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Capítulo 6: Una Visita a Berk

Al llegar al santuario, nos percatamos de que ya ha anochecido, por lo que es hora de descansar. Bajo de Chimuelo y espero a que mi madre baje de BrincaNubes, cuando lo hace se dirige a mí y me vuelve a abrazar fuertemente.

-Descansa hijo -dice a mi oído-

-Igual madre -la abrazo más fuerte-

-Ven, te mostraré donde te puedes quedar -me sonríe y me lleva hacia una pequeña cueva- aquí pueden dormir tú y Chimuelo cómodamente

-Gracias madre -digo para después acomodarme en la cueva junto a Chimuelo y dormir-

Narra Nereida:

Al llegar al lago del santuario en la Especie Alfa, me bajo, me despido de él y subo la colina que da al centro del Santuario para ir con Valka, cuando escucho unos ronquidos familiares. Volteo hacia un lado y veo a Furia Nocturna durmiendo cómodamente.

Me siento tan feliz de que volviera a casa, aunque no tanto con un vikingo, pero él parece...diferente. No es esa clase de vikingo a la que ya estaba acostumbrada cuando los veía, él es alguien especial.

Algo muy en el fondo de mí, me dice que él es el chico con el que siempre soñé, pero decido quitarme eso de la cabeza e ir con Valka. Cuando llego con ella, la veo sentada mientras calienta un pescado en la fogata.

-Pensé que ya te habías dormido -dice sonriendo-

-Me entretuve un poco en el camino -digo algo tímida-

-¿Ahora qué piensas de mi hijo? -pregunta curiosa-

-Es un gran chico, siento que lo juzgue mal -digo apenada-

-¿Te agrada? -se escucha un tono de picardía en su voz-

-Si, pero no de la forma que tu estas pensando -digo riendo-

-Deberían conocerse un poco más -sé que está tramando algo-

-Valka, si piensas juntarnos, te equivocas -niego con la cabeza y mirándola desafiante-

-Te conozco Nereida, él te agrada, y se que muy en el fondo, quieres volver a montar a Furia Nocturna -me sonríe victoriosa y yo parpadeo frenéticamente-

-¿Y qué tiene que quiera volver a montar a Furia Nocturna? -digo sonriendo sin entender su punto-

-Hmm -dice pensante- veamos, Furia Nocturna ya no puede volar por si solo -por todos los dioses, había olvidado eso- por lo que Hipo tendrá que enseñarte a usar su mecanismo, a no ser que quieras volar con él -esa idea no suena mal dice mi subconsciente, ay basta Nereida-

-Le pediré que me enseñe a usar el mecanismo de Furia Nocturna -digo segura, pero tú quieres volar con él ¡basta subconsciente!-

-Bueno... -dice como si estuviera ocultando algo- tendrá que enseñarte desde las alturas, para que lo puedas manejar mejor -sonríe y yo me quedo sin salida-

-Está bien -suspiro rendida- volaré con el -sonrío-

-Bueno señorita enamorada, es hora de dormir -se levanta y apaga la fogata, suelto una carcajada-

-Yo no dije que estuviera enamorada -me quejo riendo-

-No lo dijiste, pero eso no significa que no lo estés -dice volviéndome a vencer-

Camino de vuelta a mi cueva ubicada en una pared del santuario, subo las pequeñas escaleras que había creado para poder llegar, y me acomodo en ella. Desde ella, puedo ver a la Especie Alfa dormir, y a Chimuelo también, ya que su cueva se encuentra en la pared de enfrente.

Me quedo pensando un poco...¿Me atrae Hipo en realidad? ¿En serio quiero volar con él? Bueno...claro que quiero, pero no se lo dejaré tan fácil, además, el volver a volar me aterra un poco, siento que volveré a caer al mar. Me quedo unos minutos más despierta y luego caigo profundamente dormida.

Narra Hipo:

Despierto desorientado, por lo que volteo hacia todos lados y me acuerdo de que me he quedado en el Santuario. El sol pega en el hielo, haciendo que este refleje la luz dentro del lugar. Recuerdo la gran idea que tenía para Nereida. Miro hacia arriba y mi vista se dirige hacia su cueva, supongo que seguirá dormida, así que voy en busca de mi madre. Al encontrarla, la veo cocinando algo en una fogata, ella mira hacia arriba y me sonríe.

-Buenos días hijo -saluda con calidez-

-Buenos días madre -respondo algo adormilado todavía-

-¿Quieres desayunar? -pregunta-

-Estoy bien, gracias -sonrío-

-¿Quieres hacer algo hoy? -me pregunta con emoción-

-Necesito volver a Berk -digo algo triste-

-Oh -dice algo decepcionada- bueno, te prepararé algo para que lleves en el camino

-Ven conmigo -digo suplicante-

-No puedo hijo -dice triste- yo debo estar aquí, no quiero que Drago ataque este lugar

-Lleva a los dragones contigo a Berk -propongo-

-Mejor, ¿porque no vas? Y ya si quieres, puedes volver algún día a visitarme -sonríe débilmente-

-Pero no te quiero volver a perder, he vivido sin ti 20 años

-Yo tampoco te quiero perder hijo, pero es lo mejor -sonríe- puedes llevar a Nereida contigo

-¿Qué? Pero ella vive contigo, no la puedo alejar de todo esto -digo preocupado, pero luego se me ocurre una idea- ya se, puedo llevarla de visita, y decirles a todos en Berk que estoy quedándome en un lugar, y que volveré con ellos pronto -sonrío-

-Si eso les quieres decir, esta bien -ríe- ahora ve en busca de Nereida, seguramente está en el lago

Me voy de ahí y me dirijo al lago, al llegar veo a la Especie Alfa mirando hacia un punto bajo en el lago, así que volteo hacia el mismo lugar y la veo ahí, sentada en la orilla del lago y articulando unas palabras. Bajo la colina tratando de hacer el mínimo ruido posible y cuando estoy a centímetros de ella, intento sorprenderla...pero no me resulta muy bien.

-Si pensabas asustarme te aviso que jamás lo lograrás -ríe dejándome ahí paralizado- ¿qué haces aquí?

-Pues sólo vine a estar un rato contigo -sonrío mientras me siento a su lado- ¿tú qué haces aquí?

-Platicando con la Especie Alfa -lo mira-

-¿Y de qué hablan? -pregunto-

-Cosas de la vida -levanta sus hombros para luego bajarlos con un suspiro-

-Tu personalidad es muy extraña -digo riendo-

-¿Por qué? -pregunta riendo confundida-

-Ayer me odiabas con toda tu vida y ahora me aceptas aquí -sonrío-

-Pues me di cuenta de que eres diferente a los demás vikingos -sonríe-

-Si, de eso se dan cuenta todos -digo algo triste-

-¿Qué pasa? -pregunta-

-Pues...yo antes quería ser como ellos, quería ser aceptado -digo con un tono muy apagado- yo hacía lo posible por que me aceptaran en la tribu, pero nunca lo logré, y ahora... -miro hacia el lago- todos me aceptan, por alguna extraña razón, ya que sigo siendo el mismo Hipo de hace 5 años, el mismo chico tímido e inocente, con curiosidad de saber que hay más allá de todo esto -suspiro- tal vez no me entiendas

-No, no, no, claro que te entiendo -me sonríe de forma compasiva- así también era mi vida -su mirada se torna triste-

-Al parecer no somos tan diferentes como tu pensabas -sonrío-

-Al parecer no -dice tímidamente-

-Oye... -digo algo nervioso- ¿te gustaría ir a dar un paseo con Chimuelo? -la miro y veo que me ve sorprendida- digo, si quieres, no te estoy obligando -digo rápidamente-

-Me gustaría, pero yo ya no vuelo -dice algo triste-

-¿Ya no vuelas? -finjo confusión, ya que sé que no vuela en uno desde que perdió a Chimuelo-

-En dragones -dice rápidamente- yo ya no vuelo en dragones -ríe intentando explicármelo de alguna forma-

-Bueno, puedes volverlo a intentar -sonrío-

-Me siento más cómoda viajando en la Salvajibestia -dice y sonríe de forma tímida-

-Esta bien, puedes ir en la Salvajibestia -digo comprensivo-

-Gracias -me agradece cálidamente- ¿y a dónde iríamos? -pregunta curiosa-

-Iríamos a Berk, quisiera que conocieras ese lugar en tierra firme y no en los aires -sonrío esperando que de alguna forma acepte mi invitación-

-Oh, está bien -dice levantándose- ¿qué estamos esperando? -fue más fácil de lo que creí-

Ella se dirige a la Salvajibestia mientras yo subo la colina para llegar a Chimuelo. Cuando los dos estámos listos, partimos hacia Berk. El viaje es algo corto, pero con tiempo para hacerme pensar, debo decirle a mi padre que mi madre sigue viva, que debe ir con ella, y decirles a todos en Berk que estoy bien y que no volveré por un tiempo. Al llegar al muelle, Nereida se baja de la Salvajibestia y le dice unas palabras, a lo que el dragón se va de ahí dejándola. Me dirijo hacia ella y subimos las rampas que dan hacia la isla.

-Tengo miedo -dice mirándome asustada-

-Tranquila, no pasará nada -le sonrío- ellos no hacen daño

-¿Pero y si no me ven como una amiga? -dice preocupada, pero eso se esfuma cuando Chimuelo la sube en su lomo- ¡Wow! Tranquilo Furia Nocturna -dice sonriente y acariciándolo-

-Al menos pudiste volver a montar a un dragón volador -digo victorioso-

Al fin llegamos a lo que es Berk, y todos los vikingos voltean hacia mí y a Nereida, por lo que se dirigen corriendo hacia nosotros y asegurándose de que yo estoy bien.

-Hipo, nos tenías muy preocupados -dice un vikingo algo enojado-

-Que bueno que estás bien -dice una vikinga felizmente-

-¿Y quién es esta bonita chica? -dice otro mirando a Nereida-

-Ella es Nereida -digo volteando hacia ella, y veo que se encuentra aterrada-

-¿Está bien? -me pregunta una vikinga mientras mira a Nereida-

-Está algo nerviosa, ella no es alguien como ustedes -digo aclarándolo y los vikingos suspiran de alivio-

-Esa voz me suena familiar... -escucho a Bocón dirigiéndose hacia el círculo de vikingos- ¡Hipo! Al fin estás aquí -me abraza fuertemente- ¿Y esta hermosa chica quién es? -mira a Nereida-

-Ella es Nereida -sonrío presentándola-

-Nereida, que lindo nombre -dice saludándola-

-Es un placer -sonríe Nereida, al parecer Bocón le ha agradado-

-Solo viene de visita unas horas, luego la llevare de vuelta a su hogar -le explico a Bocón-

-Me imagino que tú estás quedándote allá -dice Bocón-

-Si, tengo una noticia que darle a mi padre, por cierto, ¿dónde esta? -pregunto-

-Oh, él... -Bocón se rasca su barba nervioso- fue de viaje a otras tierras

-¿Está haciendo alianzas? -pregunto sorprendido-

-Si, ya que tú serás el futuro jefe, quiere que tengas todo a la mano -dice explicándome-

-Bueno, tengo que darle el tour a Nereida, es bueno verlos de nuevo -digo para después caminar junto a Chimuelo, con Nereida montada en él-

Caminamos unos metros más hasta llegar al centro de la aldea, por unos momentos hay un silencio entre nosotros, aunque no incómodo. Hasta que Nereida habla.

-Así que...futuro jefe de Berk, ¿eh? -sonríe de forma algo burlona-

-Ya le he dicho a mi padre que eso no es lo mío, no entiendo porque no le ha dado el puesto a alguien más -digo algo molesto mientras ruedo mis ojos-

-Tal vez porque sabe que serás un gran jefe -opina-

Llegamos hasta mi casa y a partir de ahí empiezo el tour. Ella se baja de Chimuelo y mira de forma sorprendida mi hogar.

-Jamás había visto una de estas tan cerca -dice emocionada-

-¿Qué? Pero si ya vivías en una ¿no? -pregunto confundido-

-Es que... -analiza un poco mi casa- en la que yo vivía no era así, las casas de mi aldea eran diferentes, pero éstas las había visto en otros lugares al viajar en Furia Nocturna -sonríe-

-Oh, bueno, entonces empezamos el tour -sonrío- como sabrás, éste es mi hogar -lo señalo con mi mano- a un lado y atrás de él está el Salón de Hidromiel -apunto hacia el lugar- ven vamos para que lo conozcas -digo y le abro paso para que camine-

Subimos los escalones que dan hacia el salón, y al llegar, Nereida se impresiona de lo grande que es el lugar. Mira todo emocionada y se dirige trotando hacia una mesa para sentarse.

-Esto es increíble -dice abriendo sus brazos en el aire-

-Aquí es donde hacemos fiestas, donde mi padre hace sus juntas y reuniones con los vikingos y así -sonrío-

-Genial -sonríe y se levanta- ¿qué más hay?

-Oh ven -la agarro de la mano y al momento en que nuestra piel hace contacto, siento un escalofrío, y puedo sentir que ella también- vamos a la academia -digo algo nervioso-

Salimos del Salón de Hidromiel y bajamos las escaleras de nuevo al centro de Berk. Caminamos por unos minutos hasta llegar a la Academia de Dragones, y al llegar, veo que Brutacio y Brutilda se están peleando (como siempre), Patapez revisa sus tarjetas con las características de los dragones, y Patán entrena con Diente Púa.

-Debo recordar no dejarlos solos en la Academia -digo burlonamente y todos voltean a verme-

-¡Hipo! -Patapez corre hacia mí- ¡regresaste!

-Pensamos que te habías perdido -dice Brutilda-

-O que te había comido un dragón -se burla Brutacio-

-¿Y quién es ella? -dice Patán refiriéndose a Nereida-

-Ella es Nereida -la presento- Nereida, ellos son mis amigos, Patapez, Brutacio, Brutilda y Patán -señalo a cada uno con mi mano-

-Un placer conocerlos -dice Nereida mientras sonríe-

-Wow, jamás había visto unos ojos de ese color tan vivo -dice Patapez mirándola atentamente- tienes los ojos como un... -se queda pensante-

-Como un Furia Nocturna -termina Patán- sólo que mucho más chicos -sonríe-

-Eso es lo que yo había pensado antes -digo mirándola- jamás había visto ese color, salvo en Chimuelo -sonrío-

-Gracias por sus opiniones tan lindas, me lo han dicho mucho -dice Nereida riendo mientras se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja en gesto tímido- ¿así que aquí entrenan dragones? -me mira y noto cierta burla y enojo en sus ojos-

-Amm, si, los entrenamos desde hace 5 años -coloco una mano en mi nuca-

-¿De dónde vienes Nereida? -pregunta Brutilda cambiando la conversación-

-Vengo de... -se queda pensante- un lugar muy lejos...creo -su mirada se torna perdida-

-¿Enserio? ¿Cómo se llama? -pregunta Brutacio-

-La verdad no lo recuerdo muy bien, no he estado ahí desde hace 5 años -dice algo triste- ya que...mi hogar fue destruido -baja su cabeza-

-Oh, lo lamentamos mucho -dice Brutilda algo apenada-

-No se preocupen, he vivido bien los últimos 5 años -dice Nereida sonriendo alegremente-

-Bueno, seguiré haciendo el tour con Nereida, los veo más al rato -digo y me despido de los chicos mientras salgo junto a Chimuelo y Nereida de la Academia-

-Tus amigos son simpáticos -dice divertida una vez que nos encontramos algo lejos de la academia-

-Créeme, son todo, menos simpáticos -río divertido-

-Tal vez lo aprendieron de alguien de ojos verdes y cabello castaño rojizo -se burla-

-Ja-ja, muy graciosa -digo irónico- ¿qué más quieres conocer?

-Me dijiste que tienen una herrería... -se queda pensante-

-Claro, vamos -digo y seguimos caminando-

Al llegar a la herrería veo a Bocón haciendo una silla y enojándose con su dragón, Gruñón. Al vernos entrar, se quita su casco para soldar y se dirige hacia nosotros feliz y relajado.

-¿Te está gustando el lugar Nereida? -le pregunta con una sonrisa-

-Si, es lindo, aunque me gustaría volver a mi hogar -dice algo tímida-

-Bueno, cuando quieras, puedes volver -dice sonriente-

-Muchas gracias por su hospitalidad en éste lugar -asiente agradecida-

-Cuando quieras -sonríe Bocón- Hipo necesita una compañía ¿no? -se burla haciéndola sonrojarse y a mí ponerme incómodo-

-Bueno, le mostrare el último lugar, dile a mi padre que regresaré en unos días -digo y salgo junto a Nereida de ahí-

-Claro Hipo, yo le digo -dice Bocón y vuelve a su trabajo-

Empezamos a caminar hasta adentrarnos en el bosque cerca de PuntaCuervo. Chimuelo lleva felizmente a Nereida sobre su lomo mientras ella empieza a cerrar los ojos por el cansancio. Sonrío ante tal escena y sigo con mi vista hacia enfrente. Después de unos minutos de caminar, finalmente me detengo y volteo hacia Nereida para decirle que ya hemos llegado, pero ella se ha quedado dormida en Chimuelo. Río por lo bajo, me acerco a ella y la muevo suavemente.

-Nereida... -susurro cálidamente- Nereida...

-Hmm -se queja por lo bajo-

-Llegamos -susurro y ella abre los ojos-

-Perdón por haberme quedado dormida -se incorpora apenada-

-No te preocupes, ha sido un día largo, pero quiero mostrarte una última cosa -sonrío y la ayudo a bajarse de Chimuelo- sígueme -digo y camino unos cuantos metros hasta llegar al lugar en donde había formado mi amistad con Chimuelo-

-¿Qué es éste lugar? -pregunta observando el alrededor-

-Aquí fue donde formé mi amistad con Chimuelo -sonrío-

-¿Enserio? -pregunta sorprendida-

-Si, mira ven -dije y empezamos a bajar hasta llegar al lago que hay en el centro del lugar-

-Wow, que lindo lugar -mira a su alrededor con una gran sonrisa- ¿así que aquí fue donde cayó? -me mira-

-En realidad él cayó arriba en el bosque, pero luego se dirigió hasta acá y cayó más abajo hasta quedar sin salida -digo algo triste-

-Pero tú lo ayudaste a salir -dice sonriente- y eso te lo agradezco mucho

-Gracias -sonrío- creo que es hora de que volvamos al santuario -cambio de tema algo apenado-

-¿Tan pronto? -dice algo triste- vamos, hay que estar aquí unos minutos más -suplica-

-Nereida, tenemos que volver, mi madre estará preocupada -digo algo apenado-

-Bueno, si así lo quieres... -se acerca al agua, me salpica un poco en la cara y empieza a reír-

-Ah, ¿con que esas tenemos? -digo divertido y le salpico más de lo que ella me ha salpicado-

-¡Oye! -se queja riendo- eso no se vale -me salpica más-

Nos quedamos ahí como media hora y regresamos de vuelta al bosque. Ya ahí, Nereida tiene una sonrisa grande en su rostro, y yo también. Me he divertido mucho con ella, jamás había pensado que ella fuera así.

-¿La Especie Alfa vendrá por ti? -pregunto-

-Si, de hecho creo que esta esperando en el muelle -sonríe-

-Entonces hay que correr -digo y corro al lado de ella y Chimuelo-

Llegamos hasta el muelle y ahí se encuentra la Salvajibestia esperando. Nereida se sube en él y me indica que ya está lista para partir. Me elevo por los aires junto a Chimuelo y nos dirigimos hacia el Santuario.

¡Hola chicas! Perdonen que no haya actualizado por más de un mes esta historia, pero la forma en que el capítulo estaba escrito no me convencía mucho, debo reconocer que mi forma de escribir hace dos años tiene una gran diferencia a mi forma de escribir ahora xD. Espero que les guste y que les esté agradando mi personaje <3 nos vemos el próximo viernes con otro capítulo, ¿si? ¡Las amo con todo mi corazón y mi alma! Byeee :333

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