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De compras

Buscaba con detenimiento entre las múltiples prendas frente a él y de vez en cuando miraba al pecoso nervioso a su lado, eso le causaba gracia. ¿Quién se pone así solo por medirse unas cuantas prendas? Pero allí estaba Izuku moviéndose incómodo y mirándolo fijamente con preocupación, quien lo viera diría que estaba a punto de hacer algo indebido, no simplemente el probarse ropa.

Después de mucho buscar encontró una camisa blanca de manga larga, un suéter color verde claro que era de su agrado y un pantalón negro ajustado, miró a Izuku nuevamente imaginándoselo con aquellas prendas, negó con la cabeza y cambió el suéter por una camiseta ancha color mostaza con un pequeño estampado al lado izquierdo, no quería que luciera como un nerd, aunque lo fuera y no le molestara ese hecho, sentía que aunque bonito el suéter le daría ese aire. En cuanto a su calzado no podía hacer nada por sus ridículas zapatillas rojas así que debía conformarse.

—Ve y cámbiate esa horrenda camiseta de All Might— dijo al fin el rubio tirándole las prendas en la cara a Izuku.

—No es horrenda, es de tu mentor— replicó el castaño.

—Lo que sea, ve y cámbiate— Llevó casi a empujones al pecoso hasta los probadores y lo metió en uno cerrando la puerta antes de que este pudiera resistirse.

Izuku se quedó viendo la puerta del probador cerrada antes de soltar un sonoro suspiro y atrancarla. Todo eso era ridículo, que se pusiera algunas cuantas prendas no haría que mágicamente se viera mejor, pero el rubio se encontraba emocionado con la idea de escogerle el atuendo, pudo notarlo mientras buscaba la ropa con tanto esmero, la sonrisa que se formó en sus labios y el brillo de sus ojos lo demostraban Bakugo realmente quería vestirlo a su antojo. ¿Quién era Izuku para negarle un capricho a Katsuki?

El castaño dejó las prendas sobre una pequeña banca que se encontraba dentro del probador antes de quitarse lo que llevaba puesto quedando únicamente en ropa interior. Se miró de reojo en el gran espejo sujeto a la pared, su cuerpo se movió solo hasta encarar aquellos ojos cafés que le veían con desagrado. Hacía tanto tiempo que no iba a una tienda a comprar ropa, en el último año solo usaba lo que su padre le mandaba o lo que compraba por internet, y eso se debía justamente al gran espejo que siempre se encontraba en los probadores.

Aquellos enormes espejos en aquel reducido lugar le hacían imposible el huirle a su imagen, era inevitable ver su figura, como pasaba justo en ese momento. Frente a él se reflejaba su maltratado cuerpo en todo su esplendor y ello le causaba una inseguridad que desde hace mucho tiempo no había sentido, pues la evitó por todos los medios posibles.

"Alguien como yo no puede ser atractivo", pensó el pecoso tocando delicadamente la venda que cubría su cuello, entonces otros pensamientos cargados de negatividad, ligados a sucesos mucho más recientes le llegaron en una avalancha de dudas. ¿Cómo alguien podría fijarse en un ser tan maltrecho como él? No lo sabía y comenzaba a cuestionarse el motivo por el cual Katsuki quiso ser su novio. ¿Realmente le gustaba a Bakugo? ¿Realmente quería estar con un otaku simplón y maltratado?

Un sonido inesperado lo hizo sobresaltar sacándolo del espiral de auto desprecio que empezaba a tragárselo, se escuchó el característico sonido de la cámara de un celular siendo activada, con rapidez miró hacia todas partes buscando algo extraño dentro de la minúscula cabina mientras tomaba el pantalón que el rubio había escogido e intentaba taparse con él.

—Kacchan— llamó en voz alta, pero nadie le contestó — ¡Kacchan!— Casi había gritado sintiendo un miedo creciente que se apoderaba de su razón.

¿Por qué tenía miedo? Esa fue una cuestión que le gritó lo poco que le quedaba de raciocinio, bien pudo ser alguien a afuera de los probadores tomándose una foto, era irracional sentirse así por un pequeño sonido y hasta era un poco paranoico, pero Izuku estaba más alerta de lo común últimamente.

— ¿Qué pasa Deku?— Escuchó decir a Bakugo al otro lado de la puerta.

— ¿Dónde estabas? Escuché una cámara— Hubo un momento de silencio, pero antes de que el pecoso volviera a insistir Katsuki contestó.

—Me estaba cambiando el pantalón que traía puesto por el mío— Katsuki se recostó en la puerta antes de seguir hablando —Una chica dijo que me parecía mucho a un personaje de un anime que ama y me pidió una foto, debió ser eso lo que oíste Deku.

Bakugo no preguntó por qué le importaba a Izuku la cámara, quizás pensó que alguien le había tomado una foto mientras se cambiaba, o más bien que él le había tomado una foto. Era una idea que no tenía mucho sentido, pues no había nadie más en los probadores aparte de ellos dos y la chica que le pidió la foto, la tienda estaba prácticamente vacía desde que llegaron, en cuanto a que fuera el rubio quien tomó la hipotética foto era ridículo, Katsuki no tenía que hacer algo así a las escondidas como un pervertido, Deku era su novio sí quería una foto solo debía pedirla.

— ¿Ya te cambiaste?— preguntó Bakugo al castaño en el probador mientras miraba con el ceño fruncido a la chica que no paraba de observarlo.

—Todavía no— contestó el pecoso aún muy nervioso.

—No te preocupes me quedaré aquí haciendo guardia, si algún hijo de puta intenta tomarte una foto lo voy a dejar sin dientes de un puñetazo— Unos segundos después se escuchó una alegre risa y el probador se llenó de sonidos, ropa moviéndose y uno que otro golpe que se daba el pecoso contra las paredes del estrecho lugar, eran perfectamente audibles para el rubio cenizo que esperaba al otro lado de la puerta.

Unos golpes rítmicos en la madera tras él le advirtieron a Bakugo que Izuku ya estaba listo, así que se apartó para dejar salir al pecoso. El aspirante a héroe sonrió al ver a su novio llevando lo que él le había escogido, su tierno ser resaltaba aún más vestido de esa manera aunque sentía que algo le faltaba.

No pudiendo evitarlo lo rodeó mientras le veía de arriba a abajo, Izuku se sonrojó hasta las orejas por la atenta mirada del rubio que casi podía percibir sobre su cuerpo, pero no era incómodo en lo absoluto, se sentía bien que justo él le viera así. Poco después Katsuki se fue corriendo hacia la zona de descuentos dejando sorprendido al pecoso.

— ¿Kacchan?— En un instante el rubio estaba de regreso. Midoriya sintió que un sombrero era puesto en su cabeza y luego vio un celular frente a él, el flash le segó los ojos unos instantes.

—Quiero otra— Sin pedir permiso Bakugo lo abrazó por los hombros y se tomó una foto junto a él, la miró un momento frunciendo el ceño — Le falta.

Sujetó con delicadeza una de las mejillas de Izuku obligándolo a verle de frente y le beso en los labios. El sonido del celular tomando múltiples fotografías se escuchó en una ráfaga continua antes de que el rubio se separara y mirara la pantalla.

—Es perfecta, te ves malditamente bien Deku.

Solo hasta ese momento el pecoso se atrevió a mirarse en el espejo. No se veía mal, inclusive le gustó aunque nada de lo que llevaba puesto lo habría escogido él, sin embargo le agradaba, había visto en internet a algunos modelos vestidos así y siempre le parecieron geniales, aun así no tenía el valor para cambiar su simple estilo que prácticamente se conformaba de un jean, una camiseta, de vez en cuando una camisa de manga corta y unos tenis, casi siempre sus rojos favoritos, pero nada más allá de eso.

Por su parte aquel gran accesorio en su cabeza era algo que inesperadamente le encantó, jamás se había puesto un sombrero en su vida porque creía que se vería ridículo y había estado en un gran error. Aquel sombrero negro de ala recta estaba creando un marco para su rostro, produciendo un efecto que hacía a su mirada enfocarse directamente en ese lugar. ¿Sus pecas realmente lucían bien? ¿Su cabello desarreglado podría aparentar estilo? ¿Sus ojos siempre habían resaltado así? Se sentía como si estuviera viendo a alguien diferente, sin embargo, era él mismo Izuku de siempre, lo único que había cambiado era que estaba usando unas cuantas prendas nuevas.

—Te ves muy atractivo— El rubio lo abrazó por la espalda sonriendo de oreja a oreja mientras tomaba una foto al reflejo de los dos juntos — ¿Ahora me crees?

—Yo... Creo que sí— dijo Izuku sintiéndose en un cuento de hadas. "¿Acaso me he convertido en la cenicienta?" Una pequeña risa se le escapó ante tal idea, pues eso convertía a Bakugo en el hada madrina.

🌸🌸🌸

Extra (El motivo de tanto ruido dentro del probador)

—Pantalón de mierda entra de una buena vez— ¿Cómo es posible que esta cosa sea tan difícil de poner? Otro golpe contra la pared me hace pensar en lo que Kacchan debe estar imaginándose allá afuera, quizás crea que la ropa ahora cobró vida y me está atacando.

Un jalón más y la bota del pantalón sigue sin entrarme, doy otro aún más fuerte, pero este me hace estrellar contra la puerta lastimándome un codo justo en aquel lugar que duele más —¡Maldición!— digo en voz baja mientras me sobo el lugar adolorido, esto es solo un motivo más para seguir comprando mi ropa por internet.

🌸🌸🌸

Hola, un capítulo nuevo, nuestros tortolos siguen en su cita. Espero que les gustara el capítulo, y muchas gracias por sus votos y comentarios, no me cansaré de agradecerlo.

Pregunta, ¿Cuál ha sido la prenda que más les costó probarse? La mía fue un pantalón bota de pitillo, hasta me caí en el probador, tenía como diez años, creo que los pantalones son una lidia.

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