♠5♠
Lentamente me desperté algo desorientado, en una cueva bastante oscura. Me asusté de inmediato, y me puse en alerta. ¿Cómo llegué aquí? Estaba volando con Hipo y él... Fue ahí cuando lo recordé y me calme. Dragones empezaron a acercarse pero no me importaba. Él se había ido, no tenía nada más que hacer aquí.
— Mátenme, ya no me importa.
Ellos solo se miraron extrañados, me olfatearon un poco, y me dejaron en paz, pero cuando oyeron un sonido como de cascabeles uno de ellos me levantó y me llevó volando, mientras que yo no ponía resistencia.
Me soltó en un lugar y planeaba no moverme para nada pero entonces lo oí.
— ¡Chimuelo!
Me levanté, me sacudí y Hipo vino corriendo hacía mi.
— ¿Hipo? ¿En serio eres tu?
— Todo está bien tu tranquilo. También me alegra verte amigo.
Lo lamí
— Me tenías muy preocupado.
— Lo siento. Es mi culpa, yo-
En ese momento los dragones que estaban delante nuestro encendieron sus hocicos generando fuego y luz, y entonces vi al Tipo Misterioso.
— No te nos acerques. No lo perderé otra vez.
Gruñí mientras rodeaba a Hipo con mi cola para protegerlo. Me sorprendió que el tipo arroje su bastón y su escudo al suelo y empezó a caminar hacia nosotros pero yo no pensaba bajar la guardia.
— No te acerques más.
Se agachó a mostrarme su mano.
— ¡NO ME-! ¿To...ques?
Por un motivo que no comprendí me desmayé cuando tocó un punto de mi nariz.
Me despertó una señora y noté que era la del traje pero inmediatamente después se lo quitó revelando un abrigo y salió corriendo. ¿Qué sucede?
— ¡E-Espera! ¡¿A dónde vas?!
Hipo salió a perseguirla por una gruta y yo igualmente lo seguí.
— ¡A-Alto, espera un segundo!
— Por aquí, ven.
— ¡Es que no puedes decir una cosa así y salir corriendo! ¡¿Tu eres mi madre?! ¿C-Cómo es qué-? ¿T-Te das cuenta de lo loco que se oye eso?
Eso no lo vi venir.
— Ven, rápido.
Ella escaló una piedra fácilmente pero a Hipo le costó asique lo ayude.
— Luego explícame todo.
— ¡¿Dónde has estado todo este tiempo?! ¡Porque dijeron que habías muerto! Todos en la aldea creen que te devoraron los...
Al salir de la grieta vimos todo un mundo de dragones volando juntos, cachorros correteando por ahí y todos en armonía. Wow, esto sí es un gran y poderoso nido. Giré mi cabeza y los vi.
— Hipo, ten cuidado.
Gruñí al ver al Corta Tormentas y a la supuesta madre de Hipo colgados en una grieta del techo.
— Ah, pero miren quienes son.
El Corta Tormentas tenía un olor especial, algo que no pude definir, pero sabía que era algo importante.
Hipo y su madre empezaron a hablar pero un dragón se me acercó.
— ¿Uh? ¿Hola?
— No puedo creerlo. ¡Es cierto!
— Uh.. ¿Qué?
— ¡Ya era hora de que llegaras!
El dragón me empezó a acariciar asique me alejé un poco.
— Te confundes amigo.
— ¿Confundirme? ¡Eres tú! ¡Nos traerás paz!
Me empezó a acariciar la cola pero yo lo ignoraba. Este tipo si que está loco.
Luego de un rato el Corta Tormentas extendió una de sus alas para que la señora pueda bajar pero yo ya estaba algo... Ocupado.
— ¡Hipo! ¡Ayuda!
Dragones extraños empezaron a rodearme y a olfatearme pero el Corta Tormentas me pasó por atrás y rugió ahuyentarlos.
— ¡Largo de aquí!
— Gracias.
— Wow es un Corta Tormentas. Están en el libro de dragones pero nunca vi alguno cerca de Berk.
— Eso es porque soy el último. Soy Brinca-Nubes, un honor verlo después de tanto tiempo, Hipo.
Se inclinó. Ni que fuera un Alfa.
— Brinca-Nubes, es un lindo nombre.
— Eh... ¿Hijo? ¿Cómo sabes que ese es su nombre?
Oh, aquí vamos de nuevo.
— Oh... Bueno... Algo extraño es... Que yo entiendo... A los dragones.
Ella abrió los ojos y la boca sorprendida.
— ¿T-Tú los entiendes? ¿E-Eres el elegido?
— ¿Qué?
— ¿Qué?
— Yo puedo explicar todo esto. Dile a tu madre que voy a contarte una pequeña historia.
Luego de que Hipo le diga a Valka ella asintió mientras Hipo y y yo no entendíamos nada.
— Los dragones tenemos una leyenda. La leyenda del Alfa y el Beta que reinaban juntos a todos los dragones en el pasado. Ambos dragones poseían poderes que los ayudaban a controlar a toda la manada. También tenemos la leyenda del Humano Bueno. Leyenda que creo que conoces.
Hipo me miró y yo lo miré a él para luego volver a mirar a Brinca-Nubes.
— Yo soy el Beta. No sólo soy el último sino también soy único. Tengo poderes inimaginables, que creo que no son necesarios detallar.
Abrí la boca sorprendido. ¿Estoy en presencia del Beta de las leyendas?
— Alfa y yo solíamos tener una base miles de kilómetros al sur, pero sentí algo, un nacimiento había ocurrido y era uno muy especial ya que Alfa también lo sintió. Tomamos la manada y juntos volamos por semanas, buscando al pequeño cachorro que había nacido. Nos detuvimos en esta isla a descansar, y por la noche fui a buscar al cachorro por mi cuenta. Mi olfato me llevó hasta una aldea vikinga, una casa en específico. En donde te encontré.
Miró a Hipo y el se sorprendió.
— Tan pequeño, tan vulnerable. Pero el destino lo había escogido para ser el Humano de la Leyenda, asique no podía llevarte conmigo, porque tu destino estaba ahí, pero te di la Marca del Habla.
Hipo se tocó su cicatriz en su mejilla.
— Sabía que te ayudaría a cumplir tu destino, pero mis planes se desviaron cuando conocí a tu madre.
— ¿Mamá eso es verdad? ¿Estabas ahí ese día?
Ella asintió.
— Yo estaba ahí, tratando de defenderte. Pero al ver a Brinca-Nubes jugando contigo fue prueba de todo lo que creía. Cuando se acercó a mí, pude ver su alma. Pude notar que no era una Bestia Salvaje, era una criatura tierna e inteligente, con un alma que reflejaba la mía.
— No pude resistirme, es mi culpa. Valka no tenía ningún destino en Berk, asique me la llevé porque me sentí amenazado. Vikingos empezaron a rodearnos, y creí que ambos estábamos en peligro, asique me la llevé.
— Me rompió el corazón no regresar, pero creí que Brinca-Nubes estaría más seguro si no lo hacía.
— Wow.
Me tomó un segundo recordar algo, y creo que Hipo también lo notó.
— Espera. Si tu eres el Beta, ¿significa que el Alfa también está aquí?
— Pero claro, hijo. Este es el Gran Nido, el hogar del gran Salvajibestia.
Caminamos los cuatro hasta un acantilado que lo mostró descansando en el agua. Definitivamente más grande que la Muerte Roja.
— La especie Alfa, una de las pocas que todavía existen.
— Un segundo, ¡¿hay más?!
— Todos los nidos tienen sus Líderes pero él es el Rey de todos los dragones. Con su aliento helado, este noble gigante construyó nuestro Nido, un refugio para los dragones de todo el mundo.
Valka señalo el techo y columnas de hielo para luego seguir caminando cuesta abajo.
— También un refugio para esperar la llegada de la leyenda.
— Espera, ¿es el Escupe Hielo? ¿Él es el responsable de la destrucción de allá afuera?
— Nos protege.
Dijo algo ofendida. ¿"Nos protege"? Habla como si ella fuera un dragón.
— Todos vivimos bajo su cuidado y su mando.
Definitivamente se cree un Dragón.
Un grupo de Clava-Garras cachorros se acercaron a mí.
— ¡Es el Furia Nocturna!
— ¡Nos has Salvado estamos Agradecidos!
— ¿Qué? Eh.. Niños déjenme.
— Todos Excepto los bebés, por supuesto.
Empezaron a acercarse demasiado.
— ¡Déjenlo!
Brinca-Nubes rugió haciendo que se vayan volando.
— Gracias Beta.
— De nada.
— Pero, ¿le harán caso a Nadie?
Valka reía mientras veía a los cachorros jugar arriba del Alfa y despertarlo. Espero que no se enoje.
— Ya desperté.
Dijo el Alfa mientras se levantaba haciendo que los Cachorros vuelvan a irse. Wow, es realmente bueno.
— Vaya, ¿a quiénes tenemos aquí?
Su enorme cabeza se asomó y empezó a vernos.
— Eh, soy Chimuelo, s-señor.
Dije mientras agachaba la cabeza con respeto. No quiero enfadarlo.
— Eres tú, el Buen Humano, e hijo de Valka.
Decía el Alfa mientras miraba a Hipo y él se sorprendió.
— Bienvenido.
Le escupió un poco de nieve mientras dijo eso último y Valka rio.
— Le agradas. Debes tener hambre. ¿No?
— Ah, sí. Podría comer, sí.
— Bien, es hora de comer.
Ambos se caminaron hacia algún lado pero yo estaba muy emocionado.
— ¡Conocí al Alfa de las leyendas! ¡Y sobreviví!
Me acerqué a Brinca-Nubes.
— ¡Y tú eres el Beta que nos protege!
Me puse debajo de su ala en broma y él soltó una risita.
— Anda, vamos a comer.
Ambos seguimos a nuestros jinetes hasta una grieta que salía al exterior y Hipo se acercó a mí listo para despegar.
— Hijo, no lo entiendo. ¿Cómo es que lograste hacerte amigo de un Furia Nocturna? Estoy segura que debe ser el último de su especie.
— Eh. Lo encontré en el bosque. Lo derribaron y lo hirieron.
Bueno, la historia es más larga que eso.
— Aquí también hay dragones heridos, todos por Drago Manodura pero, ¿y eso que es?
Se acercó a mi cola faltante.
— ¿Drago o sus atrapadores hicieron esto?
— Bueno... No.
— Lo más extraño es, que en realidad... Yo fui el que lo derribo.
Mientras decía eso me acerqué más a él para que pueda acariciarme.
— ¡¿Qué?!
— Tranquila, ya no hay ningún problema.
— Claro que no.
— Él me la devolvió. ¿Verdad amigo?
Empezamos a jugar un poco.
— ¿No pudiste salvarme completo cierto? Tenías que emparejar las cosas, asique ¡adiós pierna!
Me daba tanto orgullo cuando demostraba que podía bromear con eso.
— ¡Ven aquí tú!
Lo empujé con mi hocico haciendo que se suba a mi lomo y empezó a rascarme.
— Bueno, ya, vamos a comer.
Valka se ayudó con su bastón para subir a Brinca-Nubes y ambos despegamos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro