Sexualidad en seres fantásticos: vampiros, hombres lobo, hadas y elfos
La fantasía es mi género favorito de la literatura, por lo que no podía faltar este capítulo en mi guía. Me parece que la sexualidad en los seres mitológicos y/o fantásticos es un tema interesante por cómo ciertas religiones han llegado a satanizar el erotismo mediante criaturas que son asociadas a algo maligno, y por lo divertido que es analizar el comportamiento sexual de seres ficticios.
¿Hay una diferencia entre cómo tienen relaciones sexuales los humanos a cómo lo hacen (o harían, si existieran) los vampiros, hombres lobo, etcétera? ¡Por supuesto! Pero claro, esto está condicionado por las características que el/la autor/a decida agregarle a su criatura fantástica. Por ejemplo:
Generalmente, los vampiros son descritos como seres activos sexualmente; en algunos mitos se asegura que su mordida puede llevar al éxtasis sexual, logrando que la esencia de su vida gire en torno al erotismo. Sin embargo, al escribir tu propia novela puedes cambiar esa característica a tu gusto. Es decir, si te provoca, puedes revertir ese punto del mito y decir que los vampiros son seres asexuales a los que el sexo les repugna o no les llama la atención.
De hecho, en varias de las versiones clásicas, el vampiro no siente atracción por el acto sexual en sí, sino por la seducción, el cortejo, hacer que la otra persona se entregue, se rinda a sus deseos, llegando a permitirle tomar su sangre.
Ahora bien, la ingesta de sangre para vampiros y la sensación de la mordida para mortales como afrodisíaco, tiene su lado lógico. En los hombres, las erecciones son causadas por un aumento del flujo sanguíneo en el pene. Los vampiros, en teoría, están muertos y la única sangre que circula por su organismo es la que consumen, por lo que no sería de extrañar que esta estimule el deseo sexual, si imaginamos que viaja directamente a su sistema reproductor tras ser bebida.
Ahora bien, referente a la mordida, muchos seres humanos del mundo real sienten placer con mordidas o con actos relacionados al dolor; lo cierto es que tener la boca de alguien en el cuello o en las piernas —donde suelen morder en historias clásicas— puede llegar a convertirse en una visión bastante erótica.
Pasando a otro punto, he oído y leído a personas cuestionarse si los vampiros o vampiresas deberían sentir deseo por realizar sexo oral a mujeres en plena menstruación. Lo cierto es que la sangre menstrual es sangre en descomposición, muchas veces coagulada, y a nadie —creo y espero— le gusta ingerir alimentos en descomposición. Además, los vampiros prefieren la sangre fresca y limpia, por eso suelen atacar a las arterias. Sin embargo, la idea tiene cierto toque erótico que puede llegar a ser atractivo y vale la pena explorar.
Y por último, pero no menos importante, tenemos a los vampiros homosexuales. Esos sí que son un verdadero mito, hasta ahora no he visto ni uno solo en las obras de la plataforma y en las historias clásicas los pocos que hay tienden a ser «afeminados» y caricaturizados, como si la idea de un malévolo chupasangre con preferencia por el mismo sexo fuese inconcebible porque todos deben ser muy «masculinos».
Lo cierto es que, si pensamos en un vampiro longevo que lleva siglos experimentando prácticas sexuales, sería bastante común que al final se aburriera de lo mismo y deseara expandir sus límites eróticos.
HOMBRES LOBO.
Los licántropos u hombres lobo suelen ser pintados como seres con un fuerte impulso sexual que deriva de su naturaleza salvaje; en las historias de Wattpad, la mayoría son machos alfa que producen miedo y respeto, son demasiado dominantes con su «soul mate» —alma gemela, para los que no somos gringos— y están más buenos que un mazapán. Pero esto también puede revertirse.
Algo que me parece curioso del mito del hombre lobo es cómo su comportamiento social está bastante alejado del animal en el que están basados. A los hombres lobos les adjudican, en gran mayoría, un comportamiento agresivo y posesivo hacia su pareja y descartan casi por completo a la mujer lobo.
Así como el vampiro homosexual es poco visto, la hembra alfa es prácticamente inexistente, jamás mencionada, cuando la verdad es que en la sociedad lobuna la hembra alfa tiene el mismo rango e importancia que el macho, pues de ella depende la continuidad de la manada. Y si el macho muere, la hembra alfa sigue siendo líder de la manada.
Ahora bien, es verdad que tanto la hembra como el macho tienen un comportamiento agresivo/posesivo contra los demás miembros de la manada durante épocas de celo, pero esto, contrario a lo que se cree, es más común en la hembra. Sin embargo, estamos hablando de animales cuyo liderazgo se mantiene —además de por fuerza e inteligencia— por la capacidad reproductora.
Los hombres y mujeres lobo son, en parte, seres humanos racionales que no necesitan ese comportamiento posesivo para mantener el liderazgo de su «manada» o como quieran llamarle. Sé que muchos lo añaden porque consideran que es sensual y erótico tener a un hombre como un perro a punto de mearte para marcar territorio, gruñéndole a quien te diga «Hola» o diciéndote con voz ronca de asesino serial «Eres mía, mi hembra», pero no, no es erótico, es risible.
Tampoco es erótico ni tiene sentido el comportamiento sexual agresivo del hombre lobo hacia su pareja, pues los lobos, siendo animales salvajes, se vuelven especialmente cariñosos durante épocas de apareamiento. Es entendible que quieran dejar en claro la personalidad irracional de sus hombres lobo, pero hay formas más pasables que narrar actos sexuales que por poco recaen en una violación.
El otro punto es la mordida. En algunos mitos, los licántropos, al igual que los vampiros, muerden a sus parejas, pero no para succionarles la sangre, sino como una especie de marca que indica que la mujer es de su propiedad —sí, así como marcan a las vaquitas—, y dicha marca puede tener connotaciones eróticas de la misma manera que con el mito vampírico, siendo muy estimulante y no sé qué.
Por último está el mito que dice que mantener relaciones sexuales con un hombre lobo conduce a la transformación, tal y como una enfermedad venérea, ¡ja!
HADAS.
Las hadas son seres representados frecuentemente como tiernos, buenos y dulces; sin embargo, también hay historias donde se les describe como agresivas y fácilmente irritables. Lo que sí, hay muy poca información acerca de su comportamiento sexual, por lo que es más sencillo ponerse creativos a la hora de darles forma. Mi recomendación es que tengan en cuenta el funcionamiento de su sistema reproductor y el método reproductor en sí.
En Tinkerbell, por ejemplo, las hadas no necesitan tener relaciones sexuales porque nacen de la primera risa de un bebé, entonces sería algo ilógico que tuviesen un comportamiento sexual activo. De hecho, hay versiones de hadas que no poseen ningún sistema reproductor, así que no deberían sentir placer y/o deseo sexual.
Sin embargo, también hay leyendas que dicen que las hadas pueden tomar el cuerpo de una mujer humana y tener relaciones con hombres para reproducirse.
Yo digo que no se limiten; hagan que sus hadas tengan relaciones sexuales a través de sus alas o que pongan huevos, que sientan atracción por los duendes, que sean capaces de reproducirse hembra con hembra o cosas así.
ELFOS.
Mis queridos orejas puntiagudas son seres inmortales o longevos cuya actividad sexual es descrita en muchos textos como únicamente con fines reproductivos. Sin embargo, también he leído en otras versiones que en los primeros años es abundante y con el pasar del tiempo decae hasta volverse nula —y este es un punto que debemos tomar en cuenta a la hora de añadirles estas características a nuestras propias criaturas—, pues es bastante normal que, viviendo cinco mil años, lleguen a un punto en el que tener relaciones sexuales se vuelva aburrido y, si su edad reproductiva ya pasó, tonces para qué seguir.
Aun así, esto puede ser revertido. He leído varias historias que lo hacen de una manera increíble, añadiendo etapas de libido desenfrenada en base a los ciclos lunares y solares de sus mundos ficticios.
SIRENAS.
Las sirenas son seres coquetos por excelencia, representadas como hermosas mujeres pez que se sentaban sobre rocas y cantaban para encantar a los marineros. La mayoría con malévolos propósitos, a excepción de la dulce e inocente Ariel de La Sirenita. Pero, ¿alguna vez se han preguntado cómo se reproducen? Existen los tritones —versión masculina de las sirenas—, pero ni ellos parecen tener aparato reproductor ni ellas tampoco. Una de las teorías que he leído es que se transformen para tener relaciones sexuales y la otra es que se reproduzcan como los peces: de manera externa. Lo cierto es que su actitud seductora no parece derivar de un comportamiento reproductivo, sino de caza, usando su encanto para atraer a las presas como en Piratas del Caribe: Navegando aguas misteriosas.
Pero, ¿tienen que ser necesariamente malas? Esta parece ser una alusión a que las mujeres seductoras son peligrosas y tienen malas intenciones. Entonces, ¿por qué no revertimos el mito? Disney lo hizo, creando a una inocente criatura que al final terminó engañada. Yo propongo no irse a ningún extremo, sino crear una sirena tímida, pero que tenga curiosidad por su sexualidad y los misterios del cuerpo humano.
He tardado bastante en actualizar, lo siento, pero en compensación les traje doble capítulo. Hasta me han preguntado si la guía ya está finalizada y no, aún falta mucho tema de qué hablar, solo que he estado distraída y ocupada, además de desganada, así que perdón si tardo demasiado. Y muchas gracias a los que aún leen esto y comentan, tienen un espacio en mi corazón. 🥰
¿Qué les parece este capítulo? ¿Les gustaría una segunda parte con más criaturas? Espero les ayude mucho a inspirarse para la creación de sus historias.
¡Hasta la próxima!
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