Llegue a casa alrededor de las 10 de la noche, pensé que me había metido en un lio por llegar tan tarde sin embargo solo me preguntaron cómo me había ido y resulto de Nil les había avisado que llegaría tarde pero que estábamos bien.

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Me levante de la cama y revise mi teléfono donde yacía un mensaje de Nil:

Nil: Felices tres meses de amistad Lil.

Laia: Felices tres meses Nil.

Y si hoy cumplíamos ya tres largos meses de amistad y él se había acordado de eso, le respondí que igual y que estaba muy feliz de pasar todo este tiempo a su lado a lo que él respondió que a las 6 pasaría por mí para celebrarlo.

Apenas eras las once de la mañana.

Me dirigí al baño para asearme y bajar a desayunar.

Al bajar me dirigí a la cocina donde solo estaba mi madre.

—Hola mami —me acerqué y le dije un abrazo.

—Buenos días hija, ahí está tu desayuno.

—Gracias, ¿Dónde está papá?

—Salió a trabajar temprano cariño y me dejo un recado para ti —sonrío— dijo que si te da permiso.

—¿Permiso para qué? —pregunte confundida

—Para ir a tu cita con Nil hoy —sonrío divertida.

Me quede con la boca abierta que si seguía así seguro se metería una mosca a ella, no podía creer, ¿Cómo sabia mi padre que iría con Nil hoy?

—¡Cómo sabe de mi cita? —cuestione mientras comía mis hot cakes.

—Pues al parecer Nilmy y tu padre son muy amigos.

—¿Nilmy?

Okey, todo muy extraño, primero mi padre y Nil tiene conversaciones secretas y ahora mi madre le tiene un apodo, ¿Quééé?

Continuamos desayunando mientras yo la miraba con extrañez y mi madre me regaño por no parar de mirarla así.

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Eran las 5:30pm y ya estaba bañada y vestida solo me faltaba maquillarme y peinarme. Opte por un vestido color rojo vino que se ajustaba bien en las partes adecuadas junto a unos tacones negros.

Me encontraba abriendo la puerta del copiloto del carro de Nil y me encontré con un ramo de rosas rojas decoradas con luces y mariposas de plástico junto a unos chocolates, este niño de bonitos ojos ya tenía de costumbre sorprenderme cada vez más.

Subí al carro y lo abracé al mismo tiempo que le daba un pequeño beso en la mejilla.

—Gracias Nil —le dije mirando los ojos que tanto me alteraban —me siento mal, yo no tengo nada para ti.

—Con tu presencia basta, además, si te ves así de hermosa creme que no me importa en lo más mínimo.

—Gracias otra vez —sonreí tímidamente.

A mitad de camino Nil se giró para mirarme y decirme:

—Te ves hermosa de rojo, ¿Ya lo había mencionado?

—Habías mencionado que me veo hermosa, pero no que me veía bien de rojo— estoy segura que si no fuera por mi piel color canela se hubiera notado el ardor en mis mejillas.

Llegamos al restaurante y oh por Dios, era el restaurante más lujoso que en el que había estado nunca, todo era tan bonito que no lo podía creer, seguí a Nil hasta nuestra mesa y estaba al lado de un balcón donde tenía vista a toda la ciudad, en la mesa había rosas moradas.

—Tu elegiste rosas? —pregunte mientas seguía observando el lugar.

—Claro, al igual que alquile el restaurante para nosotros.

Y eso explicaba por qué no había gente.

—Gracias por todo Nil, de verdad, estoy muy feliz de estar aquí contigo, de hecho, de haber pasado tantas cosas juntos, me hace feliz —le dije con sinceridad.

—No tienes por qué agradecer, yo también estoy muy feliz por tenerte aquí conmigo, aunque sea como amigos claro.

Seguimos conversando de todo un poco y de porque había alquilada este lugar.

Me la estaba pasando genial con Nil, me siento tan afortunada de tenerlo conmigo, de que con el este volviendo a confiar, que sea él el que me haga sentir estas mariposas que no sabía que eran reales y que él sea el causante de mi felicidad y de mi descontrol de todos mis sentidos, Estoy feliz de que él lo sea todo ahora.

Llegamos a un ponto donde nos miramos fijamente y él se comenzó acercar a mí y yo igual, nuestros cuerpos parecían imanes que no podían estar separados, atrayéndose uno al otro, hasta que estábamos tan cerca que pudimos sentir la respiración de otro, Nil espero que me alejara y como n paso no dudo en unirse nuestros labios.

Ese beso se sintió como si estuviera en el cielo, siempre pensé que el cielo estaba arriba de nosotros, pero estaba equivocada, estaba justo en los labios de Nil.