60
Giovani era un hombre acostumbrado a siempre ganar y salirse con la suya, no importara lo que tuviese que hacer. Por eso sabía, que tarde o temprano, la mujer que ahora era su esposa le diría lo que él quería escuchar. Aun cuando había pasado un mal rato por culpa de ella. Pero aparte de todo eso ya estaba en el punto que deseaba.
No quería estresar más a la mujer que apretaba sus dedos en su regazo. Isabela se notaba realmente tensa. Como si lo que dijera fuera un secreto de estado, y eso lo alarmó. ¿En qué demonios ella estaba metida?
Se levantó de la cama y se sentó en el butacón frente a ella. Cruzó las piernas y esperó que ella comenzara a hablar. Tenía toda la noche para esperar por ella.
Isabela se sentó con las piernas cruzadas en la cama y apretó aún más sus manos. Recordar su pasado no era nada fácil. Sobre todo, porque había hechos que aún le hacían tener pesadillas en la noche.
-Allen... como sabes esa adoptado. Su madre era una buena amiga mía. Vivíamos juntas después de que ella fuera echada de la casa al aparecer embarazada. No tuvo a donde ir en ese entonces y yo la acogí en el pequeño apartamento donde vivía.
-¿Sabes quién es el padre?- Giovani no pudo aguantar la curiosidad. Pensaba que Allen era una adopción normal y corriente, pero vaya cosas de la vida.
Isabela negó.
-Ella... era algo loca si me hago entender. Vivía en su propio mundo. Prefería estar en fiestas y disfrutando. No le gustaba estudiar, pasaba mucho tiempo borracha en vez de lucida. Se unía con personas que no eran las adecuadas. Por lo que no se sabe quién es el padre. Ella me confesó que a pesar de todo solo tuvo sexo con tres hombres. Uno de ellos repetidas veces, era un vecino de ella, y siempre usaba protección menos con uno que el condón se rompió. Cree que con ese fue que concibió, pero no sabía ni el nombre de él pues solo lo vio una noche y al día siguiente ella salió huyendo.
Giovani tenía el rostro tenso, muy tenso. Esa historia le parecía tan familiar. Solo que podía ser coincidencia. Solo dejó que Isabela prosiguiera.
-Yo intenté ayudarla y decirle, pero mientras ella tenía dinero en la mano hacía de su vida lo que quisiese, pero todo cambio cuando dio positivo en la prueba y ya era demasiado tarde para hacerse un aborto. A Allen yo misma lo recibí en la casa meses después y aun así, ella volvió a vivir su vida como si nada. Si, le daba cariño a Allen pero ella nunca quiso ser madre- el rostro de Isabela tenía una expresión rara y sus ojos estaban rojos. En ese tiempo recordaba como en las noches Allen lloraba solo siendo un niño de un año pidiendo por su madre y ella simplemente llegaba a altas horas o no llegaba- De alguna forma la justificaba. Ella era la niña de la casa, su familia era muy pudiente, tenían demasiado dinero y la mimaron mucho. Solo le pedían que no diera escándalos y al estar embarazada de un extraño no aguantaron la vergüenza y la expulsaron de la casa. Eso y otras cosas pusieron mucha presión en ella.
Isabela cerró los ojos esperando que las lágrimas aguantadas en sus ojos no se derramaran. A pesar de todas las cosas y de que Aris no había sido la mejor amiga, incluso robándole dinero.
-Un día llegué a la casa. Allen estaba golpeando la puerta del baño tantas veces que sus manos tenían heridas. Cuando abrí la puerta del baño ella ya estaba muerta. Se cortó las venas en la bañera- inclinó la cabeza como si esta le pesara demasiado- Dejó a Allen atrás.
Sorbió recordando el rostro del niño. Giovani se inclinó y le dio un pañuelo. Sus manos estaban frías, no pensó que la madre de Allen hubiera muerto de aquella forma.
Isabela se tomó más de dos minutos en volver a hablar.
-Tuve que llamar a su familia. No me quedó más remedio y ellos organizaron el velorio, pero fue una experiencia dura para Allen. Tuve que llevármelo antes de que lo siguieran atacando con sus palabras. Bastardo, asqueroso...- ella repitió algunas de las palabras que le habían dicho- Él solo tenía cuatro años y acababa de perder a su mamá. Acaso no podían tener un poco de consideración- ella explotó y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Se tuvo que cubrir el rostro con las manos.
Giovani no pensó que la escena se desarrollaría de esa manera y se sentó al lado de la mujer abrazándola contra su pecho. Isabela comenzó a sollozar contra él mientras las manos del hombre se movían por encima de su espalda de arriba abajo. Ya entendía en parte porque ella no quería decir nada de su pasado. Aunque algo le decía que ahí no había terminado. La historia se había quedado en donde Allen tenía solo 4 años, faltaban 6, pero esperó que ella se calmara.
Isabela dejó de llorar y él hizo algo que hasta lo sorprendió a él mismo. Le besó la frente corriendo su cabello hacia atrás.
-¿Puedes seguir?- estaba muy interesado en el resto pero forzar a la mujer no estaba siendo bueno.
Isabela se enderezó y asintió con la cabeza.
-Yo... adopté legalmente a Allen lo más rápido que pude. Ya tenía mayoría de edad así que fue posible- su voz temblaba un poco- Fue difícil porque tuve que estudiar la universidad el turno de la noche y trabajar de día para poder mantenernos a los dos, más no me quejo, Allen es un buen niño. Y el primer año ya como madre e hijo fue bueno... hasta que salió el testamento de su familia. El abuelo de Allen había muerto y le había heredado todo a Allen, solo que este podría tener la herencia después de los 18 años, y mientras tanto su tutor legal sería el que manejara los bienes.
Ahora los hilos iban encajando.
-¿Cuál es el nombre de la familia?- él lo sabía bien pero no lo iba a demostrar.
-Market. Allen es el heredero de todo su imperio.
Vaya mina de oro estaba hecho el niño. Entonces reaccionó.
-¿Esa es la razón por la que tienes miedo y te has estado mudando tanto?
Isabela asintió con una débil sonrisa triste.
-A pesar de que yo lo había adoptado ellos no querían reconocerlo y moviendo todas sus conexiones para intentar romper ese acuerdo, pero estaba registrado y les fue imposible. Así que se pusieron de acuerdo para intentar hacerse de Allen a toda costa y de eliminarme a mí.
La sangre de Giovani comenzó a hervir dentro de él.
-¿Intentaron matarte?
Isabela tragó en seco.
-Solo estoy viva porque una persona murió en mi lugar- había un nudo en su garganta- Después de dos de los ataques tanto a Allen como a mi... logramos escondernos en un pueblo. Era alejado. Ni siquiera podía salir del país. Nos estaban monitoreando. Allí conocí a alguien, no sé si era porque tenía miedo, si me gustó, o necesitaba apoyo y afecto, pero nos acercamos- la vena en la sien de Giovani latió, acaso eran celos- Sin embargo, él era el hijo de la persona más influyente del pueblo que no quería que su hijo tuviera nada que ver con una mujer sin dinero y con un hijo. Así que después de tres meses de estar ahí y descubrir quienes éramos nos delató. A Allen lo secuestraron. Pensé que me volvería loca.
Isabela tuvo que tomar aire. Estaba temblando. Giovani la volvió a abrazar y se recostó con ella en la cama. Ella se estaba alterando, y él sintió que también él. Vaya enredo se había metido.
-Me tuve que llenar de valor para poder rescatar a Allen. No lo llevaron a la casa principal así que fue más fácil poderlo sacar de donde estaba, pero aquella persona recibió el disparo que era para mí- ella comenzó a llorar de nuevo- Volví a ver a alguien que quería morir delante de mí y no pude hacer nada- los sollozos eran ahora sumamente fuertes.
Giovani la apretó más contra él.
-¿Quieres agua?
No, ella no quería nada. Solo quedarse así. Estaba aterrada de recordar todo aquello. De recordar como la sangre caliente manchaba su espalda y ver el cuerpo del chico cayendo con los ojos blanco al suelo. Los mismos ojos que vio en Aris en ese momento.
Pasaron varios minutos para que volviera a hablar. Su cuerpo se había ido relajando paulatinamente en los brazos del Ceo. Su calor era acogedor.
-Después de eso tuve que mudarme varias veces, no durar mucho tiempo y la mayoría de las veces no registrar nuestros nombres hasta que llegué aquí. Bastante lejos de donde vivía inicialmente- era prácticamente al otro lado del país- Pero todo resultó más complicado cuando Allen comenzó a mostrar rasgos de enfermedad. No le dieron un pronóstico, pero los medicamentos y los tratamientos fue tan caro que se fue acumulando en la cuenta del hospital. Es por eso que necesito el dinero del contrato pues ya no lo atenderán sino pago lo que debo. Y cuando él tiene fiebre puede subir mucho y me preocupa que...
-Cálmate- Giovani le acarició la nuca- ya entendí- ahora sabía la historia, pero de alguna forma se arrepentía de haber forzado tanto a la mujer a hablar. El cuerpo de ella temblaba como una hoja en sus brazos- Yo me encargo del resto. Cierra los ojos.
Y al hacerlo no pasó mucho tiempo antes que la respiración de ella se volviera suave y estable.
Giovani se quedó con ella allí con la boca tensa. Si, era mucho para procesar. Así como mucho por averiguar. La familia Market no era una que se podía tener de enemigos y salir ileso. Tenían mucho dominio económico, así como poder por lo que para mantener a su esposa y al niño a salvo tendría que tomar medidas drásticas.
Pero antes de todo... algo lo inquietaba demasiado. Sobre todo, con la similitud del pasado de la amiga, con la historia de él con la primera mujer que lo había hecho perder la cabeza.
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