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🌻

De acuerdo, en cualquier momento, Yoongi podría morir.

—Por Dios, hyung... ¡ya cálmate!— remilgó Jungkook al ver a su mayor hecho bolita en el suelo mientras chillaba emocionado.

Min estiró sus extremidades como una estrellita de mar.—No no y no, ¡es que tú no entiendes!— dijo mientras negaba con la cabeza.—tú no estabas en mi lugar cuando me sonrió de esa forma tan, tan, pero tan linda que...— y volvió a chillar emocionado mientras daba vueltitas en el suelo.

—Jimin siempre trata de sonreírle a todos, hyung.

Yoongi suspiró enamorado y le miró con ojitos brillantes.—¿Verdad que sí? Es un amor.

Junkook se quiso golpear la frente y soltó una risita al ver a su amigo tan prendado de aquel rubio.—Quién te viera, vuelto una bolita de azúcar enamorada cada que piensas o hablas de Jimin...

—Ay, ya cállate— le reclamó rodando los ojos.—yo nunca te he dicho nada cuando hablas y hablas de Taehyung, te soporto todo el día sin quejar.

—Ahora mismo te estás quejando— rio cuando el pálido le vio con ojos entrecerrados.—¿y si lo invitas al baile?

Al instante le miró horrorizado mientras negaba una y otra vez.—¿Te imaginas si me dice que ya tiene con quién ir? Me electrocuto.

¿En serio Yoongi era su mayor? Porque en esos momentos no lo parecía.

—Aish, no creo que sea tan difícil ir y preguntarle... según me dijo TaeTae, no tiene pareja todavía— le intentó persuadir.—además, yo ya invité a Tae, no creo que tú no puedas invitarlo, hyung.

—No es lo mismo, Taehyung es tu novio, es obvio que diría que sí— reclamó mientras se enderezaba para sentarse en el suelo con sus piernas cruzadas.

Jungkook sonrió.—Di eso de nuevo, suena lindo.

Yoongi rodó los ojos divertido, Jeon no tenía derecho a burlarse de él si era igual o peor cuando se trataba de Kim Taehyung.

—¿Ya puedo continuar trapeando?— escucharon preguntar a alguien y notaron que se trataba del señor de limpieza, que al parecer llevaba un buen rato ahí esperando.

Ambos se disculparon con inclinaciones avergonzadas y se marcharon a las bancas, aún faltaban alrededor de quince minutos para que iniciaran las clases.

—Yo creo que deberías intentarlo, a mí me parece que no le eres tan indiferente a Jimin— le dijo al mayor y este se quedó pensativo, ocultando una sonrisa ante lo que el menor le había dicho.

Entonces, ambos sintieron que eran jalados por detrás, siendo que un brazo tapó su campo de visión.

—¿Quién soy?— preguntó el chico fingiendo un tono muy grave y ronco de voz.

—Deberías fingir la voz de otra forma, Tae— habló primero el mayor, haciendo que el mencionado puchereara disconforme.

—¿Tae? Yo no soy ese chico tan guapo.

—Puedo oler perfectamente tu perfume— dijo Jungkook y el contrario los liberó, dejándolos ver.

Jeon alzó su mirada hacia Taehyung detrás de él y este le dejó un besito en la frente antes de sentarse con su amigo y su novio.—¿Qué tanto le decías a hyung, Kookie? Desde lejos pude ver su cara de gato aguado.

—¿Verdad que debería invitar al baile a Jimin?

—¡Claro! Seguramente dirá que sí— le dijo al mayor con su típica sonrisa cuadrada.

—Tal vez sí sea buena idea, después de todo ya es el último año de la preparatoria...— contestó Yoongi mientras se lo replanteaba una vez más, le tentaba la idea.

—¡Hazlo! Después te reprocharás que no lo hiciste y Jimin le contará a tus hijos que su papá nunca lo invitó al baile y les fallarás con sus expectativas de una historia romántica— dijo el de piel canela con mucha insistencia.

—Quizá a quien le fallo con sus expectativas de una novela cursi es a ti, Taehyung— le miró con una ceja alzada y el mencionado simplemente se rio, no era una mentira.

Yoongi pensó que tal vez ellos y la hermana de Jimin habían conspirado en conjunto para convencerle, ya que la menor también había mencionado ese tema el día anterior en medio de mensajes. De igual manera, sacó un cuaderno de su mochila y un bolígrafo para comenzar a escribir una pequeña lista frente a los ojos curiosos y emocionados de sus amigos.

—Bien... denme ideas para invitarlo— apenas terminó de decir cuando la pareja ya estaba comenzando a celebrar.

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Sacó el avión de papel de su mochila que ya había armado anteriormente y lo abrió ligeramente para leer una última vez el texto que había escrito en él.

"¿Irías al baile conmigo?"

No era lo más original y, siendo sinceros, era un poco cliché, pero la intención es lo que cuenta, ¿no?

Asintió satisfecho al ver su buena caligrafía en el papel y los dibujos que había hecho en él en perfecto estado para la sencilla decoración. Echó un vistazo al maestro de cálculo, vigilando que aún estuviera entretenido escribiendo en el pizarrón, y apuntó para lanzar el avión hacia Jimin.

Pero, como anteriormente había sucedido, el universo no estaba de su lado, pues el avioncito de papel se desvió y quedó atrapado entre los cabellos de una de sus compañeras castañas. Al instante se volteó y cubrió para no levantar sospechas.

Fingió escribir lo que estaba en el pizarrón y de reojo vio como su compañera desdoblaba el avión, girándose sobre su asiento a mirar al chico que se sentaba frente a él. Ella le señaló la nota y el chico, entendiendo que le estaba proponiendo ir juntos al baile y no que le preguntaba si había sido él el autor, asintió con una sonrisa.

Yoongi suspiró, aliviado y decepcionado de su mala suerte.

🌻

Dejó de trotar y estiró sus piernas con pereza, no le gustaba la clase de deportes pero una de las ventajas es que a veces jugaban basketball y por eso la soportaba, además, no podía darse el lujo de bajar de calificación por faltas en una asignatura tan sencilla, era el último parcial y debía terminar bien el año.

—Bien muchachos, armen dos equipos mixtos, jugaremos voleyball— indicó el profesor e hizo sonar el silbato para que los estudiantes acataran la indicación.

Todos comenzaron a reunirse con sus amigos y con los que les convenía formar equipo para llevar ventaja en el juego, pero Yoongi se alejó hacia su mochila para tomar una pequeña nota que había escrito antes de la clase, cortó un trocito de cinta, agarró el balón de basketball que estaba cerca y al haber pegado ya la nota en él, lo lanzó hacia Jimin.

El rubio lo recibió con una sonrisa y notó el papelito, pero justo cuando iba a leer lo que decía, los demás comenzaron un juego de quemados hacia el menor al interpretarlo así cuando vieron a Yoongi lanzarle el balón. El pobre Jimin terminó en el suelo con una gran cantidad de balonazos recibidos y el pelinegro se acercó con rapidez para ayudarle a levantarse mientras Taehyung y Jungkook se acercaban a ver si estaba bien.

—¡Diez vueltas a la cancha corriendo, Min!— le regañó el profesor y el mencionado simplemente se encogió en su lugar cuando escuchó el castigo por haber "iniciado" el desorden.

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—Hola, ¿qué haces, hyung?— preguntó Jungkook al llegar al salón cuando vio a Yoongi demasiado concentrado con algo en sus manos.

—Una flor de papel— le contestó sin mirarle, al tanto de que todos los dobleces que hiciera con sus dedos estuvieran derechos y firmes. Ya había terminado de hacer el tallo de la flor con la hoja de color verde, ahora estaba dando los últimos detalles a los pétalos de hoja color rojo.—Y... listo— dijo sonriente al ver su obra terminada.

Sacó un listón celeste de su mochila y escribió con un plumón permanente lo más rápido y ordenado que pudo sobre la tela para después comenzar a atar el listón alrededor del tallo en un lindo moño, dejando a resaltar el extremo donde había puesto la nota.

—¡Hyung, ya viene Jiminnie!— avisó Taehyung después de cruzar la puerta con rapidez para llegar con el mayor, ya estando al tanto del plan de la rosa de papel.

Yoongi se levantó rápidamente de su asiento y dejó la flor sobre el pupitre donde se sentaba Jimin mientras Jungkook guardaba las cosas que su hyung había utilizado.

El rubio entró por la puerta con ese brillo rodeándole que tanto le caracterizaba y su tranquila sonrisa, haciendo que el pelinegro se pusiera nervioso en una fracción de segundo.

—Junen, muévete por favor para que pueda dejar mis cosas— pidió Park a su compañera y Yoongi sintió perder el piso al notar a la chica sentada sobre la flor que hizo, ¡¿en qué momento había pasado?!

Obviamente Jimin no supo de la existencia de la rosa de papel y mucho menos de la nota que llevaba en ella. No cuando su compañera se llevó consigo la flor al parecerle muy bonita.

Entonces la profesora de historia llegó, haciendo que todos se sentaran en sus lugares con rapidez.—Saquen material mientras paso lista.

Jimin se agachó para sacar su libro y su cuaderno de su mochila, causando que su celular resbalara por el bolsillo de su suéter. Y a Min se le encendió el foco.

Se escabulló entre los asientos, tomó el celular del rubio y se lo escondió en el uniforme. Regresó a su asiento y sacó el cuaderno donde había comenzado a escribir la lista de ideas para invitar al menor al baile, habiendo varios puntos tachados en señal de que se habían realizado sin éxito. Más abajo en la hoja, estaba escrito un pequeño poema. Tomó un pedazo sobrante de la hoja de color rojo y comenzó a transcribir el texto con apuro.

Al tener la nueva nota hecha, sacó a escondidas el celular de Jimin y la metió dentro de su funda, ya que esta era transparente.

"Me gusta cuando sonríes
Aunque no te des cuenta
Haces que mi corazón suspire
Y que la cabeza me de vueltas

No soy nadie especial
Solo un tonto enamorado
Te pido la noche de baile especial
Estando a tu lado."

Asintió satisfecho y con las mejillas ligeramente sonrojadas se acercó al lugar del rubio.—Jimin, se te cayó tu celular— le murmuró mientras se lo entregaba a escondidas.

—Oh, muchas gracias, hyung— le agradeció con una sonrisita de ojos cerrados sin saber que el sonrojo Yoongi se expandiría hasta sus orejas, haciendo saltar su enamorado corazón.

El pelinegro se fue a sentar mientras le miraba, esperando ver su reacción.

Pero cuando estaba por leer el poema detrás de su celular, la profesora lo descubrió.—Park, entrégueme ese celular..., sabe que está prohibido su uso durante las clases.

🌻

Era miércoles por la mañana y estaban en clase de arte, faltaba un día y medio para el baile y Yoongi aún no lograba tener éxito en su meta de invitar a Jimin.

—Bien, por orden de lista pasarán a revisar la tarea— dijo en voz clara la profesora.

La tarea era el resultado del proyecto de la creación de una máscara hecha con yeso y decorada a creatividad de los alumnos junto con un libro para dar una breve reseña de él frente a la clase. Y la tarea de Jimin era parte del plan de Yoongi.

Cuando el rubio sacó su trabajo de la caja de cartón en la que lo llevaba para mantenerlo a salvo, Taehyung le distrajo para que Yoongi sacara la máscara y se la llevara.

Cuando la tuvo en sus manos ya estando sentado en su asiento, sacó su plumón permanente y comenzó a escribir detrás de la máscara la petición para el baile con la letra más estética que tenía, ya que no quería arruinar el perfecto trabajo del chico que le gustaba con una caligrafía simple, dejando rápidamente como detalle el dibujo de una flor para que se viera más lindo.

Ya todo listo, dejó la máscara dentro de su caja con delicadeza y se fue a sentar, recibiendo las sonrisas y los pulgares alzados de Jungkook y Taehyung.

Los alumnos pasaron uno a uno a revisar sus proyectos y pronto llegó el turno de Jimin.

Su máscara estaba decorada con un dibujo hecho con acuarelas sobre la superficie exterior, dejando ver a un chico sentado en el suelo con una manta amarilla cubriéndole y un globo igual amarillo flotando a su lado, mirando hacia una gran luna llena en un cielo nocturno completamente estrellado.

El rubio se acercó al escritorio de la profesora y estando ahí sacó la máscara de su caja para entregársela a la mayor.

—Wow, excelente trabajo Park— elogió la mujer y el mencionado sonrió apenado. Luego pasó a evaluar que la proporción estuviera correcta, iba a probársela, y entonces notó un escrito en la parte trasera de la máscara.—¿Qué dice aq-

—¡Lamento llegar tarde!— entró un chico al salón y, por el apuro, la puerta se azotó e hizo sobresaltar a la profesora.

Y así, la máscara resbaló de las manos de la mujer y cayó al suelo, rompiéndose al impacto.

—¡Joven Kim, se toca la puerta para entrar! Pase a sentarse, ya le puse retardo— dijo la mayor y miró apenada al rubio al verle los ojitos aguados mientras recogía los pedazos de su proyecto.

—Y-yo... creo que tengo algo de pegamento industrial, d-déjeme checar y ahorita que pegue los trozos me termina de revisar, maestra— Yoongi estaba con unas increíbles ganas de golpear a su compañero.

—No te preocupes por la calificación Jimin, pude ver que tu trabajo estaba muy bien hecho y era bastante lindo. Te pondré diez en el proyecto— le dijo y Jimin agradeció por la consideración.—¿también trajiste el libro que encargué?

—Sí, espere un segundo— respondió Jimin y rápidamente fue a su lugar, donde había dejado olvidado el libro.—Aquí está, maestra.

A Yoongi le llegó una nueva idea.

Cuando Jimin regresó a su asiento con la caja de cartón que llevaba los trozos de su máscara y el libro, escribió en un post-it la petición del baile por millonésima vez y lo pegó en el libro cuando el rubio se distrajo sacando su cuaderno de la mochila.

Y cuando creyó que por fin Jimin leería una de las tantas notas que había escrito, el rubió le extendió el libro a su mejor amigo sin darse cuenta del post-it en él.—Muchas gracias por prestarme tu libro, TaeTae.

Yoongi estaba a nada de tener canas verdes.

Cuando la clase terminó, el de piel canela se le acercó.—¿Tú escribiste esto, hyung?— preguntó mostrando el papel de color verde menta.

—Sí pero ese es tu libro, no el de Jimin— contestó antes de dejarse caer sobre su pupitre mientras se cubría con sus brazos, frustrado. Taehyung solo se sonrió por la ternura que le causaba su hyung y le brindó un abrazo de consolación.

🌻

Jueves, primera hora. Al día siguiente sería el baile.

Acomodó la hoja sobre el pupitre y movió la rosa para que se viera lo mejor posible, todo para el rubio chico que hacía su corazón acelerar.

El día anterior le había pedido sus materiales de dibujo a Jungkook y a Taehyung para hacer un retrato de Jimin, por lo que se había desvelado toda la noche para tenerlo a tiempo. Lo especial del retrato, era que este no estaba basado en ninguna foto, sino en la imagen que Yoongi tuvo de Jimin cuando cayó por él.

Ambos vivían en la misma calle, por lo que obviamente eran vecinos. El pelinegro nunca había sido un niño que saliera a jugar todas las tardes y tampoco el rubio, pero sí su hermana menor. La chiquilla iba y tocaba su puerta todos los días para jugar juntos, ya que era el único niño cercano a parte de su hermano.

A pesar de la cercana relación que Yoongi tenía con la menor de los Park, nunca entabló lazos con el hijo mayor de la familia, pues solo interactuaban lo necesario, siendo simples conocidos. Sin embargo, una mañana fue distinta.

Era el primer día de escuela y ambos iniciarían la preparatoria, lo normal. La campana resonó y todos comenzaron a irse a los salones que les correspondían. Entonces Jimin le llamó desde el balcón del segundo piso al verle algo perdido y, cuando este volteó, le regaló la sonrisa más bella que jamás había visto.

Desde ese instante en el que sintió su corazón acelerarse, supo que estaba muy perdido. Y es que el tan famoso amor llega cuando quiere.

Miró las posiciones y agradeció mentalmente de nueva cuenta al señor de la limpieza, quien le había prestado las llaves del salón, pues quería que todo fuera antes de que los demás compañeros llegaran.

Entonces, escuchó la voz de Taehyung acercándose:—Anda, ayer olvidé mi libro en el salón y quiero ver si aquí sigue.

Sintió los nervios en la boca del estómago y pronto vio sus sombras acercándose. Pero cuando apenas iba llegando Taehyung a la puerta con Jimin del brazo, la alarma de incendios se activó.

—Sonó la alarma, hay que irnos Tae— dijo Jimin antes de llevarse a su mejor amigo rápidamente del lugar, sin ver lo que estaba sobre su banco.

Los rociadores se activaron y Yoongi corrió hacia el dibujo, comenzando a enrollarlo con apuro para después resguardarlo bajo la camiseta de su uniforme para que no se mojara. Después de un rato, llegó Jungkook corriendo.

—¡Hyung, aquí sigues! Vamos, tenemos que salir— vio que no se movió y se preocupó.—¿hyung?— sin respuesta.—otra vez no funcionó, ¿cierto?— negó.—¿estás bien?— volvió a negar y se encogió en su lugar al sentir los chorros de agua colarse por su espalda. Jeon se acercó y lo tomó del hombro para hacerlo girar.—¿quieres llorar?— Yoongi asintió como un niño pequeño y soltó las primeras lagrimas de frustración, las cuales se perdieron con el agua de soltaban los rociadores.

No era justo, se había esforzado mucho y siempre había algo que lo arruinaba.

El menor abrazó fuerte al pelinegro y dio unas palmaditas en su espalda.—Ven, debemos irnos, hyung.

🌻

El incendio se había provocado a causa de una llave de gas abierta en el laboratorio y, siendo que el poco fuego no había salido más allá del primer piso de ese edificio, los estudiantes que no habían podido retirarse tomarían "clase" en otro de los edificios de la institución. Realmente no serían clases importantes, pero la escuela debía hacer algo con los jóvenes que quedaban, no podían dejarlos en la calle y ya.

—El grupo E y F venga por este lado— indicó una prefecta.—compartirán el salón quinientos doce.

Ya que varios grupos eran los que se habían quedado sin salón, debían compartir uno. A veces siendo tres grupos los que debían hacerlo, siempre siendo los grupos con menor cantidad de alumnos.

—Apoyen con el acomodo de los bancos, por favor— habló la maestra de historia, pues ella los cuidaría.

Yoongi cargaba con su mochila al igual que los demás mientras empujaba los bancos, Jungkook y Taehyung le miraban tristes al ver su mirada tan apagada. Parecía que su aspecto había sido planeado con gracia por el destino. Sus ropas de uniforme estaban muy mojadas, su negruzco cabello empapado y su piel dos tonos más pálida por la fría temperatura que le había causado el mojarse, no pudiendo evitar el tiritar de vez en cuando. Y su nariz y ojos aún permanecían con una ligera tonalidad rojiza por el llanto frustrado que había soltado anteriormente.

—Pobre hyung— murmuró Taehyung sintiendo que en cualquier momento también se pondría a llorar de tan solo ver a su mayor tan decepcionado y apagado. Los bancos pronto ya estaban acomodados para todos.—Jungkookie, debemos hacer algo— dijo Taehyung a su novio y este negó.

—No creo que sea necesario, mira— le dio un ligero codazo para que viera lo que él.

Jimin se acercó a Yoongi y puso sus cosas a su lado, después comenzó a quitarse su suéter.—Quítate ese que traes y ponte este, hyung— le ofreció la prenda con una sonrisa, esa sonrisa que tan mal traía al pelinegro.

El mayor aceptó avergonzado, ya que si bien no quería quitarle su suéter, tenía muchísimo frío.

Jimin le ayudó a quitarse la mojada prenda y le colocó la suya, ayudándole a pasar los brazos y a bajarla. Sonriendo con ternura cuando vio al mayor abrazarse a sí mismo y suspirar, pensando que lo hacía por el calorcito que la tela le brindaba sin saber que era porque esta portaba su aroma y perfume.

—¿Me puedo sentar a tu lado?— preguntó Jimin.

—Claro— y Yoongi no entendía cómo aún no se desmayaba de la emoción y los nervios.

Cuando todos estuvieron sentados y acomodados, la profesora apagó las luces y encendió el proyector para poner una película que trataba una historia real de tiempo antiguo. La verdad es que después de tanto ajetreo no tenía ganas de nada y esa película era la mejor excusa.

—¿Aún tienes frío, Yoongi hyung?— preguntó Jimin cuando le vio tiritar todavía.

—Sí, un poco.

Entonces Jimin se abrazó a la cintura de Yoongi para brindarle algo de su calor corporal. El mayor comenzó a temblar de los nervios y no por el frío, pero, pensando que se trataba de lo segundo, el rubio lo abrazó más fuerte, terminando por recostar su cabeza entre el cuello y hombro del contrario.

—¿Así está mejor, hyung?

—S-sí, gracias Jiminnie...

Mientras tanto, Taehyung y Jungkook los miraban en el asiento de atrás, siendo que el mayor sacó su celular a escondidas y les tomó una foto después de verificar que el flash estuviera desactivado. Ya se había metido en problemas por ese detalle.

—Hyung, ¿te gustaría ir al baile conmigo?— preguntó Jimin de la nada y el mayor sintió que podía morir en cualquier momento, pero moriría feliz sin duda.—había intentado preguntarte antes pero estabas ocupado... t-también entiendo si no quieres por ser...

—Claro que sí, me encantaría— le interrumpió con una sonrisa, dándole a entender de paso que también le gustaban los chicos.

Bueno, específicamente, le gustaba Jimin.

🌻

—Tae, ¿sabes porqué Yoongi hyung no vino hoy?— le preguntó Jimin a su mejor amigo durante el receso.—no responde mis mensajes y me da pena llamarle.

—No lo sé, lo siento Mochi— contestó y rio al ver al rubio pucherear inconscientemente, sabiendo que se imaginaba lo peor.—no pienses en que te está evitando y ya no quiere ir contigo al baile, ya te he dicho que se muere por ti desde que entramos a la prepa. Seguro hay una buena explicación, ¿okay?

Las horas pasaron mientras Jimin escuchaba a sus compañeros hablar y hablar del baile, deprimiéndose sin poder evitarlo ante la idea de que Yoongi ya no quería ir con él. Cuando las clases terminaron y llegó a casa, lo primero que hizo fue preguntarle a su hermana si sabía algo del pelinegro y esta le contestó que no, ya que a ella tampoco le contestaba los mensajes.

Así que, aprovechando que vivían en la misma calle, fue a visitar su casa para saber qué sucedía de una vez por todas.

Dio tres toques a la puerta y, poco tiempo después, la madre de Yoongi abrió, recibiéndole con una sonrisa y usando el mandil de cocina.—Oh, hola Jimin, seguro vienes a ver a Yoon, pasa por favor.

Bien, eso había sido muy fácil.

—Yoon no fue a la escuela hoy porque está enfermo, ya fuímos al doctor y todo apunta a que es tifoidea, pero mañana iremos por los resultados de los análisis para estar seguros— habló la mayor mientras se dirigía a la cocina. Sabía por Yoongi y por Hayun -la hermana menor de Jimin- que el rubio iba en el mismo salón que su hijo, por lo que le explicó la situación sin problemas.

—¿Él está bien?— preguntó preocupado.

—Está algo estable, toda la madrugada se la pasó vomitando y con fiebre muy alta— contestó torciendo los labios mientras movía los vegetales en la sartén. A ninguna madre le gustaba ver enfermos a sus hijos.

—¿Puedo subir a verlo?

—Claro que sí cariño, a eso viniste ¿o no?— dijo la mayor con una sonrisa y Jimin se quiso golpear por estar tan nervioso.—segunda puerta a la derecha— le indicó mientras apuntaba hacia arriba con los palillos.

Jimin agradeció y subió las escaleras de dos en dos, impaciente por ver al chico que le gustaba.

Porque sí, también le gustaba y se sentía feliz de saberse correspondido.

Tocó la puerta.—Pasa mamá— escuchó la débil voz dentro de la habitación.

—Uh... soy yo, hyung.

Al ver a Jimin tras la puerta, Yoongi se sorprendió. Sintiendo un coctel de nervios, emoción, confusión y felicidad en su interior.

O tal vez iba a vomitar de nuevo.

—¿Puedo pasar?— el pelinegro asintió.—¿cómo te sientes, hyung?

Carraspeó para intentar hablar con claridad, ya que después de vomitar tanto su garganta estaba lastimada.—En estos momentos, tengo muchísimo frío, pero estoy bien.

Jimin ladeó el rostro confundido y se sentó a su lado en la cama para después colocar su mano en su frente.—Tienes que destaparte hyung, estás ardiendo.

Yoongi cerró los ojos ante el tacto del rubio en su caliente frente, sus manitas eran muy suaves.—Eso explica el dolor de cabeza, el ardor en los ojos y la taquicardia.

—¿Te dieron medicina para la fiebre?— preguntó mientras tomaba la copia de la receta que el mayor tenía en su buró.—aquí dice que te toca a las cuatro, ¿ya la tomaste?

—Aún no— contestó y se hizo más pequeño entre las mantas mientras sentía un escalofrío recorrerle.

Jimin sacó las pastillas que indicaba la receta y le acercó la botella de suero que estaba en el buró para que se tomara la medicina, ayudándole a que se sentara en la cama. Cuando Yoongi se terminó de tomar las pastillas, Jimin lo comenzó a destapar y sonrió enternecido al verle usar un pijama de kumamon.

—No Jiminnie, tengo frío~— remilgó mientras se volvía a recostar.

El rubio rio y se subió a gatas a la cama para después acurrucarse a su lado y abrazarlo.—¿Mejor?

Jimin estaba ahí con él, preocupándose, dándole medicina y abrazándolo. Obviamente estaba muchísimo mejor.

—No creo poder estar mejor para hoy en la noche, lamento no poder ir al baile contigo, Jimin— se disculpó Yoongi bastante apenado.

—No importa, me quedaré aquí contigo todo el día, hyung... claro, si no te importa— dijo avergonzado.

—No, para nada. Por favor quédate— pidió mientras se acurraba mejor contra el menor, abrazándolo.

Yoongi no sabía si la taquicardia que tenía era por la fiebre o por su enamorado corazón, aunque seguramente eran las dos cosas.

Debido al cansancio que tenía por no haber dormido casi nada la noche anterior y por estar enfermo, el pelinegro no tardó nada en dormirse mientras era abrazado por el menor, y este le siguió poco después.

Entonces, la puerta se abrió y la señora Min entró para darle la medicina a su hijo, pero notó que las placas de aluminio de las pastillas estaban afuera de sus cajas y supo que cierta personita ya se había encargado, no pudiendo evitar sonreír al ver a su hijo y a su vecino dormidos mientras se abrazaban.

—Bah, ya me contará luego...— dijo para sí misma y cerró la puerta sin hacer ruido.

Hola:D

Espero les haya gustado este OS y los invito a pasarse por los demás que tengo en mi perfil si gustan:) Quise subir esto antes del lunes, ya que empezaré curso unu

Mañana voy a corregir los errores, ahorita estoy más dormida que nada xd

En fin, ¡gracias por leer!

Adem🌻

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