
Capítulo 5
¿Que ha pasado? Todos en la celebración hemos quedado anonadados por lo que acaba de ocurrir, me acerque a Dylan que sonreía cono idiota por la "candente" bailarina.
—Una noche muy curiosa ¿No crees?— asentí a sus palabras, vaya que si lo era, sobre todo por aquel joven Mirán Alauî, el solo mencionarle provocaba que mi corazón se acelerará.
—Bastante, y tu parecías pasarla bien con la chica ¿Como es que dijo el presentador que se llamaba?— Indagué curiosa.
—Creo que... Azeneth Alauî —respondió mi hermano complacido, su miradita me la conocía y probablemente buscaría a la chica, pero entre el jaleo hizo que tardara un poco en darme cuenta de algo.
—Un apellido poco usual.
No mencioné más, continuamos la velada felices de la vida, conocí a Carlos el hermano de mi amiga, bailamos un poco, era un tipo agradable y me hacia reír con sus ocurrencias, armándose de valor se acerco a mi padre con toda la gallardía que podía tener a los 18.
—Señor, Señora Colleman, permitanme presentarme, soy Carlos Stellson, me gustaría pedir su permiso de seguir frecuentando a lola— mordí mi labio ansiosa observando a mis padres que permanecían serios.
—He escuchado de su familia jovencito, y le seré sincero, mi hija es mi más preciado tesoro, tiene mi permiso, pero Dylan les acompañará a donde sea que vayan— ¿esta bromeando? No necesito un chaperón, decidí quedarme callada o lo arruinaría, por un momento recordé las palabras de Mirán, este podría ser un buen modo de escapar, pero nisiquiera sabía donde buscarle.
—Me parece perfecto, ahora con su permiso— Carlos se ha girado a mí tomando mi mano para besar su dorso —Hasta muy pronto preciosa
Sonreí dejando que se marchara, esta noche habían pasado muchas cosas nuevas para mí, volviera o no a ver a Alauî, estaba este nuevo chico que al menos conocía a su hermana y familia, mis papás me hicieron saber que Carlos les agradaba, cosa buena viniendo de ellos, la velada llego a su fin entrada la madrugada, estaba exhausta y mi cuerpo reclamaba mi cama, la siguiente mañana fue para mejor, después de vestirme para la escuela me coloque únicamente brillo humectante para los labios, pero mientras los repasaba con el aplicador, en mi mente apareció de nuevo ese joven intentando besarme, por algún motivo sonreí recordando su rostro de sorpresa por la irrupción de mi mano, sinceramente jamás he besado a nadie y deseo que mi primer beso sea algo especial, con alguien que haga mi estómago revolotear, sentir eso que llaman "mariposas"
Baje al comedor donde como cada mañana todos desayunaríamos en familia.
—Buenos días caramelito-—mi hermano y su apodo, pero que cuquis se escuchaba
—¡Buen día!
—-Parece que la pasaste bien anoche, algunos de mis amigos hablan de los chicos que te abordaron, de Carlos no tengo objeción alguna si mis padres lo han aceptado, pero... ¿Quién era el otro sujeto?- creo que Dylan debería trabajar para el FBI como investigador, es bastante cotilla
—Me interesa saber eso ¿Quién es lola? No me digas que es ese chiquillo con el que bailaste porque no me gusta nada, su mirada desafiante y su porte prepotente me enerva- Punto malo para Mirán si mi padre ya pensaba así de él, no sabía que responderles, comencé a jugar con la servilleta de tela entre mis manos, pero gracias a Dios mi madre intervino
—Basta ya los dos, Lola sabe que esperamos mucho de ella y no va a defraudarnos, ahora a desayunar que es tarde.
Okay, su comentario no fue de mucha ayuda, al contrario, me hacía sentir que tenía un gran peso encima y eso me agobiaba a sobre manera, terminando mis padres nos acompañaron abrazados al auto, pero la bocina de una moto nos hizo mirar en su dirección ¿Qué hace aquí?
—Buenos días, me gustaría llevar a Lola a la preparatoria, inicio clases en la universidad del mismo campus, así que podemos ir juntos—Carlos bajo dicha moto y se acercó a saludar a mis encandilados padres.
—Carlos, que gusto verte, me parece buena idea que Lola y tu vayan juntos— ¿Qué les pasa? yo no había aceptado, pero mi madre ya lo hacía hecho por mí.
—No olvides que se todo de ti muchacho, y lo que no bien lo puedo averiguar-—el chico no se intimido, al contrario sonrió al comentario de mi padre
—Tratare a su hija con la mayor delicadeza que se puede tratar a tan bella joya—vale, su comentario me hizo sonrojar
Tras despedirnos y reír por el alivio de Dylan por tener su auto a su entera disposición, subí con Carlos poniéndonos en marcha a la escuela, me aferre con fuerza a él, esta clase de transporte me daba un poco de miedo, llegando los chiflidos de mi grupo de amistades no se hicieron esperar, sobre todo de su hermana.
—Pero que pareja tan maja, espero que sea el inicio para llegar a ser cuñadas amiga—le he dado un codazo bajando del aparato este.
—Me marcho, pasen una buena tarde—Carlos se ha inclinado a besar mi mejilla, de nuevo el ardor de mis pómulos no se hicieron esperar, probablemente sería por tantos espectadores que estaban en una especie de complot porque me agradase, si, era un buen chico, pero detestaba las presiones, de ese modo no conseguirían nada— vamos a clases, no quiero problemas con los profesores
Las horas pasaban llegando la hora del almuerzo, no era una persona de un gran apetito, después de comer una manzana que traje de casa y beber un poco de agua, me encamine a la biblioteca, los libros era una de mis pasiones que no compartía con nadie, no porque no quisiera, simplemente los chavos de mi edad preferían invertir su tiempo en noviazgos, videojuegos, salidas y etc.
Entre los enormes estantes me decidí por un clásico que tenía tiempo queriendo leer "Cumbres Borrascosas" de Emily Bronte, pase un buen rato inmersa entra las líneas de aquel maravilloso ejemplar, pero era hora de volver, guarde todo para dejar el libro en su sitio cuando he topado con alguien que hizo caer todo al suelo
—Por favor deberías tener más cuidado, los libros no solo son un cumulo de hojas, merecen respeto— me incline a levantando cada cosa del suelo, cuando quise tomar mi diario que siempre llevaba conmigo, mis dedos tocaron la otra mano haciendo así levantara la vista
—No sabía que las niñas aun usaran esto— las palabras de Mirán hicieron que mi rostro se tornara de color carmesí
—No es mío, lo encontré y solo lo estaba guardando para devolverlo
—Tranquila, no le diré a nadie, aquí tienes-—pero mientras lo tomaba su mano fue a parar a mi rostro con suaves caricias- te ves tan hermosa y tierna cuando te sonrojas
Santo Dios, sus palabras, sus manos y sus caricias me hacían sentir en una nube, ¿Cómo es posible? los altavoces se han encendido indicando a los alumnos volver a sus clases, esto es ser salvada por la campana.
— ¿Qué haces aquí? olvídalo, debo irme— estaba por huir cuando su agarre en mi muñeca casi hace estallar mi corazón
—Te veré más tarde Lola
Tontamente asentí regalándole una de mis esplendorosas sonrisas, espero que de verdad así fuese y nos volviéramos a encontrar, me marche de ahí con bobas ideas acerca del destino en mi cabeza.
SantVict
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