1.2. ᴊᴜɢᴜᴇᴍᴏs ᴄᴏɴ ʟᴏs ᴄʟɪᴄʜés
"No hay nada más aburrido que un personaje que actúa igual que miles de personajes que conocemos y que muestran una única faceta de su carácter y la más previsible: la abuela amable, el conserje siniestro..."
O el millonario controlador, quiero decir, el millonario serio y atento, frío, pero de tierno corazón.
Con esto no quiero decir que no debamos usar clichés, pero como escritoras sí podemos esforzarnos en darles una vuelta de tuerca para hacerlos únicos.
Por ejemplo, cuando piensas en un millonario, ¿qué se te viene a la cabeza?
El típico hombre de negocios alto, guapo, elegante incluso cuando llega sudado a casa después de hacer ejercicio, que conduce un Audi negro, tiene su despacho en el piso más alto de un rascacielos y solo contrata a secretarias de piernas largas y belleza despampanante.
Bueno, vamos a jugar con ese cliché.
Te presento a Richard. Es un millonario sexy y elegante, sí, pero los viernes se escapa de sus eternas reuniones para ir al cine y ver la última comedia romántica que se haya estrenado. Le encanta el olor de las palomitas recién hechas porque le recuerda su infancia, cuando se colaban con su hermana en las salas de cine de terror y luego tenían que huir del acomodador. ¡Ah! Casi olvido mencionar que le dan pánico las cucarachas y sus secretarias todavía recuerdan aquel día en el que lo escucharon gritar desde el garaje porque se había encontrado una.
Richard es un estereotipo hasta que lo conocemos, hasta que descubrimos detalles sobre su vida.
🔶Un estereotipo es una imagen trillada y con pocos detalles acerca de un grupo de gente que comparte ciertas características, cualidades y habilidades. Por ejemplo: el científico loco, el viejo sabio o la joven inocente que necesita ser rescatada. En ocasiones, sus rasgos psicológicos y físicos son exagerados, como en la mujer fatal que es bella, femenina, fuerte, irresistible... Ya sabes, perfecta.
Los estereotipos se usan en las parodias y, si tu objetivo es escribir una, resulta muy divertido exagerar un personaje tipo, o estereotipo, hasta el absurdo.
Los cuentos infantiles emplean los estereotipos para ilustrar y facilitar la comprensión de la historia. Así, en muchos cuentos encontramos el personaje de la bruja, el hada, el héroe, que también aparecen de forma habitual en los videojuegos.
En el anime encontramos personalidades estereotipadas, por ejemplo, la chica yandere.
Los estereotipos suelen utilizarse con más o menos acierto en muchas obras pero, si decides introducir alguno en tu historia, que sea con precaución porque si no solo lograras que el lector se aburra al encontrar a un personaje que ya conoce y ha visto en un montón de novelas más.
¿Cómo transformamos un estereotipo en un personaje real?
Y yo te pregunto: ¿en qué se concentraba Sherlock Holmes para conocer a las personas?
En los detalles.
Nuestros personajes llevan consigo una historia, experiencias, recuerdos, aficiones, gustos miedos e ilusiones que los diferencian de los demás. Si a ello le añadimos pequeños detalles como la voz, gestos, expresiones o modificamos su aspecto físico, podemos convertir el cliché en un personaje único y tridimensional, solo debemos pensar en él como en una persona real y ver más allá del estereotipo.
Así que vamos a metamorfosearnos por un momento en este brillante detective. Disfracémonos de su estereotipo —no olvides la lupa, nos será de gran utilidad— y vamos a escribir.
👉Escoge uno de estos tres personajes tipo y dale una vuelta de tuerca para que deje ser un cliché y se convierta en alguien real.
El hada. Son seres vivarachos, curiosos y divertidos. Suelen acompañar al personaje principal como guía, dándole algún consejo a lo largo de su aventura. Pero no queremos que esta sea la típica hada. ¿Te atreves a darle una vuelta de tuerca y contarme un poquito sobre su historia?
El anciano sabio. El el personaje que entrena y aconseja al héroe, con frecuencia retratado como un mago o ermitaño. Ah, pero Dumbletore —sí, Dumbletore, no lo confundas con su gemelo de otra dimensión que ayuda al joven Potter— no es un mago cualquiera. ¿Qué lo hace especial? ¿Qué me puedes contar de su historia para que deje de ser el típico viejo sabio?
Secuaz. Acompaña a un villano mayor, pero comúnmente es engañado por los protagonistas o sus amigos. Con frecuencia es de menor estatura que el villano, más callado, más torpe y en ocasiones es acosado por él. Este pequeño goblin podría ser el típico esbirro al que nadie presta atención —y que quizás la palme si comete un pequeño error—, pero somos detectives y podemos averiguar sus secretos. Él no es un secuaz más.
Es muy divertido jugar con los personajes tipo e incluso pueden servir de fuente de inspiración para nuevas historias.
Recuerda que, a la hora de jugar con un estereotipo, puedes modificar cualquiera de sus aspectos o mezclar varias ideas para crear algo nuevo, como en esta imagen.
No temas darle rienda suelta a tu imaginación😉
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