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Capítulo 2: La Vida de un Jefe

Empiezo a despertar a causa de unas respiraciones cerca de mi cara y cuando abro los ojos veo a Chimuelo, quien está enfrente de mi, ansioso por salir a pasear este día.

-Lo siento amigo, pero hoy no habrá paseo -le acaricio la cabeza y hace un sonido de tristeza- tranquilo, mañana volveremos a la rutina, lo prometo -dicho esto me levanto, me pongo mi armadura, salgo de mi habitación y bajo a desayunar algo antes de ir al lugar en donde mi padre siempre se está ocupando de las necesidades del pueblo-

Mientras yo desayuno pescado frito, típica comida aquí en Berk, Chimuelo desayuna pescados crudos. Sólo de verlo me recuerda la vez que me hizo darle un mordisco a un pescado crudo, supo asqueroso, pero así me gane un poco de su confianza, como algunos dicen, no se logra nada en la vida si no tomas riesgos.

Al terminar de desayunar, salgo de casa y me dirijo al taller de Bocón, el vikingo del que he sido aprendiz en la herrería cuando era más pequeño, y en donde está ubicado el lugar de quejas de mi padre. Al llegar ahí veo a Bocón, quien está haciéndole algo en los dientes a un Cremallerus

-Buenos días Hipo, hasta que te veo por aquí, creí que ya eras comida de dragón -su sarcasmo no ha cambiado desde que lo conocí-

-Buenos días Bocón, ¿qué le estás haciendo a ese Cremallerus? -miro al dragón que tiene la boca bien abierta-

-Le estoy poniendo un nuevo diente, me imagino que se ha de haber golpeado en algún lugar y se le cayó -responde colocándole el diente nuevo con cuidado-

-Oh, pobre -miro con compasión al Cremallerus- ¿has visto a mi padre? -me dirijo de nuevo a Bocón-

-Si, está en el mismo lugar de siempre -apunta con su mano intercambiable hacia el lugar donde mi padre está sentado escuchando a todos los vikingos del pueblo con sus quejas-

-Gracias -dicho esto me dirijo con mi padre-

Sólo de verlo me causa aburrimiento, no me mal entiendan, me causa aburrimiento eso de ocuparme de las ridículas quejas de cada uno del pueblo, ni siquiera sus quejas son buenas, no entiendo porque mi padre se preocupa tanto por ocuparse de ellas cuando los mismos vikingos las pueden hacer por sí solos. Cuando estoy a su lado su mirada se vuelve alegre.

-Hijo, al fin llegas, siéntate, quiero que veas como es la vida de un jefe -por su tono de voz, me doy cuenta de que está esperanzado en que sea como él-

-Estoy ansioso por iniciar -mi tono de aburrimiento es notable a kilómetros, pero mi padre no parece notarlo-

-Señor Estoico, ya no hay leña en mi casa -un vikingo que podría cargar un dragón Groncle se queja-

-Tranquilo, enviaré a más leñadores a cortar madera -mi padre lo calma y el vikingo se retira-

-Señor Estoico, los pescados se han agotado en mi mesa -una señora fingiendo preocupación se queja-

-Tranquila, los barcos parten hoy para seguir pescando

-Gracias Señor Estoico -dice la mujer y se retira-

-¿Ahora ves a lo que me refiero hijo? -se dirige hacia mi-

-Por favor, ni siquiera las quejas son buenas -mi mano, que estaba en mi barbilla hace unos momentos, hace un ademán hacia los vikingos que todavía tienen quejas-

-Mi deber, y tu futuro deber, es ocuparse de todas las necesidades del pueblo

-Hasta ellos mismos lo podrían hacer, "ya no hay leña en mi casa" -finjo la voz del primer vikingo- ¿qué le cuesta ir a tallar unos cuantos árboles y cargar su propia leña?

-Para eso tenemos a los leñadores hijo -su mirada se vuelve más y más seria a cada momento-

-Has enseñado a este pueblo a ser flojo, papá, tú en algún momento ya no estarás aquí, ni yo, y ellos tienen que aprender a valerse por sí mismos -mi mirada es molesta-

-Sé que ninguno de los dos estará aquí en un futuro, pero tus hijos serán los siguientes jefes -con sólo mencionar la palabra "hijos" me empiezan a dar náuseas-

-Yo no quiero tener hijos -mi voz se hace débil y las náuseas empiezan a aumentar, aún no estoy listo para eso, apenas tengo 20 años, ni siquiera me considero un buen padre-

-Eso dices ahora, pero cuando seas más grande, tú y Astrid tendrán unos hermosos hijos -mis ojos se dirigen bien abiertos hacia él, ¿Astrid y yo?-

-Papá, Astrid no es la chica con la que quiero estar -lo miro seriamente-

-Pero si se nota que sigues enamorado de ella -una sonrisa se forma en su boca- y a mi me cae muy bien como para tu futura esposa-

-Hace 5 años me gustaba, pero ahora ya no, siento que otra persona, que aún no conozco, es la indicada -lo miro con seriedad-

-Pero, hijo...Astrid es... -lo interrumpo-

-Si lo se, es la chica más bonita de Berk, pero para mi ya no, algo está llamándome hacia la nueva isla que descubrí ayer, y siento que lo que encontraré ahí, cambiará mi vida para siempre -mi mirada se dirige a un punto de la herrería-

-Pero Astrid es una gran chica, y los dos quedan muy bien como pareja -dice sonriente-

-Ay papá, jamas me escuchas -pongo mis manos en mi cabeza, mientras ésta se encuentra baja, quejándome-

-Pronto ustedes dos tendrán una boda, y juntos serán los nuevos jefes de Berk -miro directo hacia él con cara de confusión, esto ya es demasiado-

-No, papá, no habrá un nosotros, ¿ok? Astrid y yo sólo somos amigos, y siempre seremos sólo amigos -dicho esto me voy de ahí y me dirijo a casa-

Mientras voy caminando veo unas explosiones en la "Academia de Dragones", supongo que los gemelos Brutacio y Brutilda habrán hecho algo malo esta vez. Me dirijo corriendo a la Academia y cuando llego, veo demasiado humo, y a Patapez, Brutacio, Brutilda y Patán con manchas negras en la cara a causa de la explosión.

-¿Pero qué pasó aquí? -digo mientras hondeo mi mano de lado a lado para alejar el humo-

-Fue culpa de Brutacio y Brutilda -Patapez apunta directo a los gemelos-

-Sólo estábamos practicando unos tiros con Barf y Belch -dice Brutacio en forma defensiva-

-Lamentablemente los dos están resfriados, así que de repente empezaron a estornudar y eso fue lo que causó las explosiones -Brutilda acaricia a Barf-

-Bueno, lo importante es que no salieron heridos -digo pasando una mano por mi cabello-

-¿No has visto a Astrid? -Patán de repente pregunta- la hemos estado buscando todo el día

-Es cierto, ¿no sabes donde está? -Brutilda habla-

-No, no la he visto, he estado desde la mañana con mi padre en su taller de quejas -ruedo los ojos-

-Ya no hace falta buscarla, ahí está -Patapez apunta hacia un lugar en el cielo y todos volteamos-

Astrid está junto a Tormenta practicando unas maniobras a lo lejos en unas montañas, de repente, se nota que da un mal paso y resbala de Tormenta quedando colgada. Al parecer Tormenta no la puede mucho, ya que no hace mucho se lastimó una pata.

Algo asustado, llamo a Chimuelo y me subo en él para ir por Astrid. Tormenta la suelta y junto a Chimuelo, voy por ella. Al agarrarla, ella sigue gritando, hasta que se detiene en un momento y voltea hacia Chimuelo.

-¿La tienes? -le pregunto a Chimuelo y él asiente con la cabeza-

Nos volvemos a dirigir a Berk, al llegar, Chimuelo deja a Astrid en el suelo y Tormenta se dirige hacia ella asegurándose de que está bien. Me bajo de Chimuelo y le acaricio la cabeza.

-Buen chico -digo y me dirijo hacia Astrid- ¿estás bien?

-Si, gracias Hipo -sus ojos azules me miran con esa intensidad y compasión-

-Amm, de nada -digo pasando una mano por mi cabeza, ¿qué me pasa? Hace tiempo que no me pongo así con ella-

-Bueno, al parecer Tormenta todavía necesita descansar de la herida que se hizo hace unos días, será mejor que la lleve a casa -dicho esto ella empieza a caminar junto a Tormenta-

-Te acompaño -camino a paso rápido hasta estar a su lado-

-Hacia tiempo que no me acompañabas a un lugar -dice con una risa burlona- ¿qué pasa Hipo?

-Amm, nada, sólo quería revivir viejos tiempos -vuelvo a pasar una mano por mi cabello-

-Aja -dice con una mirada sospechosa- ¿seguro que no pasa nada Hipo?

-Seguro -digo algo más serio-

-Bueno, gracias por acompañarme -dicho esto me abraza y luego se separa entrando a su casa-

Me alejo de ahí y camino de vuelta a casa. ¿Qué ha pasado? No he actuado así con ella desde el día en que me di cuenta de que yo no sentía amor por ella, sino atracción. Tal vez mi padre tiene razón, tal vez sigo un poco atraído por ella, pero es una atracción leve, lo malo es que sólo le vi el físico, nunca su forma de ser, y ahora que lo pienso, es algo ruda para mi estilo, cada vez que me besaba me daba un golpe antes de ello, y eso no es lindo. Necesito calmarme, y razonar que sólo es una chica, una amiga.

Al llegar a casa, Chimuelo se pone algo ansioso, sabe que ahora que estoy desocupado, podemos ir a volar un rato, pero yo estoy algo cansado, ya está anocheciendo y salir a pasear a estas horas no es conveniente aquí en Berk.

-Chimuelo, ya es algo tarde, además, el clima desciende más en la noche, no quiero que te enfermes -dicho esto, se pone algo triste, pero sin quejas, entra a la casa conmigo-

Subo a mi habitación, sé que mi padre llegará en cualquier momento y no quiero tener una discusión a estas horas. Cierro mi puerta, me siento en mi cama y prendo la chimenea de mi habitación para que se caliente un poco el lugar. En Berk tenemos un clima que te puede causar hipotermia en el hígado, así que es mejor estar preparados.

Chimuelo se pone junto a la chimenea y se acomoda para dormir, le quito la silla y el sistema con el que mueve la mitad de su cola para que duerma bien y se queda tranquilo descansando. Después me toca a mi quitarme todos los artilugios que traigo cada día.

Mientras yo me quito todas las piezas de mi armadura y sólo me dejo mi típica camisa verde con mi pantalón café, escucho la puerta de la casa abrirse. Supongo que es mi padre, así que rápidamente me acomodo en mi cama y me volteo de espaldas hacia la puerta.

-Hipo, ¿estás en casa? -escucho su grave voz mientras sube las escaleras hacia mi habitación, después abre la puerta y yo sólo evito moverme- tuviste un día cansado, ¿eh? Mejor te dejo dormir para que tengas energía mañana -dicho esto, cierra la puerta y yo sólo me quedo ahí pensativo durante un rato hasta caer dormido-

Aquí está el segundo capítulo, espero que les guste <3 he decidido que entre hoy y mañana subiré capítulos hasta que Hipo se encuentre con el personaje que yo he inventado, tranquilas, no falta mucho, subiría unos tres capítulos más cx en fin, espero que les esté gustando la historia. Perdonen mi ridiculez ante las situaciones que suceden en la historia, las escribí después de ver la película en el cine el año pasado cx. Bueno, me despido por estos momentos, ¡voten y comenten! Eso me hace saber si en realidad les está gustando la historia, también compártanla con sus amigas, me ayudaría mucho :333, ¡las amo con todo mi corazón y mi alma! Byee <3

Foto de Multimedia: Hipo y su padre, Estoico el Vasto

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