Estabamos caminando por el bosque, en busca de los Furias Nocturnas que Hipo logro atinarles anoche.

El Abadejo tenia una libretita con muchas x marcadas en los lugares a los que hemos ido y no estaban los dos Furias. Esto tarda demaciado.

-Ay los dioses nos odian -Habló Hipo.

-Definitivamente nos odian...

-Algunos pierden cuchillos en el lodo, pero nosotros no. Nosotros vamos y perdemos dos dragones enteros -Hipo le da a una rama y se pega con esta.

Nos dimo cuenta que un árbol estaba derribado. Como si algo hubiera caido desde el cielo y lo hubiera derribado. O...alguien... Decidimos bajar para ver que ocaciono esto. Cuando nos asomamos, vimos a ambos Furias Nocturnas derribados y nos ocultamos rápidamente.

Nos volvimos a asomar, notando que ambos no se movian. Hipo saco una navaja, y yo aquí preguntandome como es que tenia eso bajo su chaqueta.

Ambos bajamos, ocultandonos detras de una gran roca. Rodeamos la roca con cautela, viendo que estaban ambos sin moverse para nada aún. Pero note cierta diferencia entre ambos Furias. Uno es negro completo, y el otro es negro con varias partes de su cuerpo como las orejas, patas, cola y de la mandibula para abajo blanco. No creo que sea del todo un Furia Nocturna... Pero lo sigue siendo.

-Oh wow... ¿Lo logre? Lo logre, esto lo arregla todo, ¡si! Yo derribe a estas magnificas bestias -Hipo poso su pie en el pie del Furia Nocturna negro y este lo empujo, lo cual nos asusto a ambos.

Eso significa que el otro también esta vivo, ¿pero cómo sobrevivieron a esa caida de...no se cuantos metros?

Ambas bestias abrieron sus ojos. Los del Furia Nocturna negro eran verdes toxicos, mientras que del otro... Eran unos hermosos azules zafiros. Mi mirada se poso en la de los de ojos azules. Por un instante, me vi reflejada en sus ojos. Pude notar miedo... Miedo de ser asesinado. Mire al otro Furia Nocturna notando el mismo sentimiento.

-Hipo... -Lo mire, viendo que el iba a matarlo, pero al final, se detuvo.

-...yo hice esto...

Nos miramos y pensamos lo mismo. Saque de mi bolsillo un cuchillo, y al mismo tiempo que Hipo, comenzamos a cortar las sogas.

Al instante, teniamos a ambos Furias encima nuestro. Yo lo mire, y el a mi. Pero más bien, parecia ser hembra... Ambas nos miramos, pero yo no la mire con miedo. La vi con tranquilad, y pude notar que su expresión se suavizo. Ambos nos rugieron y se fueron volando.

Los dos nos paramos, y tan solo tres pasos y Hipo se desmayo del susto que se dio.

-Gallina... -Dije cruzandome de brazos.