Capítulo 14: La Batalla Contra Drago ManoDura
Narra Astrid:
Después de cierto tiempo en el barco de Drago ManoDura, somos transportados a uno de los barcos que transportan a los dragones encerrados en trampas. Los barcos han comenzado el viaje hacia el Santuario de Dragones, y en mi mente no dejo de regañarme por ser la causante de esto.
Debí haberme mantenido en silencio, ahora nos encontramos a punto de ser lanzados por la borda del barco hacia el océano junto con Eret. Ha sido rechazado por los aliados de Drago y se podría decir que se encuentra de nuestro lado, ya que está atado también.
—¿Podría empeorar éste día? -dice Patán mientras nos acercan a la borda del barco-
—Eh, déjame ver -dice Brutacio con aburrimiento- vamos a saltar en agua helada, y luego moriremos ahogados
—Se ve refrescante -dice Eret con simpatía frente a mí- por favor, las damas primero -me mira coquetamente y con burla mientras los atrapadores lo tienen sostenido y yo forcejeo por golpearlo-
—Tú, eres un apestoso y repugnante montón de... -digo con desprecio, pero no me deja terminar-
—¡Agáchate! -me susurra y lo hago-
Les da una patada a los aliados de Drago que me tenían atada, haciendo que suelten sus lanzas, Eret toma una y con ella se corta las sogas que lo tenían atado momentos atrás. Golpea a los demás, con una pequeña ayuda de Patapez, y les lanza dardos a algunos. Finalmente, no queda ninguno.
—Ok, te amo otra vez -dice Brutilda con alegría-
—¿Y qué? ¿Rescataremos a sus dragones o no? -dice Eret con una sonrisa y lo miro sospechosamente asintiendo con la cabeza y sonriendo- revisen todas las trampas, están en alguna parte -nos desata uno por uno-
Durante un tiempo, revisamos las trampas una a una, hasta encontrar a todos nuestros dragones. Formamos un plan, metiéndonos en una de las trampas todos juntos y esperar el momento adecuado durante la batalla para salir.
Mientras todos discuten el plan, yo me quedo pensativa ante los sucesos con Drago ManoDura, no sé exactamente si con "ella" se refería a la madre de Hipo o a Nereida. Hipo me había dicho que su madre se había enfrentado en ciertos momentos con él, pero Nereida se mantuvo encerrada en el santuario, por lo que mis opciones se reducen a la madre de Hipo. Espero que se hayan preparado en el santuario para la batalla...
Narra Hipo:
—¡Espérame! -le grito a Nereida, quien se encuentra riendo y planeando en el santuario-
Llevamos vario tiempo planeando en el lugar, Nereida no se cansa jamás, al parecer si había extrañado volar y sentirse libre. Río al momento en que ella cae al lago después de un pequeño descuido y me dirijo hacia donde ha caído.
—¿Estás bien? -pregunto riendo al momento de aterrizar en la orilla del lago-
—¡Otra vez! -sale del agua riendo con el pelo mojado en la cara- ¡pff, pff! -escupe el pelo de su boca y río-
—Llevas varias horas planeando, debes descansar -me acerco a ella con una sonrisa-
—Pero éste es el mejor regalo de mi vida, no quiero descansar -quita el pelo de su cara con sus manos y me mira de una forma que se me hace demasiado adorable-
—Por favor, por mí -le suplico con una mirada tierna-
—Ugh -se queja riendo- si supiera tu apellido te regañaría con él -me acusa con su dedo-
—Es Haddock -digo con una sonrisa-
—¿Haddock? -me mira curiosa-
—Originalmente, mi nombre completo es Hipo Horrendo Abadejo III -me encojo de hombros, apenado por mi nombre- pero me gusta más como Horrendous Haddock
—Qué apellido tan mentiroso -entrecierra sus ojos riendo y la miro confundido- tú no eres horrendo -sonríe con ternura-
—Gracias -siento mi cara roja por la pena-
—Bueno, no intentes manipularme con miradas tiernas, Haddock -vuelve a su papel de acusadora y suelto una carcajada vivamente-
—Y tú no intentes manipularme con palabras encantadoras, Blomgren -la acuso de vuelta y ella ríe-
—Si prometes no manipularme con miradas tiernas, yo no te manipulo con palabras encantadoras -propone-
—Trato -le ofrezco mi mano y ella la acepta estrechándola- pero, enserio, necesitas descansar -le sonrío-
—Ok, dioses -ríe exasperada- descansaré de este maravilloso regalo... -se señala a sí misma- si me cuentas un poco más sobre el mentiroso apellido que llevas -enarca una ceja un tanto desafiante-
—Muy bien, te lo contaré -y dicho esto, subimos la colina hasta el centro del santuario-
Mientras subimos, ella toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos, ese acto por parte de ella me toma por sorpresa. Miro nuestras manos entrelazadas y una sonrisa tonta aparece en mi rostro, escucho una pequeña risa de su parte y pega el costado de su cuerpo más al costado del mío.
Recarga su cabeza en mi hombro y yo apoyo mi cabeza delicadamente sobre la suya. Si alguien nos viera en estos momentos, diría que somos una pareja. Lamentablemente, no es así, ella me considera su mejor amigo, y cabe a entender que confesarle lo que siento terminaría nuestra amistad, y no quiero que eso suceda.
Al llegar a la cima de la colina, nos encontramos en el centro del santuario, en donde ella busca un lugar para sentarse. Al hallarlo, justo donde se puede observar a la Salvajibestia completamente, se sienta en el duro suelo de roca, llevándome junto a ella a causa de nuestras manos entrelazadas. Esto causa que sea jalado con algo de fuerza, me desequilibre, y caiga encima de ella. Al ver la posición en la que nos encontramos, siento mi cara completamente roja de la pena.
—Por los dioses, c-cómo lo siento, y-yo... -tartamudeo separándome torpemente de su cuerpo-
—Descuida, Hipo -ríe dulcemente- fue sólo un accidente -se encoge de hombros con inocencia al momento de estar completamente separados-
—Lo siento... -bajo mi cabeza completamente apenado y ella coloca una mano en mi hombro-
—No importa -ríe y levanto mi vista para verla mirándome dulcemente- bueno, ahora sí, cuéntame la historia de tu mentiroso apellido -cruza sus piernas en forma de meditación cómodamente, preparándose para mi relato-
—Está bien -río acomodándome de la misma forma que ella- bueno, mi nombre es Hipo -digo nervioso y ella suelta una carcajada, pareciera que estoy en clases y me estoy presentando frente a mis compañeros-
—Hola, Hipo -me saluda burlonamente y río-
—Sé que estarás pensando, "qué lindo nombre", de forma sarcástica, pero no es el peor -digo más seguro de mí mismo, concentrándome en mi papel- los padres dicen que un nombre feo ahuyentará a los gnomos y trolls, como si la refinada conducta vikinga no lo hiciera -digo de forma irónica y ella ríe de nuevo- mi apellido "Horrendo" viene de mi padre, y "Abadejo" de mi madre, ¿por qué soy tercero? Eso jamás lo he sabido -pongo una mueca chistosa y Nereida ríe vivamente, amo verla reír-
—¿Quieres decir que tu nombre espanta a gnomos y trolls? -pregunta riendo-
—Exacto, debes saber que la amabilidad y comprensión de los vikingos es única -su sonrisa se apaga lentamente hasta quedar casi desaparecida-
—Si... -murmura y yo la miro algo apenado-
—Perdona si te incomodé con esto -me disculpo-
—No, no te preocupes, continúa -sonríe de nuevo-
—Bueno, esa es la historia de mi nombre -río- ahora te toca contarme la tuya -la miro con una pizca de esperanza para que me cuente sobre su vida-
—Está bien -ríe mientras que internamente yo estoy vitoreando de alegría- bueno, mi nombre es Nereida -se presenta riendo-
—Hola, Nereida -río respondiendo de la misma forma que ella-
—Mi nombre es originario de unas ninfas, hijas de algún ser marino que desconozco -enarca una ceja confundida mientras ríe- mi madre lo escogió, y lo agradezco, porque de haber sido mi padre hubiera terminado llamándome de alguna forma rara e impronunciable -su comentario me hace reír- llevo el apellido de mi padre, el de mi madre jamás lo llevé -su sonrisa se apaga un poco- aunque Valka siempre dijo que, como yo era una hija para ella, podía llevar su apellido -ríe tímidamente- pero me siento más cómoda siendo solamente Nereida Blomgren -se encoge de hombros vagamente, dándome a entender que no quiere dar más vueltas en ese tema-
—Vaya, hermosa historia -sonrío y ella me mira-
—Gracias -sonríe tímidamente-
—¡Chicos! ¡Hora de comer! -escuchamos que mi padre nos llama desde la cueva principal-
—¡Ya vamos! -grito de vuelta mientras me incorporo del suelo y Nereida ríe- ¿vamos, Mi Lady? -le ofrezco mi mano caballerosamente una vez que estoy parado-
—Vamos, Mi Vikingo -ríe aceptando mi mano cordialmente y hace una pequeña reverencia con su cabeza mientras la ayudo a levantarse-
Mientras vamos caminando, ambos nos guardamos nuestros mecanismos planeadores. Chimuelo viene desde la cueva principal con una gran alegría al vernos caminar juntos. Se coloca al lado izquierdo de Nereida, ya que yo estoy del lado derecho, y como si fuera parte de uno de sus planes, la empuja levemente hacia mí.
—¡Furia Nocturna! -se queja Nereida al chocar conmigo mientras ríe. Por instinto, coloco mi mano sobre su hombro en señal de querer protegerla de lastimarse- ah, conque querías esto, ¿eh? -lo mira fulminante, pero con una sonrisa divertida- pudiste haberlo dicho -dicho esto, apoya su cabeza sobre mi hombro y miro a Chimuelo enarcando una ceja y sonriendo-
—Gracias, ¿eh? -le digo sarcásticamente y él gruñe como si estuviera riendo, contagiando a Nereida-
—La verdad, no entiendo porqué nos quiere juntos como una pareja -dice Nereida, llamando mi atención-
—Tal vez porque sabe que seríamos una pareja increíble -las palabras salen de mi boca antes de poder detenerlas-
—¿Qué? -Nereida me mira separando su cabeza de mi hombro, puedo sentir mi cara completamente roja-
—Ya sabes, una increíble pareja de aventuras y exploraciones -río nerviosamente- como los mejores amigos que somos -mi voz suena más exagerada de lo normal-
Nereida ríe a la vez que niega con su cabeza y vuelve a apoyarla en mi hombro mientras seguimos caminando. Fulmino a Chimuelo con la mirada a la vez que él me mira triunfante por haber logrado su objetivo.
Momentos después, llegamos a la cueva principal y veo a mis padres con los platos listos en mano para comer. Al vernos, nos sonríen con suma alegría y algo de ternura, eso me hace sentir algo rojo de la cara por el hecho de que piensen que Nereida y yo tenemos ya una relación.
Nereida se separa de mí y se adelanta un poco para ayudar a mis padres a acomodar la pequeña mesa que se encuentra en la cueva. Toma los dos platos, el de ella y el mío, de las manos de mi madre y los lleva a sus respectivos lugares.
—Gracias, Nereida -agradece mi madre con una sonrisa-
—No hay porqué, Valka -responde Nereida con una gran sonrisa-
—Bueno, a comer -dice mi padre colocando su plato y el de mi madre de igual forma en la mesa-
Camino hacia ellos y me siento a lado de Nereida, la cual ya se encuentra sentada y lista para comer. Mis padres se sientan frente nuestro con una sonrisa y comenzamos a degustar la comida. Después de unos momentos, mi padre decide comenzar una conversación.
—Nereida...quisiera disculparme por todo -dice algo apenado- por haberlos lastimado, a ti y a Hipo, al obligarlos a separarse -Nereida lo mira algo sorprendida-
—No necesita disculparse, señor Estoico -responde Nereida con una sonrisa cálida- eso ya está en el pasado, hay que concentrarnos en el presente -lo anima-
—Eres una gran chica, Nereida -dice mi padre con una gran sonrisa- y seguramente serás una gran esposa para mi hijo -el agua que estaba tomando se me atora en la garganta y a Nereida el trozo de pescado que estaba masticando-
—¡Papá! -toso a la vez que él y mi madre se miran con una gran sonrisa y ríen-
—¿Qué tiene de malo? Nereida es una chica que vale la pena tener como tu futura esposa -ríe mi padre y siento mi cara roja de pena-
—Solo somos amigos -desvío mi mirada de él a la vez que mi cara se calienta rápidamente-
—¿En serio? Qué pena -dice mi padre desilusionado, pero sé que lo hace de broma. Miro a Nereida y veo que ella está riendo levemente-
—¿De qué te ríes? -pregunto riendo de igual forma-
—Nada, es solo que se me hace tierno y divertido que tu padre piense eso de nosotros -responde riendo con dulzura, eso me hace mirarla tiernamente- pero como dijiste, solo somos amigos, y siempre lo seremos, ¿verdad? -me mira con cierta ilusión-
—Claro, siempre seremos mejores amigos -respondo con una sonrisa a la vez que siento mi interior desmoronarse-
—¿Y cuándo es la boda? -pregunta mi madre sorprendiéndonos a ambos-
—¡Mamá! -reclamo rojo de la pena y Nereida vuelve a reír-
—¿Qué? Me perdí de veinte años para intentar avergonzarte frente a tus amigos, ese es mi trabajo como madre -dice riendo-
—Ay, dioses -suspiro rendido, Nereida suelta una leve carcajada y mis padres la siguen en sus risas. Sin embargo, las risas cesan al escuchar a Chimuelo gruñir hacia un punto de la cueva- ¿Chimuelo? -pregunto y veo a todos los dragones del santuario salir-
—Oh, dioses -susurra Nereida con temor a la vez que se levanta de la mesa, seguida de nosotros-
—¿Qué está sucediendo? -pregunto confundido a la vez que caminamos hacia ese punto de la cueva, viendo a todos los dragones salir despavoridos del lugar-
De repente, el lugar tiembla a causa de un fuerte golpe en un lado del santuario. Mi madre y Nereida corren rápidamente hacia un lugar del santuario, seguidas de nosotros, hasta salir por una leve plataforma para ver el exterior.
Un enorme ejército se encuentra en el inferior de la isla, el cual parece ser el ejército de Drago ManoDura. Los dragones salieron para proteger el santuario en realidad. Nereida y mi madre sueltan aire una y otra vez con cierto enojo al ver lo que está sucediendo.
—Oh, no -digo en voz baja con cierto aire de desesperanza y mi madre y Nereida rápidamente se retiran-
—Val, ¡Val! -mi padre llama a mi madre- tranquila, escucha, solo dinos qué hacer -la detiene sosteniendo su mano y la mira con apoyo-
—Hay que salvar a los dragones -responde mi madre mirándonos a ambos a la vez que apoya sus manos en nosotros-
—Seguro, ¡vamos! -dice mi padre con seguridad y rápidamente camino para llegar a lado de Nereida-
—Nereida -la llamo y la detengo como mi padre hizo con mi madre- tranquila, todo va a estar bien
—No, nada va a estar bien -me mira con cierta molestia- la guerra ha comenzado, Hipo, y esto es de lo que los quería alejar. No quiero que salgan lastimados al final -sus ojos se cristalizan-
—Nadie saldrá lastimado, te lo prometo, ¿de acuerdo? -digo con una pequeña sonrisa y ella cierra sus ojos con fuerza mientras asiente con la cabeza- vamos, hay que salvar tanto a los dragones aliados como enemigos -abre sus ojos, me mira con una pequeña sonrisa y vuelve a asentir con más ánimos-
Nos dirigimos hasta Chimuelo, primero me monto yo y después ayudó a Nereida a subir detrás mío. Ya listos, Chimuelo despega y salimos del Santuario de Dragones. Al ver debajo nuestro, nos encontramos con demasiadas siluetas de vikingos, explosiones, rocas siendo lanzadas, y los dragones defendiendo el santuario.
Puedo sentir como Nereida reprime la molestia, ya que aprieta mis hombros con cierta fuerza que, si no tuviera las hombreras, ya me los habría dislocado. La miro de reojo y puedo ver en su mirada rencor y dolor, cosa que me entristece un poco.
Ella siente mi mirada, por lo que me mira a los ojos, disculpándose por su actitud y deja de apretar mis hombros. Le sonrío cálidamente, dándole ánimos, y ella sonríe de igual forma abrazando mi cintura con fuerza y escondiendo su rostro en mi espalda.
Nadie saldrá lastimado, Nereida. Te lo prometo.
Puedo ver a lo lejos una explosión en una de las trampas de Drago ManoDura y veo salir cuatro dragones de ella. Los reconozco al instante. Astrid y los demás han logrado su objetivo. Sonrío ante la ayuda que nos han brindado, hasta que escucho la voz de Astrid con cierta desesperación.
—¡Arriba! -la escucho gritar- ¡Izquierda, Eret! ¡Eso es! -veo una enorme parte de hielo comenzar a caer sobre ellos- ¡cuidado! -me dirijo hacia ellos y le pido a Chimuelo que destruya el enorme pedazo de hielo, lo cual logra con éxito-
—¡Eso es, amigo! -lo felicito con una gran sonrisa y me coloco a un lado del dragón de Astrid- bienvenido a bordo, jinete de dragones -me dirijo a Eret-
—Gracias... creo -dice algo dudoso-
—¿Qué tal las cosas? -me pregunta Astrid con una sonrisa-
—Hasta ahora bien -sonrío y miro a Nereida detrás mío-
La expresión en su rostro me da a entender que no está contenta conmigo. ¿Qué hice ahora? Miro a Astrid algo confundido y pidiendo que me ayude a buscar una explicación hasta que capto la razón del porqué de su enojo.
—Me dijiste que ellos estaban en Berk -dice Nereida con cierta frialdad- ¿cómo supieron sobre la batalla? ¿Por qué estaban escondidos en una trampa de Drago ManoDura? -me pregunta demandante-
—Nereida... -intento explicarle-
—¡Tú me mentiste! -dice molesta- ¡no quiero a más víctimas de esto, Hipo! ¡Todo esto que está sucediendo es por mi culpa!
—¿Por qué sería tu culpa? ¡Tú no has hecho nada malo! -intento defenderla-
Sin embargo, mi distracción con ella causa que una red nos capture y nos haga caer a la nieve. Al estrellarnos con el suelo, Nereida sale volando mientras que yo me sostengo de Chimuelo fuertemente.
Me incorporo a los segundos e intento sacar a Chimuelo de la red para volver arriba a la batalla. Sin embargo, el ver a Nereida con quien parece ser Drago ManoDura frente suyo detiene mis acciones. Se encuentran a unos metros de mí, por lo que decido correr hasta ellos.
—¡Nereida! -grito y ella se gira a verme preocupada-
—¡Hipo, aléjate! -me pide mientras me acerco más y más-
—¿Nereida? -pregunta Drago y momentos después comienza a reír- así que eres tú... ¡finalmente te he encontrado, busca problemas! -su voz resuena con tanta maldad-
Me detengo al ver como toma a Nereida del cuello con fuerza, levantándola del suelo. Nereida me mira apenada y arrepentida mientras intenta aflojar el agarre de Drago de su cuello y de repente le es arrancada una pieza de ropa que cubría el frente de su hombro izquierdo.
Tal es mi sorpresa al ver en ese lugar suyo una especie de marca con el símbolo de los dragones de clase Golpe. La clase que es Chimuelo.
—¿Quién diría que me tomaría cinco años encontrar de nuevo a un Skrill tan poderoso en tal forma? -ríe Drago-
¿Qué?
¡Hola chicas! ¿Cómo han estado? Lo sé, lo sé. Sé que he tardado demasiado en actualizar esto. No diré las razones, porque no quiero involucrar a más personas en mis problemas personales. Aparte, hacía tiempo que no había continuado escribiendo este capítulo.
(Nota: Los anteriores ya los tenía escritos desde hace ya demasiado tiempo, solamente los edité. Sin embargo, este no lo había terminado de escribir y pues aquí es donde la historia se me ha detenido en cuanto a capítulos.)
Sin embargo, ya me faltaba muy poco para terminarlo y decidí hacerlo hoy. No sé porqué los días lluviosos causan esa sensación en mí de querer escribir ;-; pero agradézcanle a la lluvia por esto xD <3
En fin, ¿qué les ha parecido el capítulo? Espero que les haya gustado, el siguiente capítulo ya contendrá toda la batalla contra Drago y el momento de ya saben qué... (cof cof la muerte de uno cof cof). Por hoy me despido, ¡ya saben que las amo con todo mi corazón y mi alma! <3<3 gracias por seguir aquí apoyándome, de todo corazón :33 <3<3 ¡nos vemos luego! Byeee :333 <3<3<3
P.D: @NoraneaWhite, si ves esto, por favor ya no me mates ;-; </3 ya te di el capítulo, ya no me des más amenazas, por Thor </3
Foto de Multimedia: Valka observando los barcos de Drago ManoDura arribar al Santuario de Dragones
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