—¡Qué vergüenza! Ese extraño y Kacchan me vieron... —Izuku ahogó un grito de vergüenza entre sus manos cuando ya se encontraba en su habitación. ¿Cómo se le ocurrió correr desnudo por el apartamento? ¿Cómo vería ahora a Bakugo a la cara? Seguro que en ese momento Katsuki creía que era un desvergonzado.

Se puso la ropa más rápido de lo que alguna vez lo hubiera hecho en su vida, sentía su rostro arder, no tenía que verse en un espejo para saber que le estaba ganando la batalla a los tomates maduros.

—Deku, si no bajas ahora mismo se va a enfriar la pizza. —Escuchó decir a Katsuki en voz alta desde la planta baja, lo que provocó que caminara a la puerta de su habitación con la intención de salir de esta para hacerle caso al rubio, pero se detuvo cuando le llegó de repente a la mente el recuerdo del rostro que Kacchan y el repartidor pusieron al verle —. Baja de una maldita vez, luego hablamos de lo descerebrado que eres.

Ciertamente el aspirante a héroe no iba a dejar pasar él reciente incidente y el castaño todavía no quería enfrentarse a eso, pero no deseaba perder sus valiosos escasos momentos con su ídolo por la vergüenza de su error, así que armándose de valor abrió la puerta de su habitación y fue a la sala bajando las escaleras de forma lenta.

—Kacchan yo... —Quería explicar lo que ocurrió, decirle el motivo por el cual salió de aquella forma del baño exponiéndose a la mirada de cualquiera que se encontrara en el apartamento, pero no encontraba las palabras para decirlo aun si era bastante sencilla la explicación.

—Luego hablamos de tu exhibicionismo ahora vamos a comer —comentó tranquilamente el rubio mientras servía una rebanada de pizza al pecoso y la ponía frente a una silla del comedor —. La U.A. es enorme, me perdí algunas veces al comienzo del año, no tienes idea de la cantidad de salones y salas que posee, además la biblioteca no se queda atrás en tamaño, eso mismo la hace una maravilla, encuentras de todo allí.

Izuku se sentó en la silla donde anteriormente Kacchan había puesto la porción de pizza para él, aunque realmente el castaño no estaba prestándole atención a la deliciosa comida en la mesa pues se encontraba completamente sorprendido por lo que comenzó a decir de la nada el rubio. ¿Por qué le contaba eso? El castaño no lo sabía, pero Bakugo quería que ambos apartaran su mente de los últimos acontecimientos del día y él estaba seguro de que aquel tema sería bien tomado por Midoriya.

—Estudiar allí es difícil, claro que puedo con algo así después de todo soy un genio, pero la U.A. es una academia elite, estaría decepcionado si no representara un desafío para mí. —El rubio se sentó al lado de Izuku viendo su pizza con jalapeños y tocino, la de Izuku tenía jamón y piña, ¡piña! El chico sí que era una caja de sorpresas —. Sería perfecto si no fuera por mis estúpidos amigos, no hay nada más desesperante que enseñarle a Kirishima, pero él es un idiota agradecido, por eso sigo haciéndolo.

—¿Cómo es All Might en persona? —preguntó Midoriya haciendo a Katsuki sonreír con malicia, el pecoso había picado el anzuelo.

En poco tiempo una amena conversación se estableció entre ambos mientras comían, preguntas y respuestas iban y venían tranquilamente, un momento de paz después de la tormenta, eso era lo que ambos compartían en ese instante hasta que Izuku soltó una pregunta que nada tenía que ver con el mundo del que provenía el rubio.

—Kacchan, ¿por qué tenías esas cosas en tu bolsillo? —Soltó tranquilamente el castaño provocando que Bakugo se ahogara con el pedazo de pizza que estaba tragando.

—Maldición Deku no salgas con algo así de la nada. —Apenas y había podido detener su tos para decir eso, creyó que moriría allí mismo.

—Eso era una caja de... —El color rojo volvió a subir por el rostro del pecoso. Él sabía que eran esas cosas que encontró en la bolsa y se imaginaba el motivo por el que el rubio las compró, pero quería preguntar para estar seguro, aunque la vergüenza lo estaba matando —. Una caja de condones. ¿Quieres jugar con eso? —dijo Izuku con voz temblorosa intentando hacerse el inocente.

—¿El nerd exhibicionista ahora de la nada es un jovencito inocente y de mente pura? —Bakugo no pudo evitar decir ese comentario quería molestar a Izuku, se veía tan adorable en ese momento, todo rojo escondiendo el rostro entre sus manos, pero aun así mirando por entre sus dedos.

—No seas así Kacchan, esto es serio —reprendió Midoriya aun tapando su rostro con sus manos por lo que su regaño perdió completamente fuerza, aun así el rubio sabía que era momento de tomar las cosas en serio.

—Deku, —Tomando al pecoso de las muñecas descubrió su rostro para poder verlo fijamente —yo quiero que mi primera vez sea contigo, no sé si podré volver a verte, no sé si esto se convertirá en un hermoso recuerdo que guardaré toda mi vida, no sé si tenga otra oportunidad de compartir algo así contigo, por eso, no, porque te quiero deseo que hagamos esto.

Izuku solo pudo mirarle fijamente por quién sabe cuánto tiempo, el pecoso estaba perdido en el mar de sentimientos que le trasmitía los ojos del rubio cenizo, amor, tristeza, deseó y anhelo. Una mano temblorosa fue hasta la pálida mejilla de Bakugo y tomándolo suavemente lo atrajo hacia sí para unir su frente a la de él.

—Si Kacchan, también quiero tener mi primera vez con la persona que amo —dijo Izuku con una sonrisa antes de darle un tierno y corto beso a Bakugo en los labios —. Terminemos de comer, no quiero desperdiciar una pizza tan rica.

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Hola todos, este iba a ser el capítulo con él sin respeto, pero quedó enorme, de casi cuatro mil palabras, así que lo dividí, aun así, el siguiente capítulo será enorme porque ya no lo podía dividir más.

Espero que les gustará este capítulo y gracias por llegar hasta aquí, por sus votos y comentarios, son los mejores.

La pregunta de la semana es: ¿Ustedes entienden los chistes y las conversaciones con doble sentido? Yo no las entiendo y no me estoy haciendo la inocente, realmente no lo capto.

Nos leemos en el próximo capítulo o en otra de mis historias.

Los quiero.