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Capitulo 2

Any conoció a Matt en cuarto grado cuando unas niñas se estaban burlando de ella, y como él no toleraba aquello las ahuyento lanzándoles un sapo, desde entonces se volvieron inseparables.
No había tarde en que Any no lo acompañara a sus prácticas de kárate, de hecho fue ahí donde los conocí cuando estaba probando aquel deporte y obviamente fui un asco para ello, sola y tirada en el piso Any me encontró, me ánimo contándome que ella había pasado por la misma situación que yo con el kárate incluso mucho peor ya que se tropezaba mucho. Puede que ese día haya dejado el kárate pero también hice una amiga, bueno dos cuando me presentó a Matt.

Según estudios un cierto porcentaje de las amistades entre chico-chica terminan enamorándose, y creo que ellos no fueron la excepción porque en el día de San Valentin los pillé besándose a escondidas en los jardines del colegio, estuvieron así por algunos semanas hasta que una mañana terminaron lo que iniciaron, según Matt estaba confundido y solo la quería como una amiga.

Desde ese día las cosas cambiaron, Any y Matt se distanciaron, ¿comó no hacerlo si el chico del que estabas enamorada por años terminaba contigo a pesar de que las acciones de amor que demostró? Que Matt empezará a pasar más tiempo con otra chica tampoco ayudó mucho.
Por los siguientes meses solo fuimos las dos hasta que Matt solo se convirtió en un compañero más de clase.

Y esa es la historia que nos lleva al presente.

Un silencio incómodo reinaba en la sala de enfermería, luego de que Any despertara el entrenador de aquel lugar nos envió con la enfermera a que revisara a Any no sin antes regañaros por según él colarnos en el recinto sin ninguna autorización y no se porque muerdagos Matt vino con nosotras. Él no le quitaba la mirada a Any en ningún momento, ella lo evitaba a toda costa y yo... comía una barra de chocolate mientras curioseaba la vitrina de la enfermería para distraerme.

-¿Ya te encuentras mejor? -preguntó Matt tratando de tomar su mano.

-Sí -respondío ella levantándose de la camilla como sí con el simple hecho de tocarlo la quemaría-. Migenia hora de irnos.

-Las acompaño a la salida.

-No es necesario, conocemos el camino.

-Eso dijiste hace cinco meses cuando deambulamos media hora buscando la salida -comenté sacando otra barra de chocolate de mi mochila. No es por exagerar pero esta institución deportiva tiene muchos pero muchos espacios para cada deporte que imparte y es imposible no perderse aún cuando veníamos casi seguido antes de que sucediera lo que sucedió con ellos dos.

-No ayudas Mig.

-Pero es verdad, a pesar de lo dolida que estabas querías ver a tu amor y... -Las palabras se me quedaron en la garganta cuando mire por la ventana, afuera a unos metros estaban esos seres monstruosos, me tiré al piso cuando uno volteó, si me vio este sería nuestro fin-¡Agachate Any! -Le susurre a mi amiga.

-¿Por qué?

-Las tortugas asesinas. Tenemos que salir de aquí.

Yo empeze a alterarme, Any empezó a gimotear y casi estrangulo a Mi.

-¿Podrían calmarse y explicarme que sucede? -preguntó Matt rompiendo nuestra burbuja de alteración.

No había tiempo de relatarle todo, no cuando esas cosas estaban a punto de encontrarnos. Confiando en mi intuición cerré los ojos y le rogué a Mi que hiciera con Matt lo mismo que hizo con Any para que viera a las tortugas.

El sonido de un chorro de agua confirmo que Mi oyo mis plegarias.

-¿¡Quien me arrojó agua!? -exclamó Matt.

-Mira a la ventana y lo verás -dijo Any señalandola.

Al momento de hacerlo Matt casi se cae de bruces sobre el piso.

-¿De donde salieron esos anfibios?-pregunto asustado.

-Son reptiles y baja la voz o nos escucharán -Lo reprendió Any en susurros.

-Tenemos que salir de aquí -afirme vigilando sigilosamente por la ventana- ¿Hay alguna otra salida?

Sin respondernos Matt sacó una llave de uno de los cajones del escritorio, dudo que eso sea legal, arrastrándose llegó hasta una cortina y tras quitarla una puerta estaba oculta.

-Cuando todo esto pase hablare con ustedes -dijo con su semblante serio que rápidamente cambió a uno cálido al mirar a Any-. En especial contigo.

Al cruzar la puerta escondida nos encontramos con lo que parecía un salón de vestuarios. Matt fue hacia uno de los casilleros y extrajo una mochila, dijo que debía cambiarse pero lo tuvimos que llevar a rastras al oír un ruido fuerte del lugar que salimos.
Después de tanto correr en lugar de llegar a la salida terminamos por llegar a la piscina oh y no hay ninguna otra puerta. Al parecer Any no es la única con falta de sentido de orientación, Matt también carece de ese sentido.

Estábamos fritos.

Justo cuando estaba por perder la fé de salir viva de esto escuché la voz de Mi.

"Salten al agua"

¿Otra vez?

No tuve que meditarlo, mucho menos advertirles de la orden de Mi, las tortugas aparecieron y con tanto pavor que sentía cada vez que las veía termine por empujar a mis amigos.

-Espero que sepas lo que haces Mi -dicho aquello salte.

Tan pronto como estuve dentro del agua volví rápidamente a la superficie, odio el agua fría. Lo raro de todo fue que al salir la piscina gigante ya no estaba, una casa y esta pequeña piscina en la que estoy (y no se porque no salgo de ella) fueron reemplazadas en su lugar. En cuanto a mis amigos, no los vi...olvidenlo están abrazados, pobre Any no sabe nadar y el agua le aterra.

-¿Saben que están invadiendo propiedad privada?

Esa voz, la reconozco.

-¡Cris! -salí rápidamente del agua y me lanze a abrazarle, hacía tiempo que no veía a este enano. Bueno, debí calcular mi peso, al ser él pequeño y yo una copia de un armario, caímos dentro de la piscina.

-¡Bien, ya tuve suficiente! -exclamó molesto mi pequeño amigo de la infancia-. Quiero que salgan de mi casa y no los acusare por allanamiento de morada -¿Y a este que mosco le picó?

-¡Me da tanto gusto verte enano! - a pesar de su humor tan pesado volví a abrazarlo-. Pero antes tengo que contarte que..

-No me interesa, solo quiero que se vayan.

-Pero..

-¿Eres sorda? Ve-te.

¿Qué?

Este no es el Cris que yo recuerdo, no es el pequeño enano con el que solía jugar todas las tardes a Bakugan, el niño que me enseñó a nadar aunque no fuera un experto.

¿Qué te ocurrió Cris?

* * *

A pesar de los intentos por explicarle lo sucedido, no nos creyó y salimos de su casa. Me duele en cierta forma su actitud actual, creí que estaría feliz como yo al reencontrarnos nuevamente, estuvo meses en otra ciudad viviendo con su padre y ahora que volvió no lo reconozco.

Ahora estamos en mi casa, tratando de buscar una solución a este problema de las tortugas.

-Deberiamos llamar a la policía -sugirió Any por tercera vez.

-Nadie creería que unas tortugas que solo nosotros vemos nos quieren asesinar -replique por tercera vez.

-Pero la pelotita azul podría arrojarles el agua para que los vieran ¿verdad?

-¿Hablas de la cosa que no dijo una sola palabra hasta este momento? -pregunto Matt con un tono de burla.

-¿Tienes alguna otra idea?

Mientras ellos discutían yo no podía parar de pensar en Cris, las tortugas asesinas y la voz de Mi que escuche solo tres veces ¿por qué llegó a mí?

-¡Se acabo! Yo me voy -Any se dirigía a la puerta con un Matt tratando de detenerla.

Iba a ir tras ella también pero Mi se me adelantó hasta quedarse frente a ellos. Fue muy cómico que Any saltara gritando a los brazos de Matt.
Una luz cegadora envolvió a Mi que extrañamente se transformó en una mujer.

"No pueden irse"

"Si se separan estarán en peligro. Todos están conectados a traves del tacto sincero que experimentaron en su pasado y ahora presente que a causa del Mionix fue posible, ustedes cinco son la clave para salvar una especie a punto de extinguirse para siempre.
Menos de 12 horas es el tiempo que les queda antes de que la historia repita por última vez y se acabe. El destino de mi pueblo depende de que encuentren el fruto celestial antes de la medianoche.

Pero antes busquen al espíritu oculto en el árbol más antiguo. Él será su guía en esta cruzada que se les avecina.

No separen y confíen unos en otros"

El resplandor desapareció, así como también la mujer y solo quedó Mi.

-¿Dijo cinco? Pero si solo somos tres -dijo Matt rompiendo el silencio.

¿Tacto sincero experimentado en el pasado y ahora en el presente?

Oh no.

Cris.


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