Capítulo 53
/Narra el autor/
Un Marginado estaba alterado y había corrido una gran distancia solo para mostrarle algo a Astrid y sus amigos. Astrid montó a Tormenta y junto con ella se dirigieron hacia donde los guiaba el soldado.
Astrid y Tormenta llevaban al soldado y cuando por fin llegaron, este los guió hacia la parte rocosa y desolada de la isla. Allí estaba una criatura blanca, era un dragón, estaba atrapada e inconsciente. La chica logró liberarla de sus ataduras pero cuando la dragona reaccionó, intentó asesinar a su salvadora pero fue detenida por el Nadder.
Astrid: *Sorprendida* ¿Q-q-q-qué? ¿Qué fue eso?
Cuando la vikinga vió con más atención al dragón notó algo peculiar. Este tenía un aspecto bastante familiar pero al mismo tiempo era muy distinto. Astrid no logró relacionarlo hasta que se acordó de Chimuelo. Al ver a la criatura pudo notar con mucha facilidad que era una hembra debido a su figura esbelta. Como vió que sus escamas eran blancas, descartó que fuera un Furia Nocturna y como no tenía montura y se veía bastante agresiva, al instante dedujo que era un dragón salvaje que recientemente fue capturado. Intento nuevamente acercarse a ella pero Tormenta notó algo raro. Arrojó espinas hacia un lugar determinado y una trampa para dragones se activó.
La dragona, cuando por fin estuvo libre y lejos de los humanos, disparó al cielo y desapareció como si nada. Patán y los demás habían llegado justo a tiempo para ver lo sucedido. Todos quedaron sorprendidos al ver tal espectaculo y comenzaron a preguntarse que era eso y que había ocurrido.
Marginado: ¿Eso era un Furia Nocturna?
Astrid: Eso definitivamente no es un Furia Nocturna. Los Furias son de escamas negras, ya sean machos, hembras o crías. Lo se por que en la orilla habían... *Se da cuenta* ¡¡¡LOS FURIAS NOCTURNAS!!!
En eso, un pequeño ruido, practicamente inaudible, provino desde la distancia. Astrid, logró escucharlo y con una rápida reacción, sacó su hacha y lo arrojó hacia una roca. Para sorpresa de todos, detrás de la roca, salió corriendo un extraño tratando de huir por su vida. La berkiana chasqueó los dedos y su dragón voló y capturó al intruso. Resulto ser que había un espía que vigilaba al dragón y a los berkianos. Apenas lograron sacarle información trataron de pensar alguna forma para que sus enemigos no se dieran cuenta de que tenían a su espía.
Astrid: Debemos enviar a alguien para que se haga pasar por él. La guerra es inevitable, pero por lo menos podemos frenarlos por un tiempo hasta que por fin estemos listos para combatir.
Patapez: Como es un hombre, tu, Valka yHeather estan descartadas. No es muy enano y es bastante delgado, eso reduce mucho a los Marginados, a Patán y a mi.
Alvin: *Molesto* Acaso no estas diciendo gordo a los Marginados
Patapez: *Asustado* No, lo lamento señor.
Astrid: Practicamente no nos queda opciones.
Brutacio: ¿Y si voy yo?
Astrid: Esta es una misión importante. No podemos darnos el lujo de arruinarlo, por eso los dos estan descartados.
Brutilda: Chica no tienes que ser tan cruel. Si nos lo proponemos podemos cumplir con algo tan sencillo.
Brutacio: ¿En serio?
Brutilda: Dejanos demostrartelo
Astrid: *Suspira* Ok, pero tengan cuidado. Traten de retrasarlos lo más que puedan, por favor. Nosotros reuniremos un ejército e iremos por los demás para acabar con esto, pero primero debo ir a buscar a los Furias Nocturnas de la Orilla. Nos olvidamos por completo de ellos. Si Grimmel no los encontró todavía puede que sigan con vida, eso si es que él esta en la Orilla.
Patapez: *Triste* Los Furias.
Patán: Yo ire contigo Astrid.
Astrid: No, te quedas con los demás.
Patán: No estaba preguntando. Necesitas refuerzos te guste o no. Puede que seas la mejor guerrera de Berk pero aun asi, ellos te superan en número.
Astrid se quedo sin palabras. La seriedad de Patán era algo que nunca esperó ver. Era casi otra persona. Patán acariciaba a su dragon y parecia tomarse las cosas en serio.
Astrid: Esta bien, pero debes prometer que te irás si algo malo pasa.
Patán: No sin ti. Ningún berkiano queda atras.
Todos se fueron para preparar todo para sus respectivas misiones. Todos estaban ocupados y concentrados viendo lo que debian hacer, todos excepto Astrid, quien estaba viendo el cielo preocupada pensando en su amor y preguntandose a donde habia ido.
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