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Capítulo 13: Regreso al Santuario de Dragones

*¡Por favor! Lean la nota al final del capítulo. ¡Es sumamente importante! :3*

Narra Hipo:

—Tengo que hacerlo, Hipo -Nereida camina de un lado a otro por la habitación-

—Por favor, Nereida -le imploro sentado en mi cama-

—No puedo quedarme, yo no pertenezco aquí -me mira de forma dolida-

—Si perteneces -me levanto y me acerco a ella hasta quedar a centímetros de su cuerpo- por favor, Nereida...no quiero volver a sufrir tu partida -cierro mis ojos intentando no llorar frente a ella-

Llevamos discutiendo su regreso al santuario desde que salimos de la Academia de Dragones. Sinceramente, no quiero que se vaya, he sufrido bastante al no tenerla junto a mí. Abro los ojos y ella me mira intentando reprimir las lágrimas. No entiendo porque no quiere quedarse, hay algo que aún no me ha dicho.

—¿Por qué te cuesta quedarte? -le pregunto dolido-

—No es que me cueste, Hipo -su voz se quiebra-

—Por favor, Nereida -tomo sus manos y las pongo en mi pecho- quédate -susurro-

—Yo... -susurra dolida- no puedo -solloza- me es difícil, Hipo, por favor, entiende -me mira suplicante- déjame ir

—No volveré a cometer el mismo error -la miro de forma penetrante y ella rompe en llanto-

Se deja caer en el duro piso de madera y yo me asusto hasta arrodillarme junto a ella y abrazarla, ella me envuelve con sus brazos fuertemente y llora en mi pecho. Mi Lady, has sufrido tanto en tu vida, por favor, déjame ayudarte a sanar esas heridas que tanto te lastiman, déjame atender esas cicatrices que te atormentan con tu pasado, déjame darte amor...déjame entrenar a tu corazón.

—No quiero que salgas herido -solloza, sacándome de mis pensamientos-

—Sólo saldré herido si te alejas de mi lado -la abrazo con fuerza-

—Él te puede asesinar -llora más fuerte- y eso es justo lo que no quiero

—Te prometo que él no me hará daño -acaricio su suave pelo-

—¿Lo prometes en serio? -su llanto cesa y su voz se calma un poco-

—Te lo prometo -beso su pelo y ella se separa con delicadeza, el solo ver sus ojos hinchados y dolidos me encoge el corazón- ¿te quedarás?

—Algún día -sonríe con tristeza y eso me da esperanzas...se quedará...no hoy, pero se quedará- ¿me dejarás regresar al Santuario de Dragones?

—Algún día -respondo con una sonrisa y ella ríe con delicadeza mientras nos levantamos del suelo- claro, te dejo regresar, pero sabes que yo no decido por ti, la decisión es completamente tuya -coloco mi mano en su mejilla y la acaricio-

—Prometo que volveré -ella hace mi misma acción, colocando su delicada mano en mi mejilla y me apego más a ésta-

—Se te hará tarde -cierro mis ojos con algo de fuerza, intentando no llorar- no quiero que viajes de noche -me separo de su delicada mano-

—Claro -suspira cabizbaja-

—Adiós, Nereida -la abrazo con fuerza y ella me corresponde el abrazo-

—No es una despedida, Hipo -nos separamos y sonrío ante sus palabras- nos volveremos a ver, Chico Dragón -me da un leve golpe en el abdomen, activando el mecanismo de mi ala trasera-

—Oh, dioses, esto es humillante -suelto aire vagamente y ella al ver el mecanismo estalla a carcajadas-

—¡Por todos los dioses! -carcajea-

—Si, claro, búrlate -digo sarcásticamente intentando no contagiarme por su risa-

—¡Te ves tan chistoso de esa forma! -rodea su estómago con sus brazos mientras sigue riendo, de repente, un sonido de cerdito se hace presente en su risa- oh, dioses -sus mejillas se vuelven completamente rojas y ahora el que estalla a carcajadas soy yo-

—Aww, que tierna risa tienes -digo entre risas-

—¿Es burla o es un halago, vikingo? -dice riendo-

—Es un halago, Mi Lady -digo calmando mi risa y mirándola de forma tierna-

—Bueno, gracias por el cumplido, mi vikingo -hace una leve reverencia con sonrisa divertida-

—¿Tu vikingo? -enarco una ceja coquetamente al igual que una sonrisa se hace presente en mis labios-

—Si, mi mejor amigo vikingo -sonríe con alegría y dentro de mí la sonrisa se apaga, "amigo", ella jamás me verá como algo más-

—Bueno, si seguimos así, terminarás viajando de noche, cosa que no quiero -río-

—Tienes razón -sonríe con algo de melancolía, puedo jurar que una parte de ella quiere quedarse- hasta luego, Hipo -me abraza por última vez con mucha fuerza y le correspondo el abrazo-

—Hasta luego, Nereida -nos separamos y ella sonríe compasivamente-

Minutos después, Nereida se encuentra en el muelle, conmigo detrás de ella, esperando a la Salvajibestia. Al llegar el enorme dragón, ella se sube en él, despidiéndose de mi con un movimiento de mano, le respondo de la misma manera y los veo alejarse del muelle. Momentos después, ya no los veo en el horizonte.

—¿Hipo? -escucho la suave voz de Astrid detrás de mi- ¿qué haces aquí? -se coloca a mi lado-

—Me despedí de Nereida -sigo mirando el horizonte-

—¿Se fue? -dice con tristeza mirando hacia la misma dirección que yo- pero, ¿por qué?

—Quiere proteger a los dragones contra Drago ManoDura -me encojo de hombros, sinceramente, no sé todavía el porqué se ha ido, pero tenía que darle a Astrid una respuesta-

—¿Pero sola? -me mira- Hipo, tenemos que ir a apoyarla, no podemos dejarla en esa guerra sola

—Ella se disculpó conmigo por haberme metido en su guerra -recuerdo las palabras de Nereida la noche anterior- Astrid, ayúdame -finalmente la miro-

—¿En qué? -me mira confundida-

—Ella ha sufrido tanto en su vida, perdió todo, a sus padres, su tribu...su mejor amigo -cierro mis ojos con fuerza- necesito que me ayudes para que ella dé respuestas sobre lo que le ha sucedido

—Con esas palabras te pareciste a mí hace seis años -ríe- bueno, primero que nada, tenemos que saber de donde viene exactamente -empieza a analizar la situación- sabemos que tu padre ha tenido conflictos con muchas tribus, ella podría pertenecer a una de esas tribus -rápidamente la detengo-

—Wow, Astrid, ella no pertenece a las tribus que mi padre considera "malas" -levanto mis manos en defensa-

—Tenemos que averiguarlo, no la puedes defender tan rápido -me mira con seriedad- segundo, presiento que ella puede estar relacionada con todo lo sucedido con Drago ManoDura, no digo que sea su aliada, sino, no estaría luchando por no combatir contra él -me explica-

—¡Lo tengo! -digo con alegría- mis padres y yo iremos al Santuario de Dragones para ayudarla a proteger a los dragones, mientras que tú, Patán, Patapez, Brutacio y Brutilda van en busca de los atrapadores de dragones y los siguen hasta el campamento de Drago ManoDura, tal vez descubran algo que lleve a Nereida -tomo una gran bocanada de aire ya que he dicho todo algo rápido-

—Buena idea -Astrid sonríe alegremente-

—Oye, ¿te puedo pedir un consejo? -la miro algo tímido-

—Claro, Hipo -sonríe cálidamente-

—¿Cuál sería el regalo perfecto para Nereida? -siento mis mejillas tornarse rojas-

—¿Ya le pediste que fuera tu novia? -me mira con mucha alegría-

—No...ella siempre me dice "amigo" -me pongo cabizbajo- a veces siento que ella no tiene los mismos sentimientos por mí

—Hipo, ella te quiere -coloca una mano en mi hombro compasivamente- yo lo veo en sus ojos, ella siente algo por ti

—Me quiere como amigo, sólo siente amistad -digo desanimado-

—Tal vez tiene miedo de demostrártelo, pero ten por seguro que ella siente algo más que amistad -sonríe- ahora, dime, ¿qué le gusta? -me pregunta-

—Los dragones...sentirse libre... -entrecierro los ojos analizando mis palabras- dragón...libre...alas...¡lo tengo! -grito con emoción y ella se sobresalta- ¡ya sé cual es el regalo perfecto! -corro hacia la aldea con Astrid detrás de mí-

—¡Ni siquiera me dejaste darte opciones! -dice riendo cuando llegamos a la aldea-

—Astrid, necesito tomarte medidas -la miro con emoción y ella me mira confundida-

—¿Medidas? ¿Por qué? -dice algo nerviosa-

—Porque Nereida tiene una complexión similar a la tuya -sonrío-

—¿Qué piensas darle? -enarca una ceja curiosa-

Libertad -respondo con una sonrisa cálida-

Horas después, estamos todos listos para comenzar el plan, mis padres y yo estamos preparados para dirigirnos al santuario, mientras que Astrid y los demás están listos para dirigirse a buscar a los atrapadores. Guardo el regalo de Nereida en mi armadura y todos nos miramos, listos para partir.

—Cuando descubran algo, vuelvan al santuario, todos nos veremos ahí -les ordeno a Astrid y a los demás-

—Cuenta con nosotros, Hipo -dice Astrid- ¡vámonos! -le ordena a los demás y parten de la isla-

—¿Listos? -les pregunto a mis padres-

—Listos, Hipo -dicen con una sonrisa y partimos de la isla-

Mientras volamos hacia el santuario, saco de mi armadura el regalo para Nereida, espero que le guste. Chimuelo nota mi estado de humor, el cual es preocupado y a la vez calmado y me mira por el rabillo del ojo. Él sabe lo que siento por Nereida.

—¿Crees que le guste mi regalo? -le pregunto, buscando un consejo, él gruñe con aprobación- más te vale -río-

Después de un tiempo, vemos la enorme estructura de hielo un poco lejos y siento mariposas en mi estómago. Sé que no ha pasado ni un día desde que la vi por última vez, pero ella me hace sentir así a cada momento.

Nos adentramos en el santuario por un camino de los que mi madre conoce y llegamos a la cueva en donde comíamos. Bajamos de nuestros dragones y mis padres me miran con una sonrisa, ahora lo que falta es encontrar a Nereida en el lugar.

—Voy a buscar a Nereida -sonrío, dejando a mis padres en la cueva-

Llego al lugar donde la Especie Alfa se encuentra y miro al enorme dragón descansando. Sospecho que Nereida se encuentra ahí, así que no dudo en bajar por el camino que lleva al lago. Al bajar completamente, quedo cara a cara con el enorme dragón y llamo a Nereida.

—¡Nereida! -grito y el dragón abre sus ojos algo adormilado- ¡Nereida! -vuelvo a gritar y el dragón gruñe algo molesto por haberlo despertado, de modo que me sopla una ventisca de hielo y congela mi cabello- oh, dioses -miro mi cabello lleno de nieve-

—¿Hipo? -escucho su voz...pero no donde el enorme dragón se encuentra...sino detrás de mi-

—Hola -río de forma nerviosa dándome media vuelta, sabiendo que verá mi pelo congelado por la nieve-

—Despertaste a la Salvajibestia -suelta una risita- pero...eso no importa -sacude su cabeza y frunce el ceño- ¿qué estás haciendo aquí? -me mira algo molesta-

—Vine a ayudarte a proteger a los dragones -me encojo de hombros con una sonrisa sacudiendo la nieve de mi cabello-

—Eres muy cabeza dura, ¿te lo han dicho? -resopla riendo-

—Si, mi padre me lo dice muchas veces -río- por cierto, mis padres están en la cueva principal, vinieron a ayudar

—Vaya -suspira- se los agradezco, pero...no quiero que salgan heridos, Hipo -me mira con una sonrisa triste-

—Nadie saldrá herido, Nereida, te lo prometo -tomo sus hombros con delicadeza y ella me abraza fuertemente-

—Gracias por estar aquí -dice en mi pecho y la abrazo de vuelta fuertemente-

—Siempre estaré ahí para ti -le susurro en su pelo-

—¿Y tus amigos? -se separa de mi viéndome a los ojos, no puedo decirle que fueron en busca de Drago ManoDura-

—Se quedaron en Berk para vigilar si Drago quería atacar en ese lugar -me encojo de hombros con una sonrisa, ella analiza mis ojos por unos momentos y después sonríe aceptando mi respuesta-

—Bueno, vamos, quiero saludar a tus padres -dice con mucha alegría intentando dirigirse a la cueva principal, pero tomo su brazo con delicadeza y la detengo-

—Espera, tengo algo para ti -sonrío con emoción-

—¿Algo para mí? -enarca una ceja curiosamente- ¿qué es?

De mi armadura saco el regalo metido en una caja color negro mediana y adornada con un listón verde. Se lo muestro y ella lo mira con alegría para después tomarlo en sus manos y examinarlo con delicadeza, espero que le guste.

—Hipo, que tierno, gracias -dice con ternura-

—Pero si aún no has visto lo que hay dentro -río-

Desamarra el listón de la caja con suavidad y por unos momentos me pide sostener la caja para cortar el listón en dos y entregarme una pieza. Se amarra el listón en su muñeca con alegría y río, ella es tan única.

—Ponte el listón en la muñeca, será un símbolo de nuestra amistad eterna -dice de una forma que se me hace demasiado tierna-

Obedezco a lo que me dice y me pongo el listón con una gran sonrisa, después me vuelve a pedir el regalo y se lo entrego con una sonrisa. Al abrirlo, su expresión cambia radicalmente de felicidad a asombro, lo cual me hace mirarla atentamente por cualquier reacción que se considere positiva o negativa.

—Hipo... -escucho su voz quebrada, eso me desanima-

—¿No te gustó? -la miro tristemente-

—Esto es... -cierra sus ojos con fuerza y una lágrima se desliza por su mejilla- ...lo más lindo que alguien ha podido obsequiarme -sonríe abriendo sus ojos- ¡gracias, gracias, gracias! -me abraza fuertemente dejando el regalo en el suelo y llora en mi pecho-

—No llores -la abrazo de vuelta fuertemente- me alegra que te haya gustado

—Eres el mejor amigo vikingo que he podido tener en mi vida -otra vez..."amigo"-

—Bueno, ¿qué esperas? ¡Pruébatelo! -me separo de ella y sonrío con demasiada alegría-

Le he regalado un mecanismo planeador como el mío, me dijo que extrañaba volar y sentirse libre, así que le he dado lo mismo que yo tengo para que pueda volver a esos días. Además, la vez que me lo vio puesto se sorprendió mucho, y no se lo he dicho, pero también tiene el ala trasera, la cual se activa con un mismo botón que yo tengo en el abdomen.

—¿Cómo me veo? -dice sacándome de mis pensamientos, le ha quedado impresionante-

—Te ves increíble -digo con una sonrisa tonta-

—Claro, a Nereida Blomgren todo le queda increíble -dice con aire presumido, a lo que yo río, pero después analizo su frase...Blomgren...su apellido-

—¿Tu apellido es Blomgren? -le pregunto, jamás había escuchado ese apellido en una tribu con la que mi padre tuviera conflicto-

—Sí, significa "rama de flor" -se encoge de hombros tímidamente con una sonrisa- en fin, dime cómo funciona esto -ríe observando el mecanismo-

Después de decirle la forma de usar el mecanismo, finalmente lo domina a la perfección y practica por todo el santuario, planeando desde un lugar alto hasta llegar al lago, con mi ayuda a su lado, por supuesto.

Me alegra que le haya gustado mi regalo, al menos he logrado sacar información nueva de ella, Blomgren...le preguntaré a mi padre sobre el origen de ese apellido. Por lo mientras, espero que a Astrid le esté yendo bien en estos momentos.

Narra Astrid:

Vamos volando sobre el océano en busca del barco de los atrapadores de dragones, Brutilda se ve sumamente feliz por volver a ver a Eret hijo de Eret, no entiendo que fue lo que vio en él, pero cada quien tiene sus gustos. Finalmente, logramos ver el barco y nos acercamos con rapidez, veo que Eret se encuentra molesto con sus tripulantes, les está diciendo algo.

—¿Y si regresamos? -escucho a uno de sus aliados hablar-

—No tenemos a donde ir, nada que vender -dice Eret con estrés- ¡y no hemos capturado a ningún dragón! -bueno, le daremos lo que quiere- si no reunimos dragones, y rápido... -antes de que pueda terminar su frase, Tormenta lo ha agarrado del barco-

—¡Cuidado con lo que deseas! -canturreo felizmente-

—¡Eret hijo de Eret! -escucho a sus aliados gritarle y lanzar redes hacia nosotros-

—¡¿Y esto qué es?! -dice Eret demasiado asustado abrazando la pata de Tormenta-

—Un secuestro, ¿qué más? -lo miro con una gran sonrisa-

—¿Eret puede ir conmigo? ¿Puede? -dice Brutilda abrazándolo desde su dragón y volviendo su voz más aterciopelada, haciendo que Brutacio se aleje del asco junto con ella, ya que sus dragones están unidos-

—Ahora tú nos vas a llevar con Drago -le ordeno-

—¿Ayudar a jinetes de dragones a entrar a su campamento? Asesíname ahora -dice Eret con desinterés y aflojando su agarre de Tormenta-

—Eso puede arreglarse -sonrío maliciosamente- Tormenta, ¡suelta! -palmeo su panza y ella suelta el agarre de Eret, el cual, al caer, empieza a gritar- buena chica -la mimo y ella gruñe con alegría- Tormenta, ¡busca! -y vuela directo hacia Eret-

—¡Está bien, lo haré! ¡Los llevaré con Drago! -lo escucho gritar mientras cae y Tormenta lo atrapa de nuevo, suelto una risita-

—Siempre funciona -sonrío victoriosamente y entrelazo mis dedos para estirarlos-

Después de un tiempo, llegamos a un lugar escondido entre las enormes barreras de hielo y aterrizamos en una parte con nieve. Tormenta suelta a Eret por unos momentos, en donde aprovecha para intentar huir, pero Tormenta vuelve a caer sobre él.

—Ok, ya los traje aquí, ahora quítame esta cosa de encima -dice Eret bajo Tormenta-

—Jamás le quites un juguete a un dragón, ¿qué no sabes nada? -lo miro burlonamente y camino junto a los demás a un lugar en donde podamos observar lo que ocurre-

—¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mí? -escucho a Eret quejarse bajo Tormenta, quien lo ha envuelto en la nieve y se ha acurrucado sobre él-

Subimos un poco por el lugar hasta llegar a un punto en donde tenemos una vista completa del campamento de Drago ManoDura. Varios barcos de madera y metal se encuentran de cara a lo que parece ser un gigante géiser bajo el agua, pero dudo que sea un géiser.

—¿Qué está ocurriendo ahí? -pregunto mirando el "géiser"-

—Burbujas de gran diámetro, pulmones gigantescos, habitan aguas frías y profundas... -dice Patapez observando sus tarjetas de dragones- podría ser un Leviathan categoría cinco, tal vez seis... -choca sus tarjetas en un gesto pensativo hacia la criatura que podría estar bajo el agua-

De repente el gruñido alerta de Tormenta nos hace voltear hacia los dragones, Tormenta escapa volando, dejando a Eret libre y demasiados aliados de Drago aparecen. Estos les lanzan dardos a los dragones, los cuales caen dormidos al momento y bajamos armados hacia ellos.

Momentos después, nos encontramos en uno de los barcos, atados de manos y con los atrapadores a nuestros lados. Eret va adelante, agarrado por los atrapadores, mientras los dragones son transportados en unas carretillas enormes. Miro hacia el lugar a donde Eret mira y me encuentro con un señor de espaldas hacia nosotros.

—¡Drago! -dice Eret con alegría mientras nos acercamos más y más, Drago se voltea, dejando ver su cara llena de cicatrices- ¡suéltame! -le dice a uno de los atrapadores a su lado- siempre es un gusto verte, amigo mío, ¿disfrutando el calorcito? -dice con simpatía- bueno, como verás, llegué justo a tiempo con nuevos dragones, justo como lo prometí

—¡Está despertando! -dice uno de los atrapadores, quien tiene a Colmillo atado y forcejeando por soltarse-

—Suelten la soga -la grave y fría voz de Drago suena-

Todos observamos la escena con atención, Drago se empieza a acercar a Colmillo, el cual lo mira con odio y está decidido a quemarlo vivo. Escupe fuego hacia él, pero Drago se cubre con su capa, la cual parece estar hecha de piel de dragón, justo como Estoico nos había contado.

El color de la piel de dragón es negra, igual a...un Furia Nocturna, él hace la capa a un lado después de que Colmillo deja de escupir fuego, y antes de que pueda volver a hacerlo, Drago grita con furia, lo cual nos hace sobresaltar y estremecer. Golpea el suelo con su bastón y Colmillo se reverencia con temor hacia él, Drago coloca su pie sobre el hocico de Colmillo con algo de fuerza.

—¡Colmillo! -grita Patán con preocupación-

—¡¿Qué estás haciendo?! -le grito a Drago con furia-

—Me perteneces a mí, ahora -dice Drago hacia Colmillo, luego levanta su vista al asiento sobre él-

—Ah, y como un pequeño extra, también atrapé a los jinetes -dice Eret con orgullo- sin cargo adicional

—¡¿Qué?! -escupo mirándolo con furia- ¡¿es una broma?!

—Aww, pero eras tan perfecto -se queja Brutilda con tristeza, lo cual me hace mirarla de reojo con algo de desagrado-

—Resulta que hay muchos de ellos allá afuera... -dice Eret con algo de miedo al momento en que Drago se acerca a él y lo toma del cuello fuertemente-

—¿Dónde está ella? -le pregunta con enojo, podría referirse a la madre de Hipo o a Nereida- ¡¿dónde está ella?! -exige con furia-

—Los jinetes de dragones son cientos, toda una isla de ellos -digo intentando cambiarles el tema, si hablan de Nereida o la madre de Hipo, no dejaré que las dañen-

—Yo no me preocuparía por ellos -dice Eret con un hilo de voz y Drago aprieta más su agarre- mis hombres...los están cazando...en este momento...no sabrán en donde te ocultas...te lo prometo, Drago -dice ya casi sin voz-

—Ah, claro que si, saben que desaparecimos y tienen dragones rastreadores -digo molesta caminando hacia ellos- si piensas hacer algo, Hipo te dará una... -Drago me interrumpe-

—¿Hipo? -me mira confundido-

—No hay problema, en serio, confía en mí -dice Eret con una sonrisa temerosa-

—Sólo es el hijo de Estoico el Vasto, heredero al trono de Berk, y el más grandioso amo de dragones que se haya visto en esta tierra -digo con aire superior y molesto-

—¡¿Amo...de dragones?! -dice Drago con furia- ¡soy...el único...que controla dragones!

—No -niega Patán con una sonrisa-

—Lo siento -dice Patapez con una sonrisa también y Brutacio y Brutilda ríen-

—Y si no nos dejas ir...justo ahora...llegará montado sobre su Furia Nocturna y hará pedazos toda tu asquerosa flotilla de barcos -escupo mirándolo molesta-

—Y entonces llorarán como bebés -se burla Brutilda y Patapez y Patán se ríen de su chiste-

—Graciosa y hermosa -dice Patán coquetamente-

—Eso es, amor -dice Patapez de la misma forma, haciendo que Brutilda se queje y yo mire con desagrado el momento-

—Si, igual que bebés, siempre lloran -dice Brutacio apenas entendiendo el chiste de Brutilda- pequeños e indefensos

—Primero, era sólo ella, y ahora es todo Berk -dice Drago con odio hacia Eret- y tú, ¡los trajiste a mí! -le grita y lo lanza hacia nosotros-

—Drago... -dice Eret con un hilo de voz-

—¡Detengan todos los preparativos! -les grita Drago a todos sus aliados- ¡debemos atacar el nido de los jinetes de dragones ahora! ¡Es hora de deshacernos de su alfa! Y luego, ¡tomaremos Berk! -sus palabras hacen a todos vitorear de felicidad, mientras nosotros miramos la escena horrorizados, soy regresada junto con los demás detrás de mí- desháganse de él -ordena Drago mirando a Eret-

—No, Drago, por favor -Eret suplica intentando detener a los atrapadores, quienes lo amenazan con lanzas-

De repente, Tormenta, quien estaba desaparecida, aterriza en el barco sobre Eret, cubriéndolo y defendiéndolo de los atrapadores. Lanza sus púas hacia todos los atrapadores, pero un dardo le da al lado de la garganta, haciéndola tambalearse un poco.

—¡Tormenta! -grito con preocupación y ella cae al suelo- ¡no! -forcejeo por soltarme de los atrapadores-

Eret se levanta del suelo, tambaleándose un poco mientras se encuentra desorientado por el reciente suceso. Mira hacia Tormenta, la cual se encuentra dormida y la observa sorprendido, la mirada que le da me hace entender...que su opinión sobre los dragones ha cambiado.

¡Hola chicas! ¿Cómo han estado? Lo sé, lo sé. Perdonen por tardar DEMASIADO en actualizar esta historia TnT </3 pero no quería actualizarla sin antes decirles con gran emoción que la historia que podría ir antes de ésta (la que les había dicho que tenía pensado hacer)... ¡ya está en mi perfil lista para que la lean! :333 <3<3 para que vayan a verla y le den sus hermosos votos y comentarios <3<3 ya el siguiente capitulo será la batalla contra Drago ManoDura, ¡al fin! Estará dividida en dos capítulos, sin embargo ambos capítulos tendrán grandes cosas, y estoy muy emocionada :33 <3<3

Me despido por hoy, ¡ya saben que las amo con todo mi corazón y mi alma! ¡Gracias por siempre apoyarme y ser pacientes con esta historia! Se los agradezco de todo corazón :'3 <3 byeee :33 <3<3

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