CAP 02: "Poniéndolo En Práctica"
Al despertar, sintió un dolor punzante tan fuerte en su cabeza, que se vio obligado a levantarse de la cama para ir a prepararse un té de limón y tomarse una pastilla.
Ya en la cocina, se detuvo a pensar qué había pasado anoche. Los recuerdos le empezaron a llegar como flashes y poco a poco fue recordando todo, los tragos con su amiga Yuna, el golpe que recibió y al chico de hoyuelos que le prometió ayudarlo a fingir ser gay para tener aquellos privilegios de los que había sido testigo.
Su particular sonrisa cuadrada adornó su rostro. Corrió a su habitación para sacar del bolsillo de su pantalón el papelito que Hoseok le había dado la noche anterior, leyó la dirección y se percató de que no quedaba muy lejos y fácilmente podría ir caminando hasta allá.
Se desvistió y corrió a la ducha para darse un baño, no iba a ir oliendo a alcohol a la casa del chico, tenía que dar una buena impresión obviamente. Lavó su cuerpo y cabello meticulosamente como siempre solía hacerlo, se secó rápidamente con una toalla y se colocó una camisa blanca, unos converse del mismo color y un bluejean. Peinó su cabello hacia atrás y se miró al espejo.
En definitiva, me veo genial.
Palmeó su hombro con orgullo. Tomó el papelito y su teléfono, se colocó algo de perfume y volvió a mirarse al espejo para después salir del departamento.
No tardó mucho en dar con la dirección. Al llegar, se encontró con un edificio de departamentos que desde afuera se veían bastante bonitos. Entró a la recepción del lugar y se subió al ascensor, presionando el piso 5 que era donde calculaba, se situaría el departamento 104.
Y no se equivocó. Sólo le bastó pasar por un par de puertas antes de dar con la que tenía en letras doradas el número "104".
Tragó saliva y respiró profundo antes de tocar tres veces la puerta.
Escuchó unos pasos del otro lado y la puerta se abrió, dejando ver al chico bien vestido y con una sonrisa de lado.
—Hola ¿Me recuerdas?— se golpeó internamente por hacer esa pregunta tan estúpida. El mayor de ambos soltó una risa nasal y asintió varias veces.
—Claro que te recuerdo, Taehyung. Pasa— abrió más la puerta y se hizo a un lado, dejándolo pasar.
El susodicho asintió tímidamente y entró, sorprendiéndose enormemente al ver el departamento por dentro. Ya había supuesto que iba a ser lindo, pues desde afuera se veían unos balcones que le llamaban mucho la atención, pero no se imaginaba que por dentro se viera tan lujoso.
—Ponte cómodo ¿Te gusta el café?— volteó su mirada hacia el pelinegro, quien lo miraba curioso por su sorpresa.
—Sí, me gusta— sonrió y se sentó en el sofá mientras seguía admirando el lugar.
Hoseok caminó hasta la cocina y allí sirvió en dos tazas el café que había preparado previamente, las tomó y caminó de vuelta hasta el castaño. Éste lo miró con una sonrisa geométrica y recibió el café.
—Muchas gracias— dio un sorbo.
—No hay de qué— repitió la acción y colocó la taza sobre la mesita de centro, se sentó y cruzó una pierna sobre la otra, clavando su vista fijamente en Taehyung —¿Por qué te pusiste esa ropa?
El contrario abrió sus ojos un tanto descolocado y dejó su taza al lado de la otra.
—Ah... Yo...— rascó su nuca —¿Qué tiene de malo mi ropa?
—Todo mi rey.
Vio cómo se levantaba y hacía que él hiciera lo mismo, lo condujo hasta una parte espaciosa y empezó.
—Primero que nada, estos bluejeans ya están desgastados— vio con desdén la prenda mencionada.
—¡Pero si están nuevos!— el contrario chasqueó la lengua repetidas veces y negó con su cabeza.
—Pero se ven gastados, querido. Esta tela no es favorable de comprar, te lo garantizo.
Taehyung hizo un mohín, pero no argumentó nada en contra. Después de todo, él era el aprendiz y Hoseok el maestro.
Éste último caminó al rededor suyo a paso lento, examinando cada parte de él. Posó su mano en la camisa contraria y volvió a mirarlo.
—Si quieres verte bien, no debes combinar ropa clara con clara ¿Me entiendes?— Taehyung asintió —Podrías ponerte una prenda oscura en la parte de abajo y una clara en la parte de arriba para que se acentúe y no te veas tan simple. Y acerca de los converse... No tengo nada que argumentar en contra, sólo asegúrate de usarlos en una ocasión casual, ni se te ocurra ponértelos en una reunión familiar o para ir a trabajar.
Taehyung iba tomando nota mental de todo lo que Hoseok decía, asegurándose de no olvidar cualquier detalle importante.
Esto de ser gay es complicado.
—Taehyung, por favor dime que no toda tu ropa es de este estilo— jadeó algo ofendido por ello.
—La verdad sí, así también voy a la universidad— la cara de Hoseok se deformó en una mueca totalmente aterrada.
—Llévame a tu departamento— ordenó.
—¿Qué?
—Ahora.
Taehyung no entendía la razón por la que el pelinegro estaba sacando toda la ropa de su clóset. Intentó protestar un par de veces, pero no hubo nada que detuviera al chico. Una vez se hubo asegurado de sacarlo todo, dejando solamente la poca ropa formal que el chico tenía y un par de pijamas, metió todo a una bolsa y salió del departamento con Taehyung siguiéndolo por detrás.
—¿Qué vas a hacer?
—¿Este lugar tiene azotea?
—Ah... Sí— respondió inseguro de lo que sea que aquel hombre planeara hacer con su pobre ropa.
—Perfecto.
Subieron hasta la mencionada y allí la bolsa fue descargada en el suelo. Taehyung había pensado que Hoseok la regalaría o algo por el estilo, pero descartó inmediatamente la idea al verlo vaciarla de la bolsa y sacar un encendedor.
—¡¿Qué vas a hacer?!— trató de intervenir, pero Hoseok lo detuvo.
—Si quieres salir del clóset, primero tienes que renovarlo.
Y acto seguido, se agachó y le prendió fuego a toda la ropa.
Taehyung jadeó. Toda la ropa que había comprado se estaba haciendo cenizas ante sus ojos. Hasta se sintió mal por el pobre suéter beige que se había comprado hace tres años y estaba algo deshilado en las mangas.
—No te preocupes. Yo me metí en la tarea de ayudarte y te voy a renovar, eso también implica comprarte ropa nueva.
—¿Eres rico acaso?— preguntó con el entrecejo fruncido, aún ofendido por lo que había hecho con su ropa.
—Algo así. Pero ese no es el caso, ponte lo más bonito que tengas, hoy vamos a salir.
—¡Pero acabas de quemar toda mi ropa!
—Ups— soltó una carcajada —Entonces tendré que prestarte la mía.
Taehyung rodó los ojos y siguió a Hoseok hasta la salida del edificio. Más le valía comprarle mucha ropa o se vería en la penosa necesidad de hacer una escena en medio del almacén.
Ambos estaban buscando ropa en el almacén donde usualmente iba a comprar el mayor de ambos, o bueno, Hoseok estaba buscando la ropa mientras Taehyung lo veía de brazos y piernas cruzadas sobre uno de los muebles del lugar.
—Ponte estas— acercó unas cuantas prendas hacia el menor —Entra al vestidor.
—Creo que esto me va a quedar pequeño— señaló —¿No hay una talla más grande?
—Noup, póntelo
Taehyung bufó y tomó la ropa para después internarse en el vestidor.
Luego de unos diez minutos, Hoseok seguía esperando con una mano en el rostro para no dormirse, a que Taehyung saliera y le mostrara cómo se le veía.
—¡Anda, que me hago viejo!
En ese preciso momento, el castaño asomó su rostro por la cortina, asegurándose que sólo se viera esa parte de su cuerpo.
—Hoseok hyung, no creo que sea una buena idea, esto se me ve raro... Y el pantalón me aprieta el...
—Hay un niño cerca, así que cállate querido— se levantó y caminó hacia él, lo tomó por el brazo y lo sacó del vestidor.
Una risa se escuchó por parte del mayor. Y es que Taehyung se había colocado casi todo mal, o bueno, como él creía que se debía poner.
Desabrochó los dos primeros botones de la camisa roja, dejando algo expuesto su pecho y clavículas, le acomodó el saco gris y sacó un pequeño peine del bolso que traía. Acomodó su cabello hacia atrás y a un lado, dejándolo completamente bello a los ojos de cualquiera.
—Listo, los zapatos y el pantalón te combinan perfecto.
—¿Esto es lo que decías de combinar ropa clara con oscura?— preguntó mirándose al espejo —Se ve bien pero... Me aprieta un poco el pantalón. Me siento incómodo.
—No importa cómo te sientas, sino cómo te veas— señaló, mirándose con él en el espejo —Te ves bien, descuida— hizo un ademán con la mano para que dejara de preocuparse.
Luego de una hora más de estar comprando, los dos salieron con varias bolsas llenas de la nueva ropa y zapatos que usaría el menor de ahora en adelante. Llegaron al edificio donde vivía Hoseok y descargaron todo en el suelo de su departamento.
—Creo que ya me estoy acostumbrando a la ropa, pero me tienes que dar tiempo, esto es tan nuevo para mí— rió algo apenado.
—Descuida, la práctica hace al maestro— se levantó del sofá donde estaban descansando y se puso frente a él —Ahora tienes que aprender a caminar.
—¡Aprendí a caminar cuando tenía un año!
—No de esa manera, tontito— rió suavemente —Me refiero a caminar con estilo, no puedes ir por la vida caminando como lo haces ahora— ya se había acostumbrado a las caras de indignación que ponía el menor ante cada comentario que hacía —Ven, levántate.
Tomó su mano y caminó con él hasta el pasillo frente al sofá.
—Necesito que camines hacia mí con las manos en los bolsillos y por último, des una vuelta. Así— dio un ejemplo, terminando con un giro perfecto.
Tragó grueso, no estaba seguro de que le saliera, pero no perdía nada con intentarlo ¿No?
Hoseok se sentó en el sofá frente a él y apoyó una pierna sobre la otra, completamente expectante a los movimientos del menor. Éste puso sus manos en sus bolsillos y empezó a caminar hacia él, tratando de hacer la mejor imitación del caminar del pelinegro. Todo iba bien hasta que trató de dar la vuelta final.
—¡Mierda!— exclamó en el aire, microsegundos antes de estrellarse contra el suelo.
El mayor golpeó su frente con la palma de su mano y se levantó para ayudarlo a hacer lo mismo. Una vez se hubo repuesto, el mayor lo tomó de los hombros y le dio una vuelta.
—Debes hacerlo así, primero despacio para que no te marees— Taehyung asintió levemente y se dejó dar vueltas.
Había perdido la cuenta de cuantas llevaba, lo único que sabía es que Hoseok ya lo había soltado para que diera las vueltas él solo. Al percatarse de que lo estaba haciendo bien, sonrió orgulloso.
—Creo que lo estoy logran...— detuvo sus movimientos abruptamente para después vomitar todo lo que había comido en el suelo.
—¡Mierda, Taehyung!— hizo una cara de asco —Tú limpiarás esto, yo no— caminó hacia los utensilios de limpieza y prácticamente se los aventó a la cara.
El castaño rodó los ojos y se dispuso a limpiar. Esto le estaba costando más de lo que pensó que sería, pero todo valía la pena si al final podría acercarse a una linda chica y que ésta no pensara que era un pervertido degenerado ¿Cierto?
Cuando terminó, lavó todo y volvió hacia el mayor, quien se había entretenido viéndolo limpiar.
—¿Estás listo? Otra vez— hizo un movimiento con su dedo y Taehyung sólo se limitó a volver a dar vueltas como antes lo había hecho.
Luego de unos cuantos minutos, había conseguido dominar la táctica y ahora caminaba con semi-profesionalismo hacia el mayor, dando la vuelta final casi perfecta.
Hoseok, quien lo había visto con detalle, aplaudió totalmente orgulloso y sacó su teléfono.
—Muy bien, ahora el siguiente paso: debes aprender a escucharlas.
Marcó el número de teléfono de una de sus amigas y llamó, poniéndola en altavoz. Cuando ésta contestó, Taehyung fue hacia él y se sentó a su lado.
—¿Hola?
—Hola querida ¿Cómo estás?
Le pasó el teléfono a Taehyung y le echó la bendición.
—Muy mal. Acabé de descubrir al imbécil de mi novio engañándome con la perra de su "mejor amiga" ¡Todos los hombres son iguales! ¡Son una porquería!— una chica llorando se escuchaba del otro lado de la línea y Taehyung formulaba alguna idea en su cabeza sobre qué decirle para consolarla.
—Lo sé, todos son una porquería— concordó viendo a Hoseok, quien levantaba su pulgar a manera de decirle que lo estaba haciendo bien —Mejor olvídalo y ven con nosotros a la discoteca ¿Sí? Allí te desquitas y si ves a la chica, te ayudamos en la pelea.
—Ay gracias, eres un amor, se te quiere— sonrió ampliamente sin poder creer lo que estaba escuchando —Y está bien, iré con ustedes. ¡Adiós!
Y sin darle chances de responder, colgó la llamada.
Ambos se estaban arreglando para salir aquella noche a beber y de paso, consolar a la pobre chica que acababa de ser engañada por su novio.
Hoseok terminaba de arreglar los últimos detalles en el menor y al terminar, lo miró con admiración.
—Estás listo.
—Aún no, espera— desabrochó el primer botón de su camisa —Ahora sí estoy listo— sonrió pícaramente.
—Me siento tan orgulloso— se ventiló el rostro con ambas manos para no derramar alguna lágrima —Vamos... Ah, por cierto. Un último detalle: déjate ganar en el karaoke.
—¿En serio? Pero...— calló al ser interrumpido por el índice del mayor, el cual se posó sobre sus labios.
—Ahora que vas a salir, vas a cosechar lo que has sembrado.
El menor asintió efusivamente y minutos después, salieron del departamento, emprendiendo rumbo hacia la discoteca. Era hora de poner en práctica todo lo que le había enseñado el pelinegro.
🏳️🌈
Al llegar al lugar, como era de esperarse, Hoseok dejó solo a Taehyung para que éste pudiera hacer las cosas por su cuenta y sin ningún tipo de "presión" de por medio.
No tardó en divisar a una linda chica rubia que, por su voz al llamar a Hoseok, supo que era con quien había hablado por teléfono.
—Hola— saludó como el mayor le había enseñado y se sentó frente a ella.
—Hola... ¿Tú eres...?— preguntó cortésmente.
—Soy Taehyung, querida, con quien hablaste esta tarde por teléfono— se colocó un mechón de cabello detrás de su oreja y cruzó sus piernas —¿Cómo te llamas?
—Ah sí, ya recuerdo tu voz— rió animadamente —Me llamo Lalisa, pero puedes decirme Lisa, solamente.
—Mucho gusto, Lisa— sonrió al igual que ella —Hoseok después viene con nosotros ¿Vale? Está ocupado con las chicas de allá— señaló disimuladamente detrás de ella.
—Oh, está bien. De todos modos, quiero conocerte— cruzó una pierna y se inclinó levemente hacia adelante —Dime Taehyung ¿Eres novio de Hoseok?
La sonrisa que tenía se deformó por completo.
¿Qué?
—Ah, no querida, él y yo no somos nada, sólo somos amigos— vio cómo la chica arrugaba la nariz y lo miraba con una sonrisa cómplice.
—No lo niegues, te prometo que no le diré a nadie— alzó su mano en forma de promesa —Cuando los vi entrar, te juro que creí que eran pareja.
Taehyung disimuló la mueca que trataba de deformarse en su rostro ¡No se suponía que eso pasara! O bueno, sí... ¡Pero no así!
Tosió un poco y volvió a negar.
—Te lo repito, cariño. No somos nada, aunque sí nos llevamos muy bien...— al ver que la chica iba a seguir insistiendo, decidió cambiar de tema —Mejor dime ¿No has visto a tu ex novio?
La rubia torció un poco la boca y llevó la copa que reposaba en sus dedos a sus labios, bebiendo un sorbo del trago amargo. Aclaró su garganta y se inclinó un poco hacia él.
—Está aquí ¿Ves ese tipo de camisa azul que está allí?— señaló disimuladamente hacia la barra de tragos. Taehyung asintió —Pues es él.
—¡Pero qué imbécil! No te merecía. Por encima se le nota lo perro.
—¿Tú lo crees?— volvió a mirarlo.
Y aquí es donde Taehyung recordó las sabias palabras de su maestro Hoseok.
"Ahora que ya sabes escucharlas, eres como su mejor amiga. Tienes la oportunidad de sacar a toda la competencia."
Y por supuesto que no iba a desaprovechar la oportunidad.
—Desde luego... Ahí viene— miró con desdén al chico, el cual traía dos copas de whiskey para tratar de contentar y recuperar a su ex novia. Se acercó a la chica para darle un beso en la mejilla y ésta se dejó hacer mientras miraba a Taehyung por encima del hombro del tipo.
Disimuladamente, el castaño negó con su cabeza y golpeó su propio cuello con sus dedos índice y medio.
—Déjame en paz, JongIn. Ya te dije que no quiero nada de ti ¿Entiendes?— lo empujó, haciendo que el trago que traía se derramara en el suelo.
El tipo miró a Taehyung, quien le sonrió falsamente y lo despidió con un ademán. Una vez se hubo marchado, ambos rieron cómplices y tomaron otro trago de la mesa.
—¿Crees que fui dura con él?
—Nah— hizo un ademán, restándole importancia —Se lo merece por perro.
—Tienes razón ¡Salud!— chocó su copa con la del castaño y empezaron a beber.
Luego de unos cuantos minutos, las demás chicas que habían estado con Hoseok hasta el momento, se sentaron a su lado y los acompañaron con las bebidas.
—¡Vamos al karaoke!— animó una castaña que tomó a Taehyung por el brazo y lo jaló hasta la pista.
Éste se dejó llevar y recordó lo que el pelinegro le había dicho antes en el departamento.
"—Otro detalle. Ahora tienes la capacidad de insultarlas con total libertad.
—¿Pero eso no es machista?
—¡Eso es relativo! Sólo aplica si eres hombre y heterosexual. Además, no las estás insultando de verdad, es sólo una forma de tratarlas"
En la pista, resonó la canción "Girls like you" y ambos empezaron a cantar.
Taehyung estaba fingiendo no saber la canción a pesar de que le encantaba, pero al escuchar la increíble voz de la castaña, decidió no fingir más y cantar como él sabía hacerlo.
Cuando la canción terminó, en la pantalla salió el letrero "¡Tú ganas!" para Jennie y "¡Tú pierdes!" para Taehyung.
—¡Sí!— la chica empezó a reír, celebrando su victoria ante el chico.
—Uish, te odio, zorra— hizo un puchero, pero rápidamente sintió un beso en su mejilla.
Sonrió para sus adentros y fingió seguir enfadado sólo para que la chica lo siguiera consolando.
Esto me está empezando a gustar.
©AlejaDeMin
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