Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XII

Querido Ulises:

Ha sido una semana de pretensiones, de disfraces y uno que otro lamentable acto de normalidades predispuestas al fracaso.

Arquímedes ha empacado y se ha largado a cumplir con su papel de niño modelo en el exterior. Gracias a Jasón por su sacrificio, por su tan desinteresado acto, por su gran corazón y sus hondos bolsillos, hoy he visto cómo, de manera definitiva, se ha desbandado lo que quedaba de la familia.

Ahora, en esta cueva, solo quedamos Medea y yo. Pero somos como náufragos que se alejan el uno del otro a causa de una marea descontrolada. Aunque intento acercarme a ella, la corriente es demasiado poderosa para mis enclenques brazos.

No la alcanzo, Ulises. La pierdo. La pierdo muy deprisa mientras, como un molesto susurro malintencionado, la voz de Jasón insiste en que cambie de piso, que empaque mis cosas y pase una temporada con él, sabrá Dios dónde, pretendiendo dejar en completo abandono a la pobre y desconsolada mujer en la que se convirtió mi madre.

Se me ha hecho en extremo difícil conseguir que Medea pruebe bocado. Mientras me ocupo de sus quehaceres, pienso, Ulises, solo pienso. He sido relegado a ocupar el puesto de pensador. Tal parece es lo único que puedo hacer en el transcurso de esta tragedia.

Me guardo, al final del día, mis pensamientos para mí mismo. Mis fatalidades no surgen al mundo exterior: quedan enterradas en mi imaginario, así como también quedan embauladas otras cuestiones y posibles respuestas que suelen infiltrarse durante mis jornadas pesimistas.

Solo a ti, mi amigo, te hablo de ciertas cosas que se me atraviesan, como flechas, en la cabeza. Y no alanzo a ser del todo honesto contigo porque carezco de las palabras suficientes que me permitan, de alguna manera, delinearte un mapa preciso de cada cosa que en la que me he visto envuelto en mis pensares.

Recurro siempre a ti, Ulises, porque no me nadie más. No queda persona en la que confíe lo suficiente mi cordura y mi corazón como para desnudarle, sin vergüenza ni temor alguno, las grietas que han estado creciendo en mis adentros.

Si en vez de Aquiles fuese Perseo, habría fallado terriblemente en el encuentro contra Medusa. Sería tal cual me siento hoy: un alma agónica enclaustrada en un cuerpo petrificado, un cuerpo sin carne ni sangre, solo roca, fría roca.

Entonces llega Ganimedes con su sonrisa pretenciosa, me pone la mano sobre el hombro y me dice, como si selo hubiese pedido, que no me preocupe, que las cosas van a cambiar a mejor, que todo va a salir bien.

Ahí, justo ahí, es cuando las palabras de Héctor me abofetean desde la memoria y caigo en cuenta, Ulises, que estoy perdiendo el control de mí mismo, que la máscara no está en su lugar, que se cayó en algún momento y no me di cuenta, que he estado deambulando por el mundo con el alma desnuda ante la vista de todos... y yo como si nada.

Le aparté la mano, Ulises, mientras sentí cómo me embriagaba el deseo insulso de echarme a llorar, de dejar correr mis palabras como el agua y contarle todo... Lo sentí necesario, Ulises, y la necesidad de sentirme escuchado se volvió tentación.

Pero no lo hice.

Resistí lo suficiente el dolor de mis grietas: no me quebré. Las lágrimas llovieron hacia adentro mientras, en un intento desesperado por recuperar mi máscara y cubrir las vergüenzas que me empañan el ser, mandé al carajo todo y regresé a casa antes de la segunda hora.

Una reacción estúpida de mi parte, lo sé bien. No tienes que decírmelo dos veces. No sucederá de nuevo... te lo prometo...

Aquiles Javier Barboza

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro