Hoy, 3 de marzo es mi cumpleaños número 19, estoy tan emocionada.

Anoche no pude dormir por la emoción de que por fin llegara este día, mi día especial.

Creo, no, estoy segura de que será el mejor día de mi vida. Me he despertado temprano para aprovechar al máximo mi día especial. Tenía la intención de ir a la ducha pero la puerta de mi habitación de abrió y pude ver a mi madre con un pequeño pastel junto a mi padre el cual tenía un oso morado de peluche y globos a su alrededor.

—Feliz cumpleaños hija —mi mamá se acercó a mi cama mientras que mi padre cantaba.

—Estas son las mañanitas —Mi padre comenzó cantando las mañanitas seguido de mi madre.

Juntos terminaron de cantar para mí y vi como ambos tenían sus ojos cristalizados por las lágrimas que se estaban formando en sus ojos.

—Feliz cumpleaños hija de mi corazón —mi padre dejo el peluche a un lado de mi cama al igual que el pastel para que mi madre también pudiera abrazarme. —Te amamos tanto cariño, estamos feliz de que cumplas un año más junto a nosotros —mi padre no pudo continuar diciendo las bonitas palabras, así que mi madre continúo hablando.

Eres la mejor hija que el cielo nos pudo haber dado, te amamos un mundo entero, te deseamos un feliz cumpleaños cariño.

Sin saber en qué momento empecé a lloriquear les regresé el abrazo fuerte, mis padres cada que es mi cumpleaños hacen lo mismo y terminamos lloriqueando, somos una familia con corazón de pollo.

Mis padres se fueron hacia el piso inferior pero antes me avisaron que íbamos salir a desayunar y pasar el resto del día fuera de casa, así que me metí al baño para estar lista lo antes posible porque, sin duda, voy a demorar en arreglarme y escoger mi mejor vestimenta para celebrar mi día especial.

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Luego de un largo baño me pongo mi bata para empezar a maquillarme, comienzo poniéndome hidratante en la cara para que no se reseque en el trascurso del día, continuo con la base, corrector, sombras, pestañas y finalizo con un labial. Es el momento de elegir mi ropa y luego de pensarlo por mucho pero mucho tiempo decido ponerme un vestido morado con flores blancas.

El vestido se ajusta perfectamente a mi cintura y le da volumen a mi busto y caderas haciendo ver una bonita figura.

En el carro veo mi teléfono esperando que ver un "feliz cumpleaños" del chico de ojos verdes, pero no hay nada y era de esperarse, pues nunca mencione que hoy sería mi cumpleaños, pero al menos le hubiera preguntado a mi padre ¿No?

Al llegar bajamos a un restaurante muy bonito a desayunar y me cantaron feliz cumpleaños y como regalo me dan un pedazo de mi dulce favorito.

Pasamos toda la tarde fuera, de restaurantes en restaurantes hasta llegar a mi lugar favorito un parque con flores, arboles, sillas, fuentes moradas.

Todo es morado es el lugar perfecto, nos sentamos frente a una fuente a comer helado (por supuesto morado).

—Tengo que ir a casa —aviso mi padre de repente.

Bien, vámonos todos podemos seguir celebrando en casa —sugerí mientras me levantaba de la silla.

—¡NO! no, no —mi padre comenzó a mover las manos de un lado al otro en forma de negación—tu quédate con tu madre aquí, yo las vuelvo a pasar a buscar.

—Mamá ¿Qué le pasa a mi padre?

Mi madre me miro por un rato sin saber que decir y comencé a sospechar, pero finalmente ella se encogió de hombros.

—Me dijo que le llego un paquete importante.

Quise decirle que no tenía sentido, pero me terminé tragando mis palabras. Mire a mi mamá con cara de confusión, pero hizo una seña que no importaba.

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Paso alrededor de una hora cuando mi padre llego a buscarnos y al llegar a casa no paraban de insistir que fuera a mi habitación.

—¿Por qué tanta insistencia?

—Deja de hacer preguntas y mejor sube —me regaño mi madre.

Luego de tanta insistencia subí las escaleras y al abrir la puerta de mi cuarto encentré todo diferente, colores morados, repisas, mi cama es diferente y sobre ella hay chocolates, globos y un oso extremadamente grande, al fondo de la habitación esta Nil con un ramo de tulipanes morados, combinados con otras flores, pero es un ramo gigante, el más grande que mis ojos hayan visto.

—Nil, Dios —no supe que decir solo corrí a abrazarlo y el pobre Nil tuvo que dejar el ramo a un lado para poder recibir me abrazo de Koala.

—Feliz cumpleaños mi linda Lil —la emoción en su voz era palpable— espero y te guste tu habitación

Al bajarme de Nil pude detallar todo y lo reconocí al instante es la habitación que siempre había querido.

—¿Cómo es que...?

—Me mostraste tus carpetas de Pinterest ¿Recuerdas? —Nil tenía una sonrisa gigante, de verdadera emoción por ver mi reacción.

—Estoy tan feliz —dije mientras lo volvía a abrazar — gracias, me has hecho un sueño realidad, de verdad gracias.

De la emoción le di un beso en la mejilla, estaba tan feliz que no paraba de ver mi alrededor, en la puesta estaban mis padres viendo todo.

-—¿¡Ustedes sabían esto!? —Les pregunte con una mirada de traición.

—Claro hija, cuando nos dijo su idea no lo podíamos creer.

—¿Cómo fue que lo hiciste en un solo día? —me dirijo a Nil, en serio como lo había hecho en tan poco tiempo.

—Un hombre enamorado hace hasta lo imposible, por ver eso —dirigió su mano a mi cara pues no había dejado de sonreír en ningún momento.

—Un hombre que...—mis ojos estaban abiertos llegando a su límite.

—¡Vamos a comer pastel! —dijo ignorando lo que había dicho— por cierto, te ves hermosa Laia- —seguido de eso camino hacia la puerta junto a mis padres.

Terminamos mi cumpleaños comiendo pastel y riéndonos como nunca, sin duda hoy fue el mejor cumpleaños que nunca tuve, parece un sueño.