Este texto no es mío, es propiedad de i-feel-mortality-surround-me.tumblr.com.

Amablemente ella me permitió traducirlo del inglés al español y publicarlo aquí.

Espero que les guste.

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¿Cómo es morir?

Cuando Ron le pregunta, sin mirarle a los ojos, mientras el sol se esconde en el segundo día, Harry se detiene.

Está pensando en hojas crujiendo y ramas agitándose y una risa despiadada y luego silencio.

—Es como un puñetazo en el estómago —responde.

Cuando Hermione le pregunta, con una voz suave y la cabeza en su hombro, Harry frunce el ceño.

Las tumbas de sus padres le vienen a la mente: fuertes y orgullosas bajo toda esa nieve.

—Es como un funeral —dice.

Cuando George le pregunta, con demasiadas lágrimas en sus ojos desesperados, Harry contiene la respiración.

Está tratando de recordar cómo se siente reír.

—Es como esperar el final de un chiste —miente.

Cuando Neville le pregunta, con voz vacilante y una sonrisa nerviosa, Harry toma aire.

Puede oler hierba húmeda y tierra llena de hojas podridas y el agudo aroma de la sangre fresca y un poco de miedo.

—Es como tropezarte con tus propios pies —ofrece.

Cuando Luna le pregunta, con una expresión que sugiere que ella ya sabe la respuesta, Harry suspira.

Su cabeza está empezando a latir y su cerebro comienza a zumbar, dando tumbos dentro de su cráneo.

—Es como despertarse al revés —se encoge de hombros.

Cuando Ginny le pregunta, con los dedos sudorosos y un fuego moribundo en su voz, Harry tiene que presionar sus manos contra su rostro.

Ve luces creciendo y recuerda un montón de verde, un montón de rojo, un montón de ruido.

—No lo sé —confiesa.

Cuando Fleur le pregunta, con sílabas afiladas después de demasiadas copas de vino, Harry casi ríe.

Siente algo goteando en una esquina de su mente, pero no se preocupa por perseguirlo.

—Es como la pausa entre dos canciones en la radio —contesta.

Cuando una reportera le pregunta por vigésima vez, con los papeles mezclados y un micrófono encantado en la mano, Harry le lanza un hechizo.

Oye voces sonando en sus oídos, puede imaginar el titular de mañana en el periódico.

—No es de tu maldita incumbencia —se atraganta.

Cuando Teddy le pregunta después de todos esos años, con una fotografía arrugada en la que se ve un hombre alto con ropas grises y una mujer con pelo color rosa chicle, Harry cierra los ojos.

Está de vuelta en el límite del bosque, mirando las desvaídas figuras de su familia, preguntándose lo mismo. Las palabras de su padrino flotan a través del aire con un frágil fondo de verdad.

—Es más rápido y más fácil que quedarse dormido —susurra.