─ Primer paso: Consigue un
mejor amigo. ¡Y asegúrate de que
sea para siempre!
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Buenos lugares para encontrar mejores amigos, comúnmente, son: patios del colegio, plazas los fines de semana, la calle sin autos para jugar a la pelota. A veces, si eres afortunado, cuando tu mamá te envía a hacer actividades extra curriculares, encuentras a alguien allí que hace que esa segunda escuela sea, de hecho divertida. Y, si eres aún más afortunado, se conocen en la tienda de video-juegos, mientras sus mamás leen las advertencias de violencia en lo que acaban de pedirles que les compren.

Pero si eres el más afortunado del mundo, el universo te dará esas oportunidades y más, para que sobrepongas tu timidez y le respondas al chico ruidoso de ojitos grandes y sonrisa bonita con el mismo entusiasmo.

Taehyung era así de afortunado. Había conocido a Jungkook en el centro comercial, jugando carreras de autos que su hermana pagaba para distraerlo del chico con el que se besaba. Jungkook era brillante y alegre, y cuando estaba realmente concentrado, se mordía la lengua que sacaba por un costado. Le hablaba a Taehyung todo el tiempo, de autos, de deportes, de su mami y sus hermanas. Le hablaba del colegio, también, así que Taehyung tenía que concentrarse demasiado en la carrera para hacer de cuenta que no lo hacía sentir un poco solo que Jungkook no supiera quién era. Era probablemente su culpa, por eso de no salir al recreo.

Pero el colegio no era realmente grande, y luego de varios encuentros en el centro comercial, se cruzaron en el patio. Los ojitos de Jungkook brillaron bien grandes cuando lo saludó, y Taehyung se sintió especial cuando lo presentó al resto de sus amigos como el chico del que les había hablado. Tenían siete y seis años entonces, -Jungkook siendo el menor de los dos- y no fue hasta el año siguiente, que empezaron a volver solos del colegio, que se dieron cuenta de que eran vecinos.

Jungkook iba todas las tardes a buscarlo después de clase, pero mamá y papá trabajaban, y Taehyung se veía obligado a participar en toda actividad extracurricular posible. Oía de las visitas de Jungkook en la cena, cuando Jihyo le contaba que su amiguito había ido a visitarlo. Taehyung no decía nada, porque no sabía qué. Explicar que no era su amigo sólo borraría las expresiones ilusionadas en las caras de sus padres.

Había tenido problemas para hacer amigos desde que había entrado al colegio. Sus únicos amigos eran sus primos, que habían terminado por cambiarse de colegio por culpa de algunos matones. Nadie realmente molestaba a Taehyung, quizá porque él no molestaba a nadie: se la pasaba dibujando pokémones en los márgenes de su cuaderno, o fantaseando sobre el próximo capítulo de los power rangers. No necesitaba amigos, creía.

Pero entonces llegó el verano, y las horas pasaban lentas, sin las distracciones de siempre. A veces iba a casa de sus primos, pero luego ellos se fueron de vacaciones, y sólo quedaban él, la tele, y el gameboy que le habían regcalado para su cumpleaños. Pensaba, mientras ayudaba a sus hermanas menores a decorar la casa de sus muñecas, que quizá debería haber intentado hacerse amigo de Jungkook, quizá así no estaría tan solo ahora.

Un domingo soleado, Jihyo se asomó al dormitorio en el que Taehyung estaba clasificando sus historietas.

"Tu amiguito te está buscando" dijo, y Taehyung dudó un momento antes de entender a quién se refería.

Llevaba sus shorts y la camiseta gastada que usaba para dormir. Jungkook, en el pórtico, lo esperaba con un short color azul y una camiseta de Iron Man que le quedaba gigante.

"¡Hola!" le sonrió anchamente. Taehyung dejó el gameboy en el pasa-platos antes de acercarse a él.

"Hola" lo saludó.

"¿Quieres ir a jugar a la pelota?"

Eran tres contra tres, y Taehyung iba al arco. No le molestaba, porque correr de aquí para allá no era lo suyo, y temía que algunos de los amigos de Jungkook no fueran tan amables como él. Caer al suelo y llorar por un raspón definitivamente no iba a ayudar a hacerlo verse cool.

Pasaron la tarde juntos, apenas interrumpiendo el partido cuando algún auto doblaba en la esquina. Su mamá y la de Jungkook hablaban, mientras cuidaban el jardín, y Taehyung cruzaba los dedos esperando a que no contara nada embarazoso que pudiera llegar tarde o temprano a los oídos de su nuevo amigo.

Esa semana de sol, vio a Jungkook todos los días. Le agradaba: era divertido, y ruidoso, y lo suficientemente interesante para mantenerlo despierto. Cada noche, mientras se bañaba, repasaba sus chistes y monerías, y reía para sí camuflado por la lluvia. Cada mañana, cuando despertaba, comía dos bowles de cereal, porque le darían energías para, quizá, atreverse a correr con Jungkook esa tarde.

El siguiente martes, el sol no salió. Las nubes habían empezado a juntarse la noche anterior, y ahora llovía con una pereza y constancia que parecía interminable. Taehyung miraba por la ventana de su dormitorio como las gotas habían hecho un charco de lodo allí donde se habían sentado la tarde anterior a descansar.

Jihyo se asomó a su cuarto, con su celular en la mano y una sonrisa en su rostro.

"Tu amigo " le dijo, sonriente, y Taehyung fue incapaz de disimular la sonrisa.

El pequeño castañito subió saltando los escalones de dos en dos. No paraba nunca de hablar; decía:

"Es tan aburrido cuando llueve. No hay nada para hacer"

"Tengo videojuegos" propuso Taehyung, y pasaron la tarde entera jugando peleas en la play-station.

"Yo tengo el mismo" explicó Jungkook después de perder por cuarta vez consecutiva. "Pero mis hermanitas siempre quieren jugar conmigo y es molesto"

Taehyung se mordió la lengua y no comentó acerca de como a veces él quería jugar con sus hermanas menores, solo para no sentirse tan solo.

"Mi mami dice" dijo Jungkook después de un rato. "Que tu mamá le contó que no tienes amigos"

Taehyung se sonrojó, mientras daba start. Quiso responder rápidamente, decir que eso era absurdo, quizá, aunque no lo era; pero se preguntó si era por eso que Jungkook estaba allí, si su mamá le había pedido que lo visite, y la lengua se le hizo un nudo. Se sentía más solo todavía, pegajoso y gris en el pecho.

"Yo le dije que no podía ser cierto" continuó Jungkook. "Porque mi hyung es demasiado genial. Siempre me ganas en las carreras y ahora me ganas en las luchas"

"Juego muchos video-juegos" murmuró. Y quizá no debería decirlo, pero lo hizo: "Paso mucho tiempo solo"

"Oh" dijo Jungkook, y ya ninguno de los dos dijo nada más.

Jugaron un rato, pero Taehyung no sabía de que hablar, y Jungkook estaba callado. Parecía diferente, otro chico, cuando se volvía silencioso. Taehyung apenas lo reconocía por los pies inquietos golpeando el suelo y el brillante color miel de sus ojos cuando lo miraba.

El día siguiente llovió también, pero Jungkook no lo fue a visitar.
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Taehyung a veces iba a jugar a la pelota, a veces no lo hacía. Un día, se había prometido que iría, aunque no se sentía con muchas ganas, porque pensó que si quería tener amigos, y realmente quería, debería intentar un poco él también. No darse por vencido. Como Jungkook, que le había jugado doce partidas hasta que le pudo ganar una.

Ese día, Jungkook no lo fue a buscar.

Su mami le dijo, que la mamá de Jungkook lo inscribió a un campamento.

"¿Quieres que te inscriba?" preguntó Joo-hyun, y Taehyung se encogió de hombros. "El dinero no es un problema, pero a ti nunca te gustaron estas cosas"

Honestamente, nunca le gustó jugar a la pelota tampoco. Negó suavemente con la cabeza, Jungkook probablemente se había unido para que su mamá no lo obligue a buscarlo todos los días. Podía soportar no tener amigos, pero no podría soportar tener amigos por lástima.
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Cuando el timbre sonó, el sábado por la mañana, Taehyung abrió la puerta porque todos los demás estaban ocupados limpiando. Tenía la muñeca de Ryujin en la mano, y cuando se encontró con los ojitos grandes de Jungkook y su sonrisa perezosa, estuvo tentado a tirarla al living.

"Estamos limpiando" explicó. "Juntaba los juguetes de mis hermanas"

"Oh, lo siento entonces" dijo Jungkook. "Paso más tarde, hyungie"

"¡No! No" Taehyung se rascó la cabeza. "Salgo un momento, déjame vestirme"

Se puso un pantalón encima de la ropa interior, y una gorra para cubrir su cabello, y bajó las escaleras saltando de dos en dos. Jungkook estaba sentado afuera en el patio cuando abrió la puerta. No tenía un balón.

"¿Cómo va el campamento?" preguntó mientras se sentaba a su lado.

"Está bien" dijo. "Seokjin hyung está allí y me la paso con él"

Taehyung asintió en silencio mientras se acomodaba la gorra. ¿Para atrás se vería más cool verdad?

"Te extrañé, hyungie" dijo Jungkook, y continuó hablando como si lo que acababa de decir no fuera serio. "Pensé que te unirías al campamento también. Mi mami dijo que le diría a la tuya"

"Es demasiado temprano" mintió Taehyung. "Además está Yugyeom, están tus amigos"

"Tú eres mi amigo"

Taehyung sonrió tan ancho, incapaz de controlarse.

"¿En serio?"

"Sí, Tete. Sabes de mis hermanas y lo odiosas que son, eso solo lo hablas con tus verdaderos amigos"

Esta vez, Taehyung apretó los labios para disimular la sonrisa; pero entonces miró a Jungkook y lo vio sonreír, no pudo realmente contenerse.

"No me di cuenta, pensé que hablabas de eso con todo el mundo"

"Lo hago" razonó Jungkook, llevándose la mano al mentón. "Pero contigo es distinto. Me haces sentir especial y quiero hacerte sentir especial"

"Te sientes especial porque eres mi único amigo" admitió Taehyung. "Tu mamá tenía razón, no tengo otros"

Jungkook lo abrazó por los hombros y lo acercó hacia él.

"Entonces yo te haré sentir especial porque serás mi mejor amigo. Jugaremos video-juegos y hablaremos de nuestras hermanas"

"¿Y cuando empiecen las clases?" preguntó Taehyung, demasiado asustado de perderlo como para tener miedo de hablar. "Cuando tenga todas mis actividades extra curriculares y tú tus amigos del colegio"

"Los mejores amigos son para siempre, hyungie" explicó frunciendo el ceño. "No solo por el verano"

"Okay"
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