Taehyung no sabía exactamente qué decirle a la chica frente a él, esa noche había decidido salir con una compañera de la universidad para tomarse unos tragos, aprovechando que era fin de semana, pero lo que no contaba era con que ésta le empezara a contar todos los problemas que había tenido con su familia en los últimos días, después de haberse bebido media botella. Lo único que evitaba que se fuera y la dejara allí, era que la chica le llamaba la atención. No podía decir precisamente que le gustaba, pero sí le parecía linda y tenía buen sentido del humor.

Él tampoco era que estuviera tan sobrio. Digamos que se había bebido lo mismo que la chica y un vaso de whisky mientras ella iba al baño.

El ambiente se estaba comenzando a tornar incómodo cuando ninguno de los dos dijo nada, solo bebían y escuchaban la música que sonaba a alto volumen por todo el lugar. Fue en ese preciso momento que se le ocurrió abrir la boca para romper el silencio y acabar con la incomodidad entre ellos.

—¿Sabes cómo clasificar a una mujer?— Yuna, quien hasta el momento estaba concentrada en su botella, alzó la mirada y arqueó una ceja un poco descolocada por la pregunta.

—No ¿Cómo?— preguntó un tanto intrigada.

—Fácil. Mira— alzó dos de sus dedos para ordenar lo que decía —Si tiene senos, no tiene trasero. Si tiene trasero, no tiene senos. Si tiene senos y trasero, es fea de cara. Y si tiene senos, trasero y es linda de cara, entonces es perra— soltó una carcajada, esperando hacer reír a Yuna con su "chiste".

La rubia frunció el entrecejo y se levantó de golpe, lanzándole a la cara el trago que había estado bebiendo.

—Machista de mierda.

Y acto seguido se fue caminando hasta otra mesa, dejándolo solo, con la cara empapada y la sonrisa descuadrada.

¿Y ahora yo qué dije?

Inconscientemente hizo un puchero, volteando a ver por donde se había ido su amiga, notando que ésta se había sentado en otra mesa junto a unas chicas y un sólo chico.

—Y si tiene senos y linda cara, es perra— escuchó decir del tipo con bastante gracia.

Estaba esperando a que todas a su alrededor le tiraran el trago encima o lo cachetearan, pero la cara de Taehyung se deformó al ver cómo las chicas a su lado y de paso Yuna, se estaban riendo junto a él.

—Nunca cambias ¿No?— una castaña a su lado se calmó de reír y se levantó para ir al baño.

—Lo aprendí de ti, zorra— volvió a reír, pero esta vez, propinándole una nalgada, haciéndola reír.

La chica pasó junto a Taehyung, quien no dudó en repetir la acción de aquel chico, dándole una fuerte nalgada.

—¡Hey, estúpido!— la castaña se devolvió y lo abofeteó tan fuerte que lo hizo caer del asiento.

Taehyung se levantó con su mano izquierda en la mejilla afectada y la cara totalmente indignada ¡Pero si hizo exactamente lo mismo que el otro chico! ¿Qué tenía de diferente él?

Rápidamente corrió hacia él, sentándose en el lugar donde antes estaba la castaña y llamando su atención casi de manera instantánea.

—Hey ¿Cómo lo haces?

—¿Hacer qué?— preguntó con una sonrisa, haciéndose el desentendido.

—Se rieron de tu chiste, la llamaste zorra y la nalgueaste ¡Y no te golpeó!— casi gritó lo último.

Estaba completamente indignado e intrigado por saber qué era exactamente lo que tenía el chico para que las mujeres no se enojaran ni lo golpearan cada vez que les faltaba el respeto.

—Ah— ladeó su cabeza con una sonrisa ladina —¿En serio no es muy notorio?

—¿Qué cosa?— frunció el entrecejo.

—Soy gay.

Y como si le hubiera llegado una revelación, Taehyung entendió todo.

—Así es. Lo bueno de ser gay es que tenemos nuestros privilegios, por ejemplo, mira— se dirigió a la chica a su lado —Younha, eres una perra.

La susodicha empezó a reír y le golpeó levemente la pierna.

—¡Perra!— señaló Taehyung con la misma gracia que lo había dicho el pelinegro.

Pero contrario a lo que esperaba, la chica no se rió. En lugar de eso, torció un poco su boca y agachó su mirada, probablemente dolida por el comentario del castaño. Éste volvió su vista nuevamente al chico, desesperado.

—Quiero ser como tú, enséñame por favor— pidió con unos ojos a los que el mayor no pudo negarse.

—Muy bien, te enseñaré— sonrió de lado —Soy Jung Hoseok, mucho gusto— le extendió la mano.

—Kim Taehyung, igualmente— estrechó su mano con la contraria.

Éste último vio cómo el pelinegro sacaba un block de notas y arrancaba un pequeño papelito, anotó algo y luego se lo extendió.

—Esta es mi dirección y mi número de teléfono, ven mañana a mi casa y te ayudaré— Taehyung tomó el papelito y lo guardó como si fuera la cosa más preciada para él en aquellos momentos.

—Está bien, iré mañana— sonrió felizmente y se levantó —Nos vemos— movió su mano en forma de despedida.

—Hasta mañana— le guiñó el ojo y sonrió de vuelta, mostrando unos hermosos hoyuelos.

Una vez el castaño se hubo marchado, las chicas a su lado se acercaron a él, mirándolo de manera cómplice.

—¿Qué planeas hacer, Jung Hoseok?— preguntó con picardía Younha.

—Ya lo verán— soltó una risa nasal y tomó otro trago antes de levantarse e ir a bailar con una de ellas.

Taehyung no tenía ni la menor idea de lo que le iba a pasar por haber recurrido a aquel chico de perfil delineado y hoyuelos perfectos.

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