Capítulo 7
Mientras comía estaba ahogada en mis pensamientos sobre la salida con Nil.
Es decir, me agrada, pero ¿me agradaba lo suficiente para salir de mi cómodo hogar después de tanto tiempo? Fue entonces cuando recordé las palabras de mi psicóloga: "Laia debes salir, el mundo sigue y tu estas estancada, solo inténtalo, te estás haciendo daño sin darte cuenta"
Y odio que tenga la razón, el mundo sigue cambiando y yo estoy más estancada que el agua de una alcantarilla, es momento de dejar de pensar y seguir con mi vida, al menos intentarlo.
-¿Laia, estas bien? -la voz de mi madre me saca de mis pensamientos.
-¿Eh? Sí, sí solo estaba pensando que quiero hacer cambios. -le sonreí.
-Me alegro hija, me parece genial -esta vez hablo mi padre, el cual lleva su mano mi cabeza y me hace un revoltijo en el pelo.
-Ey me despeinaste- -me queje.
-De hecho, despeinada ya estabas -me sonríe- y no creo queseas capaz de enojarte con tu querido padre.
-Claro que soy capaz -me cruce de brazos- además, aún no te he perdonado por darle mi número a Nil.
-Pero fue por una buena causa -se justificó.
-Ya dejen de pelear por tontería -se quejó mi madre.
-No son tonterías -me defendí.
Mi madre río y miro a mi padre con complicidad.
-Mamá, eres una traidora, estas del lado de mi padre -dije indignada.
-Yo no he dicho nada -se puso la mano en el pecho con inocencia.
Luego de la mini pelea, nos comenzamos a reír por lo tonto de la situación.
Comencé a subir las escaleras y me senté en mi cama.
Me había olvidado por completo de darle una respuesta a Nil sobre sí aceptada la salida o no.
Agarre mi teléfono y entre a su chat para responderle un "Sí, Pasa por mí en media hora."
Me levanté de mi cama para ir hacia el baño y darme una ducha, pero antes elegí mi outfit.
Abrí mi closet y luego de analizarlo, agarré unos jeans de mezclilla y un top morado con unas zapatillas blancas.
Luego de elegir mi outfit toca en turno de la ducha.
Solo demore unos 5 minutos en ducharme, nuevo récord.
Me vestí y me peine el pelo para que se vea algo decente, no opto por maquillarme ya que no tengo muchas ganas.
Cuando terminé de alistarme me puse a revisar mi teléfono y tengo un mensaje de Nil que dice: "Ya estoy fuera, sal."
¡Vaya! Quién lo diría, es muy puntual el chico.
Baje rápidamente las escaleras en busca de mis padres para despedirme.
-Ya llego Nil por mí -avise.
Mis padres se miraron con una gran sonrisa en sus rostros.
-Cuídate cariño -mi mamá me dio un beso en la frente.
-Diviértete hija -se despidió mi padre.
Suspire y comencé a caminar hacia la puerta principal, al abrirla pude ver el deportivo color negro mate estacionado afuera; es un coche demasiado hermoso, me quede anonada sin saber si es Nil.
De repente alguien me grita y reaccione. Es Nil que ha bajado un poco la ventana del copiloto solo dejando ver esos ojos tan hipnotizantes.
-Ey si soy yo, sube. -note como sonreía por la forma de sus ojos.
Caminé hacia el coche y cuando abrí la puerta vi el asiento del copiloto donde yacía un hermoso ramo de tulipanes morados combinados con flor nube.
Quería moriré de la emoción.
No sabía que hacer o decir, estaba en estado de shock, no sabía cómo reaccionar a su gesto, nunca nadie había hecho esto tan de repente.
-Vega sube Laia, son para ti, sé que te gusta el color morado así que dije ¿por qué no? son prefectas para ti.
Intercalaba mi mirada de los tulipanes a Nil, no sabía a qué mirar.
Cuando salí de mi estado de trance, de la emoción entre al coche y me lancé a darle un abrazo.
-En serio gracias, son hermosas -cuando le di las gracias me percate que seguía muy pegada a él y me separe de inmediato.
Mire a Nil por unos segundos. Nil estaba ahora en shock, supongo por mi acercamiento.
Acerque los tulipanes a mi nariz para olerlos.
Se sentía irreal lo que estaba pasando.
Mientras olía los hermosos tulipanes Nil hablo.
-No hace falta agradecer, lo hice con gusto y sabía que te iban a encantar.
No recordaba en que momento le había dicho que me gustaba el morado, ni mucho menos los tulipanes.
-Igual, gracias -le sonreí.
Trate con todas mis fuerzas no preguntar como lo sabía, pero como siempre mi curiosidad era mayor.
-¿Cómo sabes que mi color favorito es el morado y que me gustan los tulipanes? -las preguntas salieron de mi boca antes de poder retenerlas.
-Siempre te veo con ropa de color morado y sobre los tulipanes, me ayudo tu madre -explico.
-Oh, genial ahora son amigos íntimos -dije con sarcasmo.
-Compréndeme, no podía recogerme sin algún detalle -se excusó.
-Es cierto -saqué un pequeño adorno en forma de la rueda de la fortuna- te traje esto.
Nil agarro mi regalo y me sonrió, vi sus intenciones de abrazarme, pero se resistió.
-¿Y esto por qué? -interrogo sin dejar de sonreír.
-Porque fue en esa rueda que hablamos más, y nos hicimos amigos -explique remarcando la palabra amigos para ver si el no me veía como una.
-Es verdad, ahí nos hicimos amigos -me sonrió aún más- gracias Laia.
-No hay de que, chico multimillonario.
Mire los tulipanes nuevamente.
-Que emoción, son hermosas, no lo puedo creer -volteo a ver a Nil que estaba con una gran sonrisa viendo lo feliz que estoy con su regalo.
-Como dije, sabía que te encantarían.
-Sí, me encantaron. -concedí.
-Bueno, vamos a nuestra cita. -arranco el auto para ponernos en marcha.
Todo el camino me la he pasado mirando mi ramo de tulipanes morados.
No aguante las ganas y luego de unos minutos hable.
-¿A dónde vamos?
-Es una sorpresa, te va gustar más que los tulipanes -voltea a mirarme y me guiño el ojo.
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