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-Entonces Bela, ¿ya no te quedarás más aquí?- Allen tenía una sonrisa en su rostro abrazando por detrás el cuello de Isabela, que estaba sentada en la cama. El niño había terminado de trenzarle el largo cabello.
-Ya podremos ir a casa- ella le acarició la mejilla y miró entonces a Giovani que terminaba de recoger todo en la habitación. Ella tenía un ligero sonrojo recordando las últimas cosas que habían hecho y lo atento que había estado en los últimos tiempos. Era un hombre que podría parecer frío, y hasta indeseable cuando hablaba con ese tono de prepotencia que tenía a veces, pero realmente y ahora que había convivido con él se había dado cuenta de lo realmente dedicado que era hacia las personas que quería y le preocupaban, capaz de ponerse en peligro por ellos.
Más que su físico y de todo lo atrayente que podía ser como hombre que era mucho, no había que desmeritarlo, eso era lo que la había conmovido de verdad.
Y no podía dejar de mencionar que daba hasta vergüenza lo creativo que podía ser él en temas relacionado con el sexo. Se imaginaba que llegando el momento de realmente tener relaciones... sería una experiencia realmente memorable.
-¿Ya nos vamos?- el Ceo se giró hacia ellos agarrando la bolsa de las cosas.
Isabela asintió con la cabeza. Volver a casa sería realmente reconfortante después de varios días en el hospital. Aunque no sabía si iría a casa de Giovani o a la que ahora era de Allen y ella.
La puerta se abrió y Kamil entró informando que todo estaba listo. Giovani le dio la bolsa y caminó hasta la cama. Allen ya había soltado el cuello de Isabela y se había bajado de esta con una sonrisa. Sus grandes ojos azules lo miraron de arriba abajo y los entrecerró, pero no dijo nada.
Giovani pestañeó confundido viendo como este iba detrás de Kamil hacia afuera.
-¿Y ahora que hice?- dijo girándose hacia Isabela- Ese hijo tuyo cuando mira así es de preocuparte.
Isabela rio un poco.
-Por algo será. Yo tampoco sé lo que corre por su mente y tiene de quien sacarlo
Giovani alzó una ceja inclinándose y agarrándola por debajo de los brazos para levantarla como si ella aún no pudiese, algo que Isabela le había dicho que no era necesario pero que ya era una costumbre de todas las veces que lo había hecho durante todo el tiempo que había estado en el hospital. Solo que esta vez la apretó contra él rodeando su cintura con sus brazos.
-Eso de ser impredecible y no poder leer esa mentecilla traviesa es de quien tengo aquí.
Isabela hizo una mueca, pero no respondió. Ya había asimilado el hecho de que Giovani era el padre de su hijo, pero no era tan fácil acostumbrarse y lo próximo que dijo hacía mucho que le estaba rondando la cabeza.
-No me siento bien ocultándole la verdad a Allen- bajó la cabeza y comenzó a jugar con el dije de la cadena que Giovani tenía puesta y era visible sobre la camisa negra- Aquel día escuché bien que dijiste que Allen era tu hijo delante de su familia, pero él estaba muy estresado y apenas se acuerda de lo que ocurrió. Pero ahora... lo miro y me siento egoísta no diciéndole que eres el padre biológico. Él tiene derecho a saberlo aun si quieres asumirlo o no bajo tu cuidado.
Giovani besó la cabeza de ella y la abrazó sabiendo de la angustia que la estaba atormentando, lo que no quería tocar ese tema por sí mismo para no estresarla más.
-No puedo simplemente dejar a Allen de lado ahora que sé que es mi hijo, no soy un cabrón que deja abandonada a su descendencia solo con la excusa de que no sabía nada. Y yo también lo pensé y quiero asumir mi responsabilidad sobre él siempre y cuando ustedes me lo permitan. No le faltará nada y lo mantendré también económicamente. Y si me acepta como padre intentaré ser un ejemplo para él, aunque será una escuela... recuerda que nunca pasó por mi mente serlo dada mi condición. De igual forma si decide vivir contigo en su casa yo lo visitaré regularmente- se separó y le besó la punta de la nariz- Además, tener un hijo como Allen que hace que tengas que poner a funcionar hasta la neurona que no tienes es bastante divertido.
Isabela apretó los labios y sus ojos se pusieron rojos, aunque no derramó lágrimas. Aquellas palabras le hicieron temblar ligeramente en los brazos de él sobre todo porque veía la estabilidad de Allen en todos los ámbitos que pon fin estarían en equilibro. Más feliz no podría estar.
-Además- Giovani mostró una sonrisa de lado que ella conocía muy bien y sintió los brazos de él apretarla más y luego sus manos se desplazaron hasta que agarraron las nalgas de ella- si en algún momento me botas al menos tendré una excusa para poder verte.
Las mejillas de Isabela se sonrojaron, pero antes de poder protestar los labios de él ya estaban sobre los suyos besándola y ella no se resistió. Los brazos de ella envolvieron el cuello de Giovani como lo había hecho ya varias veces, nivelando los latidos de su corazón con los de él.
-Wacala- se escuchó por detrás de ella y Giovani soltó los labios de su esposa con un sonido húmedo y miró por encima de su hombro- Si te vas a comer a Isabela que no sea delante de un niño.
-Un niño que no tiene que estar viendo las cosas que hacen los adultos- le respondió Giovani apretando a Isabela contra él- Además ella es mía así que puedo hacerlo.
Allen frunció el ceño.
-Bela no es tuya- cruzó los brazos sobre su pecho con indignación.
-¿Quién lo dice?- Y Giovani parecía que le gustaba sonsacar a Allen. Cuando esos dos se juntaban no tenían idea que los dos reaccionaban como dos niños pequeños.
Isabela solo se limitó a reír con aquella escena hasta que le dijeron que escogiera entre ellos dos y ahí una gota de sudor corrió por su sien. A veces tampoco era bueno que estuvieran tanto tiempo juntos.
Y tomó la decisión de decirle la verdad a Allen una vez ellos volvieran a la casa. Era un tema delicado que no podía tocar a la ligera.
***
Isabela se sintió realmente bien cuando se dirigía a la salida del hospital con Allen de su mano y Giovani con el brazo por encima de los hombros muy pegado a ella. Ya saldría de esa cárcel y podría volver a sus tareas rutinarias. Aun le pedían algunos días de descanso sin embargo ella necesitaba mover el cuerpo.
Solo no se esperó que Giovani frenara en seco y se pusiera delante de ella y su hijo apenas pasaron la entrada. Le tomó unos segundos a Isabela darse cuenta del porqué su reacción y pronto la comprendió. Había un auto afuera y las dos personas que estaban allí hicieron que ella se tensara.
-Se demoraron realmente bastante en venir- soltó Giovani con los dientes apretados.
Camila y Oscar, los padres de Giovani estaban allí y los enfocaban. Una leve sonrisa en los labios de ambos y bien sabían la contrapartida la razón. Tenían la suficiente influencia y además de que habían confabulado contra Isabela para saber que la virginidad de ella había sido dañada aun si no era por sexo.
-Giovani, vinimos a buscarte. Tenemos asuntos que resolver y debes saber muy bien cuales.
-Al parecer no quieren ni esperar el tiempo estipulado- Giovani cruzó los brazos sobre su pecho. A su lado Kamil estaba alerta y las personas que pasaban cerca los rodeaban para no meterse en problemas.
-No hay necesidad de eso cuando sabemos cómo va a terminar todo- Oscar fue esta vez el que habló.
Giovani entrecerró los ojos, pero al final alzó los hombros.
-Tienes razón, es mejor terminar con esto y así me los quito de arriba. Esa herencia ha sido mucho más peso de lo que quería.
Ante esto Oscar y su esposa sonrieron porque no solo estaba la herencia sino todas las propiedades de Giovani incluso sus acciones que no eran pocas y por la influencia que tenía detrás eran muy importante hacerse con ellas.
Giovani no les prestó atención y se giró hacia Isabela y Allen.
-Ustedes vayan para su casa y espérenme allí. Yo tengo que atender algunos asuntos urgentes como ven aquí- señaló detrás de él.
Isabela apretó los labios como mismo tenía a Allen detrás de ella lo más lejos que podía de los padres de Giovani. Un tercer secuestro sería traumático para el niño.
-Giovani, tú...
-Shhh- él le puso el dedo sobre los labios- Todo va a estar bien. Puede que no te llame porque no quiero involucrarlos, pero estaré bien y ustedes también- se acercó más y la abrazó- Solo espérame ¿si?
Isabela tenía miles de preguntas, pero después de ver de lo que él era capaz no las hizo. Confiaría en él.
-Cuídate y... regresa.
Giovani se separó con una sonrisa.
-Eso es lo más lindo que me has dicho hasta ahora.
Ella hizo una mueca y se inclinó para darle un beso rápido en los labios. Después giró el rostro algo rojo. Giovani se lo devolvió en la mejilla y después miró a Allen que estaba detrás de ella. Estiró la mano y le sacudió la cabeza enredando sus dedos en la cabellera oscura similar a la suya.
-Oye señorito, te toca cuidar muy bien a tu madre mientras yo no estoy.
Allen lo enfocó y alzó su brazo con la típica pose de mostrar sus inexistentes músculos.
-Yo puedo proteger a Bela- dijo con confianza.
-Más te vale- le sonrió y se despidió de ambos- Kamil, déjalos en su casa y después te reúnes conmigo.
El hombre asintió y entonces Giovani se fue con su familia para tener la batalla que hace tiempo esperaba, solo que esta vez... tenía un muy buen haz debajo de la manga.
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