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Una sonrisa

Los gritos llenaron la estación de policía haciendo que todos en el lugar prestaran atención a un solo punto. Un golpe fuerte y el llanto de una mujer fue lo siguiente que se escuchó dejando a los presentes sorprendidos. Un hombre furibundo, una mujer aterrada y un adolescente impotente ​esa era la escena que representaba la familia Kimura en ese instante.

El infierno se había desatado nuevamente frente a sus ojos, como era tan común para Kenji, solo que en esa ocasión no solo sus ojos presenciaron aquella cotidianidad en su vida.

Su madre se encontraba en el suelo sobando su adolorida mejilla mientras gruesas lágrimas salían de sus ojos y agónicos sollozos de su boca, su padre por su parte gritaba a todo pulmón cosas que él no entendía pues ya no le importaba, se sentía entumecido, demasiado conmocionado por sus propios actos como para escuchar el ruido a su alrededor, pero cuando vio como su padre alzaba nuevamente su puño hacia su indefensa progenitora todas las alarmas de su cuerpo se encendieron, entonces él se interpuso sin dudarlo recibiendo de lleno el puño contra su cara.

El impacto lo hizo caer hacia atrás, justo en la dirección donde se hallaba su madre, la cual lo recibió abrazándolo entre sus brazos sin importarle el dolor que le produjo el impacto del cuerpo de su hijo contra el propio. La señora Kimura vio la sangrante nariz de Kenji, sintiendo rabia consigo misma, una vez más no había hecho nada por su pequeño y él sufría por eso.

—¡Esto es tu culpa! ¡Todo esto es tú culpa! —gritó el jefe Kimura a su esposa lleno de ira —. ¡Por tu culpa nuestro hijo es una aberración! ¡Tú y tu maldita manera de tratarlo lo convirtieron en un inservible marica! Y mira a donde lo llevó tu pésima crianza.

Entre los gritos de su padre, el llanto de su madre y el dolor en su nariz, Kenji se sintió cada vez más hundido en un fango espeso y oscuro, asfixiado por tanta porquería que rodeaba su vida desde hace casi un año, no, realmente aquello no era de esa forma, si quería ser sincero debía admitir que aún antes de eso las cosas en su casa se habían ido por el caño.

En un vago intento de escapar de la situación en la que se había metido Kenji dirigió sus ojos hacia otra parte intentando evitar el rostro iracundo de su progenitor, entonces allí le encontró de pie con sus grandes ojos cafés llenos de sorpresa y miedo, Izuku estaba viendo aquel vergonzoso escándalo montado por su familia. ¿Qué más bajo podía caer que eso?

Por algún motivo recordó aquel día en el que todo se volvió una mierda, a su mente aquella conversación pasada llegó tan fresca como si acabara de suceder.

—Mamá hoy me estaba mirando un compañero de clases, creo que le gusté. —Su madre estaba cortando vegetales cuando él lanzó el comentario de forma casual, ella siempre había sido su confidente, Kenji le contaba todo sobre su vida, es por ello que la mujer desde hacía algunos años sabía que a su hijo le gustaban los chicos.

—¿Es lindo? —preguntó en aquella ocasión la mujer con una sonrisa cómplice. Aquello fue lo que inició el desastre, él no sabía para ese momento lo que esa pregunta provocaría, si tan solo lo hubiera sabido habría dejado de hablar en ese instante.

—Precioso, tiene pecas por toda la nariz y mejillas, sus ojos son tan expresivos y su sonrisa es tan brillante, es demasiado adorable —Recordó que le dijo aquello a su madre con voz soñadora mientras se sentaba en la península de la cocina.

—Entonces ve por él, ningún muchacho se resistiría a mi atractivo hijo. —En ese preciso instante la sonrisa de su madre se había borrado, no tuvo tiempo para preguntar lo que sucedía pues un fuerte dolor en su espalda lo calló de inmediato.

—¿¡Muchacho!? ¿¡Como que te gusta un muchacho Kenji!? —Después de eso solo hubo dolor, tanto dolor que el terror de volver a sentir algo así se le grabó a fuego en la mente.

Estuvo en cama unos días viendo a su madre, igualmente lastimada, llorando a su lado por no haber sido precavida y ocasionar que su esposo los escuchara, aquello le había roto el corazón en pedazos, aun así lo que realmente destruyó a Kenji fueron las palabras que le dijo su padre antes de que él quedara inconsciente por la paliza que le propinó. "Eres una vergüenza, espero que con esto te vuelvas a enderezar pequeña aberración, porque yo no pienso tener a un hijo marica".

Aquello había derrumbado el mundo de Kenji, el odio con el que lo empezó a mirar su padre era algo que el joven no conocía y no quería seguir teniendo en su vida, así que con desesperación empezó a intentar obtener de vuelta el amor de su progenitor, pero este le era cada vez más esquivo.

Cada falla lo abrumaba de tal manera que terminó buscando una forma de desahogar su creciente frustración e ira, es así que encontró al golpear a los demás un alivio momentáneo del cual se volvió adicto, y este solo aumentaba cuando hacía sufrir a la persona quien, según él, había provocado todo.

Pero aun así, en vez de disminuir su frustración e ira solo crecían más y más convirtiéndose en una bomba de tiempo. De allí que aquellos sentimientos acumulados explotaran de la forma más violenta posible, pues al mezclarse con los celos hirvientes que le provocó el ver a Izuku junto aquel rubio en el centro comercial, estos se volvieron una furia inmensa y Kenji simplemente no supo controlarse.

¿Cómo controlar algo así si nadie le enseñó a hacerlo? Si su padre no controlaba sus impulsos, ¿por qué tenía que hacerlo él? Pero después de que todo pasó, cuando tenía aquellas esposas puestas y habiendo hablado con su dulce madre se dio cuenta de su error. No, quizás ya lo sabía desde el momento en el que vio toda aquella sangre manchando las paredes y suelo del blanco baño, sobre el muchacho rubio y hasta en su propia ropa, allí se dio cuenta de su error.

"¿Qué mierda he hecho?", se preguntó, pero ya era tarde, estaba aterrado y confundido, no podía creer que él hubiera sido capaz de algo así. "Iré a la cárcel", fue su siguiente pensamiento, el cual solo logró alterarlo más.

Es por ello que cuando su padre le dio aquella salida, él aún no del todo convencido accedió, solo para darse cuenta poco después de su error. Entonces aconsejado por su madre dijo la verdad, lo contó todo sin omitir nada.

El grito de su padre insultando a su madre lo sacó de sus pensamientos. Sintió como los grandes ojos de Izuku lo miraban casi penetrantemente, aun así no había odio o rencor en ellos, solo le miraban confundido como si intentara encajar las piezas de un complicado rompecabezas, pero lo que casi dejó en shock al menor de los Kimura fue la inesperada sonrisa de apoyo que le regalo el pecoso al notar que él lo observaba. ¿Cómo pudo hacerle daño a alguien así? Esa era una pregunta que empezó a atormentarlo, es por ello que sintiéndose completamente miserable un pequeño "perdóname", dirigido hacia el pecoso salió de su boca.

—¡Es tu culpa! Tú y tu maldita forma de ser fue lo que orilló a nuestro hijo a esto, ¡maldito hijo de puta! —gritó llena de ira la mujer ya cansada de escuchar las horrendas formas en las que su esposo hablaba de su pequeño.

Nadie se esperó lo que sucedió después, una exclamación unísona de todos los presentes fue lo único que le advirtió a Kenji de que algo malo estaba pasando, luego todo lo que sintió era un gran dolor que lo quemaba.

El olor a pólvora, los gritos de su madre, el sonido de los tres disparos y los gritos de los oficiales llenaron la ahora abarrotada estación. Sin embargo, de todo el escándalo que le rodeaba lo único que pudo escuchar fue el grito de una única persona que le llamaba llena de terror.

—¡Kenji-kun! —gritó Izuku. Después de eso el antiguo bullying ya no supo nada más.

🌸🌸🌸

Hola a todos, no sé si les gusto este capítulo, pero lo necesitaba, aunque originalmente solo iba a ser una parte de un capítulo terminó siendo así. Ahora si me voy a dormir.

La pregunta es: ¿Qué creen que le paso a Kenji? Yo aquí dejando cosas abierta, que malota soy.

Y otra pregunta es: ¿Por qué creen que Izuku le sonrió? Si eso tiene razón de ser, pero se lo dejó para que adivinen.

Recuerdan que hace un tiempo les deje una pregunta y les dije que el que acertara le dedicaría un capítulo, pues el próximo capítulo tendrá la dedicación.

Espero que les gustara, aunque solo fuera hablando de Kenji, gracias por leer, votar y comentar, su apoyo es lo mejor.

Nos leemos en el próximo capítulo o en otra de mis historias, los quiero.

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