego bajo hacia su cuello, quitó la corbata y desabotonó los botones de cuello dejando la zona libre para su daga—. Si, de esto estaba hablando, continúa mi príncipe, lo haces bien.
—Voy hacerte cosas muy malas —murmuró en su oído, metió su mano debajo de las sábanas, tomó la daga y cuando estuvo listo la sacó y la dirigió hacia el cuello de Namjoon pero fue abruptamente detenido y sorprendido, Namjoon sujetó su mano, la punta de la daga apenas razonado la piel de su garganta, tan cerca pero a la vez tan lejos—. ¿Qué? ¿Como...?.
—Eso no es un juguete para el sexo, Jimin. —le torció la mano haciendo que soltara la daga, para luego empujarlo y aventarlo con fuerza hacia suelo—. ¡Eres un maldito! ¡Me mentiste desgraciado!.
—Namjoon cálmate, por favor no me hagas daño. —Jimin retrocedió con sus talones sobre el suelo completamente asustado, mientras el moreno caminaba hacia él ardiendo en furia—. Lo siento, no sabía que estaba haciendo, de-debes creerme.
—¿Creerte? Eso fue lo que hice y mira lo que obtuve ¡estabas apunto de matarme maldito! Vas a pagar por esto.
—¡No, Namjoon espera! —grito, pero fue demasiado tarde. Lo cayó dándole un fuerte puñetazo en el rostro abriéndole fácilmente el labio, lo pateo varias veces en el estómago sacándole el aire y haciéndolo escupir sangre.
Lo tomó del cuello, lo levantó y lo empujó contra la pared, miró con rabia y satisfacción su rostro ensangrentado.
—Eres el hombre más cruel que he conocido, me engañaste, me hiciste creer me que amabas y eso no te lo voy a perdonar. —apretó más fuerte su garganta quitándole poco a poco el oxígeno.
—Na-Namjoon no... no p-puedo re-respirar. —dijo con un hilo de voz el rubio, agitando sus pies y tratando de quitar su mano desesperado.
—Mereces morir por ingrato, te quitaría la vida aquí mismo, pero tu castigo será vivir sabiendo que el hombre que amas murió por tú culpa. —lo volvió a lanzar al suelo.
Jimin tosió y llevó rápidamente aire a sus pulmones. Pero entonces de pronto Namjoon le comenzó a arrancar toda la ropa hasta dejarlo completamente desnudo, lo sujetó del cabello y lo arrastró de esa forma por todo el barco sin importarle que todos los demás piratas miraran la escena, lo llevó hasta el calabozo y antes de encerrarlo lo abofeteó un par de veces hasta dejarlo débil y mareado. Finalmente lo aventó dentro de la celda, cerró las rejas y se largó.
Jimin tosió, movió su cuerpo débil y adolorido, no podía ver nada, ni tampoco podía moverse mucho, trató de arrastrarse pero después de unos centímetros quedo completamente inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro