Capítulo 19: Hipo y Nereida (+13)
*¡Penúltimo Capítulo!*
*¡Aún no pongan la canción de Multimedia!*
ATENCIÓN: Este capítulo contiene escenas relacionadas con el ámbito sexual. Su tipo de redacción es moderada. No es ni tan leve ni tan intensa en descripciones. Se dará un aviso antes de que la redacción comience, por lo cual, si el lector desea abstenerse de leerla, puede detenerse en ese punto. Cabe recalcar que el capítulo termina con esta redacción. ¡Muchas gracias y disfruten del capítulo! (Es el capítulo más largo que he escrito de esta historia, por cierto xD)
Narra Nereida:
Despedirme de todo Berk me resulta tan difícil... tan doloroso. Y no sé porqué. Un sentimiento parecido a un amarre que me tiene sujeta a este lugar se hace presente en mi pecho. Cada despedida me cuesta más realizarla. En especial... Hipo.
Despedirme de él... de un vikingo que logró convertirse en mi mejor amigo a pesar de los pensamientos rencorosos que yo mantenía en mi corazón hacia ellos me resulta en una tarea difícil de realizar. Porque Dioses... logré encariñarme con él en tan poco tiempo.
Pero aún así... Debo irme... ¿No?
Me encamino hacia el punto de la pelea contra la Salvajibestia, observando el océano. Pensar que momentos atrás me encontraba en este mismo punto, siendo mi verdadero ser. Siendo un Furia Nocturna después de 6 años. Ahora el mundo se ve tan lleno de posibilidades para mí.
Observo el frasco en mis manos. El frasco que me volverá a dar la vida de antes que durante tanto tiempo ya había anhelado recuperar. Un nuevo comienzo se encuentra dentro de él. Una nueva oportunidad. Una nueva forma para hacer las cosas bien esta vez.
Pero...
¿Por qué mi corazón ya no parece querer esa antigua vida? ¿Por qué mi mente está confundida? ¿Por qué mis deseos son borrosos? ¿Por qué yo... estoy dudando?
"No estás sola, me tienes a mí y a los habitantes de Berk... Ahora tienes una familia."
Una familia...
La imagen de todos los habitantes de Berk dándome la despedida momentos atrás vuelve a mi mente. La imagen de los amigos de Hipo... de Bocón... de Valka y Estoico...
Y de...
Envuelvo con fuerza el frasco en una de mis manos. Siento la presencia de unos dragones bebé a mi lado, teniendo el pensamiento de que voy a saltar al océano. Posiblemente por el hecho de que me encuentro con un pie frente al otro, casi de puntas. Pero en realidad... esa no es mi intención.
Ahora entiendo todo. No puedo dejar este lugar. No puedo volver a mi antigua vida. El nuevo comienzo... no está allá. Está aquí en Berk. Aquí tengo a una nueva familia. Una nueva vida. ¡No puedo dejar este lugar porque mi corazón se ha atado a él!
Estoy decidida a lanzar el frasco al océano. Pero a pesar de mi decisión, mi mente y mi corazón aún se sienten en duda. ¿Por qué? ¡¿Por qué, por qué, por qué?!
¡Ya he aceptado mi atadura a este lugar! ¿Qué me falta? ¿Qué es este sentimiento de opresión en mi pecho? ¿Por qué me siento intranquila? ¿Qué me está faltando reconocer? ¡Piensa Nereida! ¡Piensa, piensa, piensa! ¿Qué es lo que...?
Oh... Hipo.
Hipo. Hipo. Hipo... Lo he encontrado. Es él. No puedo alejarme de este lugar por él. Él es la razón principal por la cual me siento atada. ¡Él es la razón por la cuál mi corazón se estruja ante el hecho de pensar que me voy para jamás volver!
No quiero alejarme de él. No puedo alejarme de él. No podría soportarlo más. Sé que quiero mantenerlo a salvo, pero ahora ya me es completamente imposible separarme de él. Quiero estar con él. ¡Quiero quedarme a su lado para siempre!
Y solo hay una explicación del porqué me siento así.
Preparo mi mano para lanzar el frasco al océano.
¡Porque yo...!
—¡Te amo Nereida!
Aquella voz llega hasta mis oídos con fuerza, dejándome completamente inmóvil. Mi cuerpo no responde, se ha quedado en un trance. Lo único que escucho segundos después es el sonido del frasco chocando contra el suelo, rompiéndose en pedazos.
Me dejo caer al suelo de rodillas, y las lágrimas inundan rápidamente mis ojos. Cierro mis ojos con fuerza y comienzo a sollozar en silencio. Mi cabeza cae ante mis lágrimas, y mis manos se dirigen a mi pecho, justo en donde se encuentra mi corazón.
No puedo alejarme de Hipo... porque lo amo. Lo amo... ¡Por todos los Dioses! ¡Lo amo! ¡Estoy enamorada de él! ¡Ahora entiendo a la perfección todos esos momentos con él! ¡Me enamoré sin siquiera darme cuenta del todo!
No... Ya lo sabía. Muy en el fondo lo sabía. Desde que lo vi por primera vez algo en él me atrajo en cuestión de segundos. Su cabello castaño rojizo, todo rebelde... sus ojos profundamente verdes como un bosque... esa sonrisa imperfectamente perfecta.
Cuando acepté viajar con él en Furia Nocturna, cuando vine a la Isla de Berk, cuando me mostró el lugar donde conoció a Furia Nocturna, cuando me mostró todo su mundo, cuando yo le mostré todo el mío, cuando me invadió una enorme necesidad por mantenerlo a salvo... Cuando lo besé por primera vez.
Todas esas fueron señales que me demostraron que me había enamorado profundamente de él.
Tal es la intensidad con la cual me inundo en mis pensamientos, que apenas me doy cuenta de que una presencia se encuentra detrás mío. Siento unas manos tomar mis hombros, el torso de alguien juntarse con mi espalda, y un aroma completamente familiar.
—¿Nereida? -su voz preocupada retumba en mis oídos, inundando mis sentidos completamente-
Abro mis ojos, encontrándome con mi vista toda borrosa a causa de mis lágrimas, y comienzo a parpadear para aclararla. Giro mi cabeza hacia él una vez que mi vista se normaliza, y lo veo mirarme con tristeza y preocupación.
—Lo siento... Tenía que decírtelo -cierra sus ojos con fuerza- fue un acto completamente egoísta de mi parte, perdóname. Pero eso es lo que en verdad siento por ti, y sabía que si no te lo decía me arrepentiría por el resto de mi vida -de repente me abraza por la espalda con fuerza, siento su respiración entrecortada por retener lágrimas en mi nuca y la mía se detiene- te amo
Mis lágrimas cesan y una pequeña sonrisa se forma en mis labios. Envuelvo sus brazos con los míos en un acto por evitar que se aleje y él fortalece su agarre. Siento su cabeza apoyarse en uno de mis hombros, ahora su respiración pega en mi oído.
—No te vayas...
—... Ven conmigo.
Suelto mi agarre de sus manos, y él hace lo mismo con mi anatomía. Me incorporo del suelo mirando de nuevo hacia el océano. Mi sonrisa se amplía y ésta vez corro directo al acantilado, saltando sin miedo hacia el mar.
Sin siquiera tener la duda de ello, un dragón bebé me atrapa en la caída y nos elevamos directo a los cielos. Miro hacia atrás y veo a Hipo ya montado en Furia Nocturna y elevándose hacia donde nos encontramos. La aldea nos observa mientras nos alejamos y yo vuelvo a mirar hacia el horizonte.
—Sé que sabrás a dónde ir -le digo al dragón bebé mientras acaricio su cabeza-
El tiempo transcurre, Hipo se mantiene detrás nuestro mientras veo por el rabillo del ojo como una mirada un tanto confundida se encuentra en su rostro. Se da cuenta de que no nos dirigimos al Santuario de Dragones, ni a ningún otro lugar conocido.
Finalmente, llegamos a nuestro destino y tanto el dragón bebé como Furia Nocturna aterrizan en el lugar. Me bajo del dragón, acariciándolo una vez más, y comienzo a adentrarme a ritmo lento a la pequeña isla. Segundos después, Hipo termina colocándose a mi lado y observando la isla con cierta curiosidad.
—¿Qué es este lugar? -me pregunta Hipo-
—Aquí... era mi hogar hace 6 años.
Veo como la expresión de Hipo cambia a una de asombro, mientras vuelve a observar los alrededores, examinándolos con más atención que antes. De igual forma, yo me dedico a observar el área con una opresión en el pecho.
"¡Hay que proteger a todos, rápido!"
"Furia Nocturna..."
"¡Haz algo con ella!"
"Al parecer solo quedamos tú y yo."
Los recuerdos me atormentan de nuevo, provocando que cierre mis ojos y sacuda mi cabeza, intentando alejarlos. No... Ya no me atormentarán nunca más. Debo enfrentarlos. Debo enfrentar mi pasado. Debo dejarlo ir para seguir adelante y comenzar una nueva vida como la humana que soy ahora.
—Ésta es mi primera visita después de todo este tiempo -confieso con una pequeña sonrisa-
—¿En serio? -Hipo vuelve a dirigir su mirada hacia mí-
—Tenía tanto miedo de enfrentar el pasado. De venir y que los recuerdos me atormentaran como lo están haciendo ahora. Que me hicieran sentir completamente culpable de todo este desastre -siento un nudo en la garganta- que me hicieran recordar los motivos de mi propia causa por los cuales Drago decidió atacarnos
—Nereida... -Hipo intenta consolarme-
—Pero... Ya no tengo miedo -mi expresión se endurece- los recuerdos ya no pueden atormentarme más. Finalmente... me siento en paz -una sonrisa vuelve a aparecer en mis labios y mi expresión se suaviza- los fantasmas de mi pasado se han desvanecido
—Estoy muy orgulloso de ti -lo veo sonreírme enternecido- si quieres podemos pedirle a Gothi que te haga otro de esos frascos para que puedas volver a tu vida como dragón y comenzar desde cero... -me propone-
—No -sentencio rápidamente, sorprendiéndolo- estoy lista y dispuesta para comenzar una nueva vida... como la humana que ahora soy -me coloco frente a frente con él-
—... ¿Quieres decir... ? -las palabras parecen no salirle, haciéndome reír levemente-
—Hipo... Quiero estar contigo -confieso-
—Nereida...
—¡Te amo Hipo!
Mis palabras lo toman completamente por sorpresa. Se queda anonado durante unos segundos, analizando mi confesión. Después, una gran sonrisa aparece en sus labios, y sus ojos se cristalizan. Me envuelve fuertemente en un abrazo y yo le correspondo.
—Por todos los Dioses... -susurra risueño con voz temblorosa-
Escondo mi rostro en su pecho y cierro mis ojos. Absorbo el aroma de su anatomía con una gran satisfacción y suspiro. Una sonrisa se forma en mis labios mientras me inundo de aquel aroma que simplemente me encanta, queriendo que el momento jamás acabe.
Narra Hipo:
Nereida me ha dicho que me ama... No puedo creerlo...
Es tanta la felicidad que siento dentro mío que rápidamente la envuelvo entre mis brazos, ahora completamente incapaz de dejarla ir. Tenía tanto miedo de que rechazara mi confesión... Que se alejara con más razón si sabía mis verdaderos sentimientos.
Pero no lo hizo. Ahora se encuentra entre mis brazos, indicándome que ya jamás se irá. Que se quedará a mi lado para siempre. No puedo evitar sollozar levemente de la felicidad ante el momento mientras inundo mi rostro en su cabello.
—Por todos los Dioses... -susurro en una pequeña risa, la voz me tiembla-
Durante los siguientes segundos, me dedico a inhalar su perfecto aroma a hierbabuena y menta, para después separarme levemente de ella, provocando que ella haga lo mismo para mirarme a los ojos. Con menos razón... puedo contenerme a besarla.
Acerco mi rostro lentamente al suyo, provocando que nuestras narices choquen. Ante la cercanía, ella cierra los ojos y su respiración se entrecorta. Ladeo un poco mi cabeza, cierro mis ojos y finalmente siento sus suaves labios chocar contra los míos.
Sus manos se pasean desde mi espalda hasta mi pecho, de ahí a mi cuello y rostro. Las mías bajan hasta su cintura, rodeándola y apegándola más a mi anatomía, intensificando el beso. Las suyas finalizan en mi cabello, acariciándolo con dulzura.
Momentos después, ambos nos separamos del beso, tomando aire. Abro mis ojos para encontrarme con los suyos mirándome con una enorme dulzura. Suelta una leve risita apenada mientras vuelve a abrazarme fuertemente. Río ante su acto y beso su cabello varias veces, haciéndola reír más.
—Gracias Hipo -me susurra llena de felicidad y apretándome levemente por unos segundos-
—¿Por qué? -le pregunto-
—Por todo, en serio -se separa de mí para verme a los ojos una vez más y sus manos cubren mis mejillas- jamás podría agradecértelo completamente, me hiciste ver un mundo completamente nuevo del cual me enamoré poco a poco, me hiciste ver en alguien el amor que siempre había anhelado tener y experimentar, me hiciste darme cuenta de que aún hay esperanza, son tantas cosas que no puedo contarlas -ríe dirigiendo una de sus manos a mi cabello y yo me apego hacia su mano en mi mejilla, suspirando- por hacerme ver quién soy ahora en realidad
—Al menos tú ya sabes quién eres -río con cierta ironía- yo sigo sin encontrar quién soy -bajo mi mirada algo decepcionado-
—Yo sé quién eres -dice con firmeza, volviendo a colocar ambas manos en mis mejillas y levanta mi rostro, haciéndome verla a los ojos- eres Hipo Horrendous Haddock III. Hijo de Estoico el Vasto y Valka. Futuro Jefe de Berk. El primer vikingo en montar a un dragón. El protector de la paz para los dragones y vikingos. El chico que tiene el corazón de un jefe y el alma de un dragón. El único que puede hacer que nuestros mundos se unan. Y el chico que amo. Eso es lo que tú eres, Hipo -sus palabras dan un vuelvo a mi corazón, haciéndome abrazarla con fuerza y sentir un nudo en la garganta por evitar las ganas de llorar-
—Gracias... -le susurro enormemente agradecido-
—No tienes porqué -me responde con dulzura y me da un apretón leve por unos segundos para después separarse de mi anatomía con una gran sonrisa- hay que volver a Berk
—Claro -le respondo con una misma sonrisa y ésta vez ella se va conmigo sobre Chimuelo mientras el dragón bebé nos sigue de vuelta a la isla-
Al estar a metros de la isla, vemos a los vikingos y dragones ayudando a levantar el desastre que Drago causó junto con la Salvajibestia. Escuchan la barrera de sonido romperse a causa de Chimuelo y todos observan el punto donde nosotros nos encontramos.
Al aterrizar, puedo ver cómo los vikingos miran a Nereida con sorpresa y unas grandes sonrisas. De repente, el pequeño ajetreo de la aldea se convierte en un estruendo de sonido mientras todos corren hacia nosotros con gran felicidad.
—¡Nereida! -Nereida ríe ante la felicidad de la aldea y es levantada por todos, siendo tomada por sorpresa mientras se pasea por todas las cabezas de los vikingos-
—¡Hipo! -la escucho gritarme con diversión en señal de ayuda. Lo único que puedo hacer es reír y tratar de alcanzarla, metiéndome entre la multitud-
Finalmente la alcanzo, tomándola de la cintura desde arriba y bajándola hasta tenerla en brazos. Ella rápidamente rodea mi cuello con ambos brazos, aferrándose a mí con fuerza mientras no para de reír. Toda la aldea nos rodea momentos después y Nereida baja sus pies a la tierra después del momento vivido.
—¡Nereida! -Astrid, Patán, Patapez, Brutacio y Brutilda se escuchan acercarse a nosotros y rápidamente envuelven a Nereida en un gran abrazo-
—¡Chicos! -dice Nereida con gran felicidad y la sueltan-
—¡Volviste! -dice Astrid con alegría-
—¡No vuelvas a irte nunca más! -dice Patán entre lágrimas-
—¿Esta vez te quedarás para siempre? -le pregunta Patapez esperanzado-
—¿Tú e Hipo ya son novios? -Brutacio y Brutilda preguntan al unísono-
Nereida parece dudar un poco ante sus preguntas, y su mirada se vuelve pensativa. Sin embargo, su mirada se dirige a mí y una sonrisa llena de felicidad se forma en sus labios. Aquello me hace suspirar lleno de alegría y ella vuelve a dirigir su mirada hacia los chicos, quienes junto con toda la aldea se encuentran aguantando la respiración para su respuesta.
—Sí. Me quedaré para siempre.
La aldea estalla en vitoreos y los chicos vuelven a abrazar a Nereida llenos de felicidad. Un sentimiento parecido a orgullo atraviesa mi pecho al ver a Nereida rodeada de personas que ahora puede considerar familia. Ha logrado superar los fantasmas de su pasado. Finalmente puede comenzar una nueva vida llena de paz en su interior.
—¿Qué es todo este alboroto? -escucho la voz de mi padre acercarse y el ruido de la aldea cesa mientras le abren paso hacia donde nos encontramos-
—¡Nereida...! -mi madre exclama sorprendida mientras se encuentra detrás de mi padre-
—Valka... Estoico... -dice Nereida-
—Has vuelto... -una sonrisa se forma en los labios de mi padre-
—Bueno... Descubrí que aquí tengo todo lo que quería -responde Nereida con afecto- aquí tengo ya una familia
—Oww, claro que sí -mi madre rápidamente se dirige a ella y la envuelve entre sus brazos con fuerza- siempre nos tendrás ahí para ti, Nereida
—Bienvenida a la Familia de Berk -le dice mi padre mientras la envuelve junto con mi madre-
—Esperemos que te guste vivir aquí. Presumimos un saludable y soleado clima veraniego que te provoca hipotermia en el hígado -digo con ironía acercándome a ellos y los tres ríen-
—¡Esto lo tenemos que celebrar! -dice mi madre al separarse los tres del abrazo y la aldea festeja en vitoreos mientras todos se encaminan al Gran Salón para la celebración-
—No es necesario, Valka... -dice Nereida con una sonrisa tímida, pero mi madre la interrumpe-
—¡Claro que sí! Vamos, vamos -mi madre la arrastra hacia el Gran Salón con la aldea detrás-
—Oye papá... ¿puedo hablar contigo de algo? -detengo a mi padre antes de que se vaya con el resto de la aldea y me mira confundido-
—¿Sucedió algo Hipo? -me pregunta-
—Amm... -no sé cómo explicárselo- vamos a la casa, por favor -le pido-
Al llegar a ésta, ambos nos sentamos en el comedor frente a frente, esperando a que uno diga una palabra y comience la conversación. Respiro hondamente unas cuantas veces mientras palmeo mi pierna de forma nerviosa y mis ojos se encuentran bastante abiertos.
—Bueno... -hablo- no sé cómo decir esto -hago lo posible por evitar su mirada-
—Me estás preocupando hijo, ¿qué sucede? -habla ligeramente ansioso-
—Es que... yo... -entrelazo mis dedos bastante nervioso- quería hablarte de... eso -remarco la palabra-
—¿De qué? -pregunta mi padre confundido-
—De... eso, papá -vuelvo a remarcar la palabra-
—¿Te refieres a... ? -espera a que diga esa palabra, pero no me atrevo, por lo cual siento mi cara bastante roja de la vergüenza-
—¡Ay Dioses! -cubro mi cara lleno de vergüenza-
—Espera, espera... ¿tú y Nereida ya...? -rápidamente le niego la sospecha-
—¡No no no! ¡Papá! -casi grito algo histérico quitando las manos de mi rostro y moviéndolas en negación frenéticamente- no lo hemos hecho. Pero... -muerdo mi labio inferior nervioso y bajo mi mirada- quisiera consejos -cierro mis ojos fuertemente-
—Oh vaya -escucho a mi padre exhalar nervioso como si no supiera qué decir ante la situación- me estaba preparando para esta plática en un futuro, pero... por todos los dioses, nunca pensé que fueras a ser tú el que daría el primer paso para sacar el tema -ríe con cierta ironía y yo abro mis ojos apenado- vaya que has crecido, hijo -me sonríe orgulloso-
—Jeje... gracias -río nervioso-
—Así que... ahora sí piensas darle a Nereida su noche especial, ¿eh? -hace una acción como si me estuviera codeando burlón y yo vuelvo a sentirme rojo de la cara-
—¡Papá! -exclamo y él ríe vivamente-
—No es algo de lo que debas sentirte apenado hijo, es natural tener relaciones -no podría sentirme más avergonzado-
—¡Ay Dioses! -vuelvo a cubrir mi rostro-
—No te preocupes, yo te daré los mejores consejos para que, tanto Nereida como tú, disfruten su primera vez -algo me dice que esta conversación durará una eternidad para mí y mi rostro se quedará rojo permanentemente después de esto-
Narra Nereida:
—¿Entonces piensas quedarte para siempre ahora sí? -Astrid me vuelve a preguntar, como si no estuviera segura de mi respuesta cada vez que se la digo-
—Por supuesto que sí, Astrid -río- no volveré a dejar Berk
—Más te vale -me sonríe y da un golpe leve en el hombro, haciéndome reír más- ya no podría soportar que una amiga tan valiosa se vaya para no volver jamás, y estoy segura de que Hipo menos -esas palabras me hacen volver a examinar el gran salón con la mirada-
—Por cierto, ¿no lo has visto? -pregunto buscándolo- no lo veo desde que llegamos al Gran Salón
—No, no lo he visto -Astrid examina el lugar conmigo- tampoco he visto a Estoico
—Hmm, me pregunto dónde estarán -digo con cierta curiosidad y decido beber un poco de mi vaso con ponche-
—¿Y cuándo piensan casarse Hipo y tú? -aquella pregunta me toma por sorpresa y el ponche se me atora, provocando que tosa y Astrid ría-
—¿Eh? -es lo único que puedo exclamar entre mi tos-
—Vamos Nereida, ¿no piensas en algún momento casarte con Hipo? -me pregunta con una sonrisa-
—Claro que sí, es solo que tu pregunta tan repentina me tomó por sorpresa -digo con una pequeña risa una vez que mi tos se calma- supongo que ya no hay necesidad de ocultarlo
—¿Puedo ayudar con los preparativos de la boda? -me pregunta con cierta emoción-
—¡Oh oh! ¿También yo? -de repente Brutilda se nos une a la conversación y Astrid y yo reímos-
—Claro que sí -respondo con una gran sonrisa y ambas me abrazan con felicidad- solo falta que Hipo me lo pida
—Créeme, eso no se encuentra en un futuro lejano -dice Astrid con seguridad-
—Nereida... -la voz de Hipo se hace presente repentinamente y me separo de Astrid y Brutilda para mirarlo con sorpresa-
—¡Hipo! -respondo con una gran sonrisa- me alegra que estés aquí, estuve buscándote durante un buen rato
—¿E-En serio? D-Disculpa por no decirte nada, e-estuve hablando con mi padre un rato -tanto Brutilda y Astrid, como yo, lo miramos extrañadas por sus palabras-
—¿Estás bien? ¿Sucedió algo? -le pregunto algo preocupada-
—¡N-No! ¡Nada! -responde rápidamente-
—Estás rojo... -examino su rostro y coloco una de mis manos en su frente- ¿tienes temperatura? ¿Te duele algo? ¿Te encuentras bien? -mi preocupación se hace notar más-
—¡No! Descuida... -lo veo cerrar sus ojos e inhalar y exhalar profundamente- estoy bien, en serio. Perdona por preocuparte -toma mis manos entre las suyas y me sonríe cálidamente-
—Los dejaremos solos, chicos -escucho a Astrid decir con cierta ilusión y junto con Brutilda se retira para charlar con los demás chicos-
—¿En serio está todo bien? -vuelvo a preguntar algo dudosa-
—Sí, no te preocupes -dice Hipo con seguridad, brindándome una de sus sonrisas amorosas-
—¡Chicos, aquí están! -de repente Valka se encuentra a un lado de nosotros con una gran sonrisa-
—Hola Valka -la saludo sonriente-
—Hola mamá -dice Hipo de igual forma-
—Hipo, ¿por qué no llevas a Nereida a la casa? -puedo ver que aquella pregunta cambia ligeramente la expresión de Hipo- ya es tarde, supongo que ambos están muy cansados después de todo el asunto de esta tarde, creo que sería buena idea que le muestres a Nereida dónde se puede quedar -Hipo la mira de cierta forma que me hace querer curiosear acerca de lo que sepan ambos, pero no lo hago-
—Pero Valka, me sentiría bastante descortés si me fuera a mitad de esta increíble celebración que prepararon -digo apenada-
—No te preocupes, tú déjamelo a mí -me sonríe con seguridad- ahora vayan -nos da leves empujoncitos a ambos, haciéndome reír mientras que veo cierto terror oculto en los ojos de Hipo-
Al sacarnos a ambos del Gran Salón, Valka cierra las enormes puertas detrás nuestro, dándonos a entender que por el resto de la noche ya no somos bienvenidos. Hipo se encuentra mirando a varios puntos a la vez alrededor de la isla, mientras yo me dedico a observar el cielo nocturno con cierta melancolía.
—Bueno... ¿vamos? -Hipo me ofrece su mano con una pequeña sonrisa y yo la acepto con gusto mientras bajamos los escalones hasta llegar a la aldea-
Casi a punto de terminarse éstos, llegamos a su hogar y me da el paso para entrar primero a la casa. Ya dentro, me dedico a observarla un poco. No la había observado con atención la última vez, pero por ahora no tiene tanto caso puesto que ya es de noche y la chimenea encendida no da mucha luz a todo el lugar.
—Si quieres puedes dormir en mi habitación, yo dormiré acá abajo en la sala -dice Hipo con una pequeña sonrisa, haciéndome mirarlo-
—¿Sucede algo? -vuelvo a preguntarle intrigada-
—¿Por qué? -me pregunta confundido-
—Hipo... Dormimos juntos en la misma cama siendo solamente amigos, ¿por qué ahora que somos... ? -detengo mis palabras rápidamente al percatarme de algo-
Hipo no me pidió ser su novia.
Oh por todos los Dioses.
—¿Novios? -Hipo termina cierta parte de mi pregunta y yo cubro mi rostro avergonzada-
—Oh Dioses -susurro- perdona, perdona
—¿Por qué? -me pregunta confundido-
—Por malinterpretar algo que no estaba realmente confirmado -respondo-
—Nereida... -lo escucho reír con ternura- ¿el que te haya dicho que te amo no te daba una pista de que quería ser algo más para ti?
—¿Eh? -quito las manos de mi rostro con cierta timidez-
—Desde ese momento en el cual te dije esas palabras, dejaste de ser solo una amiga para mí -se acerca a mí con cierta lentitud hasta estar a centímetros de mi rostro- te convertiste rápidamente en la chica que amo, y con la cual quiero pasar el resto de mi vida -sus dedos toman mi barbilla con delicadeza, haciéndome elevar mi rostro- esas palabras... fueron mi confesión para convertirte en mi novia -casi susurra sus palabras- posiblemente debí confesarlo de una forma más clara, perdóname -ríe con timidez-
—No, no -susurro con lágrimas casi a punto de salir de mis ojos- eso es más que suficiente -una gran sonrisa se hace presente en mis labios- te amo
—Yo también te amo -me susurra, y momentos después sus labios se juntan con los míos, provocando que cierre mis ojos-
Dirijo mis manos a su rostro mientras siento sus manos en mi cintura, apegándome más a él. Termino por colocar mis manos en su cabello, acariciándolo con dulzura. Lo que comienza como un beso dulce y tierno, lentamente lo siento convertirse en algo profundo y apasionado, que me hace imposible no dejarme llevar por él.
Segundos después, Hipo rompe el contacto con lentitud y yo me siento jadear ante la reciente experiencia, sintiéndome extrañamente desilusionada y con ganas de que continuara. ¿Qué acaba de pasar? Jamás me había sentido de ésta forma. ¿Qué es este sentimiento tan desconocido?
—Nereida... -Hipo susurra, lo escucho jadeante y abro mis ojos para ver su rostro-
Algo en él se ve diferente...
—¿Hipo?
—... Será mejor que duermas, yo me quedaré aquí abajo -coloca su mano en su nuca en un acto avergonzado y se aleja de mí- buenas noches
—No, Hipo... ¡Espera! -lo detengo al verlo darme la espalda y lo abrazo por detrás- lo que hiciste hace unos momentos... -susurro, sintiendo mi rostro enrojecer poco a poco- hazlo de nuevo... por favor
—... No sé si pueda detener mis actos después -parece querer advertirme algo, pero no comprendo qué-
—... Quiero correr el riesgo.
—Nereida...
—Hipo... Enséñame lo que sea que puede seguir de ese beso -susurro- demuéstrame lo que puede llegar a concluir
Lo siento darse la vuelta para encararme, tomando mis manos entre las suyas, entrelazándolas mientras me mira con una intensidad que jamás había visto en sus ojos. Si no me sintiera de ésta forma tan desconocida, aquella intensidad podría haberme intimidado.
—No habrá vuelta atrás... -parece querer advertirme una última vez, asegurándose de que realmente quiero que continúe-
—Tengo la enorme seguridad de que no te pediré parar -digo con cierta firmeza-
—Me aseguraré de que lo disfrutes entonces -una sonrisa se hace presente en sus labios, pero desconozco lo que quiere transmitir. Antes de poder siquiera analizarla, sus labios vuelven a chocar contra los míos, pero esta vez de aquella forma con la cual terminó nuestro beso anterior-
Narra Hipo:
Las palabras y la actitud de Nereida me hacen darme cuenta de que ella desconoce el acto íntimo entre los seres humanos. Hago una rápida recapitulación de su vida en mi mente y recuerdo que ella fue transformada en humana prácticamente a los 14 o 15 años.
Estoy seguro de que sus padres no le sacaron el tema a esa edad, y conociendo su odio hacia los humanos en aquel entonces, mi madre tampoco le habló acerca de ello por verlo prácticamente irrelevante si jamás decidiría enamorarse de un humano.
Ahora depende de mí enseñárselo...
(¡Aquí comienza redacción del contenido +13! Si no quieres leer ésta parte puedes detenerte aquí con todo gusto n-n No te perderás de nada relevante :33 espero que te haya gustado el capítulo, si gustas leer mis saludos de siempre, puedes bajar hasta llegar a las letras en negrita sin cursiva <3 ahí les tengo un pequeño regalo, por cierto 7u7)
*¡Aquí pongan la canción de Multimedia!*
Entre el beso, siento sus manos en mi cabello, jaloneándolo con poca fuerza en vez de acariciarlo con delicadeza. Siento la temperatura de mi cuerpo comenzar a subir con cada movimiento y sonido que emiten nuestras bocas juntas.
Un pequeño desespero por llevarla a mi habitación se hace presente en mi ser, provocando que fortalezca mi agarre en su cintura y la eleve para apegarla a mí. Sin siquiera dudarlo, ella rodea mi cintura con ambas piernas y se aferra a mí con fuerza.
Comienzo a caminar a ciegas en busca de las escaleras, subiéndolas poco a poco y pidiéndole a Odín que no me haga tropezar a mitad de éstas. Al llegar arriba, hago el intento por entrar a mi habitación, pero termino chocando contra la pared.
Aquella acción junta mi intimidad con la suya, haciéndome jadear entre el beso y a ella gemir. Ese sonido me hace romper nuestro beso, un hilo de saliva se hace presente como consecuencia. Dirijo mis labios directo a su cuello, besándolo, lamiéndolo, mordiéndolo. Conteniéndome enormemente para no salirme de control a causa del deseo.
Siento sus manos jalar mi cabello con un poco más de desesperación.
—Hipo... -jadea- tengo calor... mucho calor -su respiración pega en mi oído-
La despego de la pared y vuelvo a buscar la habitación, ésta vez encontrándola y llegando a la cama. Al sentir el pie de ésta ante mí, me separo de Nereida y la deposito en ella con delicadeza. Ella libera su agarre de mí y se apoya en sus codos para observarme, respirando con cierta dificultad.
Comienzo a deshacerme de la parte superior de mi armadura, quitando primero los mecanismos y accesorios, para terminar en mi camiseta verde. Antes de quitarme ésta, vuelvo a apoyarme sobre Nereida y ella sin dudarlo junta sus labios con los míos.
Siento sus manos pasearse por mi espalda, por mi pecho, llegando a mi abdomen hasta tomar el borde de mi camiseta. Se separa levemente de mis labios.
—Quítatela.
—Hazlo por mí.
Comienza a elevarla con lentitud, haciéndome sentir sus cálidos dedos paseándose por ambos lados de mi anatomía, erizando mi piel. Aquella acción de su parte me hace emitir un gruñido y finalmente la camiseta ya no se interpone entre nosotros. Vuelvo a juntar nuestros labios con cierta desesperación que me es difícil de controlar cada vez más.
—Ahora tú... -jadea entre el beso- hazlo por mí, por favor
Mientras dirijo mis labios de vuelta a su cuello, comienzo a buscar a ciegas algo que me ayude a deshacerme de sus ropajes. Al encontrarlo, retiro su ropa con lentitud, parte por parte. Me separo de ella por pocos segundos para elevar su última prenda completa hasta sacarla de sus brazos, cuello y cabeza. Lo único que me impide completo contacto ahora con su anatomía es su sostén.
Sin esperar, ella lo remueve con facilidad y rapidez, lanzándolo a alguna parte de la habitación. Está completamente consumida por el deseo ahora. Dirijo mi boca hasta su oído, susurrándole unas palabras.
—Pareces bastante segura de lo que haces.
—Es porque honestamente lo estoy disfrutando bastante -susurra-
—Haré que lo disfrutes más -y con esto, muerdo el lóbulo de su oreja, cortando su respiración por segundos-
Comienzo a recorrer su cuello con mi lengua, sintiendo lo caliente de su anatomía. Bajo hasta llegar a sus clavículas, al centro de su pecho, sintiéndolo subir y bajar con intensidad, y me desvío a uno de sus pechos. Lo introduzco en mi boca, sintiendo rápidamente una de las manos de Nereida en mi cabello.
—¡Oh Dioses! -gime-
Mientras concentro mi boca en él, estimulándolo entre lamidas, succiones y mordidas, me dedico a estimular el otro con una de mis manos. Lo que antes eran solo jadeos emitidos por la boca de Nereida, ahora se convierten en leves gemidos imposibles para ella de controlar.
—¡Hipo!
Me separo de su pecho, continuando mi recorrido aún más abajo. Nereida se retuerce inquieta debajo mío, descontrolándome aún más. Me deshago de mis botas de una forma que parecería incapaz de realizar, pero bajo el efecto de la lujuria prácticamente casi nada es imposible.
Termino por deshacerme de mi parte inferior de ropajes mientras me concentro en lamer el abdomen de Nereida. En ciertos momentos, me dedico a dejarle marcas, provocando que en cada una de ellas su anatomía se alce de la cama.
Me separo de ella para verla a los ojos, al borde de sus piernas. Me mira desde su posición, sudando, con el cabello ya bastante desarreglado, respirando entrecortadamente. Con la mirada, pido su permiso para continuar, a lo cual ella asiente levemente.
Remuevo sus botas primero, sintiendo la suavidad de sus pies. Los acaricio por unos segundos, sintiendo su piel erizarse ante mi contacto. Deslizo mis manos por sus piernas hasta arriba sobre su pantalón, cada centímetro que mis manos tocan se contrae ante el tacto.
Al llegar al borde de su falda y pantalón, los desabrocho a ambos para comenzar a deslizarlos hacia abajo. Al estar completamente fuera, me dedico a entrar en completo contacto con sus piernas. Las separo levemente mientras siento lo suave y caliente de ellas.
Comienzo a depositar besos en una de ellas, y decido observar a Nereida durante mi acto. La veo retorcerse desesperada, con los ojos cerrados y la boca semiabierta, emitiendo leves jadeos. Aquella imagen de ella me excita de tal forma que detengo mis besos y remuevo su última prenda: su ropa interior.
Al hacerlo, comienzo a ascender por su anatomía, arrastrándome entre sus piernas hasta llegar con ella, cara a cara. Observo su rostro con detenimiento. Su piel ligeramente roja, con gotas de sudor en su frente, sus ojos con las pupilas dilatadas a causa del deseo, sus labios hinchados y su nariz respirando con cierta dificultad.
Hago que nuestras intimidades rocen, obligándome a cerrar los ojos y gruñir con placer, y a ella a gemir ahogadamente.
—¿Lista? -la miro con intensidad mientras le dedico una sonrisa amorosa-
Ella esboza una sonrisa cálida y toma mi rostro entre sus manos.
—Demuéstrame la conclusión de ese beso.
¡Hola chicas! ¿Cómo han estado? n-n <3<3 finalmente puedo ser capaz de terminar este capítulo, ¡wuju! :'33 fue un tiempo de bastantes dudas y cuestiones xD </3 investigué bastante acerca de cómo escribir cosas como éstas, pero no dan realmente ejemplos ('8 </3 y no me iba a poner a leer un libro con escenas así, además de que sentiría que le robaría las ideas a alguien xD y cuando comenzaba a redactar, tenía varios momentos de querer eliminarlo mejor de la historia.
¡Pero no me dejé intimidar! Decidí hacerlo con toda la seguridad del mundo y dejé que mi escritura fluyera <3<3 escuchar canciones medio sensualonas me ayudó bastante (88 xD de hecho, la que les dejé en Multimedia fue la que más me ayudó a escribir todo cx pero en fin, ¡logré hacer mi primera escena de ésta clase! ¡Yeii! <3<3 acepto cualquier clase de crítica con respecto a ella, después de todo es la primera vez que escribo algo así y me gustaría saber en qué podría mejorar para un futuro en el que decida volver a hacer algo como esto <3<3
En fin, ya finalmente nuestros protagonistas se quedarán juntos para siempre, ¡el siguiente capítulo ya es el último! *se pone a llorar </3* me guardaré el discurso para los agradecimientos :'33 espero que estén ahí para ver el desenlace de esta historia tan especial para mí, y les agradezco de todo corazón el seguir aquí <3<3
(Quiero dejarles una pequeña sección de imágenes que pensaba poner en la parte de Multimedia ya que no me podía decidir realmente por una porque todas me gustaron xD ¡es que decidirme por una imagen de Hipo es bastante imposible para mí! ¡En todas es perfecto! ¡Lo amo! TuT <3<3<3)
(Hasta un gif guardé xD)
(Si quieren ver más imágenes como éstas síganme en We Heart It 7w7, tengo una colección de HTTYD y otra donde tengo varias imágenes de Hiccup junto con otros personajes masculinos como Jack Frost 7u7, ustedes verán rápido cuál es xD estoy como "Shoshelyn_Haddock", tengo a Mérida como foto de usuario <3<3 para nada haciéndoles spam (888 xDDD)
Me despido por hoy, ¡ya saben que las amo con todo mi corazón y mi alma! ¡Gracias por su enorme paciencia! ¡Nos vemos pronto! <3<3<3 byeeee :333
Canción de Multimedia: Call Out My Name — The Weekend
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro