▅ ▆ ▇ █ Narra Hipo █ ▇ ▆ ▅

Luego de irme de Berk llegue a una isla donde establecí una base, la isla estaba habitada principalmente por pequeños dragones parecidos a un Terrible Terror a los cuales nombre Terrores Nocturnos. Para esas alturas de mi viaje ya me había encontrado con varias especies de Dragones de los cuales no leí nada en el Libro de Dragones de Borg por lo que decidí escribir mi propio Libro de Dragones solo que el mío no hablaría de cómo matarlos sino de cómo cuidarlos, como entrenarlos y de los secretos de cada especie. Le había prometido a Chimuelo que no permitiría que lastimaran a otro dragón así que un día regrese a Berk en la noche y sin que nadie me viera libere a los Dragones que usaban para los entrenamientos, ellos simplemente nos siguieron de regreso a mi base a la que había nombrado "La orilla del Dragón" y para cuando me di cuenta ya había cumplido un año lejos de Berk.

Un día llegaron a la isla tres personas, una chica acompañada de sus padres, La chica se llamaba Heather, ella y sus padres venían de una isla del archipiélago por lo que supe que su isla estaba muy lejos, su barco había sido atacado por piratas y quedó muy dañado por lo que perdieron el rumbo en el mar y terminaron varados en mi isla por varias semanas. Cómo no había manera alguna de reparar el bote y Chimuelo no sería capaz de cargar conmigo y otras tres personas decidí entrenar un dragón para Heather para que pudiera llevar a su padre mientras que su madre iría conmigo sobre Chimuelo.

Heather aprendió muy rápido y formó un vínculo con un Látigo Afilado al cual nombró Cizalladura, cuando aprendió a volar sobre su dragón nos marchamos hacia su isla. Duramos días volando hasta que por fin llegamos a una isla donde había una aldea, no era muy grande, pero sus habitantes parecían felices y eran personas buenas. Heather y sus padres me agradecieron diciendo que si algún día necesitaba ayuda contara con ellos, yo les dije lo mismo, pero, dos años después Heather volvió a llegar a mi isla, en cuanto me vio corrió a abrazarme y comenzó a llorar. Me contó que su isla había sido atacada y solo ella pudo sobrevivir, le dije que podía a quedase a vivir conmigo en la Orilla del Dragón.

Desde ese momento Heather y yo decidimos ayudar a todos aquellos marineros que eran atacados para que ninguno pasara por lo mismo que ella. Muchos de los marineros a los que ayudamos no tenían un lugar al cual regresar por lo que decidían quedarse en la Orilla del Dragón ayudando en cualquier cosa que se necesitara, otros simplemente nos agradecían por ayudarlos y seguían su rumbo y algunos pocos eran guerreros de diferentes lugares que, como agradecimiento por ayudarlos, nos enseñaban sus técnicas de combate, aprendí que no solo se ganaba un combate con fuerza bruta como creí mientras vivía en Berk sino que la inteligencia, velocidad y agilidad hacían una gran diferencia. Con el tiempo Heather y yo nos volvimos guerreros sumamente hábiles y fuertes, también nos ganamos una reputación en todo el archipiélago, nos llamaban "Los Jinetes de Dragones" y cómo nos gustó el apodo decidimos usarlo.

La isla a la que llegue y en la cual establecí una base ya no era solo eso, con el tiempo y con la llegada de más personas y de los Dragones que Heather y yo rescatábamos de los cazadores se había vuelto una gran aldea donde humanos y Dragones vivían en paz. Nuestra aldea también se hizo conocida como "La Aldea Dragón" una de las islas más poderosas de todas, también nos hicimos de aliados poderosos; Los defensores del Ala, Las Doncellas Aladas y por último los Berserker's aunque con estos últimos fue muy diferente ya que su líder Dagur fue quien atacó la isla de Heather y mató a sus padres, tiempo después descubrimos que Dagur y Heather eran hermanos y gracias a eso Dagur pudo redimirse y se ganó el perdón de Heather, aún así, sabía las relaciones que existían entre Berk y los Berserke's por lo que le dije a Dagur que no les mencionara nada sobre mí ni de la isla.

Luego de haberle pedido eso a Dagur recordé a Berk, recordé que ellos sufrían ataques de Dragones con frecuencia y gracias a lo que había aprendido con Los defensores del Ala supe que los Dragones estaban siendo controlados por la Reina o Rey de un nido, solo debía saber dónde estaba el nido y acabar con el Líder. Y lo hice, les pedí a mis aliados y los habitantes de mi aldea que me acompañaran a la batalla, todos aceptaron. Cuando llegamos a la isla en donde era el nido los Berserker's armaron las catapultas y rompieron la montaña, Chimuelo rugió con fuerza y muchos dragones comenzaron a salir volando y a alejarse del lugar, muchos de los que me acompañaron comenzaron a celebrar pero de repente sentimos un gran ventisca desde el interior de la montaña.

—¡Esto no se ha acabado! —Grite y todos tomaron sus posiciones.

La montaña se rompió y de ella salió un Dragón enorme. Rugió con mucha fuerza aturdiendo a muchos guerreros.

—¡Catapultas! —Le ordenó Dagur a su gente y ellos atacaron a la gran bestia aceptándole muchos disparos en la cara, pero, solo la enfurecieron más. La bestia lanzó su ataque de fuego y quemó las catapultas y los barcos, casi quema a las personas pero Las Doncellas Aladas se encargaron de ayudarlos a salir del alcance del ataque del dragón.

—Vaya... es muy inteligente —Me dijo Heather mientras nos manteníamos en el aire con nuestros dragones.

Recordé lo que me enseñó Bocón durante el entrenamiento mata Dragones y era que Cada dragón tiene un punto ciego y que el ruido los aturde.

—¡Dagur! ¡Atali! —Los llame y ambos se acercaron a mi gracias a sus Dragones, Dagur había forjado un vínculo con un Triple Ataque mientras que Atali volaba gracias a que tenía una cría de Látigo Afilado sujetada a su cintura— ¡Vayan a su punto ciego! —Ordene señalando al enorme Dragón que enfrentábamos—. ¡Hagan ruido! ¡Confúndanlo!

—¡Esa es mi especialidad hermano! —Dijo Dagur emocionado y se acercó volando a la Gran bestia.

Atali también obedeció lo que le dije y con su escudo y un pequeño mazo comenzó a hacer ruido junto a Dagur. El Enorme Dragón comenzó a ser aturdido por los ruidos que mis amigos hacían de en sus oídos, pero, el Dragón de Dagur y el de Atali también fueron aturdidos por el ruido y ambos comenzaron a caer. Dagur saltó de su Dragón con su mazo en la mano y aterrizó en la cabeza de la Reina, mientras que Atali casi se hubiera estrellado en el suelo de no haber sido por Heather y Cicelladura quienes la tomaron en el aire en el último momento.

Dagur comenzó a golpear los ojos del Dragón causando un gran dolor, como reacción el Dragón comenzó a moverse bruscamente haciendo caer a Dagur y volvió a lanzar otro ataque de fuego. Rápidamente Chimuelo y yo tomamos a Dagur y lo dejamos seguro en el suelo para luego ir a contraatacar. Chimuelo disparó un fuerte disparo de Plasma que hizo tambalear al Enorme Dragón el cual fijó sus ojos en nosotros.

—Esa cosa tiene alas. ¡Veamos si las usa! —Chimuelo supo lo que quería hacer y volvió a lanzar otro disparo dándole en una de las Alas, luego comenzamos a subir más y más en el cielo.

La Reina del nido comenzó a abrir sus alas y emprendió vuelo tras de nosotros.

—Si vuela... —Guíe a Chimuelo entre las nubes para poder desaparecer de la vista de nuestro perseguidor—. Bien amigo ¡Hora del ataque!

Chimuelo comenzó a lanzar múltiples disparos al Gran Dragón el cual no era capaz de ver de dónde venían los ataques y en su desesperación comenzó a quemarlo todo a su alrededor.

Chimuelo y yo no recibimos daño alguno ya que estuvimos volando sobre él mientras lanzaba sus llamas. Cuando el ataque cesó comenzamos a descender a Gran velocidad haciendo que el Dragón nos viera y nos siguiera. Mi plan era simple, no morir con lo que estaba a punto de hacer.

Estamos cayendo muy rápido esperando el momento adecuado para lanzar el último ataque. El suelo se hacía cada vez más grande y fue cuando el Dragón que teníamos atrás comenzó a abrir su boca y acumular el Gas.

—Espera... —Le dije a Chimuelo mientras esperaba un poco más a que La Reina acumulara más gas, cuando lo hizo le di la señal a Chimuelo— ¡Ahora! —Grite y Chimuelo con mucha velocidad dio un giro y lanzó un disparo que entró Justo en la boca del enorme Dragón.

El disparo de Chimuelo hizo que el Gas en la boca de la Gran Bestia se encendiera y ella no pudo controlar su dirección ya que sus alas comenzaron a desgarrarse por varias quemaduras que sufrió debido a los ataques de Chimuelo. Definitivamente iba a estrellarse y a explotar.

—¡Salgamos de aquí amigo! —Le dije a Chimuelo y comenzamos a subir al cielo, pero no pudimos alejarnos Los suficiente cuando ocurrió la explosión que quemó la prótesis de Chimuelo haciéndonos perder el balance causando que nos estrelláramos con la cola del enorme Dragón que acababa de explotar.

Luego de eso no recuerdo nada de lo que ocurrió hasta que desperté en mi cabaña. Lo primero que vi al abrir mis ojos fue a Chimuelo.

—Hola amigo —Dije mientras lo acariciaba—. ¿Que fue lo qué pasó? —Pregunte confundido, él solo hacía unos ronroneos así que lo atribuí a que estaba feliz de verme despierto— Bueno hagámosle saber a los otros que desperté —Dije para tratar de ponerme de pie, estire mis dedos pero cuando lo hice me sentí extraño así que rápidamente quite la sábana que me cubría.

Suspire pesadamente mientras asimilaba lo que había pasado, perdí una pierna, no lo acepte tan mal y Trate de ponerme de pie pero cuando di el primer paso perdí el equilibrio y de no ser por Chimuelo me hubiera caído en el piso. Chimuelo me ayudo a caminar unos metros mientras me acostumbraba a caminar con mi nueva "pierna". Cuando salí de mi cabaña Los primero que vi fue a muchos Dragones, si bien ya en mi isla habían Dragones, ahora habían diez veces más que antes.

—¡Despertó! —Exclamó uno de los habitantes de mi pueblo.

—¡El Jefe despertó! —Gritó una mujer corriendo a verme.

Rápidamente una multitud de personas me rodeaba. Era claro que todos en la isla se preocupaban por mí así como yo por ellos... una de las cosas que mi padre me enseñó fue que Un jefe proteja a los suyos y ahora yo debo de proteger a todas estas personas y a todos estos Dragones.

—¡Hipo! —Oí una voz muy agradable—. Me tenías tan preocupada —Dijo Heather abrazándome con fuerza mientras lloraba.

Correspondí su abrazo y luego la aparte un poco de mí para secarle sus lagrimas.

—Tranquila... no es como que haya perdido la vida. Al menos estoy en una pieza —Dije de forma sarcástica viendo mi prótesis y moviéndola un poco.

—Bueno casi todo —Habló Darek, un hombre un poco mayor que se quedó a vivir en la isla luego de que Heather y yo lo salvaron, aparte de mi solo él sabía sobre herrería en la isla— Esa parte es mi mano de obra con un poco de sazón de Hipo ¿Te servirá?

—Ah... le puedo hacer algunos ajustes —Dije sarcástico y todos rieron— ¿Y los otros? —Le preguntó a Heather.

—Cuando quedaste inconsciente todos vinieron hasta aquí y estuvieron esperando a que despertaras pero... —La interrumpí en esa última frase.

—Espera... ¿cuando tiempo estuve inconsciente? —Pregunte muy confundido.

—Tres semanas —Respondió Heather sin titubeos—. Ellos no querían irse pero tuvieron que hacerlo por sus deberes como líderes.

—Bueno, hay que avisarle que desperté. Darek ¿puedes enviarles el mensaje? —Le Pregunte y el asintió—. Usa a los Terribles Terrores.

Seguí mirando a mi Alrededor y vi que varios dragones no se comportaban bien y algunos causaban pequeños desastres.

—¿Hay que trabajar no creen? —Le pregunte a los que estaban a mi alrededor y ellos asintieron, en realidad casi todos ya que Heather me tomó por los hombros.

—No, no, tú no vas a trabajar —Dijo Heather regalándome frente a todos lo que causo que varios rieran—. Acabas de despertar y aún estás débil, tienes que reponerte primero.

—De acuerdo... —Respondí de mala gana. Aún así les dije a todos que hacer y ellos comenzaron a trabajar en ello.

Con la llegada de los Dragones del nido a la Aldea Dragón tuvimos que ampliar la aldea; construimos más establos para los dragones, nuevas torres de vigilancia en los diferentes lados de la isla ya que ahora que tenemos más dragones de seguro seremos un objetivo más atrayente para los Cazadores, y también construimos nuevos almacenes para poder resguardar suficiente alimento para todos en la isla.

Otros cinco meses pasaron y con ellos ya había cumplido cuatro años lejos de Berk. Heather y yo seguíamos explorando nuevos lugares para poder completar un mapa de todo el archipiélago en el que había estado trabajando por mucho tiempo. Un día llegamos a un lugar que estaba completamente destruido por el hielo y en ese lugar nos encontramos con Cazadores de Dragones, estos cazadores no eran como los que habíamos enfrentado anteriormente. Intentaron atraparnos pero Heather y yo logramos escapar. Cuando estábamos en el cielo miramos a un lado y vimos a otro Jinete de Dragón, nos sorprendimos mucho ya que pensábamos que solo éramos nosotros dos. Tratamos de hablarle pero cuando lo hicimos nos derribaron de nuestros Dragones.

—¡Hipo! —Gritó Heather con mucha fuerza mientras ambos caíamos sin control.

Cuando estuvimos apunto de chocar con el agua unos dragones nos atraparon y comenzaron a seguir al extraño jinete. Chimuelo cayó al mar y Cizalladura estaba inconsciente debido a algo que el jinete le había hecho.

—¡Hey dejaste a mi dragón allá atrás! —Le dije sin saber si me escucho o no—. Él no puede volar sin mi.

El jinete no respondió y simplemente seguimos volando siendo sujetado por los dragones.