Capítulo 22
/Narra Hipo/
Astrid por fin despertó y yo me retiré luego de que me sonrió. Fui a cuidar de los dragones, en especial a los Furias. Trataba de relajarme y despejar mi mente hasta que llegaron Patapez y Heather.
Heather: Te prometí que no ibas a estar sólo.
Patapez: Patán, los gemelos y tu madre la están cuidando. Pensamos que necesitarías que alguien te cuidara.
Heather: Esto es mucho para procesarlo.
Patapez: *Nerviosa* Aparte, no se si es tarde para pedirlo, pero me gustaria pedirte que me enseñes todo acerca de los dragones.
/Narra Patán/
Por mucho que pensará, aún me daba celos escuchar lo genial que era Hipo. Su madre hablaba de el como si fuera un héroe legendario. Tenía un Furia Nocturna y encontró a más de ellos.
Los gemelos ayudaban a Astrid a reponerse mientras que yo buscaba algo para comer.
Cuándo salí, vi a Colmillo y a los demás dragones preocupados.
Solamente quería romper algo. Ella, aún sin sus recuerdos, sólo pensaba en Hipo esto, Hipo aquello. Yo era más fuerte que Hipo, yo era mejor que Hipo. Y aún así, ella lo prefería a Él.
Por primera vez en mi vida estaba celoso. Cuando se fue, Estoico pensaba en él, pero aún así todos me miraban a mí. Tenía la atención de todos. Decían que yo era el mejor, claro después de Astrid. Sentía que era amado y querido, y todo eso se fue cuando apareció Hipo.
Estaba enojado y no sabía cómo desquitarme sin que nadie me regañara.
Me senté en la playa esperando a que dejaran de jugar a los enamorados nervioso. Esperaba a que recordaran que existía.
Estaba con el orgullo herido y no podía mostrarle mi lado débil a los demás.
En eso, llegó Colmillo. Se veía preocupado y triste. Aún no podía creer habíamos aceptado a los dragones a nuestras vidas. Trataba mal a mi dragón, lo presumía a las personas, lo obligaba a que hiciera lo que quisiera, pero a la hora de la verdad... no se que haría sin él y que no haría por él.
Él me lamió con cariño y yo no pude soportarlo y lo abrace.
Patan: Si le dices a alguien acerca de esto, te mató.
Colmillo me levantó y me señaló la silla de montar. Me subo sin pensarlo mucho y ambos volamos durante un rato. Luego de un rato volando normalmente recordé uno de los tantos trucos que Hipo nos presumió y decidí intentarlo.
Acarició suavemente la cabeza de Colmillo y lo llamé suavemente.
Patán: ¿Listo para intentar algo difícil amigo?
No sabía que era, pero algo me dio la confianza suficiente para hacerlo. Cerré mis ojos y me deje caer.
Caí hacia el vacío y sin embargo no estaba asustado. Sentía tranquilidad y lo único que se me venía a la mente era esa escena. Mientras todos los demás están con Hipo y Astrid, Colmillo fue el único que me buscó y se quedó a mi lado, a pesar de como lo traté.
Cuando abrí mis ojos, vi que estaba a punto de llegar al mar, pero antes de tocar el agua, mi dragón me salvó a tiempo. Estaba sentado en la montura y no tenía un sólo rasguño.
Patán: Colmillo - Sentía que quería llorar pero no quería. Me negué a hacerlo y aún así, mi dragón lo sabía - *Llorando* Te quiero reptil grande y escamoso
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